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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 493 - Nsfw

—¿Y si se dan cuenta?— preguntó Nagisa en el elevador, ella llevaba el vestido esmeralda y la gargantilla con el zafiro en el cuello. Ella apoyaba su mano izquierda sobre su trasero y su mano derecha por delante para que el vestido no se levantara. Por debajo iba desnuda y peor aún, le daba la impresión de que los fluidos de su sexo previo se escurrían por sus piernas.

—Mmm, si se dan cuenta ¿Qué con eso?— preguntó Kain con una sonrisa burlona

—¡Kain-sama!— se quejó Nagisa y le dio un manotazo en el hombro, pero después llevó su mano al vestido para que no se le viera nada.

Sin embargo, Kain no la ayudo mucho y llevó su mano por debajo de la falda. Él le acaricio las generosas nalgas y Nagisa lo quedó mirando. Kain no se conmovió, en su lugar, deslizo sus dedos y la comenzó a estimular.

Nagisa estaba sensible por el sexo previo, pero esto le parecía tan inmoral. El elevador también tenía espejos, así que de nuevo podía ver su rostro lujurioso. Ella cerró los ojos, se apoyó en Kain y soltó un gemido, pero de repente escucho el timbre del ascensor y reacciono separándose de Kain.

Nagisa quedó mirando a Kain, pero este último solo sonrió de forma lasciva y llevó su mano a la boca para lamer la punta de los dedos con que la estuvo estimulando.

Nagisa trago saliva.

Kain soltó una risita divertida, camino hasta Nagisa y la abrazó por la cintura. Él la guio a la puerta y salieron del ascensor. Caminar por ciudad Tengu era demasiado para Nagisa, pero por el hotel parecía aceptable. Así que él camino por el vestíbulo hacia la izquierda y la llevó al restaurante asociado al hotel.

El garzón en la entrada vio a Kain e hizo una pronunciada reverencia, pero sus ojos se desviaron hacia Nagisa. No la pudo ignorar por más profesional que fuera.

Nagisa camino abrazada a Kain. Este último la guio a través del restaurante y Nagisa capto la atención de los nobles y comerciantes que pasaban por ciudad Tengu en ese momento. Nagisa se ruborizo y se mostró tímida.

Kain camino hasta el fondo, a un par de puertas robustas de color burdeos y entró. El silencio los separo del resto del restaurante. Nagisa se tranquilizó y soltó un suspiro de alivio.

Nagisa miró la habitación. Era un pasillo largo y ancho, había muebles a los lados, jarrones finos y pinturas en las paredes. Todas eran pinturas de las esposas de Kain, incluso había una de Mito.

Nagisa camino lentamente hasta llegar a su pintura, estaba ella, vestida con un kimono y el cabello naranja ordenado en un moño. Se veía tranquila y amigable.

Kain se posiciono a su lado y le dijo —adorable ¿Verdad?—

Nagisa miró a Kain y le dijo —en esa pintura faltas tú—

—¿Tú lo crees?—

—Yo sin ti…— dijo Nagisa

Kain la miró a los ojos, él sonreía de forma amigable y asintió.

Nagisa se abrazó a Kain con todas sus fuerzas y se olvidó del tipo de ropa que llevaba.

Kain pensó que, a lo mejor, ella definitivamente no estaba hecha para utilizar este tipo de ropa. Se necesitaba mucha confianza o costumbre de estar expuesto a situaciones incomodas. Donde tenías que desempeñar un papel no importa lo que pasara.

Kain condujo a Nagisa al fondo del pasillo y se abrió un amplio comedor. A la izquierda había una muralla de madera barnizada, a la derecha ventanales con vistas a un hermoso jardín florido. Nagisa se acercó al vidrio como si fuera una niña y apoyo sus manos dejando marcados sus dedos. Ella miró las flores y sus vividos colores.

Kain se quedó mirando a Nagisa y la vio deambular de aquí para allá. En cierto sentido, Nagisa tenía su propio encanto, pero tenías que detenerte a observar para poder apreciarlo. Cosas como su energía, su inocencia, el brillo de su sonrisa y su entusiasmo. Fugas y efímero. Su compañía en silencio y su devoción la hacían única, pero difícil de apreciar para una persona promedio. La mayoría la llamaría aburrida, Kain la nombraría compleja como el universo. Había tantas maravillas por descubrir, pero tenías que tener la paciencia para poder observarlas.

Alguien toco a la puerta y Kain respondió —adelante—

La persona que entro fue Elizabeth, rubia, madura y hermosa. Llevaba su cabello ordenado en un moño con algunos mechones ondulados cayendo a los lados de su rostro. Se veía atractiva y profesional en un traje azul ajustado. Llevaba unos zapatos con un pequeño tacón cuadrado. No muy altos, pero de aspecto refinado.

Elizabeth camino hacia Kain con una amplia sonrisa, pero al salir del pasillo se encontró con Nagisa, quien caminaba hacia Kain. Era una belleza increíble con un físico envidiable.

—Buenas— dijo Elizabeth formando una amplia sonrisa que poco a poco floreció —buenas tardes, señorita—

Nagisa se aferró al brazo de Kain y fue consciente de Elizabeth, a pesar de que se veía profesional, era hermosa y daba la impresión de que tenía un vínculo con Kain como si fuera una correa que los unía. Era demasiado obvia su atracción —señora— corrigió —soy esposa de Kain-sama—

Elizabeth se quedó un poco desconcertada, pero entendió y sonrió. Nagisa solo estaba marcando su territorio, no era extraño en alguien tan joven. Ella no debió tener más edad que Kain, pero no todos los de su edad podían ser tan estables y seguros como Kain. Ese era el encanto de este último, siempre se movía con comodidad en cualquiera situación.

—Buenas tardes, señora— dijo Elizabeth con una sonrisa profesional —vine para tomar su orden—

—Ven, Nagisa— dijo Kain con tranquilidad —hay que dejar que Elizabeth haga su trabajo—

Nagisa no le quito los ojos de encima a Elizabeth, esta última emitía la misma aura que Murasaki o Kasumi, como si tuvieran una especie de derecho sobre Kain. Ahora él estaba con ella, así que nadie los podía interrumpir. De lo contrario ¿Para que fue este viaje? Nagisa estaba segura de que Kain quería pasar tiempo a solas con ella.

Nagisa asintió y camino con Kain a una mesa redonda con cuatro sillas. Kain le abrió la silla, Nagisa se sentó, sonrió y Kain se la acomodo. Después Kain se sentó y miró a Elizabeth. Él le guiño un ojo a Elizabeth, pero ella sonrió confiada, no era la primera vez que se enfrentaba a pequeñas señoras inseguras. Hace poco una mujer había pedido que ella no se acerque a su mesa porque distraía a su marido ¿Cómo si fuera culpa de Elizabeth que a su marido se le desorbitaran los ojos mirando a otra mujer?

Elizabeth hizo su trabajo y salió de la habitación privada.

Kain miró a Nagisa y le preguntó —¿Qué te ha parecido hasta el momento tu misión?—

—Bien, entretenida, pero cansadora. Sobre todo, cuando hay que permanecer largas horas junto a Kasumi y evitar que se meta en problemas— respondió Nagisa y fue como si un torrente de quejas saliera por su boca, todas relacionadas con Kasumi por ser caprichosa o busca problemas. Sin embargo, lo que eran quejas se transformó en una conversación divertida con respecto a las reacciones del resto de las personas. Parece que Nagisa se divertía observando a Kasumi hacer el loco.

—En serio, Kain-sama— dijo Nagisa con una amplia sonrisa —yo esperaba que la madre de Nobuhiro-sama explotara en gritos, pero gracias al cielo que ahí estaba su hijo. De lo contrario, ella hubiera matado a Kasumi-san—

Kain sonrió al ver a Nagisa tan vivida y feliz. Él tenía planes para ella, le daría otras misiones, pero esa conversación iba a quedar para otro momento.

Nagisa se calmó, tomo un vaso con agua, tomo un sorbo y después miró a Kain mientras gesticulaba una amplia sonrisa —¿Cómo están las cosas en casa?— preguntó

—Oooh ¿Eso? Tenemos una nueva mascota. Es un cachorro, un ninken. Parece un pequeño lobo café con el pecho blanco. Muy bonito, es de Mito— dijo Kain con tranquilidad

—Debe ser precioso—

—Solo tiene un par de semanas de vida, así que sí, es muy bonito—

—¿Y okaa-san?—

—Ella está en la costa de la nación del Rayo, al noreste de la capital— respondió Kain —está revisando unos terrenos y finalizando la compra—

—¿Va a empezar a construir el hotel?—

—No solo hotel, también casino, pero esa parte es para el futuro—

—¿Ella llevo a Mugen?—

—Claro, no lo dejaría solo. Lo bueno es que llevo a Mana y ella la ayuda con Mugen. De lo contrario, no tendría tiempo suficiente—

—Eso es genial, me gustaría verla—

—Podemos ir después, pero primero comamos y después vamos a ver a tu okaa-san—

—No, si voy ahora, ella me regañaría por dejar mi misión—

—Soy el que te dio tu misión, yo defino las prioridades—

Nagisa quedó mirando a Kain, se mordió el labio inferior como si contuviera una sonrisa y asintió.

Kain acercó su rostro, Nagisa también lo hizo y lo beso. Nagisa apartó su rostro, acercó más su silla y se abrazó a Kain para continuar besándolo.

Kain apartó su boca y le susurro —¿Qué tal ir a dar una vuelta a la calle?—

Nagisa se sintió más atrevida que antes, pero sonrió y negó con la cabeza. En su lugar, acercó su boca y siguió besando a Kain. Ella llevó su mano al hakama y lo acaricio por encima. Ella apartó su boca y le susurro —esto te gustara—

Nagisa se agacho y se arrodillo entre las piernas de Kain. Ella lo sacó del pantalón y miró a Kain mientras sacaba su lengua. Ella acercó su lengua y lo lamio, bajo hasta la base y después volvió a subir como si su lengua fuera un pincel. Después, Nagisa llevó su mano al cierre en su espalda, pero se pasó a golpear la nuca con el borde de la mesa. Ella se agacho y se acarició la nuca.

Kain la quedó mirando, conteniendo la sonrisa y negó con la cabeza.

Nagisa lo miró hacia arriba, su momento sensual se había estropeado y todo lo que quedaba eran unos ojos acuosos, no por el golpe, pero por la torpeza.

Kain sonrió, le tendió su mano y ella apoyo su mano. Nagisa se puso de pie, se sentó en el regazo de Kain y lo abrazó. Kain acercó su boca y la beso. Él retomo todo por donde lo habían dejado y llevó sus manos a los muslos. Era piel tersa, poca grasa y una excelente musculatura. Él acaricio la piel por encima y fue llevando su mano a la entrepierna.

—¿Qué tal esto?— susurro Kain apartando su boca

Nagisa lo miró a los ojos y sintió como él la estimulaba. Ella se abrazó a Kain y le susurro —sí, ahí es bueno, ahí es bueno—

Kain acercó su boca y la fue estimulando. Entonces, cuando él sintió que ambos habían entrado en estado de ánimo, dirigió a Nagisa para que ella se sentara a horcajadas sobre su regazo y entro en ella. Kain le abrió el cierre por detrás del vestido, Nagisa lo deslizo hacia los lados y sus senos grandes y bonitos quedaron frente a Kain. Ella tomo sus senos, los levantó y Kain acercó su boca para probarlos. Al mismo tiempo, Nagisa levantaba y bajaba sus caderas lentamente mientras sentía el contacto con su amado.

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