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Mundo Shinobi - Señores de la guerra - 403

Kaoru tenía una mentalidad tranquila y equilibrada, como se esperaba de alguien que pasaba la mayor parte del tiempo meditando en reclusión. Cosas como la falta de alimento, agua o de luz solar no la afectaba igual que al resto de las personas. Ella era una cultivadora y la mayor parte de los nutrientes los obtenía de la energía natural que asimilaba de su entorno.

En estos momentos ella estaba meditando en su habitación privada, en la parte más profunda del laboratorio de Kain. En términos sencillos, era una torre escondida bajo tierra con muchos pisos en donde Kain llevaba a cabo sus experimentos. La mitad de la torre estaba bajo el agua.

Kaoru vivía la mayor parte del tiempo en reclusión dentro de unas de las habitaciones que quedaba oculta bajo el agua. Era un lugar frio y silencioso, el mejor ambiente para cultivar su técnica de hielo del fénix divino. Sin embargo, estaba llegando a su límite en lo que podía hacer sin medicinas, sangre de criaturas divinas y otras plantas que facilitaban su proceso de cultivación.

Sin embargo, la persona que le prometió ayuda se detuvo delante de la puerta de la gran habitación y golpeo un par de veces.

Kaoru sonrió al escuchar los suaves golpes, ella abrió sus parpados, mostro sus hermosos ojos de color malva y tomo una profunda respiración. Ella se levantó del suelo y al instante se encendieron las luces en secuencia. Todo el piso se ilumino y fueron visibles las ventanales con vistas a las profundidades submarinas. Ella pudo ver los peces y algas, si hubiera activado su byakugan hubiera podido ver más allá, pero no era su intención.

Kaoru miró su entorno, una capa de hielo cubría el techo, las paredes y piso. Mientras más cerca estuviera de Kaoru, más gruesa era la capa de hielo hasta convertirse en montículos. Esto era solo el efecto secundario de practicar su técnica de cultivación.

Kaoru camino descalza por el piso cubierto de hielo sin sentir molestia ni sufrir daño alguno. Ella llevaba puesto el haori blanco que le había regalado Kain y debajo un hanfu de seda. La parte superior blanca con los bordes rosados y la falda completamente rosada. De aspecto holgado en las mangas y en la parte inferior de la falda. Se veía distinguida como un hada, era el tipo de vestimenta que ocupaban las mujeres en el mundo de la cultivación. Por otro lado, ella llevaba su cabello oscuro amarrado en un coleta con un moño alto y un palillo de oro atravesado.

Kaoru llegó delante de la puerta, la abrió y vio a su amado en el pasillo. Un hombre encantador, de cabello blanco peinado hacia atrás y los ojos azules. El rostro cuadrado, nariz simétrica y la boca grande con labios gruesos. Kaoru sonrió.

—¿Qué se le ofrece hoy, Kain-sama?— preguntó Kaoru con un sentimiento dulce en su pecho

Kain mostro una sonrisa confiada y le dijo —vengo a mostrarle mis avances, Kaoru-sama—

Kaoru sonrió y negó con la cabeza. Ese "Kaoru-sama", era la forma de Kain de molestarla. Él le pedía a ella que lo llamara Kain, pero a Kaoru siempre le gusto usar el honorifico sama. Él era el amor de su vida y de su vida anterior, antes de ser cultivadora. Ese momento cuando Kaoru fue Carmen. Ese momento, junto a este momento, fueron los más hermosos de su existencia. Ser cultivador…solo se volvió un suplicio de principio a fin, incluso si ella se volvió poderosa y la diosa de un planeta congelado donde hombres y mujeres cultivaban las técnicas del fénix de hielo.

—Bien, vamos— respondió Kaoru, avanzó y Kain retrocedió. Ella cerró la puerta por detrás de ella y alcanzó a Kain, le tomo el brazo. Él era cálido como el sol. Un sentimiento agradable y amable. Ella sonrió para Kain y él le devolvió el gesto. Ambos avanzaron por el pasillo que llevaba al ascensor que conectaba los pisos. Era un pequeño detalle para los que a futuro vinieran a este laboratorio. Sin embargo, para Kain no era necesario y sin decir una palabra, los dos desaparecieron a medida que avanzaban por el pasillo.

Al instante siguiente, Kain y Kaoru aparecieron en un laboratorio diferente. Como muestra de eso, podían ver el exterior. Estaban a veinte metros por encima del nivel del agua. El laboratorio tenía largos tubos de cristal que conectaban el techo y el suelo con un metro de diámetro.

Kaoru y Kain avanzaron tranquilamente. Ella observaba lo que había en el piso. Además de los tubos de cristal que conectaban el techo y el piso con placas de metal, había mangueras flexibles que se alimentaban de cañerías pegadas a la pared. Cada cañería era tan gruesa como el torso de una persona promedio.

Por otro lado, dentro de los tubos de cristal había un pedestal con un quemador en la punta. Como si alguien fuera a sacar gas de ellos y encender fuego ¿Pero para qué? Se preguntó Kaoru.

Kain llevo a Kaoru hasta el fondo del laboratorio, donde estaba el primer tubo de cristal. Dentro había un pedestal igual que en los otros y un quemador en la punta.

—Como acordamos la vez anterior, yo recolectaría los ingredientes y crearía las famosas "llamas espirituales"— dijo Kain

Kaoru medía 1.50 mts de estatura, así que tuvo que levantar su rostro para alcanzar a Kain, quien medía 1.80. Ella lo vio a él, de cabello blanco peinado hacia atrás y sobre todo esos ojos azules —¿Cómo le fue con los materiales para píldoras?—

—Por la descripción, estructura y composición, pude encontrar una gran cantidad de elementos. A nivel continental eran casi imposible, el ambiente no era el apropiado, pero se me ocurrió consultar con Jin y me dieron permiso para visitar a isla Genbu. Es una historia larga, pero hace un tiempo ayude a una persona mordida por una bestia de la isla. Resulto que la energía natural se metió a su organismo y lo volvió loco— Kain tomo una profunda respiración y continuo —lo importante es que la isla Genbu es un lugar especial y pude encontrar gran parte de los materiales que me pediste, pero me faltaron los más esenciales—

Kaoru puso una sonrisa amarga.

—Espera, déjame terminar— dijo Kain levantando las manos, como pidiéndole que detuviera su tren de pensamiento. Kaoru asintió y Kain sonrió —bien, no podemos hacer la mayoría de las píldoras que me mostraste, pero podemos hacer la píldora divina porque tengo sangre de dragón—

—Pero Kain-sama— dijo Kaoru —de ningún modo puedo consumir algo así, explotaría—

—Tranquila, lo sé, lo sé. Por favor, déjame terminar— respondió Kain, Kaoru asintió y él continuo —con la creación de esa píldora divina, después viene un estudio para crear una versión que puedas consumir con facilidad. Sin embargo, según lo que hablamos, necesitamos la famosa "llama divina" que según lo que me dijiste, es la combinación de las cuatro "llamas elementales"—

Kaoru asintió a la explicación. Parecía un plan, pero todavía ni siquiera había empezado y no había forma de que en este mundo existieran dichas llamas espirituales. Kaoru tomo una profunda respiración y soltó un suspiro de resignación. Ella sonrió y realmente, ahora que lo piensa, no le importo demasiado. Estar con Kain era el momento más valioso en su día que pasar días tratando de alcanzar una fuerza que a futuro solo le traería dolores de cabeza.

—Bueno, para empezar, te quiero mostrar mi avance— dijo Kain

Kaoru salió de sus pensamientos y abrió los ojos amplios, parpadeo varias veces, pero después se relajó y pensó que Kain solo tenía algo como su fuego de dragón. Era poderoso, pero no tenía las cualidades espirituales para transformar los nutrientes de la píldora divina y darle su fortaleza.

Kain señalo al tubo de cristal de un metro de diámetro. En el interior había un pedestal de un metro de altura con un quemador en la parte superior —comienza experimento, llama congelada— dijo

Kaoru miró a todos lados, no vio a nadie, pero recordó de inmediato que Kain tenía ese extraño artefacto que parecía estar vivo, como si fuera un espíritu guardián. Por otro lado, ella miró el tubo y vio que en el interior el quemador se encendía lanzando una llama de un centímetro de altura. Era una llama amarilla, común y corriente, pero controlada.

—Añade chakra del tipo hielo— dijo Kain

Kaoru vio como la llama se apagó de inmediato y miró a Kain. Este último sonrió y la miró de vuelta.

—Como puedes ver, hay una incompatibilidad elemental, pero si agregas esencia vital— dijo Kain, después miró al tubo de cristal y continuo —corta suministro de gas y chakra del tipo hielo. Reinicia el experimento y mezcla esencia vital en una proporción de: 45% gas, 10% esencia vital, 45% chakra del tipo hielo—

El experimento dentro del tubo de cristal se reinició y volvió a aparecer la llama amarilla. Sin embargo, al añadirle el componente de esencia vital se tornó verde claro, casi trasparente. Por último, una vez que agregaron el chakra del tipo hielo, la llama verde clara crepito, pero acepto el chakra y su naturaleza cambio. La llama que era verde claro paso a ser de un celeste brillante.

Kaoru se acercó al tubo de cristal, apoyo sus manos y miró su interior con incredulidad. Ella sintió que el material no era un cristal ordinario, pero eso no importo. Lo importante es que pudo sentir el frio espiritual de la llama congelada.

Kaoru se dio la vuelta y miró a Kain con una enorme sonrisa —¡Kain-sama!— dijo eufórica. Ella corrió hacia Kain y saltó, él la atrapo y ella se colgó de él con manos y pies. Kaoru se reía de la pura felicidad, pero al mismo tiempo, se dio cuenta que por mucho que dijera que no le importaba, era mentira. A ella le importaba, estaba en su corazón y en su alma. Deseaba volver a ser fuerte, deseaba volver a ser la diosa del fénix de hielo divino. Eso apagó su felicidad y su risa. Ella se quedó abrazando a Kain, lo miró a la cara y pudo ver su rostro. El cabello blanco peinado hacia atrás, el rostro cuadrado, los ojos azules, la nariz simétrica y la boca grande. Ella comenzó a derramar lágrimas. Ella se abrazó a Kain con todas sus fuerzas y comenzó a llorar pensando en que en algún momento iba a necesitar decidir entre lo uno o lo otro.

—Kaoru tiene sus propias promesas— dijo Kain con voz suave mientras escuchaba el sollozo de Kaoru. Ella calmó su tristeza y lo escuchó. Kain continuo —dijimos que, por ahora nos acompañaríamos hasta el momento de la partida. Cuando ese momento llegue, será un adiós momentáneo y algún día nos volveríamos a encontrar—

Kaoru miró a Kain a los ojos con una sonrisa en los labios, pero los ojos acuosos. Las lágrimas caían por sus mejillas. Ella sonrió con tristeza, pero asintió. Kaoru cerró los ojos y lo beso.

Un par de minutos después, Kain bajo a Kaoru y ella se apoyó en sus pies. Ambos sonreían y Kaoru había dejado de llorar por lo que pasaría a futuro.

Kain y Kaoru miraron al tubo de cristal con el pedestal y el quemador en la parte superior. La llama congelada seguía crepitando y lanzando al aire pequeñas chispas con un brillo celestial. Era una visión hermosa y única en este mundo.

—Kain-sama— dijo Kaoru

—¿Sí, Kaoru-sama?— preguntó Kain con una sonrisa en los labios

Kaoru miró a Kain y le sacó la lengua en un gesto infantil mientras negaba con la cabeza. Ella volvió a mirar al tubo de cristal y se concentró en la llama congelada —usted dio la orden de mezclar el gas, la esencia vital y el chakra del tipo hielo, pero ¿Y el oxígeno?—

—Ooh ¿El oxígeno? Es una parte fundamental de todos los tipos de combustión y un modo de control. En estos momentos si yo le diera la orden a Guardián de cortar el suministro de oxígeno, la llama congelada se apagaría. El gas, la esencia vital y el chakra del tipo hielo se acumularían en el interior del tubo de cristal, pero no arderían, no importa cuánto lo intentes—

—Veo— respondió Kaoru

—¿Kaoru sabia del oxígeno?— preguntó Kain

—Un poco ¿Y usted?—

—Es algo que aprendí hace un tiempo a través de los libros de ciencias de los civiles. Tienen conocimientos bastante interesantes. Recomiendo su lectura, por otro lado, creo que Kaoru no debería confiarse de mi—

Kaoru lo miró a los ojos y Kain sonrió.

—Lo digo porque yo te puedo ayudar con tu cultivación como te prometí, pero cuando te vayas a cumplir tu promesa, no estaré para ti. Lo más inteligente sería aprender el proceso y los conocimientos necesarios. No vaya a ser que a futuro necesites crear píldoras, pero solo puedas mirar los materiales con anhelo, pero con cero conocimiento de como procesarlos—

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