Después de terminar la reunión con sus amigos, Kain fue al distrito Hyuga. Una vez que llego a las grandes puertas que protegían los terrenos del patriarca, se encontró con varios guardias apostados a los costados de las puertas. Todos tenían los ojos pálidos y de cabello oscuro, pero usaban cintas blancas para cubrir su frente. Rama secundaria, pensó Kain al llegar frente a los hombres.
-Buenas tardes, vengo a ver a Kaoru Hyuga- dijo Kain
Un guardia de unos cincuenta años asintió con una expresión solemne y le dijo a los más jóvenes -dejen pasar a Kain-sama-
Todos respondieron con un "sí" y abrieron el gran portón. Kain asintió con la cabeza en un gesto de agradecimiento y avanzó por los terrenos. No había casi nadie en el patio del frontis, solo los sirvientes no-combatientes y uno que otro guardia de la rama secundaria. Al mismo tiempo, la mansión con forma de pagoda tenía sus puertas cerradas.
Kain avanzó hasta la puerta, metió su mano a una de sus mangas y saco un sello. Sin embargo, antes de que él pudiera imbuirlo en el chakra del alma, la puerta se abrió y detrás de ella apareció una hermosa joven de rostro amigable.
-Lo estaba esperando, Kain-sama- dijo Kaoru con una angelical sonrisa, vestía un kimono celeste con flores blancas.
-Gracias, Kaoru- respondió Kain acercándose a ella y tomándole la mano. Kaoru se ruborizo, pero sonrió contenta.
-¿A qué debo el placer, Kain-sama?-
-¿Tengo que tener una razón para venir a ver a Kaoru?-
-No, para nada, es solo que no esperaba ver a Kain-sama una vez más-
-Vine a verte y también vine a ver a la tía Mari-
-Ella está con okaa-sama-
-Llévame con ella-
-Sí-
De esa manera, Kaoru guio a Kain por los pasillos de la mansión con forma de pagoda. Nunca le soltó la mano y Kain tampoco lo hizo. Ella era feliz y Kain se sentía a gusto al sentir como burbujeaba el chakra de Kaoru. Era algo tan melodioso y tranquilo como la corriente de un riachuelo.
-¿Kain-sama ya tiene todo preparado?- pregunto Kaoru
-Sí, todo preparado- respondió Kain -en la madrugada me vinieron a despertar para darme mis ordenes-
-Veo, Kaoru igual se preparó, pero está nerviosa-
-Kaoru lo hará bien mientras siga las instrucciones de la tía Aoi y Mari-
-Sí, es la promesa con Kain-sama-
Kain levantó la mano con que sostenía la mano de Kaoru y le beso el dorso. Kaoru se sonrojo, pero sonrió como una hermosa flor. Ellos subieron las escaleras para llegar al segundo piso y continuaron avanzando por un pasillo.
-¿Cómo está el chakra de Kaoru?- pregunto Kain
-Bien, Kain-sama- respondió Kaoru -he tratado de entrenar todos los días para que no duela mi cuerpo-
Kain asintió y miró hacia el fondo del pasillo, donde debería estar la habitación de Kaoru y su madre. El problema de Kaoru comenzó hace una semana después de volver de su misión. Si algunos niños tenían problemas por tener poco o nada de chakra ¿Cómo sería para alguien que tenía exceso de chakra? Por su parte, Kain estaba bien, ya que tiene una vitalidad muy superior a la mayoría de las personas, además de tener un brutal control sobre su chakra. No obstante ¿Qué pasaría con Kaoru? Ella lo menciona como un dolor corporal, pero Kain con su vista del aura puede ver como el circuito de chakra de Kaoru se expande en la misma medida que crece su chakra. Debe ser un proceso doloroso, pero ella solo sonríe con afecto para evitar preocupar a los demás.
Una vez que ellos llegaron delante de la puerta corredera, Kain golpeo el marco de la puerta y desde dentro se escuchó un "pase".
Kain y Kaoru entraron y encontraron a Mari Hatake sentada en seiza frente a Aoi Hyuga mientras extendían un mapa entre las dos. Ambas iban a liderar la defensa de la costa y tenían que administrar la distribución. Ambas miraron a Kain y Kaoru entrar tomados de la mano y sonrieron. Al mismo tiempo, Kaoru se ruborizo con todas sus fuerzas y quiso soltar la mano de Kain, pero él no se lo permitió.
-¡Kain-sama!- se quejó Kaoru en un tono mimado
-Está bien, Kaoru- dijo Kain con una sonrisa suave y amable -no hay nada de malo-
Kaoru se ruborizo a un más y ocultó su rostro en el hombro de Kain. Este último miró a las dos mujeres. Mari Hatake con cabello de rizos grises y una amable sonrisa. Ella vestía como la mayoría de los shinobis, con la ropa oscura y la chaqueta táctica verde pasto y el bordado Uzumaki en la espalda. Aoi vestía igual, pero era mucho más joven que Mari y su cuerpo explosivo resaltaba demasiado, incluso en esa ropa para combate. De alguna manera lograba sostener sus enormes senos dentro de la chaqueta, pero su trasero y muslos eran demasiado llamativos.
-Tía ¿Por qué le dijiste a esos dos idiotas?- pregunto Kain con una sonrisa
Mari también sonrió con astucia y respondió -tarde o temprano se iban a enterar. Además, Sakumo y Akane no me dejaban tranquila-
-Sí, está bien, pero el único problema es que me emboscaron-
-Si te sirve de consuelo les dije que no hicieran nada torpe-
-Lo que sea- dijo Kain soltando un suspiro. Cerró la puerta detrás de él y camino con Kaoru tomados de la mano. Él se sentó a un costado del mapa junto a Kaoru mientras ellas lo miraban.
-Adelante, pueden proceder-
-¿Kain-sama?- respondió Aoi un tanto preocupada
-Déjalo- respondió Mari con una sonrisa incomoda -ahora que él y Tobirama se entienden, dudo que haya problema en que él sepa de la estrategia-
-No nos llevamos bien, solo estamos cooperando por un mismo objetivo. Ten cuidado tía, ese tipo no se preocupa por su familia o amigos. Solo ve objetivos-
La sonrisa en el rostro de Mari se atenuó y asintió -lo sé, por eso te doy las gracias. La capital es peligrosa, pero menos peligrosa que el campo de batalla-
-No tienes que agradecerme- respondió Kain -aunque no era lo que yo quería, le conseguí una buena oportunidad a Akane. Si ella la logra ocupar, tus nietos serán gente influyente-
Mari lo miró a los ojos y vio la sincero deseo de logro en su mirada. Él quería que a Sakumo y Akane les fuera bien. Él deseaba la felicidad de su hijo y futura nuera. Entonces Mari volvió a sonreír y dijo -en serio, gracias-
-No hay de qué- respondió Kain cerrando un ojo en un gesto divertido y coqueto, que hizo reír a las dos mujeres mientras ponía celosa a Kaoru. Ella abrazo a Kain del brazo reafirmando su posesión sobre él.
Volviendo al plan, ellas trazaban una línea defensiva a lo largo de la costa mientras mantenían una gran cantidad de sellos explosivos para contrarrestar la fuerza de Kirigakure. De ningún modo se planteaban vencer a los shinobis de Kiri en el mar, sería un suicidio. Ellos tenían la habilidad, el tipo de chakra y la afinidad. Sin embargo, mientras los shinobis de Kirigakure no logren avanzar por tierra firme, cualquier intento de sabotaje o ataque a Tobirama por la espalda iba a estar impedido. Por otro lado, mientras ellas retenían a los shinobis de Kirigakure, Tobirama estaría luchando contra el Raikage, en la región Noreste.
Después de terminar su reunión, Kain pasó un par de horas junto a Kaoru y Aoi, converso con ambas y les dejo una larga dotación de sellos por si acaso ellas lo necesitaban. Según Kain, no había ninguna necesidad de compartirlo con los otros shinobis, ellos tendrían los suministros dados por Konoha, pero serían limitados. Después de eso, Kain se despidió de la madre y la hija y ambas lo acompañaron a la salida.
Kaoru se quedó mirando la espalda de Kain con sentimientos encontrados. Después de todo, él se iba a despedir de otra "mujer".
Aoi Hyuga miraba a Kain y su hija. Ella sonreía con amabilidad hasta que él dejo de verse a lo lejos y su rostro tomo un matiz triste. Aoi se puso detrás de su hija y apoyo sus manos en los hombros. Kaoru levantó su rostro con una mirada de cachorro abandonado y se volteó para abrazar a su madre.
-Kaoru no necesita preocuparse de nada- dijo Aoi con voz suave y amable -Kaoru fue la primera a la cual él vino a ver. De seguro Kaoru tiene una gran parte del corazón de Kain-sama-
Kaoru levantó su pequeño rostro y le pregunto -¿Por qué solo una parte?-
-Kaoru debe dejar algo para su okaa-sama- respondió Aoi -cuando Kain-sama sea mayor, okaa-sama también estará con él ¿Kaoru no quiere?-
Kaoru negó y dijo con voz tranquila -estoy feliz de que okaa-sama se quede conmigo en lugar de ir con algún viejo feo o que tenga que estar sola. Si podemos estar juntas para siempre, Kaoru será la persona más feliz del mundo-
Aoi sonrió y le peino los cabellos en un gesto cariñoso. Aoi tomo a Kaoru de la mano y se la llevó dentro de la mansión Hyuga, donde ambas, prepararon lo que les faltaba para mañana partir a la costa. Kaoru en muchos aspectos era como Kain, demasiado fuerte y, por ende, Tobirama no desperdiciaría tal recurso. Él deseaba llevarla junto a Hiruzen y Danzo, pero Kain se opuso y al llegar a un acuerdo, Kaoru le daría soporte a su madre y Mari Hatake.
Por otro lado, Kain llegó al puesto de dangos del gigante Ooyama y se sentó. A los pocos minutos salió una mujer de figura redonda y alta, con una sonrisa amigable igual que la de su esposo.
-Kain-kun- dijo la mujer en un tono amable -no esperaba verte hoy. La gente en la aldea anda muy inquieta y casi nadie ha venido a comprar en dos días-
-Me lo imagino, tía- respondió Kain con una sonrisa -estoy esperando a alguien, pero por mientras ¿Tiene dangos?-
-Claro, pero son del día anterior ¿te incomoda? Pudo preparar algunos, pero me demoraré algún tiempo-
-Los dangos de esta tienda son los mejores, tráigame unas diez brochetas de dangos y té verde-
-Vaya, alguien anda con hambre, jajajajaja-
-Sí, es que tengo que esperar y ustedes las mujeres no son muy puntuales-
-¿Vaya? Eso suena a resentimiento-
-Es la verdad-
La esposa de Ooyama bufo indiganda y dijo -haré como que no te escuche. Si lo vuelves a decir, le diré a la joven que esperas que te estabas quejando-
Kain soltó una risita y dijo -lo entiendo-
La esposa de Ooyama entro a la casa y desapareció durante diez minutos. El propio Ooyama no estaba porque para sorpresa de Kain, era uno de los tres patriarcas de la alianza Ino-Shika-Cho. Nunca se lo espero, ya que el propio Ooyama era de bajo perfil y solo tenía está tienda como fuente de recursos. Hacía sus misiones, pero no era muy aficionado al combate.