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Mundo Shinobi - Amigos - 74

Frente al grupo de Kain, estaba Hashirama y detrás de él, tres sujetos cubiertos cada una capucha negra que les llegaba hasta los tobillos. De izquierda a derecha, llevaban mascaras blancas con las figuras de un zorro, un pájaro y un búho. Zorro y pájaro eran hombres, se notaba por su contextura sólida, alta y gruesa. Mientras que búho era mujer, su contextura era delgada y un poco más baja que los otros dos. De esta última, destacaba la ausencia de su mano izquierda. Los niños a lado de Kain dijeron un largo "Ooo" con asombro, salvo Sakumo, quien agacho la cabeza. Kain noto que la dirección de los ojos de la persona con mascara de búho pasaba de él y se dirigía hacia atrás. Se dio la vuelta para mirar y vio que miraban a Sakumo. A lo mejor, era alguien que lo conocía, pensó. En ese momento, estaban en el patio del colegio. Una extensión de terreno con nada más que tierra, lo ideal para las practicas shinobis. A las espaldas del grupo de Kain estaba la Academia y a espaldas de Hashirama y los anbus, estaba la pandereta que daba a la calle.

-Bien- dijo Hashirama -zorro, pájaro, pelearan contra Akane Uchiha y Sakumo Hatake. La pelea se acaba cuando alguien se rinda, caiga inconsciente y sea herido de gravedad- Hashirama se volteó para mirar a ambos anbus a los ojos y dijo en tono estricto -esto último no queremos que pase, así que sean cuidadosos-

-¡Sí!- gritaron ambos shinobis.

Hashirama volvió a mirar a los niños y les dijo -ustedes deciden el orden-

-Tío- dijo Kain dando un paso al frente -¿Cuales son sus habilidades?-

-Eso- dijo Hashirama un tanto incomodo -es un secreto-

-Está bien, pero sería bueno que tuvieran habilidades variadas. Sakumo es bueno en el cuerpo a cuerpo y Akane a distancia ¿Podrían pelear buscando sus puntos débiles?-

Hashirama miró a los anbus y estos asintieron en consecuencia.

-Creo que es posible- dijo Hashirama

-Bien, eso es todo-

Hashirama miró a Kazuhiko y Kaoru -¿Ustedes también quieren participar?- preguntó

-Gracias por su ofrecimiento, Hashirama-sama- dijo Kazuhiko en un tono respetuoso -pero peleare con Kain-

-Kaoru también peleara con Kain-sama- dijo Kaoru con una gran sonrisa

-Bien- dijo Hashirama, se movió hacia un lado del patio y el anbu con mascara de búho lo siguió. Se quedaron de pie a unos veinte metros de distancia, mirando como los niños formaban un círculo y tenían una pequeña reunión estratégica.

-Kain, ya no quiero luchar- dijo Sakumo con un rostro pálido, parece que le dolía el estómago.

-¿Por qué?- pregunto Kain -pensé que querías probar tus habilidades-

-Sí, pero-

-Ya no hay peros, mi tío nos hizo el gran favor de prestarnos a su escolta. Es momento de corresponder el esfuerzo. Además, por cobarde vas primero-

-¡¿Eh?!-

-Opino lo mismo- dijo Akane

-¡Akane!- dijo Sakumo como si hubiera sido agraviado -pensé que éramos amigos-

-Lo somos, pero es bueno que de una vez por todas le pierdas el miedo a tu mamá-

Todos se quedaron congelados, mirando con ojos muy abiertos a Sakumo.

-No era necesarios que dijeras eso- dijo Sakumo con voz lastimosa

-Eres un cobarde- dijo Kain

-Un cobarde sin remedio- dijo Kazuhiko

-¿Por qué le tienes miedo a tu mami?- pregunto Kaoru con un tono de voz inocente

-Vamos, Sakumo- dijo Akane -es momento de demostrarle que eres fuerte-

Kain quedó mirando a Sakumo, un muchacho un tanto salvaje, que le gustaba luchar. Después miró al anbu con mascara de búho que estaba de pie al lado de Hashirama. Entonces asintió entendiendo porque miraba tanto a Sakumo.

-Vamos Sakumo, créeme- dijo Kain -has avanzado mucho en este breve tiempo. Solo han sido un par de meses, pero te aseguro que sorprenderás a tu mamá en el buen sentido-

Sakumo miró lleno de miedo a Kain, pero asintió. Kain sonrió, metió su mano derecha a la manga izquierda y saco un pergamino. Después lo estiro en el suelo, activo los sellos y emergieron una serie de armas.

-Elige la que quieras- dijo

-Kain- grito Hashirama desde la distancia

-¿Qué pasa, tío?- preguntó Kain alzando la voz

-Nada de armas-

-Oh, que pena- murmuro Kain

Sakumo ya había tomado una katana, pero Kain tuvo que quitársela y guardarla -nada de armas, dijo el tío-

Sakumo soltó un suspiro y asintió. Parecía rígido, como si todo su cuerpo se hubiera vuelto una tabla. Camino hasta la mitad del patio de prácticas con un movimiento mecánico, a unos diez metros de sus amigos y espero al anbu. Este apareció en un repentino instante, a dos metros de Sakumo. Era el que tenía mascara de zorro.

Ambos se saludaron haciendo una reverencia, con la mano izquierda envolviendo el puño derecho, a la altura del pecho. Sakumo se puso en posición de combate y el anbu espero a que hiciera su movimiento. Sakumo frunció el ceño y al igual que como Kain le enseño, mando una pequeña corriente de chakra a sus pies, focalizada en sus dedos. Dio un salto hacia adelante, asombrando al anbu y obligándolo a dar un gran salto. Sakumo quedo en la posición original del anbu y el anbu quedo a tres metros de Sakumo, en una posición defensiva, con las manos levantadas a la altura del pecho. Parecía asustado por el rápido movimiento.

-Vamos, Sakumo- grito Akane -demuestra tu fuerza-

Sakumo asintió en un gesto lento y persiguió al anbu. Este último también salto tratando de huir mientras realizaba una seguidilla de sellos. Por la distribución, parecía un jutsu de fuego. Sin embargo, después de su tercer salto se quedó sin margen de maniobra y tuvo que acceder al enfrentamiento cuerpo a cuerpo. El anbu recibió a Sakumo con un puñetazo a la cara y Sakumo se agacho, levantando su pierna al mismo tiempo y dándole una patada en las costillas. Se puedo escuchar fuerte y claro grito ahogado del anbu, pero esto estaba lejos de ser el fin. El anbu le agarro la pierna con una mano y con la otra le lanzó un puñetazo a la cara. El impacto mando a Sakumo a dar una vuelta en el aire y caer en el suelo, boca abajo. Después de eso, el anbu dio un salto hacia atrás y puso su mano sobre las costillas.

-No vuelvo a subestimar a un niño nunca más- dijo con la voz de un muchacho, no debería haber tenido más de veinte años.

Por otro lado, Sakumo se levantó del suelo con el labio partido. Se paso la mano por la boca para limpiarse la sangre y se volteó para lanzarse de nuevo contra el anbu.

Kain noto a la distancia, que el anbu con mascara de búho le susurraba algo a Hashirama. Este último negaba, pero el anbu insistió durante un largo rato hasta que Hashirama asintió. En ese lapsus que duro unos treinta minutos, Sakumo termino con un ojo hinchado y jadeando del cansancio. Respiraba con dificultad, pero por la mirada en sus ojos, Kain estaba seguro de que estaba lejos de estar vencido. Incluso ahora sonreía.

Hashirama dio un aplauso y dijo a gran voz -suficiente-

Sakumo miró a Hashirama, pero por alguna redirigió su vista al suelo. El anbu con mascara de zorro salió del patio y el que tenía mascara de búho, entro en su lugar. Levanto su mano y la digió hacia su espalda, en donde llevaba una pequeña espada de unos sesenta centímetros de largo. La desenvaino y camino con ella en su mano.

Al mismo tiempo, Akane y el resto de los niños se preocuparon. Solo Kain permaneció en calma, saco una vez más su pergamino y saco una katana. Después miró hacia su amigo -Sakumo- grito. Sakumo se dio la vuelta y Kain le lanzó la katana. Sakumo la atrapo por el mango y Kain le grito -suerte-

Sakumo asintió y tomo la katana con ambas manos. Sin embargo, muy diferente de otras veces, impregno la hoja con chakra de naturaleza de viento. Esto a su vez genero un zumbido alrededor de la hoja. El anbu con mascara de búho hizo algo similar y en un breve instante, se movió a una gran velocidad, casi desapareciendo de la vista de los niños. Al instante siguiente, apareció frente a Sakumo, levanto la espada y la dejo caer con fuerza. Sakumo se puso en posición firme y soporto el ataque con su propia espada. Sus rodillas se flexionaron un poco, pero resistió el contundente ataque. Al mismo tiempo, el viento alrededor de las hojas de las espadas zumbaba uno contra el otro.

Kain asintió desde la distancia y entendió de donde provenían las habilidades de Sakumo. En un principio, pensó que sería hijo de ese tipo Tobirama. Solo alguien como él le podría decir a un niño de diez años que vigilara a su amigo y si hacia algo malo, lo matara. Sin embargo, Sakumo es muy diferente del frio y taciturno Tobirama, demasiado salvaje para ser la creación de alguien tan intelectual. A lo mejor hubo una unión entre Tobirama y la madre de Sakumo, pero cualquier mujer que ame mínimamente a su hijo, nunca dejaría que creciera con tal padre a su lado. Sin embargo, ahora que es hokage, Tobirama se puede acercar a quien quiera, enseñarle a quien él desee y ordenarle hacer algo a quien quiera.

Sakumo frunció el ceño, aguantando la espada del oponente con su propia espada. La otra parte estaba poniendo más fuerza sobre su espada y Sakumo estaba perdiendo iniciativa.

-Cálmate y haz que tu chakra fluya de forma uniforme- grito Kain a la distancia -no pierdas la calma. Conduce tu chakra en pequeño olas que le permitan a tus músculos tener intervalos de descanso. El chakra es la fuerza del shinobi, pero si el cuerpo no está en condiciones de aguantar la potencia, los músculos se cortarán. Una vez que te sientas seguro en tu posición, has breves esfuerzos como estallidos de fuerza, y empuja-

Sakumo lo escucho fuerte y claro, estaba traspirando en ese momento. Era más fácil decir que hacerlo, pensó. Pero se concentró en su chakra, en sus músculos y en el flujo. Era como Kain decía, mantener durante estos breves treinta segundos esta postura y sosteniendo el ataque de alguien más fuerte, le estaba haciendo doler. La otra persona tampoco lo dejo descansar, puso más fuerza en su empuje y Sakumo tuvo que retroceder un paso. Sin embargo, poco a poco fue regulando el flujo de su chakra y cuando ya pudo sentir sus músculos menos adoloridos. Canalizo un fuerte torrente de chakra a sus espalda y brazos y se preparó para repeler a el atacante.

-Aaaa- grito Sakumo, empujo al anbu con mascara de búho. Este último en un efecto reflejo, levanto su espada, desprotegiendo su estómago y Sakumo dio un paso hacia adelante para cortarlo. Sin embargo, cuando Sakumo quiso hacer el corte horizontal, su brazo izquierdo le fallo y su ataque careció de fuerza y precisión. Apenas si logro rozar la parte frontal de la capucha. Esto genero un tajo y por dentro de la capucha, se vio un cuerpo delgado, con amplias caderas y un chaleco blindando que cubría la parte superior.

Por otro lado, Sakumo cayó de rodillas y soltó la espada. Había pasado lo que Kain le dijo y parece que se dañó el bíceps del brazo izquierdo. Puso su mano derecha sobre el musculo y el solo tocárselo, le hizo dar un grito de dolor.

El anbu soltó la espada y camino hasta Sakumo, se quitó la máscara de búho sin preocuparse por nada y estiro su brazo derecho (su único brazo) para tocarle la cara y levantarle el rostro.

-¿Estas bien, Sakumo?- pregunto la mujer con voz madura. Tenía un hermoso rostro y bajo la capucha se veía un cabello gris lleno de bellos rizos. Sin embargo, en su cara se destacaba algo aún más impactante, una larga cicatriz que le cruzaba desde la sien izquierda hasta la mandíbula derecha.

-Sí, okaa-sama- dijo Sakumo en voz baja, al mismo tiempo que fruncía el ceño.

La anbu lo tomo de la mano derecha y lo guio hasta Hashirama. Al mismo tiempo, los niños que veían en la distancia corrieron para seguirla.

-¿Puede ayudarlo, Hashirama-sama?- preguntó la Anbu

-Por supuesto, Mari- dijo Hashirama con una pequeña sonrisa. Pudo ver la preocupación en los ojos de su cuñada. Hashirama le pidió a Sakumo que estirara su brazo y puso su mano sobre el biceps. Después emitió una luz verdosa y a los pocos minutos se sano.

Por otro lado, la mujer llamada Mari, miró al pequeño de cabello blanco y dijo con una pequeña sonrisa amigable -como se esperaba del hijo del demonio Uchiha, eres muy bueno entendiendo y luchando-

Kain la escucho mientras la miraba a la cara, pero muy diferente de otras personas que decían ese nombre con temor u odio, ella lo decía con admiración. Entonces Kain entendió que esta mujer, más que ser un shinobi, era una guerrera. Alguien que lucha para llegar a la perfección del arte marcial.

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