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Capítulo 39 - Cosas que no salen tan bien

Para principios del año 415 del calendario del Dragon Blindado, la familia Dragonroad había logrado varios aciertos. Uno de los importantes es que los tres grandes estaban creciendo fuertes e inteligentes. Las peleas se habían acabado y habían sido sustituidos por "duelos". Claro, no todo era perfecto, de vez en cuando las cosas se salían de control, pero siempre se mantuvieron dentro de un margen aceptable. Con una edad de siete años, los tres grandes tenían la fuerza de un guerrero intermedio y su magia estaba en el nivel avanzado. Algo sorprendente para la mayoría de los habitantes de este mundo, pero no en esta casa. Así que los tres niños miraban hacia el futuro como si fuera una carretera interminable.

Por otro lado, Victoria había consolidado su empresa. Todos los grandes hombres de negocios conocían la compañía Dragonroad. Estaban interesados en aliarse con Victoria, una gran mujer de negocios. Vinieron de Asura, del Reino del rey Dragon y los mismo comerciantes de Millis. No obstante, a ninguno se le dio la oportunidad de subirse a este buque. Podrían haber habido repercusiones frente a esta negativa, pero con el respaldo de Kain, nadie se atrevió a criticar a la empresa. De tener negocios con la compañía Dragonroad, ¡podían!. Pero de ahí a ser dueños de la compañía había un gran trecho. Siguiendo con otro proyecto de Victoria, la mansión en la playa estaba en proceso. Bueno, estaría en proceso. Ya se habían contratados a las personas necesarias. No obstante, estaban en el mes frio. Así que había que esperar a que pasara esta época del año. Recién ahí podrían comenzar con las construcciones. Se había planeado construir una mansión similar a la de los Latreia. Estaría erigida a mil metros del mar, antes del acantilado de diez metros de profundidad que bajaba hasta la playa. Según los planos, la mansión contaría con unas cuarenta habitaciones, un salón de baile, biblioteca, campo de entrenamiento, cocina y baños en cada dormitorio. Kain solo pudo suspirar ante tal derroche de dinero. No obstante, Victoria estaba feliz. Se había esforzado, así que la dejo hacer lo que ella quisiera. Sin embargo, los cincuenta millones de oros de Asura que costaría la mansión, le dolieron. Como una persona que nació en una cabaña en el bosque y que cuando viajo por primera vez, tuvo que ahorrar en gastos, le parecía un gasto irreal.

Otra cosa que también salió bien, fue el negocio de la joyería. Ahora estaba siendo administrado por Lilia junto a los gerentes de tiendas. Los gerentes eran los mismo de siempre. Haruki, Marta y Luisa. Que ahora formaban un matrimonio. Marta y Luisa estaban embarazadas, así que se quedaron trabajando en Millis, les habían contratado ayudantes, pero aun así, nunca dejaron sus trabajos. Por otro parte, Haruki fue enviado a Asura por varios motivos. Uno era mantener una red de inteligencia en el reino y otra establecer una joyería. Por el negocio y el viaje de regreso a Millis no tuvo que preocuparse. No obstante, el reino de Asura, o más bien dicho, los espías del primer ministro Darius, mantenían una fuerte vigilancia sobre la tienda. Por ahora Haruki contaba con el respaldo de Kain y no había realizado ningún movimiento en falso, así que en teoría, no debería preocuparse por nada.

Algo que no salió tan bien, al menos para Kain. Fue que Sylphiette se había hecho con una "amigo". La niña en un principio estaba encandilada. Cuando Kain iba a visitar a Rawls, la niña le contaba un montón de cosas. "Rudeus hizo esto…" "Rudeus dijo esto…" "Rudeus me enseño esto…". Kain no lo vio con muy buenos ojos por varios motivos. Principalmente, por que el otro niño era precoz y estaba engatusando a su sobrina. Y también porque era hijo de ese otro muchacho, Paul. Él entiende que debe juzgar al árbol por sus frutos, pero la fruta no cae muy lejos del árbol. Dejando eso de lado, fue detenido por Rawls. Ya cuando Kain iba a tomar cartas en el asunto, Rawls le conto que no era necesario. Paul, el padre del "maravilloso" Rudeus, había enviado a su hijo a trabajar en la ciudad amurallada de Roa. Kain quedo un poco sorprendido. Nunca espero que el muchacho gritón, que le andaba ofreciendo una golpiza a medio mundo como si fuera un matón, hiciera algo tan severo. Soltó un suspiro en ese momento y murmuro -bueno, todas las cosas cambian-.

Otra cosa que no salió tan bien, fue sus incursiones con su suegra. Digamos que a ambos se les paso un poco la mano. En un principio, todo iba bien, ya hace una semana, a finales de enero, Lilia, Victoria y Catalina habían confirmado sus embarazos. Todo era alegría. Los tres grandes estaban emocionados, ellos amaban a sus hermanitas, pero tener más hermanitos significaba más diversión. Al menos, así lo veían ellos. Incluso, Therese, que tenía un tema pendiente con Kain, se alegró.

Esa misma tarde Therese se acercó a Kain, se sentaron los dos en la sala de juegos y conversaron durante toda la tarde. Therese se disculpó por no haber dado ese paso y le prometió que pronto, lo daría. Era solo que, le costaba aceptar el hecho de no casarse como San Millis manda. Kain solo la abrazo y la sentó en su regazo, compartieron un par de besos y caricias. Incluso, Therese, que es mala con el licor se atrevió a beber wiski. Ahí, medio borracha, le confeso que lo amaba desde que lo conoció cuando era pequeña. Que creció viendo como su prima era feliz, así que ella, con un poquito de curiosidad, también quería probar esa felicidad. Así que se había olvidado de sus votos y credos y mando todo a la mierda. Incluso había perdido algunas amistades por meterse en este tipo de relación. Kain solo pudo sonreír y amar a esta muchacha, que ahora estaba medio borracha mientras le confesaba sus sentimientos.

Ah, sí, lo que salió mal, fue que Barbara, la suegra de Kain, también quedó embarazada.

-o-

-¡Sinceramente, no lo puedo creer!- grito Lilia. Estaba dándose vueltas como un fiera enjaulada. En estos momentos estaban todos los adultos en la sala de juegos. Luis y Marta tuvieron que venir a dar apoyo, alguien tenía que cuidar de los niños, mientras Kain era linchado.

-Es todo mi culpa, lo siento- dijo Victoria desde un sillón. Uno de los siete que rodeaban a Kain, como si fueran las jueces y él el acusado.

-Mi amor, no es tu culpa- respondió Barbara posando su mano sobre la de ella -lo disfrute un montón y no me arrepiento-

Las otras seis mujeres, incluido Lilia que estaba dando vueltas en círculos mientras se mordía la uña, miraron asombradas a Barbara.

-Vieja caliente- dijo Lilia con total desapruebo.

-¡Oye! No le hables así a mi madre- respondió Victoria

-Tu tienes la culpa de todo esto. Tu y tu buena voluntad. Ahora mira el problema-

-Bueno, eso, todas lo aprobamos-

-Yo no-

-Por supuesto, tu no apruebas a nadie. Quieres todo para ti, deja de ser tan egoísta. Incluso si quisieras acerté cargo por ti misma, no podrías-

Kain, que estaba sentado contra la pared, rodeado por sus mujeres, susurro -siento que he pasado por esto antes-

-Siendo derrotada por una anciana- murmuro Therese con tristeza. Pensó que esto solo paso por su demora en dar el último paso.

-Mocosa, te estoy escuchando- dijo Barbara -aunque no tenga la piel tan tersa, sigo estando en forma. Además, mis tetas son mas grandes que las tuyas-

-¡Mamá!- grito Victoria

-Lo siento señora- se disculpó Therese. De repente entendió algo en su mente y miró a Kain. Lo señalo con el dedo índice y le ordeno -ni siquiera te acerques a mi madre-

-Tu madre también tiene buenas tetas- dijo Kain en broma -pero tiene un carácter de los mil demonios. Ni siquiera se me ha pasado por la mente, pensar en ese tipo de posibilidades-

-¿Qué dijiste?- pregunto Catalina enojada. Una cosa era Barbara, que dentro de todo no le importaba, y otra muy diferente era su querida tía. El solo hecho de pensar en mancillarla, lo hace imperdonable.

-Nada mi querida Lina. Solo estaba bromeando-

-Mas te vale, si se te ocurre hacer un movimiento en mi tía, con el dolor de mi corazón, te castrare-

Lilia solo las escuchaba. Se canso de andar en círculos y tomo su asiento. Junto a sus compañeras, miraron al acusado -Kain- dijo -explícanos que paso-

-Bueno, esa noche donde me pidieron que le hiciera compañía, hice lo que me pidieron. Barbara tenía bastante aguante, así que fue una lucha prolongada. Después, durante esto cuatro meses, hemos estado repitiendo la dosis, así que dentro de todo no veo extraño este resultado.

-Gracias- respondió Barbara como si estuviera escuchando un elogio

-¿Aguantaste hasta la mañana?- pregunto Victoria sorprendida. Incluso Catalina miro con curiosidad, expectante a la respuesta

-Jojojojo, ustedes son tan inexpertas. No saben complacer a un hombre-

-¿Aguantaste o no?-

-Por supuesto que aguante. Fue el mejor sexo que haya tenido. Ustedes niñas no entienden lo bueno, su inexperiencia las hace tontas-

-Todo esto es mi culpa- dijo Therese aun mas arrepentida. No porque se sintiera tentada, sino porque las palabras le dolían.

-No seas loca, niña- dijo Barbara desde su asiento mientras le daba una amable sonrisa -eres la mas joven entre las presentes, siempre puedes arreglar tus errores-

-Gracias-

-Bien- continuo Barbara -lo hecho, hecho esta. Voy a tener a este niño o niña. Si ven esto como un problema, siempre lo puedo llevar conmigo a mi apartamento. Dinero no me va a faltar. Si necesito ayuda puedo contratar a alguien. Así que solo quiero saber es si mi hijo va a crecer con sus hermanos-

-No hay problema- dijo Kain, sin considerar a nadie -es mi hijo y crecerá con sus hermanos-

-Puede ser, Kain. Pero ellas son las que vivirán a diario con esto. Así que cállate un instante y déjalas decidir-

-Soy madre también, y lo seré por segunda vez, no puedo quitarle la felicidad a un niño- dijo Lilia con una voz cansada. Como si aceptara lo que va a suceder.

-Yo no tengo problema- respondió Catalina

-Yo, bueno, es un poco complicado, pero igual acepto- dijo Victoria

-Yo no tengo problemas, conocí a este hombre siendo alguien sin remedio. Otra mujer no hace la diferencia- dijo Reida

-Nosotras no tenemos ningún problema- dijo Maaya -pero por favor, recuerda que en esta casa hay normas que seguir. La superioridad de un niño sobre otro esta fuera de cuestión. Eso solo romperá el balance de esta familia-

-Me parece sensato- dijo Barbara -por ahora, dejémoslo por aquí. Sinceramente, me he sentido cansada durante la ultima semana. Ah, bueno, Kain prepárate-

-¿Por qué lo dices?-

-Una vez que Robert se entere, te hará una visita. Soy su madre y lo conozco muy bien-

Kain dejo caer su cabeza, como si le hubieran puesto un peso de cien kilos encima y soltó un suspiro.

Por otro lado, Barbara miro a Therese y le dijo -hoy hace bastante frio. Mi recomendación como alguien con experiencia, es que duermas con alguien. Puede ser una buena experiencia. Sobre todo por la mañana- y le guiño el ojo.

Therese se ruborizo, miró a las demás y todas asintieron. De esta manera, todas comenzaron a salir de la habitación, una por una. Catalina fue la última y antes de salir, le dijo algo a Therese al oído. La joven se ruborizo y Catalina soltó una carcajada. Después se dio vuelta y le guiño con su único ojo y se fue. Kain asintió tranquilo, con un aire más despejado. Therese estaba en medio de la habitación, ida en sus pensamiento cuando Kain se le acercó y le tomo las manos.

-Yo, yo aun tengo algo de miedo- dijo Therese -pero, esta bien, yo, yo puedo dar este paso-

-No te defraudare- dijo Kain

Ella levantó la mirada y sus ojos coincidieron. Kain sonrió y Therese lo imito. Entrelazaron sus dedos y después se besaron. Kain la abrazo y le susurro -es un poco tarde, pero vamos a otro lado. Así estarás más tranquila-. Therese asintió y lo acompaño mientras iban tomados de la mano.

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