webnovel

77

Al día siguiente:

Tenía que acabar con todo de una vez. ¡Ya no lo soporto!

Llegué a la casa de mi hermana y toqué su puerta, al abrirme, vio mi ropa llena de sangre y se asustó.

—¿Qué te ha pasado, John? — trató de ayudarme y la evité.

—¿Estás sola?— pregunté directamente.

—Sí, los niños están en la escuela y Owen está trabajando.

—Que bueno. Iré directo al asunto. No voy a seguir ayudando a esa familia.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste.

—¿Qué está pasando, John? ¿Qué es toda esta sangre? ¿Dónde está Daisy? ¿Pudiste encontrarla?

—No quiero hablar de ello. Vengo a decirte que no voy ayudar más a esa familia, y a pedirte que te mantengas lejos de mi.

—¿Qué está pasando, John?

Entré a la casa y sujeté mi hombro del dolor.

—Quiero dejar todo claro antes de irme. Planeo largarme y no regresar por aquí. Tengo asuntos importantes que atender, que perder el tiempo con pendejadas y problemas familiares.

—¿Por qué estás hablando así, John? Estabas muy dispuesto ayudarlos, ¿Qué pasó ahora?

—Estoy harto de este teatro de hombre bueno. Actuar como si fuera un detective o un hombre bueno, y serio, es lo más desesperante que he tenido que hacer. Estoy cansado de ayudarte y venir detrás de tu culo cada vez que me buscas.

—Tú jamás me hablarías así. Dime qué te está pasando.

—¿Quieres saber? Que no soy ese hombre que tanto piensas, que no he dejado de ser en ningún momento esto que ves ahora. Te engañé, Juliana. He sido muy paciente, tratando de fingir estar a gusto, cuando realmente no lo estoy. Esto de estar ayudando a familias, y haciendo todo lo que pides como si fuera tu esclavo, no es lo mío.

—Quería creer que realmente lo habías dejado, John. Quería creer en ti, ¿y así me pagas?

—¿Qué podrías esperar de alguien como yo? Somos iguales, Juliana. Tenemos la misma sangre corriendo por nuestras venas. Fuiste muy ingenua si realmente creíste que alguien como yo podía cambiar así de fácil. No me interesaba cambiar en primer lugar.

—Estoy decepcionada de ti, John.

—Que bueno, esa es la idea.

—¿De quién es esa sangre, John? Dime qué realmente está pasando. Estoy segura que algo malo pasó para que estés actuando de esta manera. No te ves como la misma persona que dejé en el hospital ayer. ¿Qué ocurrió contigo? ¿Es Daisy?

—No la menciones, Juliana— escuchar su nombre me provocaba ese dolor en el pecho y ese nudo en mi garganta.

—Dime, por favor, quiero ayudarte. Ya entendí que no quieres ayudar a la familia Cole, y que estás cansado de actuar como alguien correcto cuando no lo eres, pero quiero saber qué es lo que sucede con mi hermano. Siento que algo malo te pasa, lo siento aquí en el pecho, tú no eres así. Esa mirada que tienes ahora, no es normal de ti. Parece como si tuvieras un gran peso sobre ti, y quiero saber qué es lo que te tiene así. Yo no soy tu enemiga, John. Soy tu hermana, tu sangre, tu amiga. Me preocupa lo que te pase.

—Quiero que te olvides de que tienes un hermano, Juli, ¿Es mucho pedirte? Quiero que olvides que alguna vez esto ocurrió. No quiero que se acerquen nunca más a mi, ni que me llames, ni me busques, ni nada. Si te importa tu familia, y quieres el bienestar para ella, será mejor que te olvides de mi. Solo voy a traerte problemas a ti y a todos los que se me acerquen, es por eso que será mejor dejar las cosas hasta aquí. Espero puedas comprender que no me interesa relacionarme con ninguno de ustedes. Odio el hecho de que ustedes lo tengan todo, de que su hogar y su familia este completa. Odio ese ambiente tan feliz y perfecto que emerge de ustedes.

—¿Qué estás diciendo, John?

—Que los odio a todos, y que no quiero estar cerca de ustedes nunca más. Espero haber sido claro, Juliana. Desde hoy en adelante, seremos dos completos desconocidos — me giré con la intención de largarme, pero ella me agarró el brazo.

—No, John. ¡Tú no te puedes ir!

—No quiero lastimarte. No me provoques, Juliana.

—Haz lo que quieras, pero de aquí no te vas sin escucharme. ¿Por qué odias la felicidad que en mi familia hay? Tú podías haber tenido también esa felicidad y nunca la quisiste.

—¿¡Y tú qué mierda sabes!?— grité.

—Siempre te alejabas de nosotros por sentir ese ambiente, siempre te has cerrado a todo, y te entiendo. Yo quería que te sintieras como parte de nuestra familia, porque eres parte de mi. ¡Eres mi hermano! ¡Por eso te obligaba a mantenerte cerca de nosotros! Quería que tuvieras una verdadera familia y la felicidad que nunca tuviste, pero te alejabas de nosotros. Creí que al estar con Daisy, quizás cambiarías e ibas a poder saber lo que se siente tener una familia, tener a una persona que te apoye y que te ame. Ella te adora e incluso con ella te has cerrado. Pensé que si ella no lograba entrar en tu vida o en tu corazón, nosotros no íbamos a poder hacerlo tampoco. ¿Por qué no dejas todo esto, John? Comienza de cero y cambia tu vida. Conociste a alguien que te ama sobre todas las cosas, que está contigo siempre y que acepta todo ese pasado oscuro que has tenido. ¿Por qué tienes que hacer todo más difícil? ¿Por qué no te detienes y tratas de tener una mejor vida al lado de ella?

—¡PORQUE YA ES MUY TARDE, MALDICIÓN! ¡PORQUE YA NO LA TENGO CONMIGO! ¡PORQUE ME IMPORTA POCO LO QUE PASE CONMIGO AHORA! — rechiné los dientes, y apreté mis puños.

—¿De qué estás hablando, John?

—Acabaron con nuestras esperanzas. Me arrebataron lo único que tenía, lo único sagrado y lo más importante para mí. Ya no podré tener una oportunidad de hacerla feliz, ¡PORQUE ESTÁ MUERTA! ¿Ahora lo entiendes? Es muy tarde para arrepentirme, porque por más que desee tenerla conmigo, ya no podré traerla de vuelta, porque por más que la ame con cada parte de mi alma, no podré revivirla.

—John…

—No te quiero volver a ver, Juliana. ¡Muéranse todos!

Me fui de la casa y al subirme al auto, lágrimas volvieron a bajar por mis mejillas. Esto es lo mejor que hago. Me dirigí al aeropuerto y subí al Jet.

—¿Todo está en orden?

—Sí, señor.

Me puse de rodillas al lado de la cama, el sonido de la máquina del suero se escuchaba claramente.

—Ya hice lo que tenía que hacer, ahora nadie nos va a molestar por un tiempo, cosita. Te pondrás bien, lo prometo.

Nächstes Kapitel