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No significaba nada.

A varios cientos de kilómetros al oeste de la Ciudad Garissa, cerca de la ciudad costera de Kismaayo dentro de las fronteras de Somalia, el espacio se distorsionó.

Al principio fue una distorsión pequeña, pero luego fue creciendo y liberando oscuridad.

El 'Caos' se filtró asustando a los animales y retorciendo las plantas que estaban en los alrededores.

Sin embargo, entre el 'Caos' había otra 'divinidad' que se filtraba y era la 'Libertad'.

La oscuridad que solo se veía en los portales abismales apareció y de repente una figura fue lanzada rodando por el suelo.

Su piel ligeramente corrompida con ciertas protuberancias fue la prueba de que incluso con el apoyo de una deidad fue difícil abrir un 'túnel' de salida.

El pasaje se cerró de inmediato y Elinarah tras ver su posición en el reloj holográfico empezó a volar.

En sus manos seguía teniendo el artefacto que almacenaba las semillas de los Quoarianos y su sonrisa no podía ocultar su felicidad.

La corrupción en su cuerpo solo era superficial comparado con los beneficios que podía sacarle a este portal abismal.

Volando a gran velocidad, ella se lamentó el haber usado los pergaminos espaciales en el otro mundo y en medio de eso, revisó su cristal de comunicación.

A diferencia de los relojes holográficos que los humanos normalmente usaban y que podían ser controlados por otros individuos, un cristal de comunicación era el método mágico más privado.

El avance de la magia le dio todo tipo de funciones y el que ella tenía podía retener 'mensajes'… Ella al leer uno de esos mensajes continúo moviéndose aún más rápido.

Solo necesitaba llegar a la posición designada para poder retirarse.

Había usado a su 'Gran Señora' como nexo para comunicarse con la secta y había preparado todo para esta ocasión.

Le hubiera encantado llegar al lugar de extracción al salir, pero no haber llegado a la base de las fuerzas aliadas en Garissa fue demasiado bueno.

Emoción por los beneficios que podía sacar de estas semillas y de lo que había logrado traer, consiguieron que Elinarah no pudiera evitar reírse.

Viajando durante más de media hora, su emoción llego al punto máximo cuando a lo lejos se pudo ver un barco.

Estaba lejos de la costa y todo era tierra, pero ese barco no venía por el suelo o por mar, el barco estaba flotando.

Era un gran galeón de guerra que resultaba extraño en esta época, pero la forma que volaba liberando niebla y dando la impresión de que surcaba las nubes, fue maravillosa.

Que ese fuera su medio para huir de este continente, fue aún mejor para Elinarah.

Aumentando su velocidad de vuelo, Elinarah escuchó un chillido de un ave a la distancia y cuando miró al cielo pudo ver un ave que a lo lejos que parecía pequeña.

Sin darle importancia, cuando volvió a bajar su mirada pudo ver que el espacio se distorsionaba y un individuo aparecía.

Traje de militar, ojos claros y cabello marrón, su expresión solemne era algo bastante llamativo.

No obstante, lo que hizo que Elinarah pusiera una expresión difícil fue que el 'espacio' no se distorsionó a nivel mágico, sino que fue un viaje al estilo psiónico.

Como si fuera poco la presión que liberó fue nada más que aterradora.

"Mi hermano a veces puede ser rudo." Dijo una voz repentina.

Elinarah miró a su lado en donde estaba un hombre… Tenía la misma apariencia que el individuo que estaba al frente, con la única diferencia que estaba sonriendo.

La cercanía y la forma que estaba volando dio la impresión de que siempre estuvieron a su lado.

Dando una respiración pesada al reconocer a los dos poderosos psiónicos de la Ciudad Atlántida, Elinarah dio una mirada al navío de la guerra que se estaba acercando.

"¿Vamos a tener que luchar en contra de un pirata? Aunque admito que me gustaría ser esa clase de pirata, es divertido estar de este lado de la fuerza." Dijo otro hombre que apareció a su lado.

Esa sonrisa descarada y esa mirada sin miedo, junto a esa apariencia tan atractiva a la vista… Era imposible no reconocer al Rey de Madagascar, Ronald Einhorn.

"Lo dudo. No creo que otro más sea necesario. Ya somos demasiados aquí." Respondió un hombre de piel oscura.

Su traje militar le daba a su seriedad una impresión imponente y con tan solo sostener su lanza liberaba una presión aterradora.

El General McLean conocido como el Rango SS de Zerzura también estaba presente y ahora estaba mirando al navío de guerra que se acercaba.

"Es mejor que no intentes nada tonto." Dijo Elerius Trenus también conocido por ser el administrador de la Empresa Cosmos.

Elinarah estaba pensando en apretar su agarre y destruir el artefacto que almacenaba las semillas de los Quoarianos.

Era una memoria de almacenaje de gran tamaño que contenía las semillas junto a bastante de otra información… Le costó conseguirlo y no deseaba dejárselo a ellos.

Sin embargo, al ver la mirada de ese individuo, su expresión solo se volvió pálida.

La razón era porque no podía controlar su cuerpo… Estaba completamente congelada.

"Dile a tu 'Gran Señora' que tenga cuidado con quien decide meterse." Susurró Elerius en voz baja y con una sonrisa, agregó. "Eso fue lo que la Iglesia del Tiempo y el Espacio me dijo que te mencionara."

Elinarah finalmente se puso pálida.

La Diosa de los Hedonistas, el Libertinaje y la Libertad no le dio una advertencia de lo que la estaba esperando y era porque había una mirada más fuerte presente en el lugar.

El Dios del Espacio y el Tiempo estuvo mirando y apoyó a su iglesia avisándole del lugar en donde ella llegaría.

Ese Dios Primordial era indiferente y si bien intervenía, nunca tomó el control del mundo o restringió las interacciones de este mundo con otras deidades.

Fue un observador, pero si alguien molestaba al observador… Elinarah tragó con cierto temor.

"Ya tenemos lo que vinimos a buscar." Dijo Elerius al tomar el anillo espacial y el artefacto de almacenaje de Elinarah y manteniendo su sonrisa al ver al navío detenerse en el aire, dudó. "Sin embargo, todavía nos encargaremos de ella. ¿Quitarle el pasajero es una molestia?"

A diferencia de su poderío, ese hombre hablaba con el respeto de un hombre de negocios.

Tenía superioridad numérica en contra del individuo del barco, pero, aun así, no lo demostró.

Los cañones al frente del galeón apuntaron directamente y si uno pensaba que esos cañones eran antiguos, entonces se enfrentarían a disparos de un potente cañón mágico con la fuerza similares ataques de rango S.

Mucho se hablaba del navío de guerra del Pirata Somalí y la mayoría de las historias era sobre ese individuo derribando navíos modernos.

Ahora ese individuo apareció cuando el barco se hizo a un lado y ese pirata observó desde lo alto.

Llevaba ropa de cuero de color negro que daba la sensación de antigüedad y con su larga barba blanca, ese individuo dio la impresión instantánea de ser un pirata sacado del pasado.

Era uno de los tantos jugadores antiguos que solo podrían llamarse extravagantes, ya que a pesar de su fuerza solamente controlaba la antigua capital de Somalia y navegaba los mares.

"Como ella no ha subido a mi barco, no es mi pasajera y por ende no tiene derecho a mi protección." Respondió el Pirata Somalí y acariciando su barba dio una mirada a todos los presentes.

Había demasiados rangos SS en un mismo lugar y tal hecho, era nada más que impresionante y a la vez alarmante.

"Es bueno oír eso. La Empresa Cosmos ha estado poniendo sus ojos en estas tierras y no desearía tener conflictos innecesarios y poco rentables." Respondió Elerius y con una sonrisa de negocios, advirtió. "Es recomendable dejar las malas relaciones de lado. Nadie desea tener un vecino con rumores turbios."

Esa advertencia fue directa y clara, pero no solo apuntaba al Pirata Somalí quien mantuvo su expresión imperturbable, sino que al Rey Ronald quien dio una sonrisa.

"Por supuesto, si es que todos deseamos una vida pacífica y tranquila." Finalizó Elerius con calma.

Simple y directo.

No le dio importancia como los otros individuos veían su advertencia o si la tomaban como una amenaza.

Ese individuo no hablaba con su fuerza personal, sino que se estaba refiriendo al gigante que estaba a su espalda y la confianza que tenía en su respaldo, era enorme.

"Lo tendré en mente." Respondió el Pirata Somalí.

A diferencia de lo que Elinarah había pensado, ese reconocido pirata simplemente asintió con total calma.

No se había molestado y si bien era difícil saber si tomaría en cuenta esas palabras, tal tranquilidad fue lo peor para Elinarah que deseaba escapar.

Al ver que el navío se retiraba, ella entendió que su destino estaba sellado.

"Volvamos, necesitamos avisar a la expedición que no debe preocuparse por el exterior." Declaró Elerius y acercándose a Elinarah, mencionó. "¿Deseas cooperar u opondrás resistencia?"

¿Deseaba hablar y dar toda la información que conocía o deseaba resistirse y dejar que ellos vieran todo su pasado?

Ambas tenían los mismos beneficios… Conseguir toda la información que ella tenía.

******

Aurora que había salido del interior de la nave pudo ver como la Cardenal Najjar levantaba la cabina en donde estaban los Quoarianos en esos tubos.

La gran nave había sido parcialmente destruida y solo quedaba muchas ruinas, pero quienes se estaban haciendo cargo de evitar explosiones y percances con el fuego eran los drones de Kairos.

Los demás miembros de la expedición también estaban revisando el área o entrando a partes destruidas para tratar de ayudar.

Esta batalla había terminado… No, Aurora mirando a su amiga que estaba comiendo unas papitas, entendió que todo lo que se debía hacer en el portal había terminado.

La naturaleza se retiró por completo sin deseos de luchar y si bien la posibilidad de que se estuviera preparando para atacarlos existía, Alice comentó que era posible que el lugar en donde estaba el portal fuera importante para la naturaleza.

Y si era cierto, entonces la naturaleza reuniría todas sus fuerzas en ese lugar para prepararse cuando ellos se fueran o de un posible ataque del otro lado.

Era difícil suponer lo que sucedería y las posibilidades eran infinitas.

Sin embargo, una vez iniciado el diálogo sería innecesario buscar controlar el portal a la fuerza y entrar en conflicto.

Si bien ella estaba preparada para esa eventualidad y Kairos estaba vigilando a donde se movía la naturaleza que se ocultaba en la nube purpura, era necesario no iniciar otra batalla de este tipo.

"La destrucción en la nave fue extensa, pero hubo áreas que quedaron indemnes." Informó Kairos mirando los últimos informes de los drones y con una mirada seria, expresó. "Creo que debemos retrasar nuestro retiro."

"¿Deseas tomar todo lo tecnológico?" Dudó Aurora con curiosidad.

Si parte de la nave estaba indemne, ellos podían conseguir algo de esos lugares, y el único problema era que necesitaban tiempo para que los drones actuaran.

Era muy posible que una vez que ellos se fueran la naturaleza no dejara pasar otras personas o atacara a los que vinieran y en caso de que otros vinieran con ellos estando de este lado, entonces la naturaleza se volvería agresiva.

Después de todo, entre más vinieran la amenaza para su supervivencia aumentaría.

Así que debían hacer todo lo que tuvieran que hacer antes de retirarse por completo y si bien era posible retrasarlo no se sabía cuánto.

"¿Sacar? No, no necesito esta basura." Respondió Kairos y con una mirada seria, precisó. "Pero para otros son tesoros… Y afuera algunos saben en qué mundo estamos, eso significa que tenemos en nuestras manos tesoros que muchos desearían."

Aurora se quedó en silencio al darse cuenta de que solo estaba mirando este lado.

Pensó que terminar el portal se acababa todo y no vio los posibles problemas de la tierra.

Si bien se retrasaba la información del portal, algunas naciones poderosas sabían de qué mundo se trataba este y eso significaba que sabían sobre la tecnología.

¿Qué pasaría si salían con esta tecnología?

Zerzura era una potencia en África, pero comparado con las naciones del mundo, solo era una ciudad estado en medio de la nada.

La Empresa Apicius también era poderosa, pero la tecnología revolucionaria daría coraje a muchos para enfrentarla.

Y en cuanto a la iglesia… Era una iglesia cuyo deber era la protección del mundo.

Hablar de intereses personales y que tratara de quedarse con todo, iba a causar mucho descontento entre las naciones y ni hablar de la opinión pública.

"Lucius ha extraído todo… Literalmente todo. Si algo hay que destacar del Quoariano es que hasta el final protegió toda la historia y tecnología de su raza." Explicó Kairos y dando una mirada, murmuró. "Los humanos desearán esta tecnología y si se libera al mundo… Será difícil saber lo que sucederá."

Su forma de decir 'humanos' fue distante, pero posteriormente controló su expresión para dar cierta seriedad.

Aurora solo pudo quedarse con la idea que le estaba presentando Kairos.

Incluso si Zerzura se animaba y se quedaba con todo… ¿Podría cargar con las consecuencias?

La respuesta era un no… Era incapaz de ir en contra de aquellos que desearían la tecnología y no podía ser igual que Rusia quien nunca reveló lo que obtuvo.

A Aurora le gustaría creer que estaban pensando demasiado, pero Kairos mejor que nadie sabía ese deseo de los humanos de tener más.

Después de todo, la Empresa Cosmos en su historia había enfrentado muchos problemas relacionados con su regla de clasificar tecnología.

Era posible que esos problemas se extendieran no solo en términos legales o de opinión pública, sino que de movimientos secretos.

"Lo siento. Creo que me excedí demasiado." Dijo Kairos y dando una media sonrisa, murmuró. "Yo te apoyaré, independientemente de lo que suceda."

¿Estaba preocupado porque esa tecnología se libere al mundo? ¿Por la humanidad y por las consecuencias? ¿O le preocupaba perder el dominio de su empresa en términos tecnológicos?

Ella no había visto todo lo que se había extraído, pero con esa enorme nave estaba claro que la fuerza militar de los países que pudieran replicar esa tecnología, aumentaría hasta igualar o acercarse a la Ciudad Atlántida.

Sin embargo, Aurora podía ver en su mirada que no había ninguna de esas preocupaciones, es más incluso si las peores posibilidades sucedían, él posiblemente no se inmutaría.

"Gracias." Respondió Aurora entendiendo la razón de sus palabras.

Kairos no estaba preocupado por lo que sucedería o por el golpe que tendría su empresa en caso de que la tecnología se hiciera pública.

Tampoco pensaba en las circunstancias de sí la tecnología se liberaba al mundo y las posibilidades que individuos lo usaran para el 'mal'.

Simplemente le estaba señalando una posibilidad que ella no había pensado.

"No es nada." Respondió Kairos con una suave sonrisa animada y recibiendo un mensaje, avisó. "Los de afuera ya han atrapado a Elinarah, tienen lo que se robó."

"¿Eso significa que la tecnología no se ha filtrado?" Dudó Aurora con cierto alivio.

No sabía lo que hizo Elinarah, pero según los registros sabían que ella se había llevado algunas 'semillas' de la raza Quoariana.

A diferencia de aquellos individuos que estaban en un estado de 'estasis' dentro de los tubos, lo que se llevó Elinarah ya se podían considerar como 'inteligencias artificiales'… O dependiendo de la mirada, formas de vida artificiales.

También era posible que se llevara mucha tecnología que le agradara y si ella lograba escapar, esa tecnología podía terminar en manos de demonios de toda clase que seguramente le darían un uso peligroso.

Aurora todavía recordaba la máquina desestabilizadora durante el primer portal abismal y la forma que se usaba tecnología sin duda fue innovador… Y aterrador.

"No deberías estar tan confiada. Según el informe hay influencia de Larzura en todo esto. Una vez que interroguen a Elinarah descubrirán más, pero… Creo que hay que esperar lo peor." Reveló Kairos y dándole una mirada, declaró. "Después de todo, nosotros no somos los únicos que pueden trasmitir cosas a través de los dioses."

Aurora solo dio un largo suspiro.

Esperando que estuvieran pensando demasiado.

******

El galeón de guerra descendió lentamente y aterrizó en medio del mar.

Soltando una niebla y adentrándose mar a dentro, nadie pudo ver el galeón y quien estaba al mando, dio una mirada a su tripulación.

Los marineros tenían el cuerpo de humanos, pero en realidad eran zombis no-muertos que simplemente trabajaban para él.

A diferencia de otros tipos de no-muertos conscientes como los liches, aquí eran zombis sin conciencias o razón, que fueron entrenados para actuar siguiendo sus órdenes.

Técnicamente el galeón no necesitaba tripulación debido a la forma que fue construido, pero un capitán necesitaba tripulación… Eso era lo que el Pirata Somalí se decía a sí mismo.

Una misión de pasajero termino atrayendo a cuatro rangos SS… No, cinco si alguien contaba al Zhar-Ptitsa que estaba surcando el cielo.

"¿A dónde vamos capitán?" Preguntó una voz femenina de repente.

Vino desde todo el navío… Era el espíritu artificial que controlaba todo el navío.

En cierta forma, era la única tripulante de este barco, de esta obra maestra que sin duda atraería las miradas de antiguos artesanos de Terra nova.

El Pirata Somalí levantó su mirada para ver la bandera pirata agitarse por el viento y al final, dio un asentimiento para sí mismo.

"Vamos a buscar algo para cazar. Estoy aburrido." Declaró con un tono claro y simple.

Dejando el timón que se controlaba solo, fue al camarote del capitán y cuando entró, tomó un cristal de comunicación y lo puso en su escritorio.

Tras iniciar la comunicación con su contratante para esta misión, la proyección se distorsionó y luego de un momento reveló a un demonio rojo.

Delgado, alto y con dos cuernos rojos que se elevaban en su cabeza… Era el Señor Demonio Pezak.

"La misión falla, lo sé." Respondió Pezak y con una mirada simple, declaró. "Es una pena la perdida de Elinarah, pero ella nos ha dado mucho."

El Pirata Somalí no demostró curiosidad o interés por tales palabras.

No logró llevarse a Elinarah, pero ese demonio seguía diciendo que había recibido bastante de esa mujer demoniaca… Para el Pirata Somalí tales palabras no significaban nada.

"Desde ahora nuestros negocios han de cesar." Avisó el Pirata Somalí sin cambiar de expresión.

El Señor Demonio Pezak frunció el ceño ante ese abrupto aviso.

"¿Estás seguro? Gracias a nuestra Señora y al sacrificio de Elinarah, nosotros seremos más fuertes que antes." Señaló Pezak.

¿Qué había obtenido de ese portal?

¿Armas poderosas? ¿Un conocimiento abrumador?

Por la mirada que estaba dando ese demonio, al menos era posible que fuera algo que podría preocupar a los humanos.

No obstante…

"No me interesa." Respondió el Pirata Somalí y sin cambiar de expresión, cortó la comunicación.

Al estar solo, él dio un largo suspiro.

Hoy se encontró con cinco rangos SS y si esos individuos lo atacaban muy posiblemente hubiera terminado muriendo.

Era fuerte, pero su mayor fortaleza estaba en el mar y no en 'tierra'.

"Creo que mi tiempo de pirata estará por llegar a su fin." Murmuró el Pirata Somalí con un tono algo apagado.

Si una potencia al nivel de la Ciudad Atlántida y la Empresa Cosmos deseaba mirar estas tierras, entonces resultaría muy complicado seguir haciendo los mismos trabajos.

O finalmente, sería marcado como alguien que debían eliminar y la próxima vez que se encontrara con tantos rangos SS del mismo lado, no podría salir vivo.

Esa era su mayor pena y preocupación.

¿En cuanto a los problemas de 'tierra'?

No significaba nada para un lobo de mar.

Volvemos a empezar con los diez capítulos. Disfruten!

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