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Cita Escolar

Luego de que Patick se fue, mi madre me ayudó a subir hasta mi cuarto y una vez ahí curó mis heridas mientras charlábamos un poco acerca de cómo había conocido a mi "salvavidas". Sin embargo, una vez que le comenté sobre el pañuelo que me dio el día que nos conocimos, me regañó diciendo que no debía aceptar cosas así de los desconocidos porque nunca se sabía si podía contener algún tipo de droga y me aconsejó que no me fiara totalmente de él. Aunque no creía que él fuera una mala persona, aquello que dijo mi madre ciertamente sí me hizo dudar un poco de él.

Llegó el lunes y mis heridas estaban casi completamente bien, como ya no había nadie que pasara por mí a casa, opté por tomar el autobús nuevamente como lo hacía antes de conocer a los Cullen. Al llegar a la escuela, me di cuenta de que era realmente temprano así que pude escoger libremente mi asiento, coloqué mis cosas sobre un pupitre del fondo y luego salí del salón para recorrer un poco la escuela por los pasillos. Entre tantos chicos que estaban sacando sus cosas de sus casilleros, se encontraba Edward, tuvimos un pequeño intercambio de miradas y aunque él parecía tener intenciones de saludarme yo solo miré hacia otro lado y seguí mi camino. Unos casilleros después se encontraba Alice, platicando alegremente con Jacob, en cuanto me vieron se alejaron un poco el uno del otro y me saludaron con naturalidad. Yo solo correspondí el saludo sin detenerme, les dediqué una sonrisa y me dirigí de vuelta al salón; la verdad es que no tenía muchas ganas de hablar con Alice luego de que me había mentido.

Una vez de vuelta en el salón, me di cuenta de que Tyler había ocupado por primera vez el pupitre que estaba al lado del mío, fingiendo indiferencia solo lo saludé con la mano y tomé asiento; aún no había olvidado la manera en que me había abandonado el viernes ni su deseo de mantener nuestra relación como algo meramente profesional. Sin embargo, en cuando tomé asiento, él acercó su pupitre al mío e inició una charla con casualidad.

— Hola Lizzy, ¿Cómo estás?, Lamento haberte dejado así el otro día, sé que no tengo excusa.

— Estoy bien, no tienes que estar preocupado por lo del otro día, de todos modos nuestra relación es solo profesional, no era tu responsabilidad asegurarte de que llegara sana a casa. — hice una pausa y reí por lo bajo antes de continuar — De eso se encargó Patrick.

— ¿Patrick?, ¿Es tu nuevo novio?

— ¿Eso es algo que un tutor deba saber?

— Vamos Lizzy, cuando dije lo del otro día no me refería a que no pudiéramos ser amigos. De hecho creo que es mejor que confiemos el uno en el otro.

— Está bien.

— Bueno, hay algo que quiero decirte. — dijo con mirada curiosa y al captar mi atención continuó — Ya que la profesora de filosofía nos pidió ayer redactar un ensayo sobre el análisis personal de alguna película de nuestro agrado, me preguntaba si te gustaría que viéramos alguna película en el cine hoy en lugar de nuestra tutoría. Es decir, claro que sería algo escolar de todos modos, no se trataría de una cita ni nada por el estilo.

— ¿Una cita escolar?

— Sí, eso. — podía notar por sus gestos y su titubeó que se encontraba bastante nervioso — ¿Entonces qué opinas?

— Claro, no veo por qué no. Entonces te veré a las cinco de la tarde en el centro comercial del centro.

Unos minutos antes del almuerzo, pude ver que Alice, Jacob y Edward ya estaban afuera de mi salón esperándome. Una vez que salí a su encuentro, mi mejor amiga miró mi sonrisa forzada e inmediatamente pidió hablar conmigo. En cuanto estuvimos a solas, me preguntó si algo estaba mal entre su hermano y yo por lo que supuse que él no le había contado nada, una vez que le hablé sobre todo lo que había pasado el viernes y le reproché que me hubiera mentido, ella me ofreció una disculpa y luego me dio una explicación. Resulta que Jacob había terminado con su novia hace una semana y desde ese día ellos dos habían comenzado a verse a solas de manera regular, me había mentido el viernes porque no quería que me hiciera una mala idea de ella además de que la avergonzaba estar teniendo algo en secreto con Jacke. Yo lo entendí, le dije que podía confiar en mí de ahora en adelante para lo que fuera y que jamás podría hacerme una mala idea de ella; dicho esto la abracé y luego volvimos con los chicos. Para no convertir nuestra amistad en algo incómodo, Edward y yo optamos por volver a almorzar separados mientras las cosas se enfriaban. De ese modo, Alice Jacob y yo almorzaríamos con nuestras amigas del equipo de animadoras y Edward con sus amigos del equipo de futball americano.

Al llegar a casa le dije a mi madre que mi tutoría de ese día sería a las cinco de la tarde y luego comí un par de galletas con chispas de chocolate de la alacena antes de subir a mi cuarto a cambiarme. Al principio pensé en planchar mi cabello y arreglarme como solía hacerlo para mis citas con Edward, pero luego recordé que acordamos manejarlo como una cita escolar, así que solo me puse un jersey gris a la cintura escotado de broches a presión, unos jeans negros de cintura alta, botas negras altas y una bolsa de mano negra; me puse un poco de máscara de pestañas, colorete en las mejillas y brillo de labios transparente.

Llegué al centro comercial diez minutos después de las cinco y le envié un texto a Tyler para preguntarle dónde se encontraba, mientras esperaba su respuesta me senté en una banca cerca del cine para contemplar la cartelera. Un par de minutos después mi celular vibró y lo que creí ser la respuesta de mi amigo, resultó ser un mensaje de mi ex novio. En su mensaje me preguntaba quién era el chico con el que me había visto frente a mi casa el Viernes y si en ese momento estaba con Tyler. Esto me desconcertó bastante, jamás creí que él fuera la clase de chico que se obsesiona con una chica aún después de que han terminado pero, como ya no era su problema con quién me reunía, solo lo ignoré. Unos minutos después me entró una llamada suya tras otra hasta que contesté, de inmediato escuché sollozos y luego de un largo suspiro finalmente habló. Su voz sonaba calmada pero algo rara, pregunté si estaba borracho y no lo negó; de hecho preguntó si no me sentía culpable por ser la razón de que él estuviera en ese estado. Me pareció algo realmente raro ya que esta mañana parecía estar bastante bien igual que yo.

Continuó reprochándome cosas y preguntando con insistencia si podía verme, estaba a punto de colgar cuando alguien me arrebató el teléfono y le dijo a Edward que dejara de molestar. Esta persona fue Tyler, el cual lucía bastante atractivo, y luego de dedicarme una sonrisa me devolvió mi teléfono móvil.

— ¿Estás bien?, ¿Ese tonto te hizo pasar un mal rato?

— Un poco, pero nada que una buena película no pueda arreglar.

— Está bien, casi lo olvido. — dijo mientras sacaba un pequeño chocolate kiss del bolsillo de su chamarra y me lo ofrecía con la mano extendida — Esto es para ti.

Su gesto me sorprendió bastante, el mayor gesto que había tenido para conmigo antes fue invitarme un café el otro día, pero jamás esperé que me fuera a regalar un chocolate y menos uno de la marca "beso". Sin embargo, al no atreverme a cuestionar el motivo de su gesto, solo le agradecí y coloqué sobre la banca el monedero que tenía en las manos para extenderlas y que él depositara el pequeño chocolate en ellas. Luego de charlar un poco sobre el clima y lo lleno que estaba el centro comercial aún en lunes, nos dirigimos al cine para decidir qué película veríamos. Luego de examinar detenidamente la cartelera y tomar en cuenta el tiempo del que disponíamos, decidimos ver una película que se había estrenado hace poco, la cual había recibido muy buenas críticas, llamada Lucy.

Compramos unas palomitas medianas para compartir y entramos a la sala cinco minutos antes de que la función comenzara. Todo iba muy bien realmente hasta que le llegaron varios mensajes de texto y anunció que tenía que irse inmediatamente ya que algo había surgido, esto cuando la película no parecía ir ni a la mitad. Aunque no de muy buena gana, le dije que estaba bien y luego nos despedimos. Como había gastado mi propio dinero en mi boleto de cine, opté por quedarme a terminar de ver la película sin importar que él se hubiera ido. Una vez que la función concluyó y salí del centro comercial, pensé en tomar el autobús para no tener que caminar sola hasta casa, sin embargo, al llegar a la parada de autobús me di cuenta de que mi monedero no estaba en mi bolsa así que no tenía cómo pagar. Aunque casi vacié mi bolso buscando mi pequeño estuche, recordé más tarde dónde lo había dejado, lo había puesto sobre la banca del centro comercial cuando Tyler me dio el chocolate y olvidé tomarlo de vuelta.

Ya había comenzado a llover y regresé al centro comercial con la esperanza de encontrar mi monedero donde lo había dejado pero fue inútil, así que pensé en caminar hasta la cafetería más cercana a un par de calles y pedirle a mamá que me recogiera, pero al intentar llamarla mi celular se quedó sin batería. Estaba entrando en desesperación, camino de vuelta a la parada de autobús sentía que todos me observaban y que alguien me seguía, esto causado por el estrés post-traumático luego del reciente intento de secuestro. Pensé en pedir a alguna chica de mi edad o alguna madre que me prestara dinero, pero en ese momento todos lucían desconfiables para mí, así que sólo me puse en cuclillas junto al autobús para abrazar mis piernas y comencé a llorar ignorando que la lluvia me estaba mojando. Estaba a punto de rendirme y regresar a casa caminando aún con el pánico que eso me causaba cuando dejé de sentir el agua caer sobre mi espalda. Al notar esto alcé la mirada y al hacerlo me encontré con una sombrilla que me cubría, también pude ver entre lágrimas a aquella persona de rostro angelical que sostenía el paraguas con una mano mientras me extendía la mano libre como gesto de ayuda para levantarme

— Hola Lizzy, ¿Estás bien?, ¿Por qué lloras? — preguntó Patrick al tiempo que me ayudaba a incorporarme y como no obtuvo respuesta de mi parte, solo me miró con gesto preocupado y me secó las lágrimas con la orilla de la manga derecha de la sudadera que llevaba puesta. Al hacer esto sin querer acarició mi mejilla y, aunque su piel se sentía fría al tacto, sentí una oleada de calor al instante que me invadió el cuerpo. Increíblemente, solo con su toque, me sentí repentinamente aliviada; como si él se hubiera llevado toda mi tristeza y preocupación.

— Estoy bien ahora que estás aquí, ¿Cómo es que siempre apareces de la nada cuando necesito ayuda?

— Bueno, supongo que solo son múltiples coincidencias. Pero eso no es lo importante ahora, ¿Por qué estabas llorando?, ¿Necesitas que haga algo por ti? — me cuestionó antes de señalar que yo no llevaba puesta una chamarra, así que se quitó su sudadera y me la puso inmediatamente. Este simple gesto de caballerosidad me levantó el ánimo por completo y el aroma adictivo a algún tipo de colonia que la prenda desprendía me hizo desear besarlo con urgencia.

— Bueno, en realidad, sería genial si me prestaras un dólar para pagar el autobús. Te contaré en el camino lo que pasó. — respondí finalmente ignorando mi deseo ferviente.

Una vez que tomamos asiento dentro del autobús, le conté por qué me había quedado sola y sin dinero para regresar a casa y él solo hizo un par de comentarios en contra de Tyler, dijo que un verdadero caballero e incluso un verdadero amigo no sería tan descuidado a la hora de tratar a una mujer. — Debió asegurarse de que llegaras segura a casa y luego resolver sus asuntos sin importar qué tan importante fuera su imprevisto. — protestó descontento y frunciendo el ceño de una manera única que me resultó adorable.

Llegamos a la parada de autobús de la esquina más cercana a mi casa a las siete y media en punto y al bajar del transporte caminamos lado a lado los metros que faltaban para llegar a mi hogar. Una vez que llegamos, le di las gracias, le dije que le pagaría la próxima vez que lo viera, le devolví su sudadera y finalmente nos despedimos. Aunque él insistió en que me quedara su sudadera, pensé que conservarla sólo me haría extrañarlo. Cuando llegué hasta la puerta de entrada, volteé para ver si él seguía ahí y justo donde lo busqué con la mirada lo encontré, al verme sólo agitó su mano derecha para despedirse y esperó a que entrara para irse finalmente.

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