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Un rompecabezas

En la tablet pudo ver que las cámaras habían reaccionado un total de diez veces a los movimientos, así que tendría que revisar un total de diez videos. Sacó la lista que había hecho anteriormente para comenzar a llenar la información que tenía.

INFORMACIÓN DE LA MUJER

~Nombre: Amanda Rodríguez (Aunque usa el seudónimo de Susana) ¿Usará otros nombres?

~Lugar de trabajo: No tiene un lugar fijo y visita varios lugares ¿Serán esos los únicos?

~A lo que se dedica: Al parecer se asegura que las personas cautivas para la trata de personas se mantengan en un buen estado para los clientes

~Su jefe directo: No queda muy claro, parece ser el hombre del departamento pero también parece recibir ordenes de alguien más

~Razones y ganancias: No han quedado muy claras aún pero hizo mención de poder dejar de trabajar en ese lugar y empezar una vida nueva ¿Por qué? ¿Cómo se acordó el trato?

INFORMACIÓN DEL SOBRINO

~Relación con la mujer: No se ha confirmado aunque queda claro que Amanda lo está usando

~Ganancias con la mujer: Falta por descubrir

~Horarios de salida y entrada a su casa

~Contacto con el contrato ilegal

~Cosas que oculta en casa

Aún le faltaba bastante información para poder tener lo básico, la información de momento era bastante incompleta y no le sería de mucha ayuda de momento. Ahora esperaba obtener algo de información de Alejandro a través de los videos.

Abrió el primer video y vio que era sobre la salida de Amanda de la residencia, así que adelantó el video hasta la parte que se fue siguiendo a Amanda. Vio a Alejandro quedarse en la puerta viendo a Amanada alejarse en el auto y llevarse la mano a la entrepierna para finalmente darse la vuelta y cerrar la puerta. Terminando el primer video.

Abrió el segundo video. Una camioneta negra con los vidrios polarizados de negro entró en la residencia y se detuvo frente a la entrada de la casa donde salió Alejandro a recibirlo, se saludaron de mano y entraron.

Abrió el tercer video. Alejandro y el hombre que lo acompañaba salieron por la puerta trasera en dirección a la pérgola y se sentaron a discutir. 'Supongo que ese hombre es con quién ha estado haciendo tratos, me pregunto que pensaría el hombre si supiera que su cliente estuvo haciendo otra clase de tratos con Amanda en el lugar donde está sentado.' Alejandra rió internamente y continuó viendo. Un trabajador de la casa les trajo una mesa donde acomodar sus papeles.

-Entonces la última vez quedamos en un acuerdo para que yo te vendiera una enorme cantidad de partes para armar máquinas eólicas, dijiste que para llevarlas a Vallarta, ¿correcto?

-Así es Julian, te había comentado que no necesitaba que me vendieras la maquinaria completa porque yo ya tengo partes para armarlas en mis depósitos y solo quería las partes faltantes para terminarlas.

-Pero nuestra empresa no está acostumbrada a vender maquinarias incompletas, eso nos dejaría a nosotros con piezas extras. Sería una enorme perdida para nosotros. ¿Por qué no comprar toda la maquinaria y dejar las piezas extras como refacción? O en todo caso mejor hacer tu pedido para piezas de repuesto.

-No Julian, necesito también las estructuras porque no contamos con ellas, no es solo una simple falta de unas cuantas piezas pero haré como me dices, pondré las piezas extras que nos lleguen en el almacén para piezas de refacción por si se llegan a necesitar.

-Entonces Alejandro, podemos empezar a firmar nuestro trato, ya que todos los cabos sueltos se han ido resolviendo en estos últimos días.

-Me parece perfecto pero no tengo el contrato conmigo en este momento, está en la empresa. ¿Te parece si mañana paso a tu oficina para firmarlo?

-Me parece muy bien, te puedo recibir entre las nueve y diez de la mañana.

-Entonces pasaré a las nueve veinte a tu oficina.

-Ahí te espero.

El hombre se levantó y Alejandro lo siguió, rodearon la casa por el jardín hasta la entrada.

-Muchas gracias por venir. Normalmente habría ido a tu oficina pero debido a que tengo un compromiso muy importante después, no alcanzaba a ir hasta tu oficina o la mía.

-No hay problema Alejandro, yo entiendo que los negocios son negocios y que a veces nos ponen en posiciones incómodas.

-Gracias Julian. Cuando quieras venir por algo más que negocios me puedes avisar y organizamos una comida o algo.

-Gracias Alejandro, pero como tu lo has dicho antes, el trabajo no le da tregua a nadie y de momento estamos en la temporada más complicada en la empresa. Pero ya veremos si me puedo hacer un día libre.

-Cuando quieras Julian. Aquí te espero. Mañana nos vemos entonces en tu oficina.

El hombre entró en la camioneta negra y salió de la residencia.

Cuando Alejandro se hubo asegurado que el hombre estaba lejos sacó su teléfono.

-Hola tío, ¿cómo estás? Te tengo muy buenas noticias, sí, mañana vamos a cerrar el trato. No, no es necesario, yo lo guardaré en la compañía. Sí, todo va bien. Está bien, vayamos a cenar al lugar al que vamos. Tu sabes a .....

La puerta se cerró detrás de él después de entrar a la casa evitando que Alejandra escuchara toda la conversación. Ahora tendría que estar más atenta a las salidas del hombre o no podría seguirlo para saber el lugar en el que se reuniría con su tío. Así que abrió el cuarto video.

Alejandro estaba paseando por el jardín fumando un puro. Se sentó en una banca debajo de un árbol y leyó los documentos que estaban en su mano. Después de un rato miró a su alrededor y pareció tener una idea que se dibujó en una sonrisa en su rostro, se levantó y entró a la casa nuevamente.

Abrió el quinto video. Amanda entró a la residencia en su Cavalier plata brillante. La puerta de la casa se abrió rápidamente y Alejandro le ayudó a salir del auto como todo un caballero. Le murmuró algo al oído, lo que provocó que Amanda hiciera una mueca. Amanda se dejó arrastrar al interior de la casa por Alejandro que la sujetaba al rededor de la cadera.

Abrió el sexto video. El sexto video fue el más largo de todos, duró al rededor de una hora y media aunque no tenía mucha información que ofrecer. Mostraba a Amanda y Alejandro salir al jardín, Amanda llevaba un blusón de tirantes de encaje rojo bastante sexy, era lo suficientemente translucido para dejar ver sus pechos y la tanga de color rojo también. Caminaron hasta la banca debajo del árbol y Amanda se recostó en el sin antes dar una expresión de sorpresa por el frío que sintió del metal. Alejandro sacó una cámara de su bolsillo y comenzó a fotografiarla.

-Muy bien Roxie, sonríe para mi por favor. Así muy bien, ahora levanta una pierna sobre el respaldo y deja caer la otra. Muy bien, que excelente toma, eres hermosa. Ahora podrías por favor levantarte dándome la espalda, ahora agáchate hacia delante y gira el rostro para mirarme. Perfecto nena, eres tan sexy, ahora sonríe. Ahora siéntate derecha subiendo los dos pies sobre la banca, abre tus piernas los más que puedas, déjame tener una buena toma, así. Uff, hasta tu cara enojada es bastante sensual.

Alejandro la tuvo modelando para él por otra media hora hasta quedar satisfecho. Después caminó hasta ella y comenzó a besarla mientras se sentaba a su lado. Con un solo movimiento la sentó en sus piernas y continuó besándola apasionadamente mientras sus manos vagaban por su cuerpo sin control. La última hora solo fue de cortejo y ejercicio exhaustivo antes de que entraran de nuevo a la casa. Alejandro cargando a Amanda que había quedado muy débil para caminar sola.

Abrió el séptimo video. Amanda salió al jardín en dirección a la pérgola. Llevaba puesta una camisa masculina que le cubría hasta la mitad del muslo, iba completamente descalza. Se sentó en una banquita y ahí se quedó disfrutando de la vista del jardín hasta que Alejandro salió de la casa y caminó en su dirección con un par de pantuflas.

-¿Qué haces preciosa? ¿Cuántas veces te he dicho que no andes por ahí descalza? Vas a lastimar tus hermosos pies.

-Sabes que no importa que ande descalza, al final no queda más remedio que me lleves cargando, nunca termino usando los zapatos.

-Podrías usarlos al menos cuando sales a pasear como ahora.

Alejandro se agachó y la besó mientras ponía las pantuflas al lado de Amanda. Amanda lo alejó de ella.

-Alejandro no puedo más, por favor contrólate un poco o me vas a terminar matando.

-Relájate solo vine a pedirte que te vistas adecuadamente para esta noche, vamos a ir a cenar con mi tío.

-¿Con tu tío el senador?

-Sí, exactamente con ese tío y me gustaría que me acompañaras. Va a ser una cena de negocios más que una familiar pero quiero presentarte a mi tío por fin.

-¿Qué debería ponerme?

-Ya he mandado pedir un vestido para ti. Sólo debes ponértelo con los zapatos que te dí hace rato, también he dejado algo de joyería en el mueble de la cama para ti.

-Vaya que atento. Entonces debo darme prisa y bañarme rápidamente para tener tiempo de arreglarme.

-Tenías razón, te ves tan adorable así de emocionada que no vas a necesitar las pantuflas.

Alejandro la levantó en brazos y la llevó al interior de la casa.

Abrió el video número ocho. Mostraba a un pájaro moverse por el jardín en busca de comida por diez minutos y se fue.

Abrió el video nueve. Salió Amanda cargada en brazos por Alejandro.

-Tráiganme la limusina blanca y rápido que mi bella dama no puede caminar.

Amanda lo fulminó con una mirada. Estaba vestida con un exquisito vestido plateado que brillaba con cualquier movimiento de su cuerpo, era ajustado y se volvía holgado al pasar la cadera. Sus zapatos eran de tacón con pedrería plateada, blanca y transparente, abiertos de la punta. Y tenía unos lujosos aretes de gota con diamantes, una pulsera de diamantes y un collar de plata con un enorme zafiro en forma de gota colgado.

-Me prometiste que me dejarías en paz, no solo terminé saliendo tarde del baño por tu culpa sino que necesité tu ayuda para vestirme. Eres de lo peor. ¿Cómo se supone que camine hasta nuestra mesa en el restaurante? Ni siquiera me has dicho a dónde vamos.

-Tranquila es una sorpresa, te gustará el lugar. Es bastante lujoso y a nadie le importará si te llevo cargando hasta nuestra mesa.

Amanda no parecía feliz con esa respuesta.

La limusina llegó y los dos salieron de la residencia.

Alejandra miró la hora del video y la hora en su reloj, el video era de hace media hora, si se apuraba aún podía alcanzarlos. Agrandó la imagen y anotó las placas de la limusina. Mientras se vestía rápidamente llamó a su amigo.

-Necesito que rastrees una matrícula por mi y me digas dónde está en este momento, ¿podrás hacerlo pronto?

-Claro, te la envío en cinco minutos.

-Excelente, espero tu mensaje.

Alejandra colgó, recogió sus cosas y salió por su moto en lo que esperaba al mensaje. Esperaba llegar a tiempo.

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