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NÚMERO TRES

Me encontraba ahí parado en medio del parque sin saber qué hacer, ella estaba nuevamente en los brazos de aquel chico desconocido y parecía estar llorando. Cuando él se dió cuenta de mi presencia, me dirigió una mirada asesina y tensó la mandíbula en un gesto de furia, yo repetí su gesto luego de que él hiciera un gesto de negación con la cabeza. Andrea también se percató de mi presencia y creo que se lo hizo saber a mi novia porque intentó voltear a mirarme, sin embargo, el chico no le permitió voltear y posó su mano en su mejilla para llevar su cabeza en dirección a él nuevamente.

Éste último gesto me hizo enfurecer y entonces me di la vuelta en dirección a la salida principal del parque, dejando a Sehun atrás. Una vez en mi Jeep, recargué mi frente en el volante sintiendo mis lágrimas de furia rodar por mis mejillas. No sabía cómo sentirme, por un lado quería creer que todo era un malentendido que se solucionaría pronto pasando a la historia como una anécdota graciosa por contar; pero por otro, me sentía traicionado y confundido, no sabía hasta qué punto Jordana se sentía atraída por aquel chico y si lo que sentía por mí sería suficiente para que lo nuestro no se viniera abajo, no quería que ella me dejara caer porque, en su lugar, yo jamás lo haría o al menos no con la misma facilidad que ella parecía hacerlo.

Dos minutos después, me sequé las lágrimas con el dorso de la mano y encendí mi auto para dirigirme a mi departamento. Al llegar ahí, me fui directamente a mi cuarto y entre lágrimas le escribí un mensaje a McClane el cual decía:

»¿Me vas a decir que otra vez estuviste en los brazos de aquel chico por un simple malentendido?«

La mañana del sábado fue un tanto aburrida, tenía mucha tarea que hacer y me dediqué a hacerla por tres horas hasta terminar, luego pedí a domicilio una pizza para la comida y cuando llegó la noche hice un maratón de películas de terror con Sehun. La verdad, lo último fue lo que necesitaba para mejorar un poco mis ánimos pues fue bastante divertido y también engordativo gracias a las palomitas.

Al otro día, preparamos hot cakes para el desayuno y ahí fue cuando mi amigo decidió contarme lo que pasó el viernes luego de que abandoné el parque. Me dijo que realmente todo era un malentendido y el "chico misterioso" se trataba de Baekhyun lo cual me dejó bastante sorprendido porque tenía años que no lo veía. Baek no sabía que Jordana era mi novia y la había besado porque le gustaba y quería una oportunidad con ella; sin embargo, ella no se sentía atraída por él, lo veía sólo como un amigo y se sentía terrible por todo lo que había pasado. Su abrazo en el parque había sido un consuelo para ella, pues estaba muy triste a causa de nuestra pelea pero ella no lo interpretó como algo romántico ni mucho menos.

Una vez que Sehun me dijo esto, sentí que el nudo en mi cabeza se deshizo y finalmente pude dejar atrás mi enojo con ella, así que la llamé por teléfono esperando que pudiéramos vernos hoy o al otro día. Al dar el quinto tono, ella contestó.

—Hola…

—Hola…—respondí igual de nostálgico que ella.

—¿Cómo estás?, ¡Te extraño!

—Estoy bien, ¿Tú cómo estás?

—Triste, me siento muy mal por todo lo que pasó. No quería que las cosas terminaran así…

—Pero las cosas aún no han terminado McClane, necesitamos hablar.

—¡No sabes la alegría que me da escuchar eso!

—¿Crees que te pueda ver hoy?

—Mmm, hoy estoy algo ocupada con tareas y eso. Pero si quieres nos vemos mañana.

—Me parece perfecto, te veo mañana a las cuatro en punto afuera de tu casa. Iremos a mi lugar especial, consideralo nuestra tercera cita.

Una vez que nos pusimos de acuerdo, nos despedimos igual de nostálgicos que al principio y luego fui al supermercado por algo de despensa. Cuando regresé a mi casa, decidí llamarle a mi padre para decirle los detalles de mi graduación la cual sería en dos meses y él vendría desde Corea para asistir. Posteriormente, a las nueve en punto, me fui a dormir pensando en lo mucho que quería a mi novia sin importar el poco tiempo que teníamos de conocernos y entonces la idea de irme a Corea me provocó algo de miedo. No quería separarme de ella, no tan pronto, pero no tenía opción y sabía que tenía que decírselo pero no sabía cómo.

Al llegar el lunes me puse unos jeans de mezclilla oscuros, un suéter gris, una chamarra rompevientos negra, mis tenis de meter negros, gafas oscuras y salí en dirección a la universidad. Las clases pasaron con rapidez, ya que no me encontraba distraído, así que pude concentrarme bien en las palabras de mis profesores que no paraban de recordarnos que la graduación sería pronto, esas palabras lograban ponerme los nervios de punta, no por la graduación exactamente sino que aún no le había dicho nada a McClane de mi regreso a Corea, no sé cómo lo tomaría y peor aún no sabía cómo decírselo, pero antes tenía que hablar con ella y disculparme por ser un idiota los días anteriores y no escuchar lo que tenía que decirme. Al terminar mi jornada escolar a las dos en punto, me reuní con Sehun y fuimos a comer a Le Chat Noir, ocasión que aprovechó para pedirme que no arruinara las cosas hoy con mi novia.

Una vez en el establecimiento, tomamos nuestros lugares en una mesa vacía y luego una mesera tomó nuestra orden lanzando sonrisas coquetas hacia nosotros a cada rato. Una vez que nuestra comida llegó y nos dispusimos a comer, pasó algo muy inesperado que me dejó helado y con la boca abierta justo antes de dar un bocado. Baekhyun estaba entrando por la puerta y cuando nos localizó con la mirada se dirigió rápidamente hacia nosotros, al estar junto a nosotros nos miró con suma seriedad y luego se sentó en el asiento contiguo a mí.

—Hola chicos, cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que los vi. Ya casi ni los reconozco.—dijo en un tono fingido de nostalgia

—Hola, lo mismo digo.—respondió Sehun sin dejar de mirar su plato de comida.

—Al grano Baekhyun, ¿Qué pretendes viniendo aquí de la nada?—respondí yo con una mirada fría.

—Quiero hablar contigo sobre Jordana, me contó que hoy tendrán una cita y no quiero que la hagas llorar más.

—¿Y tú cómo sabes?

—Soy como su mejor amigo, me ofenderia si no me lo hubiera dicho.

—¿Y parte de ser su "mejor amigo" también es besarla cada que se te pega tu gana?

—No… oye por eso estoy aquí, para poder aclarar ese malentendido. Aquel beso del otro día no fue su idea, lo hice porque no sabía que tenía novio y menos que se trataba de ti, pero al que quiere ella realmente por algún extraño motivo es a ti y no a mí. Así que deja de hacerte el digno y aprovecha lo que tienes enfrente amigo.

—¿Debería aprovechar a Sehun?, Siempre supe que había algo especial entre nosotros.—dije en tono de broma mirando románticamente a Sehun ya que estaba frente a mí y luego los tres soltamos una carcajada.

Luego de esto, el ambiente de tensión se calmó un poco y platicamos un rato más sobre nuestras vidas en Corea antes de pagar la cuenta y salir los tres juntos. Antes de despedirnos, Baekhyun me hizo prometer que ya no haría llorar a mi novia y él prometió con una sonrisa irónica en el rostro que si no cumplía mi promesa él me rompería la cara hasta las lágrimas. Una vez en mi Jeep, me dirigí rápidamente a mi apartamento para lavarme los dientes y cepillar mi cabello antes de dirigirme a casa de McClane. Llegué a las cuatro en punto a su casa y subí hasta donde estaba su departamento, una vez afuera llamé a su puerta la cual ella abrió con rapidez dejándonos cara a cara sin que ninguno de los dos se atreviera a decir nada mientras nos evaluávamos con la mirada. Ella lucía realmente hermosa, tenía puestos unos jeans de mezclilla negros, una blusa color blanco, una chamarra rompevientos azul y tenis casuales blancos.

Nos miramos por un minuto aproximadamente antes de que ella se abalanzara sobre mis brazos y me diera un beso apasionado, ante esto, la tomé por la cintura y luego nos metimos a su departamento sin separarnos. Cerré la puerta con el pie y nos dirigimos a su cocina, ahí la cargué para subirla a la barra y seguimos besándonos con la misma pasión y amor de por medio por unos quince minutos aproximadamente. Cuando nos dirigíamos a su habitación, su celular nos interrumpió de golpe haciéndonos reaccionar con una sensación de que aterrizabamos en la tierra nuevamente luego de haber estado flotando entre nubes. Entonces, ella revisó su celular con rapidez para darse cuenta de que la llamada era de su madre y se vio un tanto forzada a contestar. Luego de unos minutos de plática, ella concluyó con un »estoy un tanto ocupada madre, mejor te llamo en la noche. Te amo, adiós.«

—¿Nos vamos ya?—dije esbozando una sonrisa pícara que parecía volverla loca siempre que lo hacía.

—Sí… o podríamos quedarnos aquí…—respondió imitando mi gesto.

—¿Aún no has tenido suficiente?

—No, ¿Y tú?

—Yo nunca tendré suficiente de ti mi querida McClane. Pero tenemos asuntos que resolver.

Dicho esto, le di un beso en la frente antes de salir de su departamento y dirigirnos hacia mi auto. Una vez ahí, conduje con rapidez y llegamos en diez minutos a Riverside Park. Al llegar, bajamos del auto y caminamos en silencio hasta localizar el lugar donde nos habíamos sentado en la primera cita y procedimos a sentarnos nuevamente ahí. Una vez que estuvimos sentados, ella recargó su cabeza sobre mi hombro diciendo que esperaba ver la maravillosa puesta de Sol conmigo nuevamente. Estuvimos en silencio un rato mirando nuestras manos entrelazadas y luego yo fui el primero en hablar.

—¿No te parece que nuestras manos entrelazadas lucen tan maravillosas como la puesta de Sol y hacen que nosotros nos volvamos uno mismo como el Sol y el lago?

—¡Por supuesto que sí cariño!

—Aunque pienso que realmente no hay nada más maravilloso que tú McClane. —dije mirándola a los ojos.

Ante esto, ella se quedó sin palabras y me miró con un brillo especial en los ojos sin decir nada. Esa chica realmente me hacía sentir mariposas en el estómago y mucho más, no podía concebir cómo pude ser tan feliz toda mi vida sin conocerla, la idea de que ella hubiera existido todo este tiempo parecía ridícula. Me sentía justo como aquella canción de The Last Shadow Puppets, "Sweet Dreams TN": sin ella sólo podía sentirme enfermo, era como si todos fueran unos idiotas sin ella, era realmente lo peor cuando no estaba, nada parecía quedarse, ¿Acaso me había enamorado?

—Me alegra que sigamos juntos.—dijo finalmente.

—A mí también.

—Quiero que quede claro que nada fue lo que parecía, yo nunca quise besarlo, él me tomó por sorpresa y no reaccione antes porque fue totalmente inesperado. La vez que nos viste abrazados en el parque fue porque yo estaba llorando y necesitaba un abrazo para sentirme mejor pero hubiera preferido que tú me abrazaras y…

—Calla, ya lo sé todo—dije interrumpiendo su frase y posando mi dedo índice sobre sus labios—no tienes que darme más explicaciones, yo te creo y te pido un disculpa por no escuchar antes lo que tenías que decirme. Me comporté como un completo idiota y  tú no mereces eso.

—Te perdono Chen, y yo también te pido una disculpa por haber herido tus sentimientos aunque no fuera intencionalmente.

—Te perdono cariño, sólo quiero que estemos bien.

—Gracias, pero sí me dolió que huyeras de mí el jueves pasado. Creí que en algún momento detendrías el auto pero en lugar de eso aceleraste...

No sabía de lo que ella estaba hablando, yo jamás le haría algo así y ni siquiera sabía que me había seguido el jueves. Entonces, le expliqué que ése día yo estaba muy enojado y salí de la universidad con rapidez sin siquiera fijarme en los otros autos y había acelerado porque cuando estoy enojado conduzco como loco. Le pedí una disculpa y luego le di un prolongado abrazo en un intento de hacer que se sintiera mejor y que supiera que le decía la verdad. Al dar las 5:45, el Sol se puso tan hermoso como de costumbre y lo contemplamos en silencio sin soltar nuestras manos.

Platicamos un rato más sobre lo que había pasado en nuestras vidas los días que estuvimos peleados y luego supimos que era hora de ir a casa aunque realmente ninguno de los dos se quería ir. Al llegar a su departamento, el atrevimiento de McClane me tomó por sorpresa me ofreció pasar a cenar y una vez adentro exclamó:

»¿Qué te parece si vamos a mi cuarto y terminamos lo que empezamos hace rato?«

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