Para Sheng Yize, eso fue un rayo en un cielo despejado.
—Xiaxia... —dijo con un tono serio.
—Está bien, no tienes que explicar nada —An Xiaxia lo interrumpió—. Te lo dije una vez: si te gusta alguien más, solo dime. No te perseguiré.
Después de eso, colgó. La foto desnudos que Song Qingchen le había mandado seguía en su teléfono... An Yibei la había llamado para confirmar sus sospechas... Esos dos de verdad...
Sabía que Sheng Yize había ido a la casa de la familia Song, así que encontró una excusa para que An Yibei lo fuera a buscar. Al no tener nada mejor que hacer, Qi Yanxi lo había acompañado. Si Song Qingchen estaba mintiendo, lo sabrían fácilmente.
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