—Guoguo. Dentro de un rato, Sénior Bai y yo tendremos que hacer un viaje afuera. Tú te quedarás aquí y vigilarás la casa obedientemente. En cuanto regrese, te llevaré al hospital, ¿de acuerdo? —dijo Song Shuhang apretando el resto del pan en su boca.
Si estas clases de aviación fueran normales, habría llevado a Guoguo. Pero esas eran clases con Sénior Bai. Él no era tan cruel como para hacer sufrir a un niño inocente.
—Claro. No le pasará nada a la casa bajo mi vigilancia —dijo el pequeño monje con confianza tras darse unas palmaditas en el pecho.
Song Shuhang asintió con la cabeza. Luego echó un vistazo a Doudou, quien estaba mirando las noticias en el ordenador. Se sintió un poco aliviado.
❄️❄️❄️
Tras desayunar, Song Shuhang comenzó a entrenar como de costumbre. Después de algunas rondas de la [Técnica Básica de Puño Vajrapani], ya había pasado media hora.
En ese momento, alguien tocó el timbre.
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