La voz de la mujer estaba llena de enojo.
Pronto, un hombre inexpresivo con ropas del oeste entró en el jardín empujando una silla de ruedas.
Una chica joven que parecía tener 17 o 18 años estaba sentada en la silla. Su cara estaba cubierta por su largo cabello y sus ojos negros eran tan claros como el agua.
Su piel era color blanco puro… sin embargo, la razón de eso era la enfermedad que había tenido toda su vida.
Sus piernas no tenían problemas, ella estaba sentada en la silla debido a su extraña enfermedad. Cada día, ella perdería su fuerza a una hora especifica. A veces, ella ni siquiera tendría la fuerza para levantar un dedo, al igual que alguien en estado vegetativo.
Su familia la habían llevado a muchos doctores. Sin embargo, todos los doctores famosos no podían encontrar la casusa de su enfermedad, mucho menos curarla.
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