Ninguno de ellos escuchó sonidos de forcejeo, gritos, o alguien yéndose El silencioso y robusto Howson, un escudero de caballero de alto nivel, sencillamente... ¿despareció?
Una sensación escalofriante surgió en Lucien desde los pies y se extendió rápidamente por todo su cuerpo. Tomó con fuerza la empuñadura de su espada, y su respiración se volvió más pesada.
Volteó la cabeza velozmente, pero no vio nada. El muro de la alcantarilla ubicado al lado opuesto estaba cubierto de un raro musgo verdoso y brillante.
Repentinamente, un grito amargo rompió el silencio sepulcral. Lucien dio la vuelta con rapidez y presenció una vista aterrorizante: una monstruosa rata tan grande como una persona se abalanzó sobre Corella y hundió sus afiladas garras en su hombro. Sangre chorreó sobre su cota de malla plateada, dándole un color rojizo. El monstruo tenía ojos escarlatas malévolos que usaba para mirarlos con furia[J1] .
No obstante, la espada de Corella impidió que la fila de largos y agudos dientes causaran daño alguno.
Al ser el escudero de un caballero, Corella salvó su propia vida gracias al movimiento más común de su entrenamiento: él arremetió contra el estómago de la rata usando su escudo con toda su fuerza.
Nada daba más miedo que lo desconocido, así que, al menos para Lucien, la aparición de una rata gigante era mucho mejor que la repentina desaparición de un hombre adulto sin razón aparente.
Él respiró hondo y blandió su espada de luz hacia la inmensa rata con la intención de apoyar a Corella
En ese momento, un rugido bestial se escuchó a espaldas de Lucien.
—¿Gary? —Cuando estaba a punto de voltearse, un sable de caballero hizo un corte en su espalda.
La luz blanca del escudo se estremeció y atenuó ligeramente. El inmenso impacto empujó a Lucien varios pasos hacia adelante, lo que casi hizo que perdiera el equilibrio.
Sin embargo, el ataque no acabo allí. El sable estaba persiguiendo a Lucien y continuamente tratando de herirlo. Él se esforzó al máximo en esquivarlo, sin tener tiempo de contraatacar o de usar su insignia. Se sintió confundido y sorprendido.
—¿Por qué? ¡Gary!
No podía ver claramente en la oscuridad. Si eso no era Gary, entonces solo quedaba una posibilidad: ¡Gary ya estaba muerto!
Contando con un buen ritmo, el sable no le daba oportunidad a Lucien para recuperar su postura, y un momento después este fue empujado contra un rincón. Él estaba sorprendido de que, al contar con la protección del escudo, los ataques no lo hirieran en lo absoluto. Respiró hondo y trató de calmarse, preparándose para la siguiente arremetida.
Entonces, esquivó el ataque del sable tirándose al suelo. Al mismo tiempo, su mano izquierda tomó la insignia.
Esta vez, Lucien finalmente pudo ver quién lo estaba atacando. Era el líder del grupo, Gary.
No obstante, los músculos de su rostro estaban contorsionados, y sus ojos estaban brillando con luz escarlata. Parecía una bestia enloquecida.
¡El veneno de las ratas! ¡Este podía privar a una persona de su conciencia y convertirla en una bestia sedienta de sangre! Lucien trató de asimilarlo. «Pero, ¿por qué no me he visto afectado?»
Sin pensarlo demasiado, Lucien frotó la insignia y empezó a preparar un encantamiento. Un escudo de hierro redondo dio un duro golpe a su escudo de luz. A pesar de que este no se rompió, el violento impacto dejó sin aliento a Lucien por un segundo, interrumpiendo su encantamiento.
Los continuos golpes impidieron que él se concentrara. Al ser un escudero de caballero prometedor, Gary recibió entrenamiento formal para interrumpir el lanzamiento de hechizos.
Un laico como Lucien, carente de entrenamiento básico, sería incapaz de resistir las perturbaciones ocasionadas por un escudero. Cualquier sacerdote en entrenamiento o aprendiz de hechicero, contando con una Insignia de la Santa Verdad de primer nivel y un «Escudo de Luz», podría haber matado a Gary.
Al estar a niveles iguales, un lanzador de hechizos siempre sería superior.
Mientras que Lucien se encontraba atrapado debido a Gary, Corella no podía mantener a raya a la rata por más tiempo. Su mano derecha estaba temblando debido al esfuerzo que suponía alejar la boca del enemigo.
Afortunadamente, la rata humanoide gigante también se debilitó.
Incapaz de lanzar un hechizo, Lucien cambió de parecer y blandió su espada de luz hacia arriba. Sabía que el arma invocada era mucho más fuerte que el sable del guardia.
A pesar de que el corte no dio en el blanco, el resplandor proveniente de la espada aterrorizó a Gary. Este paró de atacar el escudo de Lucien y tomó una posición defensiva apresuradamente.
Parecía que él no quería alejarse demasiado de Lucien: para un caballero tradicional, el permitir a su enemigo lanzar un hechizo exitosamente sería muy peligroso.
Sin causar ningún sonido de impacto, la espada cortó el sable de Gary como si fuese un pedazo de madera. Él apenas logró levantar su escudo a tiempo y bloquear el golpe, pero la espada ocasionó una grieta profunda a la mitad de este.
Cuando Lucien estaba a punto de realizar su siguiente ataque, la espada de luz repentinamente se convirtió en miles de piezas brillantes, lo que indicó que el hechizo había gastado todo su poder. En realidad, su potencia empezó a disminuir desde el mero inicio, cuando la espada destruyó la pared mágica que ocultaba la habitación.
Lucien fue incapaz de reaccionar por un instante, y Gary aprovechó la oportunidad para quebrar su protección usando el escudo.
En ese momento, tanto la espada como el escudo de Lucien ya no estaban.
Sin tener tiempo para dudar, Lucien frotó la insignia desesperadamente para lanzar su último hechizo.
—S... ¡Ouch!
Antes de que pudiera pronunciar el resto del encantamiento, Gary le dio un puñetazo en el estómago. Cual camarón cocinado, Lucien se arqueó debido al inmenso dolor. Una ola de fuerte ácido, proveniente de su estómago, quemó su garganta.
Gary estiró el brazo y estrujó el cuello de Lucien, asfixiándolo.
Lucien forcejeó violentamente, y usó su mano derecha para tratar de liberar su cuello. Sintió un gran dolor allí y en sus pulmones, y su visión empezó a oscurecerse. La insignia en su mano izquierda estaba siendo sostenida con fuerza contra su pecho por la mano restante de Gary.
Lucien podía escuchar sus propias bocanadas. Podía sentir el frío guante de metal que Gary llevaba puesto. Se sentía como si su alma hubiera dejado su cuerpo, y estuviera observando desde un lado.
Súbitamente, el deseo de supervivencia de Lucien hizo erupción. Su poder espiritual incrementó drásticamente de un momento a otro y sobrepasó cierto límite, extendiéndose como el agua de un océano
Al mismo tiempo, la fuerza de Gary empezó a desaparecer. Lucien obtuvo una preciosa oportunidad para respirar. Aprendiendo de sus errores pasados, esta vez no gastó ni un segundo en vacilar o sentirse confundido. Intentó concentrarse y tomó la insignia nuevamente.
Tan pronto como la tocó, el espíritu de Lucien repentinamente ingresó a un mundo de luz ilusorio, en donde muchas líneas, círculos y triángulos formaron una cruz de apariencia extraña en el aire.
Lucien reconoció la cruz instantáneamente: ¡Era la cruz que se encontraba en la insignia de Benjamin! ¡Y podía sentir que el poder de Benjamin estaba saliendo continuamente desde ella!
Por curiosidad, Lucien se acercó y trató de tocarla. La cruz tembló repentinamente y comenzó a acumular poder. Momentos después, ¡sintió que ese poder se volvió abrumador!
Al percibir el peligro, Lucien intentó apresuradamente devolver su espíritu al mundo real, pero fue demasiado tarde: Un rayo blanco de luz salió disparado desde la cruz y quemó un lado de su espíritu. Una fuerte sensación de nausea lo invadió. Lucien sintió que su cabeza estaba partiéndose en dos. Además, dos chorros de líquido frío con olor a metal oxidado descendieron desde su nariz.
Repentinamente, el rayo de luz se materializó de alguna manera y salió disparado desde la insignia que Lucien llevaba colgada. Gary no tuvo la más mínima oportunidad de retirar su mano. Partiendo desde la mano que estaba apretando el cuello de Lucien, el haz de luz desintegró su brazo y parte de su hombro en cuestión de segundos, como si fuera alguna clase de ácido corrosivo muy potente. No hubo sangre derramada, y las heridas se tornaron inmediatamente negras.
«¿El poder divino puede ser activado sin ningún hechizo?» Esto sorprendió a Lucien. Rápidamente, se hizo a un lado para evadir el siguiente ataque del enemigo.
Sin embargo, sintió un dolor en todos sus músculos, y se le dificultó moverse.
Entonces, lo que Lucien vio lo conmocionó seriamente: Gary estaba tumbado en el suelo, moribundo, con los ojos medio abiertos, ya sin aquel resplandor escarlata.
El charco de sangre dejado por las ratas muertas se había evaporado, formando una neblina roja y expandiéndose por la habitación y las tuberías.
La extraña planta humanoide ubicada en una esquina estaba extendiendo sus ramas libremente dentro de la neblina de sangre.
Al lado opuesto yacían Corella y Howson, con el sable de cada uno incrustado en la espalda del otro.
Se refiere básicamente a fulminar con la mirada, pero unos ojos no pueden "fulminar con la mirada como tal", así que lo traduje de esta manera.