En un lío candente

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—¿Y?— Xiang Jinxi estaba de pie frente a la ventana, dándole la espalda, con su voz impasible.

Chi Yun tragó saliva con fuerza, y continuó con cuidado: —Unos cuantos accionistas se han deshecho de nuestras acciones, y han dicho ante la prensa que... que Xiangyuan está acabada.

—Je, —Xiang Jinxi se mofó, como si lo esperara.— Continúa.

—48 personas han renunciado hoy, y un buen número de ellos estaban en puestos de alta dirección.

La expresión de Chi Yun fue sombría, y dijo amargamente: —Jefe, más y más asuntos internos están levantando cabeza, y si no hacemos algo rápido, las pérdidas de la compañía empeorarán día a día, y para entonces...

No terminó su frase, pero ya se sabía lo que implicaba.

No había más que problemas, tanto por dentro como por fuera.

—Entendido.

Xiang Jinxi le hizo señas para que se fuera, su voz estaba desprovista de emoción.

—Vete.

—Pero...