Al abrir la puerta, vio a Yun Shishi leyendo un cuento a su hermano.
Sus ojos estaban bien cerrados, parecía que él se había dormido. La voz de su madre se fue suavizando gradualmente cuando vio que el niño se había dormido y tuvo la intención de terminar la historia allí.
Desde la puerta, llegó la triste voz del Pequeño Yichen.
—Mami, ¿puedes seguir leyendo esa historia hasta el final? Todavía quiero oírla.
Se giró en dirección a la voz y vio al niño estirando su cuello mientras se inclinaba en la puerta. No sabía cuánto tiempo había estado allí.
—¿Por qué estás sentado ahí? —preguntó con perplejidad.
—No podía dormir y quiero oír a mamá contar una historia. —Apoyó su linda, regordeta y pequeña cara entre sus manos. Entrecerró los ojos, y produjo una risa suave y cristalina.
—La voz de mami es tan bonita, y la historia es interesante. ¿Puede mami continuar leyéndomela? Deseo saber qué le pasa a la princesa.
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