816 El tierno amor de un hombre inflexible

No lo había hecho durante mucho tiempo, así que se relajó un poco. Como resultado, su cuerpo sufrió tanto. Ahora, su corazón realmente le dolía. Mientras la miraba, dijo: —Lo siento... yo...

—No importa... —Rápidamente lo detuvo mientras se daba la vuelta tímidamente. No se atrevió a mirarle mientras sus orejas se calentaban y sus manos se movían con dificultad. Intentó suprimir su palpitante corazón.— No lo hiciste a propósito.

Él continuó diciendo: —Pero no debería haber usado tanta fuerza de todos modos. Debí haber sido capaz de controlarme... Es todo culpa mía.

—Está bien, dije que estoy bien... Sólo necesito aplicarme un poco de medicación —respondió.

—Está bien, espera un segundo. Iré a buscarla.

—Oye...

Ya se había levantado para conseguir la medicina. Después de un rato, volvió e hizo que Lin Che se sentara correctamente. Lin Che estaba a punto de llorar.

—Puedo hacerlo yo misma...