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Capítulo 12: Te vas a la casa del perro

Redakteur: Nyoi-Bo Studio

Ella ya estaba ebria, y Shen Yi no sabía cómo lidiar con eso.

Desde que hicieron el pacto, ambos accedieron a quedarse juntos hasta que terminaran las vacaciones, pero eso no significa compartir la suite. Decidieron empezar a familiarizarse el uno con el otro para que la gente no dudara de su repentino matrimonio.

Shen Yi volteó a mirarla y frunció el ceño. Afortunadamente él no estaba tan ebrio como ella, de lo contrario hubiesen tenido un momento difícil esa noche.

—Estás ebria. Demos por terminada esta noche.

—Noooooooo —sollozó Lu Xinyi—, dime, Shen Yi, ¿acaso no soy bonita? ¿soy realmente tan fea? ¿Por qué juegas con mis sentimientos?

Él se quejó. Este era el motivo por el cual se rehusaba a asociarse con mujeres. Tienden a convertirse en un desastre emocional en cualquier momento dado. Sin embargo, él no podía simplemente dejarla ahí, ¿cierto?

—No, ¿quién dijo que eres fea? No es tu culpa que él encontrase a alguien más. No fue un error haberlo amado mucho, sino más bien quedarte tanto tiempo con alguien que nunca pudo ver cuánto vales.

—¡Entonces él es realmente estúpido! —eructó de nuevo, posando una mano sobre su boca. Shen Yi rezó a todas las deidades para que ella no vomitase encima de él. Entrecerró los ojos hacia ella.

—Eso fue realmente triste.

Sollozo.

—Él fue mi primer novio, y ella era mi mejor amiga, sabes.

Sollozo.

Sus lagrimas volvían a brotar, y Shen Yi estaba llegando al límite. Ella lucía como un gatito abandonado que lloraba por ayuda.

Shen Yi le pasó un pañuelo. Ella se sonó la nariz fuertemente antes de empezar a llorar de nuevo. Reposó la cabeza en su codo y lloró con más fuerza.

—Hey —el bartender llegó y alejó las bebidas de Lu Xinyi—, creo que tu novia ya ha tomado suficiente alcohol por esta noche. Llévala a algún lado.

—¡Él no es mi novio, idiota! Es mi esposo... —hizo una pausa al darse cuenta de que aún no se habían casado—. Y estoy triste y sola, ¡imbécil!

El bartender quedó boquiabierto. ¿Por qué lloraba por su ex-novio en frente de su esposo? Miró a Shen Yi, incrédulo.

—Demasiado alcohol, ¿recuerdas?

Shen Yi se reincorporó y levantó Lu Xinyi.

—Será mejor que volvamos a nuestra suite, mi amor.

Hizo que se parara y, juntos, salieron del bar a tropezones. Afortunadamente, las escaleras estaban cerca del bar, así que solo necesitaban subir para volver a la suite privada. Shen Yi estaba un paso adelante de ella, ayudándola a subir cada escalón. Se sacudió repentinamente al sentir una mano en su trasero.

—¿Acaso acabas de manosearme? —parpadeó.

—Hmmmm... —asintió ella.

—¿Por qué lo hiciste?

—Es una regla secreta para las novias: manosear a sus novios cuando están subiendo las escaleras.

—…. —Él nunca entenderá la lógica que ella usa cuando está bajo la influencia del alcohol.

—Pero no soy tu novio —le recordó.

—No importa. Estoy cansadaaaaaa.

Llegaron a la puerta delantera, él buscó ciegamente las llaves en su abrigo. Insertó la llave y abrió la puerta. Lu Xinyi entró antes que él y se tropezó con el suelo alfombrado.

—Ooow.

Shen Yi extendió una mano para ayudarla levantarse, pero, en cambio, ella lo agarró y lo hizo caer a su lado. Se quejó mientras caía encima de ella, para después echarse a un lado. Estaba cansado y exhausto.

—Está prohibido que vuelvas a ingerir o probar alcohol otra vez —le dijo.

Lu Xinyi tarareó, accediendo. No debió haber tomado tanto, pero se sentía sola y necesitaba dejar salir sus frustraciones. Si Shen Yi no hubiese estado con ella, no hubiese bajado la guardia. Se dio la vuelta para estar frente a él y le peinó el cabello con las manos, sorprendiéndolo.

—¿Por qué eres tan guapo, esposo mío? —pinchó sus costillas, haciéndolo estremecer ante su tacto.

—….

—Estás tonificado y tu espalda es taaaan ancha —palmeó su hombro izquierdo.

—¿No te gusta? —Él se tocó el brazo.

Lu Xinyi cerró los ojos. Se sentía tan somnolienta y exhausta, pero luchó por permanecer despierta para poder irse a la cama. Se esforzó para levantarse con la ayuda de Shen Yi, fue a la habitación y empezó a quitarse los zapatos.

—Pido la cama. Tú duerme en algún otro lado —dijo ella.

—¿Qué? —Shen Yi la miró. ¿Acaso lo estaba echando de su propia cama?

—Naa-ahh —Meneó el dedo—, tienes un sofá muy lindo por allá, te sentará bien. —dijo Lu Xinyi antes de tirarse a la cómoda cama. Ahh, esto era mucho mejor que su propia cama. Abrió un ojo y vio que él seguía parado a su lado.

—Vete, esposito. Te vas a la casa del perro —murmuró antes de sucumbir ante el sueño.

Shen Yi se congeló. No podía creer lo que ella le había dicho. ¿Acaso esta era su venganza? ¿Aún no estaban casados y ya lo mandaba a la casa del perro?

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