Antes de que se cerraran las puertas del ascensor, Su Qianci oyó a alguien decir:
—Hacen tan buena pareja...
Luego, el ascensor se cerró, bloqueando todos los ruidos.
Su Qianci se sintió algo extraña. Entonces, bajo la mirada de ellas, Li Sicheng y ella eran felices juntos. Pero, ¿por qué ella no sentía eso? Por el contrario, su corazón estaba lleno de tristeza.
—¿Dónde has aparcado?
La repentina pregunta la dejó algo sorprendida antes de contestar:
—En la puerta.
Li Sicheng escuchó eso y presionó el botón del vestíbulo. Silencio. El ascensor estaba en un profundo silencio. Lo único que se oía era la maquinaria.
¡Din!
Llegaron a la planta baja. Ella lo siguió afuera, y todos miraron hacia su dirección. Bajo la mirada atenta de la gente, se sintió un poco nerviosa. Inclinó la cabeza y caminó tras él.
De repente, Li Sicheng se detuvo. Su Qianci se chocó repentinamente con él.
—¡Ay!
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