«¿Qué diablos es esto?»
Rhode abrió los ojos con curiosidad al ver las dagas gemelas en sus manos que habían perdido su forma original y se habían transformado en armas de energía. Además, las hojas ya no eran de color negro puro, ya que giraban continuamente con un tono gris, como si algo temblase en su interior. Las extrañas dagas se extendieron hasta las muñecas de Rhode. Quizá hubiese pensado que se habían combinado con sus brazos si no hubiera sentido que agarraba las empuñaduras.
Rhode estaba estupefacto al no poder leer ya ningún dato relacionado con las dagas después de que se transformaron.
Sin embargo, ese no era el momento de preocuparse por algo tan trivial.
Anne se abalanzó sobre los no muertos con forma de hormiga que salieron del agujero abismal blandiendo el escudo de acero en su mano derecha.
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