Por la tarde.
Después del almuerzo, Zhang Ye y Wu Mo firmaron el contrato.
Las condiciones contractuales fueron todas estandarizadas y, además, se añadió una cláusula que establecía que Zhang Ye tendría plenos derechos para dirigir el comercial. Comprobó que todo estaba en orden. La compañía tampoco bajó la tasa de patrocinio. De hecho, habían dado una suma bastante considerable.
—Maestro Zhang, me alegro de trabajar con usted.
—Encantado de trabajar contigo también.
—¿Crees que deberíamos ir a la compañía de publicidad?
—Claro, cuando quieras.
—Bien, vayamos ahora. Ya he concertado una cita con ellos. Lo que pasa es que sólo nos quedan unos días antes de que el anuncio se emita. Lo mejor sería que pudiéramos sacar el borrador hoy mismo y luego empezar a producirlo, de lo contrario podría ser demasiado tarde y las tasas pagadas a la emisora de televisión de Beijing no serían reembolsadas.
—Está bien, haré lo que pueda.
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