Todos nosotros somos bestias divinas

—¿También encontrasteis a ese monstruo?

El Hombre Lagarto que habló fue el que tenía la cicatriz porque sabía muy bien lo temible que era ese monstruo marino.

Yale solo obtuvo información relacionada con el origen de la cicatriz, pero no sabía que de todos los Hombres Lagarto de ese barco solo uno de ellos apareció en la costa y aún se desconocía si los otros estaban vivos o no.

Los Hombres Lagarto bajaron la guardia cuando escucharon las palabras de su compañero. Aunque era cierto que el área estaba prohibida para los humanos y que la relación entre los humanos y los Hombres Lagarto no era muy buena, no podían culpar a un grupo afectado por un monstruo como ese.

Además, como Shirk estaba en el grupo de Yale, los Hombres Lagarto tenían una mejor impresión del grupo.

—¿También? ¿Te encontraste con ese monstruo antes?

Yale ya lo sabía, pero no podía decirlo abiertamente, así que fingió ignorancia.