Jun Wu Xie levantó la cabeza y miró a la tiránica Serpiente Ascendente. En esos brillantes ojos negros, había un mar de calma.
Jun Wu Xie se sentó y cruzó las piernas, meditando en la oscuridad, sin tener la intención de combatir a la Serpiente Ascendente.
La arrogancia de la Serpiente Ascendente estalló, enfurecida al ver ala diminuta alma humana sentarse calmadamente ante su majestuosa presencia, aparentemente desafectada, cuando en realidad debería estar encogida de miedo.
—¡Tú! ¿No tienes miedo de que te triture en pedazos? —rugió la Serpiente Ascendente.
Jun Wu Xie abrió los ojos, completamente calmada.
—Estás en mi cuerpo, ¿cómo me triturarás?
La Serpiente Ascendente se quedó perpleja. Esta muchachita, ¿no estaba siendo demasiado igualada?
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