«Amon...» Klein dijo la palabra en su mente.
Originalmente había pensado que el Blasfemo que apareció en la Tierra Abandonada de los Dioses de la Ciudad de Plata era un descendiente de una antigua familia como Amon. Al heredar el legado de sus antepasados, paso a paso, entró en las filas de semidioses. Para su sorpresa, ¡era muy posible que esa persona en particular pudiera haber vivido más de dos mil años y que fuera propiamente un miembro de la familia Amon cuando estaba en el máximo de su fuerza!
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