—Hermano, ¿cuándo volviste anoche?
Lin Xin bajó las escaleras mientras parecía soñolienta en su pijama rosa temprano en la mañana. Ella había ido al dormitorio de Lin Huang después de empacar sus cosas ayer por la tarde. Ella pensó que podía charlar con él, pero todavía no había vuelto a la 1 de la mañana, así que se había ido a dormir.
—Podría haber vuelto un poco después de las 11 de la noche, pero los niños no querían dejarme ir, así que charlamos hasta pasadas las 3 de la mañana.
Lin Huang estaba haciendo el desayuno en la cocina mientras se daba la vuelta y le sonrió.
—Hermano, ¿realmente renunciaste?
Lin Xin había oído hablar de la noticia.
—Sí, pero el decano rechazó mi renuncia, así que todavía tengo mi puesto en la universidad. Sin embargo, no voy a enseñar —sacudió la cabeza.
—Ve a lavarte y prepárate para el desayuno. Hablaremos más tarde.
—Oh...
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