Zhang Yang no se quedó a cuidar los cuerpos. En lugar de eso, sacó a Chonopi de la cueva. La cueva era demasiado grande y si no tenía asistentes de misión, nunca encontraría [Aleación de Zinc] porque ni siquiera sabía cómo se veía.
Mientras caminaban, Zhang Yang preguntó casualmente: —Chonopi, ¿te hicieron algo las harpías?
—¡Noo! —dijo Chonopi. Le creció la nariz. Nervioso, Chonopi agregó rápidamente—, había una harpía rara que me pedía que ponga mi cara en frente de ella. Me hacía repetir una mentira y una verdad una y otra vez. No sé qué quería que haga, pero hizo que mi nariz quede mojada y pegajosa. Qué harpía rara, pidiéndome que use mi nariz para tocar su parte de adentro. Ella sabe muy bien que mi nariz está hecha de madera, la humedad no le hace bien. Ella gritaba cada vez que cambiaba de tamaño. Daba miedo.
Zhang Yang se detuvo un momento y se golpeó la cara. El desarrollador que hizo esta misión debe haber estado muy necesitado.
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