—Espera un minuto, ¿qué has dicho?
—Estoy casado.
—Deja de tomarme el pelo, no es el día de los inocentes hoy —dijo Gao Ran, incrédulo.
—No estoy bromeando.
—Pero... esto es grande, ¿cómo es que no oí sobre esto? La prensa no lo reportó tampoco. Esto no tiene sentido.
—Conseguimos el certificado de matrimonio y no organizamos una fiesta. Además, ella no quería hacerlo público.
—¿Te casaste con... Huo Mian? —inquirió Gao Ran, luego de volver en sí después de tal shock.
Qin Chu asintió.
—Esa mujer será tu fin, literalmente. No veo qué tiene de genial. Cuando estábamos en la preparatoria era arrogante y mandona. Te hirió tanto en ese entonces. Si yo fuera tú, hubiera encontrado alguien mucho mejor que ella tan solo para vengarme.
—Pero ante mis ojos, no hay nadie mejor que ella en este mundo —dijo Qin Chu, con tristeza en sus ojos.
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