1 PHARA

Phara, ese es el nombre de este mundo.

Un lugar que no ha nacido de manera natural debido a múltiples eventos cósmicos aleatorios y donde la vida se fue encontrando pasó a través de diferentes circunstancias naturales, no, este mundo fue creado por algo o alguien a lo que solo la palabra "dios" le es suficientemente apropiada. Un lugar pensado para dar rienda suelta a todas las ideas que en algún momento inundaron su profunda y vasta mente, meticulosamente eligiendo cada ser vivo que interactuaría en este espacio y sus características. Siendo su primer gran creación ocho espíritus, que representarían el pináculo del poder conocido como la magia:

Tront, el espíritu del tiempo.

Solomon, el espíritu del espacio.

Luna, el espíritu de la luz.

Drogo, el espíritu de la oscuridad.

Aodh, el espíritu del fuego.

Aqua, el espíritu del agua.

Marik, el espíritu de la tierra.

Vieska, el espíritu del viento.

Tront y Solomon solamente existían para encargara se de mantener el mundo, mientras los otros seis espíritus debían compartir su poder con las demás razas que habitarían el mundo, todas ellas poseerían la capacidad natural de manejar la magia, pero ninguno al mismo nivel que ellos, era deber de los espíritus buscar a los candidatos entre las razas con el mayor potencial y apoyarlos para llegar a desarrollarse por encima de sus contemporáneos.

Durante milenios esta tarea fue cumplida sin falla, pero el tiempo siguió avanzando y lo que alguna vez fue un ser superior emocionado por los resultados de su obra, se volvió en un aburrimiento que llevo finalmente al olvido, dejando atrás a su creación que seguiría cambiando ahora sin su intervención.

Así, el tiempo continuó su curso, para finalmente llevarnos al año 1235 DCRD ( Después de la Caída del Rey Demonio ), específicamente a uno de los doce reinos dominantes del mundo, el reino humano Rotsant, donde en uno de sus más grandes e importantes territorios, el ducado de Mortier, la esposa del actual duque Roy Mortier, esta dando a luz a su tercer bebé y primera hija, quién recibirá el nombre de Robina Mortier.

El parto concluirá con éxito, la bebé no mostrara problemas de salud y crecerá para volverse una belleza casi incomparable, trayendo con su nacimiento alegría a la casa y la atención de todo el reino, especialmente de la familia real, específicamente sería el rey Terminus III quién no tardaría en contactar al duque para proponer un matrimonio entre su recién nacida hija y su hijo de solo 3 meses de edad, el tercer príncipe Carlos Rotsant.

La proposición no tardaría ni un día en ser aceptada y sería así como una de las futuras parejas más envidiadas del reino nacería. No solo por el estatus de ambos, sino porque casi cinco años después el tercer príncipe sería visitado por Aodh en medio de un banquete que celebraba su cumpleaños para dejar en su mano izquierda una marca con forma de una llama de fuego color roja, símbolo de su nueva posición como portador del poder del espíritu de fuego y volviéndose el primer miembro de la familia real en ser bendecido por uno de los grandes espíritus desde la fundación del reino. La joven Robina Mortier no se quedaría atrás y demostraría tener un talento natural para la magia oscura y bastante alto en las demás disciplinas, no al nivel de alguien quién tiene acceso al poder personal de un espíritu, pero definitivamente habría pocas personas que en un futuro podrían considerarse superiores a ella.

A sus cortos ya quince años y apunto de entrar a estudiar a la mejor academia del reino, los dos se habían vuelto la pareja que simbolizaba la unidad y fuerza del reino, siendo acentuado aún más por su imagen, el joven príncipe, pelirrojo de tez casi blanca, ojos ligeramente verdes, una complexión fuerte pero no exageradamente ruda, llegando casi 1,70 metros y aún en desarrollo, junto con la hija mayor del duque, pelinegra con una piel casi tan blanca como la nieve, ojos color purpura, con la figura ideal de cualquier joven dama de la sociedad, alcanzando la altura de 1,60 metros. La pareja soñada sin lugar a duda, pero como siempre, el destino no esta escrito en piedra y en los tres años posteriores a su ingreso algo cambio o sería mejor decir alguien hizo que todo cambiara.

Una joven noble rubia de ojos azules de la misma edad y casi la misma estatura que Robina conseguiría atraer y eventualmente enamorar al príncipe con su amable e inocente personalidad, una chica que a diferencia del comportamiento usual de los otros miembros de la nobleza con los que acostumbraba a interactuar, no lo veía como alguien superior por ser simplemente de la realeza o el joven más afortunado y talentoso del reino gracias a la bendición de Aodh, sino como otro ser humano más, una sensación completamente nueva; algo que ni su prometida era capaz de entregarle, ya que sí, era cierto que a los ojos de externos eran la pareja perfecta, pero esa no era la realidad en el tema sentimental, rara vez se encontraban, en la academia interactuaban mínimamente y de manera poco íntima; dejando a la vista de los que llegaban a presentar estos vagos momentos que el compromiso no era más que eso, un compromiso, algo impuesto y que se debía cumplir sin tomar en cuenta los deseos de los dos involucrados; la chica responsable de mover el corazón del príncipe lleva el nombre de Melanie Strauss, la única descendiente de la pequeña casa del barón Strauss.

Kent Strauss, noble menor con un pequeño territorio en la frontera sur del reino que se distinguió principalmente por sus habilidades en el campo de batalla, del cual aprendió la fragilidad de la vida y la importancia de la misma, lección que inculcaría en su hija desde una temprana edad y llenándola de todo el amor que era capaz de dar al ser también el último recuerdo de su fallecida esposa, ese gran amor por ella fue lo que le empujó ha apoyar a su hija cuando decidió ingresar a la academia más importante del reino; para no solo abrir sus horizontes sino darle la oportunidad de un futuro más brillante fuera de los límites de su estatus como la simple hija de un pequeño barón.

El joven príncipe Carlos primero intentaría mantener su distancia de Melanie, puesto solo se intereso en ella por su peculiar manera de ser, ya que sí, era inteligente y talentosa en la magia; principalmente en la de luz, aunque su nivel en general palidecía ante el de su prometida, pero el aura que le transmitía al estar cerca de ella era algo que él no podía describir, algo que le hacía imposible apartarla de su vista.

Haciendo así que con el tiempo sus interacciones en los años consecuentes se hicieron más comunes, no solo con él, sino con el resto de sus compañeros, Erik Sorto; el hijo mayor de la casa de un marqués, uno de los mejores estudiantes de la generación y distinguido por su talento con la magia de viento, Romeo Torme, segundo hijo del conde Torme, con un talento bastante promedio para la magia en general, pero con habilidades físicas remarcables incluyendo una estatura de casi 1,90 metros y Cedric Mont, único heredero del condado Mont, tal vez el menos talentoso del grupo, pero la lealtad de su casa a la familia real y al príncipe le han permitido volverse uno de las pocas personas que podría considerar llamar amigo.

Todos estos jóvenes se volverían el escudo de la joven Melanie contra la opresión de otras jóvenes nobles de casas más grandes, que veían su aparición como un insulto directo a ellas y a Robina, llegando a atacarla de manera verbal como física y cuyas acciones solo irían escalando entre los años progresaban; mientras reforzaban de manera inconsciente los lazos de los jóvenes y un cada vez más claro amor por la joven Melanie. Todo esto terminaría por desencadenar el evento que no solo marcaría a la academia o al reino, sino al mundo entero.

A final de cada año se celebra un banquete de graduación y paso de año en un salón privado dentro de la academia, donde todos los estudiantes son invitados a disfrutar de una agradable velada con diferentes miembros de la facultad así como dar su último adiós ha aquellos graduados que después de cinco arduos años de estudio deberán seguir forjando su propio camino a un futuro lleno de nuevas oportunidades, creando así un ambiente de felicidad, nostalgia y regocijo general.

O eso sería normalmente el caso.

- ¡ROBINA MORTIER, TUS ACCIONES HAN LLEGADO DEMASIADO LEJOS!

La voz estruendosa del tercer príncipe Carlos Rotsant atrajo la mirada de todos los presentes al centro del salón. A su lado se encontraban sus ya conocidos amigos y detrás de él con su brazo izquierda en señal de protección se encontraba la joven Melanie.

- Su alteza, lamento decir que no entiendo su razón de alzar la voz, podría por favor tomar un momento para explicar ¿a qué se acciones se esta refiriendo?

Mientras la voz del príncipe era una de furia y llena de determinación, la voz de Robina Mortier era una de calma, que acompañada por su mirada, acentuaba el hecho de que la situación era completamente inconsecuente para ella.

- ¡¿Necesitas que te lo explique?!

- Así es su alteza, sino como podría esperar que sepa a que se refiere

- ¡¿Tienes el descaró...

- Su alteza, ¿sí me permite? - La intervención de Erik que se encontraba a la derecha inmediata del príncipe, dio la oportunidad para que el mismo le concediera la oportunidad de dar un paso al frente y tomar las riendas de la conversación - Señorita Mortier, a lo que el príncipe Carlos se refiere; es sobre los constantes ataques verbales y físicos a la persona de la señorita Strauss.

- ¿Ataques? Lamento informarle que su alteza esta confundido, puesto que le aseguro; no conozco a ninguna señorita Strauss.

- ¿¡Te atreves a decir eso frente a ella?!

El repentino tonó e intervención del príncipe provocó un salto de sorpresa en la joven Melanie, causando que la mirada de Robina se dirigiera hacia ella.

- Así que usted debe ser la señorita Strauss.

- A...A...A sí es

- Un placer conocerla, soy la hija mayor del condado Mortier, Robina Mortier

Con una calma totalmente ignorante de la situación Robina se presentó, tomando por sorpresa a todos los presentes y logrando disminuir la furia del príncipe.

- E...E....E...El placer es todo mío, soy Melanie Strauss, la única hija del barón Strauss.

- Perfecto, ahora que ya hemos podido presentarnos, podemos proseguir con lo importante, ¿Podría el hijo mayor de la casa Sorton ser tan amable de explicarme de que acciones se me acusa?

- ¿Todavía intentas actuar calmada en esta situación señorita Robina?

- ¿De qué otra manera debería actuar?

- Hemos reunido suficiente pruebas y testigos que demuestran como usted ha sido la mente maestra detrás de los ataques a la señorita Melanie en los últimos tres años; y usando su autoridad como la hija de un duque y prometida de su alteza ha usado a terceras partes para realizar su voluntad y así no ser implicada.

Mientras decía esas palabras, el joven Romeo aprovechaba para revelar una carpeta con papeles que traía en la espalda, dando a entender que ahí se encontraba toda la evidencia y dar una señal con la cabeza a Cedric para traer de la multitud a un grupo de jovencitas nobles de su misma edad.

- Exactamente Robina, ¿Pensaste que podrías ocultarte para siempre detrás de otras personas?

El príncipe no dudo en aprovecha el momento para regresar a la liderar la conversación.

- Su alteza, lamentablemente sin tener la oportunidad de comprobar esta supuesta evidencia y sin permitirme cuestionara a los testigos, ¿Cómo está seguro de la veracidad de sus palabras?

- Buen intento Robina, hiciste bien en ocultar tus huellas de todo este asunto lo admito, pero no fuiste lo suficientemente precavida para evitar que descubriéramos a tu mensajera.

En este momento, otra persona era traída al frente de todos por Romeo, una sirvienta cuya cara fue inmediatamente reconocida por Robina; se trataba de una relativamente joven criada llamada Alexa, quién llevaba empleada en el ducado desde hace unos cincos años; y junto a otras dos sirvientas fue seleccionada para acompañarla durante su estadía en la academia.

- ¡Perdóneme mi señora, no fue mi intención revelar la verdad!

Inmediatamente Alexa prosiguió a caer de rodillas al suelo, mientras el público empezaba a murmurar sorprendidos por como se desarrollaba todo.

- Como puedes observar, tu sirvienta ya nos dijo todo.

Una sonrisa se dibujaba en la cara del joven príncipe seguro de tener acorralada a su prometida, que aun con la evidencia presentada seguía manteniendo una expresión indiferente.

- Sigo sin entender como puede darle tanto peso a la palabra de una sirvienta su alteza.

- ¡Negándolo todo hasta el final!

- Por favor, no hay necesidad de alzar tanto la voz, aunque primero que nada, me gustaría aclarar una duda.

- ¿¡Qué podría no ser claro ahora Robina!?

La paciencia del príncipe parecía agotarse a cada segundo que la hija del duque no admitía sus acciones y desviaba el tema.

- ¿Qué importancia tiene esto como para armar un espectáculo frente a toda la academia?

...

...

...

En ese instante el silencio inundo el salón por completo; puesto que las palabras de la joven Robina eran ciertas, por más que las acciones de la prometida del príncipe fueran reprochables, el lugar no era el adecuado para manejar este tipo de acusaciones, esta de más decir que esto era más parecido a espectáculo que un juicio, y aun así, el tercer príncipe y sus compañeros no mostraban signos de preocupación; a pesar de las implicaciones que su accionar del día de hoy tendría para el futuro del reino cuando lo sucedido llegue a oídos del resto de la sociedad noble. El príncipe es parte de la familia más importante del reino y la primera persona en su historia en ganarse la bendición de un espíritu, pero a quién esta acusando públicamente es a su prometida, la hija del ducado Mortier, una de las tres casa ducales y tal vez el aliado más fuerte de la familia real desde siempre, por lo que su actuar no pasaría desapercibo al punto de posiblemente causar una irreparable brecha entre las dos familias, una situación que los presentes estaban silenciosamente de acuerdo no valía la pena y menos por alguien de tan poco valor como la hija de una casa tan pequeña.

- Tienes razón, tal vez mis acciones parecerían exageradas a los ojos de los demás...¡PERO, hoy no solo vine a demostrar a la gente tu verdadera cara, sino anunciar mi intención de romper nuestro compromiso y comprometerme con Melanie!

La declaración del príncipe aumento la tensión en el salón para todos los presentes, todo era demasiado exagerado e irreal, era cierto que muchos estudiantes y algunos miembros docentes habían notado con el pasar del tiempo la cercanía del tercer príncipe con la joven Strauss, pero no al punto de hacer algo tan drástico e irreversible como romper completamente su compromiso y de una manera tan pública.

- ¿Su majestad ha aprobado su accionar, alteza?

- No es necesario, el amor que siento por Melanie es demasiado grande para seguir ocultándolo y por eso no puedo seguir tolerando tus acciones, además que esto hará que nadie se oponga a mi decisión - Tomando la mano de su ahora públicamente amante en alto para que todos la vieran el príncipe declaró - ¡La única hija del barón Strauss ha sido bendecida por el antiguo espíritu de la luz!

Tras esas palabras, en el dorso de la mano que sujetaba se hizo presente una marca con forma de estrella y color dorado que atrajo la mirada del público; mientras empezaba a emitir una pequeña luz como muestra de su autenticidad, provocando inmediatamente que los ojos de todos incluyendo la joven dama Robina se abrieron de par en par.

Las implicaciones de esta revelación eran claras, no importa que tanta influencia tuviera la casa ducal, el valor de alguien bendecido por uno de los antiguos espíritus estaba a un nivel completamente diferente, aunque el príncipe también era un bendecido; su estatus lo ataba fuertemente al reino por lo cual cualquier temor de traición era casi inexistente, pero que otra persona de la misma generación apareciera en el reino y con lazos menos fuertes, abría la posibilidad en que fuerzas opositoras buscaran ganar su favor; algo que la familia real buscaría evitar con todo su empeño ¿y qué mejor solución que un compromiso con un miembro de la realeza?

- Imposible.

Fueron las primeras palabras que se escucharon; provocando que la atención se posará en la joven Robina, quién ahora el público dedicaba miradas condescendientes por la pésima posición en que se encontraba, una posición que ni siquiera su casa podría solucionar aun con toda su influencia.

- ¡¿Ahora crees que alguien podrá defenderte después de lo

...

...

...

- ¿Eh?

La reacción de Melanie Strauss no era para menos, solo parpadeo un instante mientras Carlos seguía atacando a Robina, pero fue suficiente para que de repente todo a su alrededor se detuviera, su cabeza se empezó a mover en múltiples direcciones buscando sino era la única no afectada por el extraño fenómeno, pero hasta donde sus ojos podían observar, nadie más era capaz, como si el tiempo mismo se hubiera detenido para todos menos ella.

"¡MELANIE PON ATENCIÓN AL FRENTE!"

Mientras esas palabras inundaban su mente; una luz prosiguió a envolverla para finalmente manifestar detrás de ella la figura de una alta y hermosa mujer con largo pelo plateado y ojos dorados; vistiendo un simple vestido recto de color blanco, esa mujer era por supuesto Luna, el espíritu de la luz.

- ¡Luna! ¡¿Qué esta sucediendo?!

"Dije que miraras al frente, no a mí"

- Vaya, vaya, así que aquí estabas.

Melanie finalmente miró al frente y noto que además de ella, efectivamente Robina tampoco se veía afectada por lo que fuera que estuviera provocando que todos los demás presentes dejaran de moverse, pero aun más desconcertante era la sonrisa que asomaba a su rostro, no era una sonrisa cruel o que denotará burla, sino una de pura felicidad; algo nunca antes visto por cualquier miembro de la academia; ya que desde su ingreso la única expresión que ha mostrado su rostro es una de indiferencia.

- Señorita Robina, ¿Qué está pasando?

- Nada importante te lo aseguró.

"Miente Melanie, ella es la causante de esto, solo pude protegerte gracias a que algo no me parecía correcto con esa chica"

En ese momento la joven de pelo rubio solo pudo retroceder de la sorpresa y miedo que tal revelación provocaba.

- Vaya, no es educado hablar solo entre ustedes ¿Sabes espíritu?

- Deja de jugar humano, ¿Cómo lograste usar magia temporal y cuáles son tus intenciones?

En ese instante la sonrisa de Robina creció y juntando la palma de sus manos frente a ella simplemente respondió.

- Déjame mostrarte.

Una luz más grande de la que envolvió a Melanie se hizo presente detrás de la hija mayor del ducado Mortier, para dar paso a la aparición de cuatro nuevas figuras que el espíritu de la luz no tardó en reconocer.

- Drogo, Aodh, Aqua y Tront, ¿Qué esta sucediendo?

avataravatar
Next chapter