4 c u a t r o

El panorama era más fenomenal que una pintura del renacimiento, se apreciaba el color rojo, el rojo carmín, rojo oscuro, rojo... rojizo.

Pues el infierno es como la tierra, tiene su lado humano ¡Y claro que lo tiene! En cuanto entras puedes apreciar miles de humanos, torturados por todos aquellos "pecados" cometidos cuando gozaban de la vida.

Harry estaba listo para ir al sector en el cual podría liberar toda su furia acumulada, en donde se torturaban a los humanos con mayores pecados, allí sufriendo todo el tiempo que los demonios decidan ya que este, no puede morir al desangrarse, o de un paro ya que no tiene vida pero sufren todo a carne viva.

En el infierno todo tenía que encontrarse bajo control, era detestable tener almas en pena por todos lados, así que Lucifer al llegar hace miles de años atrás, decidió mantener 10 demonios, separar a los más fuertes y tenerlos a cada uno controlando sectores diferentes como tortura, pecados capitales, experimentos, incandescente, pesadillas, entre otros.

Al llegar al sector tortura estaba el demonio a cargo Zayn, a decir verdad él fue quien enseñó a Harry toda clase de tortura que existe, y es el único demonio en quien puede confiar del inframundo.

—Harry, ya me enteré. —fue lo único que soltó Zayn mientras Harry seleccionaba a su víctima.

—¿De que soy el mejor? Creo que estás un poco atrasado en las noticias ¿No crees? —dijo en tono de burla.

—Sé que tuviste una interacción con un Ángel, si Lucifer se entera será un caos ¿Recuerdas la última vez que se enojó con alguien de arriba? Le arrancaron sus alas y por ende nosotros estamos aquí. —dijo Zayn advirtiendo a Harry.

—Solo quiero divertirme un rato ¿Qué tal si logro ser quien le arranque las alas al pequeño e indefenso querubín? —soltando un carcajada y dirigiéndose de nuevo al demonio dice— Mira sabes que cualquier cosa que me digas no haré caso y que ternura que sientas un poco de preocupación hacia mí, pero mira y aprende.  —con eso último Zayn solo movió su cabeza arriba y abajo para entonces Harry desaparecer de su vista.

Mientras tanto Louis se encontraba ayudando a un niño, corrió tras su pelota hasta la calle y de no ser por el Ángel ese niño ya no estuviera con vida.

Terminando el acto se escucharon aplausos lentos y fuertes detrás de Louis, este se voltea un poco desconcertado pero su gesto cambia cuando finalmente lo ve a la cara.

Estaban los dos frente a frente, en cuanto sus ojos se unieron se sintió como si algo hiciera click, el verde y el azul se habían fusionado por unos momentos hasta que el querubín retiró su mirada para ver el suelo.

Louis por dentro quería huir de inmediato y Harry apenas iba a empezar con su plan.

—Pero que lindo acto, salvando a un pequeño mocoso de morir y salvando al hombre detrás del volante de haber cometido un pecado y acabar en el infierno conmigo. —dice mientras va asomándose una sonrisa en su rostro.

—Cualquier cosa que yo haga no tiene que ver contigo y tu circo de asesinos. —dijo Louis indignado mientras cruzaba los brazos.

—Ah, muy bien, entonces qué tal si me conoces mejor, aprovechamos un poco del tiempo... un ángel tan solo puede correr peligro, deja que te acompañe un rato... —cada que hablaba se acercaba más y más al querubín hasta estar a un paso de distancia.

Louis al notar la cercanía y el significado de sus palabras retrocedió hasta que no había salida, en eso extendió sus alas y mirando al cielo listo para marcharse siente un ardor inimaginable en una de sus alas, tanto que lo hace soltar un quejido.

El demonio para evitar que esté volará, se acercó rápidamente donde Louis estaba y con una mano lo detuvo de irse al tocar su ala, ya que éste decidió aplicar un gran calor a su agarre, solo para que el querubín no se marchara aún.

—Ahora, ya sabes lo qué pasa si me ignoras de nuevo, tengo más habilidades y con gusto puedo mostrártelas todas. —soltó Harry para tocar ahora su cara, sin el calor de antes y levantar su mentón.

Sus miradas se volvieron a conectar, y en ese momento el Ángel se sintió vulnerable mientras que el demonio de sentía atraído por su belleza.

Esta vez quien desvió la mirada fue Harry, quien soltó bruscamente a Louis para así con un fuerte viento desaparecer de la vista del querubín.

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