5 c i n c o

Los ángeles pueden aparentar ser tan delicados como un pétalo pero tienen fuerza sobrenatural, no derramaran una lagrima por nada del mundo.

Los ángeles tienen habilidades dadas desde su creación, pueden parar el tiempo, moverse a una gran velocidad y las armas típicas del mundo humano no les harán daño.

Los Ángeles se enamoran rápidamente, amor a primera vista sin marcha atrás.

El pequeño querubín yacía donde mismo, ahora acurrucado contra la pared, nunca había experimentado un dolor así, su toque fue tan brusco y quemaba hasta el alma.

Decidió dar una vista a su ala, una parte estaba claramente lastimada ya que entre las plumas blancas, eran notorias las plumas negras y achicharradas que había dejado aquel demonio, con ahora restos en el suelo.

Louis sabía sobre curaciones de dagas de demonios pero no sabía que hacer para quitar la marca que había dejado un demonio en su ala.

Decidió poner su mano lentamente sobre el área afectada, encajando perfectamente, el dolor iba disminuyendo lentamente, por otro lado no sabía como quitar aún la marca, no podía permitir que otros ángeles le vieran así, entonces sabía que hacer.

Comenzó a emprender camino hasta el cielo tratando de no ser visto o estaría en problemas. El lugar a donde se dirigía era con su hermana Felicite, en el paraíso.

Su hermana nació con la habilidad curandera, tenía desde materiales hasta las habilidades necesarias para curar cualquier herida.

Finalmente llegó y Felicite lo recibió con los brazos abiertos como siempre, se sorprendió de su ala pero guardaría las preguntas para después.

—Louis, me alegro mucho de volver a verte, pero mi mayor duda ahora es ¿En que te metiste ahora? —dijo mientras entraban dentro de un árbol que servía como pequeño taller y hogar.

—Bueno, no sé como explicártelo sin que te alteres. —dijo mirándola a los ojos.— Bueno, yo creo que lo he visto todo vamos dímelo. —dijo Felicite al mismo tiempo que lo sentaba en un tronco más pequeño y buscaba materiales de curación.

—Fue un demonio. —soltó el ángel con miedo.— Ahora dime algo de lo que no esté enterada Louis. —dijo esta vez su hermana mientras examinaba la zona.

—Esta bien... no esperaba esa reacción pero gracias por no alterarte. Fue hecho por el tacto de un demonio para evitar que me marchara, solo puso su mano sobre mi y empezó a arder, nunca había sentido un dolor así. —dijo louis preocupado.

—Louis.

—¿Si?

—¿Por qué un demonio teniéndote indefenso solo pondría su mano en tu ala para evitar que te fueras y el único daño que recibiste fueron unas plumas achicharradas? —dijo con asombro mientras terminaba con su trabajo.

—Larga historia hermanita, muchas gracias por tu ayuda pero tuve un largo día y tengo que descansar ¡Gracias otra vez! —dijo Louis rápidamente mientras salía por la puerta y se marchaba.

Su hermana se quedó sin más palabras que decir pues ya era muy tarde, en su mente sabía lo que podría estar pasando pero no creía que su hermano fuera un rebelde, así que se deshizo de sus locos pensamientos y volvió a lo suyo.

Louis por otra parte con su ala curada, se dirigió finalmente a descansar un poco, la próxima vez que viera a ese demonio le devolvería una respuesta y un golpe.

Y no, no es violencia, solo es... devolver lo que recibió ayer...

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