264 Matrimonio de los Smith y los Hunt

La llamada fue atendida con rapidez, y una clara voz femenina le saludó con respeto. 

—Maestro, ¿pasa algo?

El hijo de Silvester sabía que su padre tenía una descendiente directa, que era una mujer, pero nunca la había visto. Sin embargo, los dos ya habían hablado por teléfono muchas veces.

Tosió. —Hermana, soy yo.

—Oh... ¿Pasa algo malo?

El hijo de Silvester dijo: —Tengo a alguien aquí que quiere comprar las Píldoras Calmantes de Zabe a un alto precio. ¿Tienes tiempo para ayudarme a refinar una?

La voz de la otra parte era perezosa: —¿El maestro quiere venderla?

El hijo de Silvester asintió: —Sí, la otra parte ha ofrecido dos millones de dólares.

Nora se quedó sin palabras.

Entre las hierbas necesarias para refinar la Píldora Calmante, sólo el ginseng de 500 años era más valioso. El resto sumaba como mucho unos diez mil dólares. Sólo ese ginseng podía comprarse en una subasta por un millón.