1 ✦Capítulo 1.

Puedes reírte de mí todo lo que quieras,

soy un perdedor que te ama.

Sí, soy un infeliz.

Para ti sólo soy una molestia, 

un extraño.

Pero en este mundo, sólo te necesito a ti.

Shine—Pentagon.

• • •

—En serio deberías tomar un descanso—Donghyuk insistió, intentando persuadir a su amigo, quien se encontraba estresado, y sin poder evitarlo, liberaba un aroma levemente intenso—. Te encuentras tan alterado que tu lobo emana olor. Ve a descansar y toma algo Jungkook, lo digo en serio.

Jeon, quien se encontraba sumido en su mundo repartiendo los folletos de bienvenida, volteó a ver al beta, soltando un suspiro: —Se me acabaron los supresores hace unos días y no he tenido tiempo de comprar más.

—De verdad me preocupas Jungkook, relájate un poco... Estamos en las primeras semanas de ingreso, vas a tener tiempo de preocuparte después. Ahora deja que el resto de los delegados te ayudemos.

Era sabido que Jungkook era bastante intenso si eso incluía que todo pudiese salir impecable, priorizando cualquier labor antes que su bienestar propio. Como en esos instantes, donde el receso parecía ser más corto de lo que era y Jungkook debía entregar todos esos panfletos que la dirección les había encargado y para su desgracia, no tenía tiempo de tomar un respiro de sus ocupaciones.

—Si quieres descansar puedes ir, ya me ayudaste bastante, puedo terminar de entregarlos sólo—el omega se volteó y siguió su rumbo por el pasillo, entregando los folletos a cada estudiante que pasaba por su lado con una gran sonrisa en el rostro y oyendo a su amigo pisarle los talones —. Además, tengo que asegurarme de que todos van a ser entregados y no puedo cerciorarme de ello si se los encargo a ustedes.

El beta soltó un suspiro, no queriendo darle crédito a la acertada idea de su amigo.

—Al menos tomemos algo, no voy a dejarte con todo sólo.

—Estoy bien Hyuk, de verdad.

—¿Te crees que estos folletos de bienvenida les van a cambiar la vida? No, Kook. Y tampoco quiero sonar como un amargado, pero ellos no van a leerlo. Sólo van a arrojarlo a la basura, y muchos ni siquiera eso.

—Basta, Donghyuk. Yo quiero saber que hice bien mi trabajo, no sé si todos podemos decir lo mismo.

—Auch—refunfuñó el castaño, incorporándose a su lado—. No seas así Jungkookie... Yo sólo quiero que tomemos un descanso.

El susodicho le dedicó una mirada airada, absteniéndose de hablar sobre los pequeños "recreos" que el contrario se tomaba, añadiendo el hecho de que evadir responsabilidades era la solución para su amigo y para el resto de delegados.

—Puedo asegurarte que ya descansé lo suficiente yendo a esa fiesta el fin de semana. De la cual, no me acuerdo de nada, vale aclarar.

—No me jodas, eso no cuenta, cuando ni siquiera lo disfrutaste. Es que quien en su sano juicio toma así la primera vez—bufó Kim—. Vamos Jungkookie, descansemos un poco...

—No, y no vayas diciéndolo por ahí, ya tengo un cargo de conciencia increíble—Jeon culminó con una mirada hosca—. Ve a tomar algo, iré en un rato, lo prometo.

—Jungkook—su amigo rezongó, más decidió no seguir insistiendo cuando el contrario ya se encontraba a generosos pasos de él—. ¡Está bien, pero iré a buscarte si no vienes en menos de veinte minutos!

El omega no contestó y se permitió soltar una risa, girando por inercia a ver a su amigo caminar el trayecto a la cafetería. Entre dilemas, Jungkook decidió tomar el consejo de su amigo e ir a la enfermería por un supresor, después de todo, no podía ir por la escuela pudiendo afectar a los alumnos por su aroma que, si bien era débil por el momento, podía intensificarse debido a su estrés.

Jeon se adentró en la pequeña habitación buscando con la mirada a la enfermera, recordando que su turno no terminaba sino hasta una hora después. Sus ojos vagaron por toda la habitación, corroborando que la mujer no se encontraba ahí. Jungkook dejó las hojas a un lado y rebuscó entre los pequeños botiquines una pastilla que saciara el olor que su lobo desprendía.

Giró su cabeza cuando oyó el ruido de la puerta abrirse, deduciendo que sería la enfermera, más su sorpresa fue instantánea cuando Kim Taehyung fue quien se posó frente a él, haciendo que su pecho de pronto latiera más rápido.

—Chaerin no está—masculló Jeon, tragando duro e intentando cambiar sus facciones a unas más duras.

—¿De verdad? No me di cuenta.

Jeon intentó restarle importancia a la presencia del alfa y se devolvió a sus asuntos, cuando el omega juntó un poco de saliva y creyó que era suficiente, tragó la pastilla con esta.

—Así que... ¿Qué tal la fiesta del otro día? —habló, mirándolo perspicaz en todo momento—. ¿Divertida, presidente? Oí que fue tu primera fiesta, felicidades.

El tono que Taehyung había usado lo descolocó por unos instantes, dando por sentado que esas palabras tenían un trasfondo que no sabía si quería conocer.

— ¿Por qué, te importa? —el omega se volteó a verlo sonriéndole con superioridad, encontrando al alfa recostado en la pared.

—Para nada, la verdad.

El castaño suspiró con pesadez no encontrando nada más interesante en aquella conversación. Con desgano, Jeon tomó los folletos y se dirigió hacia la puerta, pasando a un lado del contrario, más se detuvo cuando el alfa volvió a hablar.

— ¿No vas a darme uno de bienvenida?

—Que te jodan Kim.

• • •

No había que ser muy inteligente para notar que Jungkook era el alumno perfecto en todo, manteniendo el orgullo de sus destrezas en cada espacio curricular, teniendo como prueba su perfecta plantilla de la cual no tenía problema alguno en presumir.

Sin embargo, había algo en lo que verdaderamente no era bueno, y eso era sin duda, los deportes. Jeon odiaba con el corazón encasillarse en el estereotipo de omega débil ante las pruebas físicas, quedando marginado ante las habilidades de los alfas e incluso betas. Más al final no podía hacer más que dar su mejor esfuerzo y fracasar rotundamente en ello.

Un gran ejemplo, era ese.

—Levanta más las rodillas, Jeon.

Con las piernas entumecidas y los puños blancos debido a la fuerza con los que los apretaba, Jungkook no desistió, llevando las rodillas a la altura de su pecho, intentando mentalizarse de que era sólo una prueba física, y si no daba lo mejor de sí, no llegaría a la perfección que buscaba.

Después de largos minutos de una rutina que, si bien era sencilla y especialmente para omegas, la clase concluyó, dejando a los pocos alumnos que tomaban la materia exhaustos. Con la frente destilando unas cuantas gotas de sudor, y el cuerpo contraído, Jungkook caminó hacia las duchas, dispuesto a quitarse todo el malestar que sentía sobre él.

Por lo lejos, pudo divisar al a sus compañeros tanto alfas como betas entrar a los cambiadores, recibiendo las correspondientes normas por el profesor acerca de mantenerse alejados de las duchas donde se encontraban los omegas del turno anterior. Jungkook se acercó a su bolso para tomar lo necesario, más cuando se estaba dirigiendo hacia las duchas, oyó su celular vibrar desde el pequeño bolsillo que tenía la parte delantera de su mochila. Dejando las cosas de lado, el omega se acercó al bolso, sintiendo una opresión en el pecho. De pronto sintió sus manos frías, sabiendo a cuestas que las llamadas o mensajes que recibía, eran únicamente de emergencia.

Las cejas fruncidas adornaron su rostro cuando el omega divisó que era un número desconocido.

Y, por un momento, se relajó por ello.

Claramente no debió.

+82-xx-xxx-xxx:

[Video adjunto]

:)

Con los dedos suspendidos en la pantalla de su celular, Jungkook se debatió en abrir el video que la persona desconocida le había enviado, temiendo por los tan conocidos virus de internet y amedrentándose ante la idea de que le hubiesen enviado uno y que su económico celular no pudiese aguantarlo.

Todavía con la idea carcomiéndole, el omega decidió hacer caso omiso a sus instintos y decidió darle play, su ceño fruncido ante la baja iluminación de la grabación. Jungkook tuvo que subir el brillo de su teléfono para poder entender lo que el panorama exponía, su boca de pronto temblando cuando se divisó a él mismo en la imagen.

Y sería una consolación decir que al omega no se le resbaló el móvil de las manos, porque Jungkook tuvo que salir de su corto estado de estupor para levantar el aparato del suelo, agradeciendo mentalmente que no se hubiese dañado. Juntando un poco de voluntad, volvió a reproducir el video, rogando con todo su ser que fuese una mala pasada de su mente ante su cansancio, implorando que verdaderamente no fuese él lo que veía en la pantalla.

Más cuando prestó más atención al vídeo, pudo ver como su rostro era enfocado, hallándose decepcionado ante la imagen que veía sobre sí mismo, la voz de Taehyung decorando el trasfondo. El omega tuvo la intención de llorar, gritar y patalear porque sabía lo que significaba que la grabación estuviese en manos de Taehyung, y el malestar en su estómago se acrecentó cuando la idea de que el alfa supiese de sus sentimientos apareció como un flash en su mente.

De pronto su cuerpo entumecido se sintió tan blando como una gelatina, y, tal vez el castaño no pensó bien lo que escribía, pero cuando sus vulnerables sentimientos opacaban su cordura, no dudó en escribir aquél mensaje que le dejó un sabor amargo en la boca.

Jeon Jungkook:

No lo subas, por favor

Sólo por esta vez

Haré lo que me digas

Y, tal vez, Jungkook no supo que sus palabras serían su propia destrucción.

• • •

Jungkook no sabía verdaderamente que le daba más temor.

Si la idea de ser citado durante la noche, siendo él un omega vulnerable en un sitio que no conocía, o el hecho de que la persona que lo había llamado, había sido el mismísimo Taehyung.

Y sería una mentira decir que el omega no temblaba por completo, porque a pesar del frío que hacía debido a la época del año en la que se encontraba, su nerviosismo le hacía compañía a este hecho, haciendo que el cuerpo le tiritase de lleno.

Jeon mantuvo sus manos en cada axila, abrazándose a sí mismo sobre el grueso abrigo de lana que tenía, intentando vislumbrar por sobre la baja luz que había en la calle debido a las farolas rotas, y Jungkook intentó no resignarse cuando veinte minutos después, nadie apareció.

Dando la vuelta para volver por donde había llegado, el omega giró sobre sus talones, más sintió como el alma se le iba del cuerpo cuando a escasos centímetros de él, se encontraba un alfa con el típico semblante burlón que lo distinguía por sobre los demás.

—¡Puta madre!

Retrocediendo varios pasos, Jungkook sintió como el corazón le latía con euforia, y no precisamente por el susto que le había dado el contrario.

—¿Con esa boca saludas a tu madre? Estoy impresionado.

—A menos que quieras que tenga otra, lamentablemente sí—aunque intentó sonar lo más confiado posible, falló en el intento, haciendo que el alfa soltara una risa ácida.

—Mhm, ya—Kim se dedicó a observar de arriba a abajo al castaño, haciéndolo sentir totalmente fuera de lugar—. ¿Te costó mucho llegar hasta aquí, presidente?

El falso interés del contrario revolvió el estómago del omega al instante.

Jungkook se tuvo que abstener de decir las cosas que sentía en el momento, porque el miedo ante la idea de Taehyung pudiese compartir su vídeo, era mucho mayor que el enojo que sentía.

—¿Qué quieres?

—¿Disculpa?

—¿Qué mierda quieres para borrar ese video?

—Vaya, vas más rápido de lo que pensé, cerebrito—Jungkook tuvo que limitarse a decir algo más, porque realmente odiaba el tono de superioridad que el alfa usaba con él.

—He estado esperando aquí hace media hora, congelándome hasta el tuétano, ¿Qué mierda esperabas?

Y Jungkook terminó de no entender nada cuando oyó al contrario soltar una risa escandalosa, perturbándolo un poco.

—Tú- ¿De verdad dijiste tuétano? —inquirió, segundos después quitando una lágrima que tenía el ápice de resbalar de la comisura de su ojo, el comentario ocurrente del omega siendo la causa de esto—. Tan inteligente que te ves y dices cosas como esas, no me jodas.

—Lo que diga o deje de decir nunca te importó, dudo que haya cambiado ahora—masculló frustrado ante la tediosa situación—. Así que acortemos lo más posible este estúpido encuentro y dime que quieres. Cuando dije que desperdicié tiempo valioso esperándote, también amerita a este momento.

El más bajito lo observó por primera vez a los ojos desde que el alfa había hecho aparición, todavía envolviéndose en sus brazos para mantener calor. Jungkook se sintió nervioso ante la idea de que el contrario llevase únicamente una fina camisa con mangas largas, y muy dentro suyo, se preguntó si el más alto no tenía ni un mínimo de frío.

Para su desgracia, el negro le sentaba bien al alfa.

—Después la gente se pregunta por qué omegas como tú siguen solos—expresó, colocando las yemas de sus dedos pulgar e índice en su mandíbula, siendo este un apoyo para tronar su cuello a cada lado.

—No necesito de ningún alfa para valerme por mí mismo —sus cejas fruncidas decoraron su rostro totalmente rojo por el frío—. En verdad deberías informarte que estamos en pleno siglo veintiuno, me parece que tu opinión se quedó en la era prehistórica junto a los dinosaurios y casi todos los alfas de la sociedad.

—Irónico que te hayas fijado en un alfa con pensamientos retrógradas, ¿No?

De pronto Jeon sintió sus mejillas colorarse, más no quitó su vista en ningún momento, lo cual sorprendió al alfa quien seguía manteniendo una sonrisa burlona.

—¿Qué quieres?

—Veo que estás apurado, vaya... Discúlpame por hacerte perder el tiempo, presidente.

—Tengo cosas útiles que hacer. No sé si todos podemos decir lo mismo.

—Que palabras tan hirientes, voy a replantearme la idea de volver a votarte este año, alguien tan agresivo no puede estar a la cabeza de un centro estudiantil.

—Agresivos tus huevos, dime que mierda quieres Taehyung.

Soltando un suspiro, el susodicho decidió ir por primera vez al grano, borrando esta vez su semblante burlón.

—Quiero cantes conmigo.

Jungkook lo observó expectante, esperando a que el contrario dejase los rodeos de lado y de una vez le dijese lo que verdaderamente quería de él. Más cuando no lo hizo, se atrevió a decir, llenando sus palabras de un tinte jocoso: — ¿Madonna hace los coros?

—Te la das de inteligente y no sabes diferenciar una broma de la realidad, asombroso.

—...

—También quisiera que Madonna pudiese cantar, pero no se pudo y eres nuestra última opción.

—¿Qué mierda?

—Te escuché cantar cuando estabas en la enfermería hace unos días y no lo haces tan mal. Para tu fortuna y mi desgracia, necesito una voz para un concurso en el que estoy participando con mi banda.

—...

—No tienes opción, si no quieres que suba tu mierda de vídeo, vas a tener que ayudarme.

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