1 Una sonrisa de Soledad.

En mi vida hubieron mucho tropiezos, que me hicieron volverme fuerte, al princio era una chica que radiava luz por dónde me vieras, con una gran sonrisa y ganas de vivir mi vida al máximo.

Continuando mi vida, apesar de que al principio parecía todo un cuento de hadas... con el tiempo todo fue tornándose agrio y oscuro, toda mi felicidad dió un vuelco a la tristeza; cuando cumplí 15 años, las personas llamadas "amigos" empezaron a ser lo más traicionero de mi vida, callando mis decepciones continúe confiando en las nuevas personas que aparecían en mi vida, pero con ello solo logré llevarme más desepción.

Dejándo atrás ello y luchando por mi felicidad, llegó un momento dónde mi prima —el cuál tenía mi edad— empezó a ser una de las personas más importantes para mí, yo la amaba demasiado y su felicidad era la mía, no me importaban sus defectos, yo la apoyaba en lo que pudiera y ella igual a mi, yo me sentía como enamorada... —pero en forma de cariño y amistad— tenía sueños dónde estaba ella, ella era como una hermana para mí.

Hasta que un día empezó a comportarse extraño conmigo, apesar de que le preguntará si estaba bien, si había pasado algo, ella no me decía nada, próximamente empezó a bloquearme de sus redes sociales, no me buscaba, no me miraba, apesar de que yo caminaba junto a ella he intentaba hablarle solo conseguía gritos de sus amigas y una ignorada.

Un día al llegar a casa con una sonrisa escondiendo lo triste que estaba por no tener a mis amigos, mis padres estaban en silencio mirándome con tristeza, tenían unas maletas en el auto, no habían muebles de mi ropa en casa, ahí comencé a alarmarme y a preguntar qué pasaba, mis padres haciendo caso omiso a mi palabras me llevaron al auto, después de estar en silencio por un largo camino se detuvieron en una casa grande con un césped bastante bonito, ventanas lustradas y brillantes, una madera recién comprada; en eso observo una mujer vestida con un traje largo, una sabana en su cabeza, de blanco y negro, también pude observar un collar bastante bonito con un más... después de analizarlo con más cuidado me dí cuenta que era una camandula y aquella mujer, era una monja, mire a mis padres con detenimiento.

Después de bajar del auto me llevaron adentro de la casa, pude observar varias niñas con arapos gastados y sucios, agachadas de rodillas limpiando el suelo con una esponja y una tela o trapo; una chica levanto la cabeza y me observó con una sonrisa frágil, miro para todos lados antes de acercarse a mi "vete antes de que sea tarde" me susurro con una voz frágil y llorosa, iba a preguntar el porque, hasta que la chica se boto al piso y empezó a refregar el suelo con rapidez y lágrimas en los ojos.

Sentía una presión en mi cuello así que me voltee, al hacerlo pide ver una chica de unos centímetros más alta que yo mirándome con una sonrisa, me toma por lo hombros y sin decir una sola palabra me lleva a la puerta dónde está se cierra a unos pasos de mi alcancé, dejándome adentro de este lugar y mis padres al otro lado, la monja con la que hablaban mis padres se acerca a mi con unos papeles en sus manos, me los muestra y leo con cuidado.

"Papeles de adopción" mi corazón pega un vuelco y eso me basta para acercarme a la ventana y ver cómo mis padres se van dejándome acá, mis lágrimas salen recorriendo mis mejillas y mi corazón se estruja dejándome con un gran vacío en mi pecho, golpeó el vidrio de la ventana con fuerza, dejó de hacerlo y me acerco a la puerta intentando safar el candado de la puerta, doy gritos y golpeó la puerta una y otra vez, cuando logró abrirla me doy cuenta que mis padres ya se habían ido... "me dejaron" me repetí una y otra vez hasta que mis piernas empezaron a sentirse débiles, el vacío en mi pecho se hacía más grande y dolía, quemaba como el mismísimo infierno, mis lágrimas caían con más severidad y mi garganta ardía como si hubiera comido chile picante, tenía un gran nudo, mi vista se veía borrosa, dolía, todo dolía, estaba cansada hasta que me deje caer, voltee mi mirada atrás de mi y solo veía a la monja riendo junto a la niña.

Se reían de mí en mi cara, se reían de mí tristeza, se reían de mí dolor, tal vez pude acostumbrarme ello, pero no con una sonrisa, pude intentar ser feliz, sí, pero no lo hice, cada día que pasaba allí, era como una suma de carga y de dolor en mi espalda, todo al principio empezó a hacer peso en mí, hasta que se borró totalmente mi sonrisa...

Pasando los años con el recuerdo más vivo que yo en mi mente, atormentandome cada recuerdo y sintiendo furia y desepción en mi pecho; continuaba haciendo mis tareas.

1) Podar el césped.

2) Lavar los baños.

3) Limpiar el cuarto de Ana.

4) Lavar la toga de la madre superiora.

5) Limpiar los platos.

6) Buscar comida para los demás.

Cabe resaltar que quería hacer lo último por cuenta propia, la madre superiora no nos dejaba comida sana o almenos algo que se llame comida, siempre nos dejaba las sombras de los que llamaban sus hijos; Ana es la hija única de la madre superiora, es adoptada y la trata como una reina. Ana tiene su grupo de amigas con las que habla cuando quiere, hace pijamada y les dá buena ropa a comparación de nosotras.

Yo he regalado la mitad de mi ropa a las demás chicas de mi habitación, fueron dejadas acá desde pequeñas así que están acostumbradas, pero en realidad no usan casi ropa, la que tienen son apenas ropa que consiguen en la basura, sino la usarán probablemente andarían desnudas por todos lados, ya con 18 años, siendo una de las mayores junto con Jenni nos han dejado salir durante unas horas para conseguir dinero para el orfanato, sí, un orfanato.

Siendo ya mayores de edad aún así no nos dejarán salir de acá, amenos de que alguien nos adopte; siertamente las chicas que salen de acá son muy afortunadas, solo si consiguen buenos padres, así continuando con mi vida... principalmente estarán por encima mis compañeras de cuarto ante todo, podré llegar a ser una chica fría, pero daría mi vida por ellos...

—¡¡Samanta!! — grita la madre superiora lastimando mis oídos apesar de que la oigo bastante bien. —Vé al instituto del centro y pide materiales para Anna, necesita pintar un cuadro para la iglesia.

Grita a todo pulmón, me quedo mirándola hasta que la pierdo de vista, agarro el dinero y me dirijo al lugar...

Lo que no sabía, es que ese viaje, cambiaría mi vida para siempre, con unas solas palabras, entraría a un peligro más grande, que definitivamente me hará ¿más fuerte? o ¿más débil?...

❤️ gracias por leer, espero que les guste....

avataravatar