1 Un hombre no llora

Evans se hallaba tirado en el suelo frío, cavilando con detalle qué haría con su miserable vida, mientras una racha fría ingresaba desde afuera hacia la lumbrera, atravesando la dócil y fina cortina de la sala...

Sus brazos se traspasaron, trasladó su cabeza hacia ellos, echó un vistazo con detenimiento hacia afuera, mientras anhelaba pesadamente... transporto su ojeada hacia la imagen de su fallecida madre, una lágrima emerge por su cara, se juzgaba miserable, al acordarse de que vivía solitario y que no tenía a nadie.

Al percatarse de ello, no consiguió impedir sollozar más y más de sinceridad...

¿Quién explica que un hombre no llora?

¡puesto que yo si lo hago!

Evans se levantó del suelo frío y salió de la casa, trasladó sus manos a su bolsillo y tomó sus llaves para cerrar la puerta... saco uno de sus pies de su calzado y lo

colocó sobre el jardín, pretendía concebir de nuevo aquella frescura que disfrutaba adyacente con su madre el primer día. Ya que posteriormente de la muerte de rosa, Evans no pretendió regresar a salir de casa, al su pie tocar el verde, ya no concebía nada, aquella emoción ya no era similar, no era la misma, se había oscurecido plenamente, ya no existía, se había marchado completamente con su madre...

Al descubrir aquello, Evans llevó su mano derecha en dirección a su corazón. Se dio cuenta de que jamás en la vida iba a volver a ser feliz, no logró soslayar tirarse en el suelo y sollozar desordenadamente.

_ Porque, Porque, ¡¡¡¡Porqueeeh!!!! _ exclamó Evans tres veces mientras sollozaba de dolencia...

Su corazón no alcanzó a no punzar, todas las cosas comenzaron a fallarle, la suerte se había marchado de su lado y su prometida lo había cambiado por otro. Evans golpeó tres veces su corazón, vigorosamente, sus ojos empezaron a arder, sus labios se encandilaron y su voz se forzó.

Evans se limitó a salir, así como estaba de la casa, tomó las llaves de su vehículo y lo encendió y partió Hacia su trabajo, mientras partía por la calle, las lágrimas no concluían, se juzgaba bastardo, empezó a sudar, sus manos le tiritaban.

Solo anhelaba llegar al trabajo, al llegar a la compañía, ingreso tan apresuradamente, que ni por lo menos escucho cuando su mejor amigo Zheng

lo llamaba... Evans solo tenía la mente en blanco y la vista nublada mientras cavilaba en como todos lo habían abandonado.

Alcanzó Hacia su oficina, al ingresar en este tiro todo lo que se hallaba a su alrededor al suelo, destrozándolo todo e inmediatamente se derrumbó sobre la silla, mientras reclinaba su cabeza sobre la mesa, Zheng lo persiguió al verle llegar así y al entrar a la oficina lo halló agonizante, mientras percibía todos los objetos rotos a su alrededor...

_ ¿Evans qué ha pasado? _ le pregunto Zheng intranquilo

Al Evans escuchar la voz de Zheng, no obtuvo impedir ir Hacia su amigo y abrazarlo con incontable fuerza mientras lloraba...

_ soy miserable, aborrezco mi existencia, lo odio todo, todos me abandonan, nadie me quiere, solo me manipulan, solo me quieren por beneficio y conveniencia y estoy harto de todo esto, te juro que lo estoy, ya no puedo más, ya no puedo más, ya no, no lo aguanto, me lastima, no sabes todo lo que me duele que me utilicen de este modo y que me hagan concebir que no valgo para nada y que no soy nadie...

_sí, desahógate, si esta es la mejor solución hazlo...

_ sabes todo lo que me duele, que todos me hagan saber que no soy nada, sabes cuantas veces al día me hacen sentir y estar al tanto que estoy desierto, sabes cuantas veces me han hecho sentir como una mierda. Porque nadie me entiende. ya que nadie consigue entender mi sufrimiento, porque nadie sabe cómo me siento, que ya no puedo más _ sollozo _ sabes cuantas veces me he levantado buscando a alguien que me diga que todo estará bien, que no pasa nada y que estará a mi lado en cuanto lo necesite, sabes cuantas veces he escuchado a todos apetecer mi muerte, sabes cuantas veces me he visto en el espejo y me eh dado cuenta de que no existo...

Cada Repetición de cada palabra era demasiado para Zheng, le lastimaba el percibir a su amigo así, de esta manera, en esta situación, era su único amigo, lo quiere como un hermano...

_te juro que ya no puedo más Zheng, ya no logró más _ dijo Evans mientras sollozaba _ no sabes todas las veces que he deseado sucumbir...

Zheng apartó a Evans apresuradamente del abrazo y lo miró fijamente a los ojos.

_no digas eso ni de broma, ¡me escuchaste!, ni de coña, tú eres desmesuradamente importante, eres como un hermano para mí y no resistiría que algo protervo te pasara...

_ perdóname, Zheng, pero ya no sobrellevo el saber que ya no valgo para nada...

Zheng solo se dispuso a salir de la oficina de Evans, para luego de unos minutos volver con dos tazas de té en las manos...

Evans estaba sosegado en una silla mientras recogía cada pedazo del tiradero que él mismo había hecho, en su propia oficina, después de unos minutos ya había consumido y decidió volver a casa...

El viaje no era tan extenso así que llegó muy rápido a casa, y al hacerlo, solo se decidió a subir a su habitación, quitarse toda la ropa que traía encima y entrar a la ducha...

Mientras Evans se hallaba en la bañera, se decía a él mismo una y otra y otra vez, que no se retornaría a consentir volver a declinar.

Pensaba en que haría con su vida, pero de un momento a otro solo pensó en cambiarse de casa... eso fue lo único que caminó por su cabeza...

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