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Capítulo 1: Falso Amor

Un día Alice, una Dríada que había comenzado a trabajar de guardiana hacia unos días. Mientras iba caminando con un nuevo cargamento de pociones de repente vio una silueta entre las sombras del almacén, cuando se acerco pudo ver que era alguien con una forma parecida a ella.

-¿Quién eres?- preguntó ella mientras trataba de ver el rostro del intruso.

-Soy Alejandro un sátiro, pero todos me llaman Alex- respondió de entre las sombras.

Ella ingenuamente le creyó ya que nunca había visto ni un sátiro y menos un humano ya que esos solo los conocían las guardianas más antiguas.

-¿Qué haces aquí?- le preguntó mientras ponía en el suelo una escoba que había cogido por el susto.

-Yo...yo solo hacia un recado de mi superior-respondió mientras ponía una sonrisa.

-Donde tenías que entregar ese mensaje- Preguntó curiosamente.

-En la sala de banquetes- Dijo en forma de pregunta en caso de que esa sala no existiera.

-Ahh debe ser para el banquete de la Luna Llena, estoy muy emocionada por que llegue-contestó muy entusiasta.

-Si es para eso mismo-dijo mientras sonreía de alivio- (ufff me salve de que esta fuera tan ingenua) pensó con la cara toda llena de sudor.

-Muy bien yo te guiaré hasta tú destino-le dijo a la misma vez que saltaba de alegría y arrastraba a Alex hasta la sala de los banquetes.

-Me guiaras hasta el salón, que bueno-pronunció entre lágrimas mientras veía como la puerta del almacén se alejaba de él por los saltos de Alice.

Al mismo tiempo en la sala del trono los guardias de la entrada del bosque le comunicaban a cupido, que se había colado un intruso en el palacio. A lo cual el rey prosiguió a decir:

"Si lo encuentran enciérrenlo en la parte más profunda del calabozo y que ninguna dríada lo vea"

-¿Por qué las chicas no deben verlo su alteza?-Preguntó extrañado uno de los guardias.

-Porque las dríadas jóvenes se enamoran fácilmente de las cosas que son nuevas para ellas y un humano es lo que más atrae la atención de ellas- Respondió el rey con una cara de preocupación.

Al llegar a la sala del banquete:

-Bueno ya llegamos-dijo alegremente Alice, cuando se gira ve a Alex lleno de golpes y telarañas, ya que mientras iba de camino a la sala no se fijaba en los golpes que recibía el pobre contra las esquinas, mesas y búcaros en su ruta.

-Hay que viajecito- murmuró al mismo tiempo que recuperaba la conciencia.

-Estás bien- preguntaba preocupada.

-Si, por suerte mis padres me dieron una cabeza dura-respondió rascándose la cabeza y quitándose las telarañas-por cierto cual es tú nombre.

-Oh que descortesía la mía, mi nombre es Alice Trenmaiden Krukension, pero todos me dicen Alice porque mi nombre es un poco difícil de pronunciar-contestó apenada por no haberse presentado antes.-Bueno, adiós nos vemos otro día-dijo mientras se marchaba dando saltos.

-Tan cerca que estaba de tomar la poción de amor y tuvo que llegar esa chica sin aviso-Refunfuño enojado escabulléndose por la ventana.

Pasaron los días y Alice no había visto más a Alex y se preguntaba que donde estaría. De repente le vino una idea a su cabeza lo cual solo significaba problemas para el pobre chico. Se preguntó que si a lo mejor pasaba por donde se habían conocido podrían encontrarse otra vez y hablar de algo más que trabajo.

Cuando iba llegando al almacén de las pociones sintió un ruido que venía de dentro, y se rumoreaba que se había colado una rata (Alex) en el palacio, Por lo que ella tomó la misma escoba que cuando se habían conocido y dijo:

-En cuanto esa rata salga le daré un buen golpe para matarla-

A su vez el pobre de Alex regresaba triste porque no había encontrado ninguna poción y sin pensarlo salió cabizbajo, y cayó estremecedoramente contra el suelo debido al fuerte golpe que Alice creyó que le había dado a la rata.

(Hay otra vez lo lastime se va a poner muy furioso cuando se despierte, pero pensándolo bien es su culpa, por no decir que era él quien estaba allí dentro, Si es su culpa no la mía). Varios minutos después mientras buscaba razones para echarle la culpa a Alex, este se levanta con un fuerte dolor de cabeza preguntándose cómo es que se encontraba en el piso y como es que ahora tenía un chichón que parecía el cuerno de un sátiro real. Al voltearse y ver a Alice sentada mirándolo con la cabeza colorada y echando humos tratando de encontrar una forma de echarle la culpa a él todo cobró sentido. Y aprovechó que ella estaba entretenida para escabullirse. En los días siguientes Alex trato de robarse la poción muchas veces pero Alice siempre aparecía sin que él se diera la menor cuenta y el fastidiaba el plan.

Por otra parte Alice se había dado cuenta de que se había enamorado de Alex y ya no solo lo buscaba para hablar o pasar el rato sino que se sentía extraña sin su presencia. Alex al darse cuenta de es decidió idear un plan para aprovecharse de la ingenuidad de la pobre chica enamorada. Los siguientes días empezó a actuar de forma que pareciera estar enfermo una trampa en la cual Alice cayó de lleno:

-¿Qué te pasa?- le preguntó muy preocupada.

-Es que yo tengo una enfermedad muy extraña- respondió a la vez que fingía retorcijones de dolor-se llama Mal de Amores.

-¿Y de qué manera se puede curar?- Preguntaba entre lágrimas.

-Solo se puede curar con la poción que de amor que prepara el rey- pronunció mientras tocía.

-No te preocupes yo te la traeré, no dejaré que mueras- dijo mientras salía de la habitación velozmente hacia el almacén secreto de las guardianas.

Unos minutos después ya regresaba con la supuesta cura para una enfermedad que no existía, mojada pues afuera llovía a cántaros y al entrar Alex la sujetó con un pañuelo que contenía un brebaje que su olor podía dormir a la bestia más salvaje. A la mañana siguiente Alice se despertó y se encontró una nota donde Alex le daba las gracias por conseguirle la poción que él había pasado tanto trabajo por conseguir. No había terminado de leer la nota y los guardias irrumpieron donde ella se encontraba buscando al humano que se había internado en el Palacio.

Al llegar a la sala del trono ella le contó al Rey todo lo que había hecho y que se había enamorado de esa persona, al ver lo ingenua que era solo le puso el castigo de ir al mundo humano a recuperar la poción y traer al humano que la había engañado para recibir su castigo.

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