Prologo–Un chico con un deseo[Editado]

El sol caía suavemente sobre la colina donde el chico se encontraba, inmerso en las páginas de su libro. De repente, una mujer joven y enigmática apareció frente a él, interrumpiendo su lectura.

"¡Hola!" saludó la mujer con una sonrisa.

El chico, sin apartar la vista de su libro, preguntó: "¿Quién eres?"

"Perdona mi falta de modales. Soy Eva, la diosa de los deseos", respondió ella con gracia.

Aunque el chico seguía leyendo, movió los labios en señal de atención. "Ya veo. ¿Y qué quiere la 'diosa de los deseos' de mí?"

"Necesito tu ayuda para proteger a alguien. Es algo de suma importancia", dijo Eva con seriedad.

El chico negó con la cabeza. "No."

"Ya sabía que entenderías... espera, ¿qué?"

"Dije que no. Después de todo, ¿qué ganaría yo con eso?", cuestionó el chico.

"Bueno, eso... te concederé un deseo", ofreció Eva.

El chico apartó la mirada de su libro y la clavó en los ojos de la mujer. "¿Qué tipo de deseo?"

"Te concederé cualquier cosa si logras proteger a esa persona", prometió Eva.

El chico se tomó unos segundos para pensar. "Cuéntame más sobre esta persona que necesitas proteger."

Eva esbozó una pequeña sonrisa al escuchar esas palabras. "Hay una chica con una misión importante, pero le falta la fuerza para cumplirla ahora".

"¿Y cómo podría protegerla? No tengo habilidades especiales", señaló el chico.

"Por eso te dotaré de habilidades que te ayudarán a protegerla", dijo Eva.

Justo cuando el chico estaba a punto de preguntar más, Eva empezó a brillar intensamente.

"No tengo más tiempo. Te entregaré las habilidades antes de irme", anunció ella rápidamente.

Con gestos rápidos, Eva colocó su mano en la frente del chico y recitó un encantamiento incomprensible. Luego, desapareció en un destello de luz. El chico se quedó perplejo, no solo por la desaparición de Eva, sino también porque palabras empezaron a flotar frente a él.

"[Habilidad De los eventos]Nueva]"

Intrigado por esta revelación, el chico se preparó para la misión que tenía por delante, consciente de que su destino estaba a punto de tomar un giro inesperado.