8 Capítulo 8 - Has sido envuelto en los esquemas de tu madre

Desde que eran jóvenes, habían crecido juntos. Su casa era como su segundo hogar, y ella podía ir y venir cuando quisiera.

"¿Desde cuándo ella necesitaba que él abriera la puerta cuando ella lo visitaba?"

"Espera, algo parece estar mal."

Yin Shaojie detectó algo sospechoso.

Estrechándole los ojos, le preguntó: —¿A qué casa te refieres? ¿Te refieres... al condominio en el que me estoy quedando ahora?

Mu Xiaoxiao asintió con la cabeza. —Por supuesto; si no, ¿por qué te buscaría? Idiota.

Ella lo miró como si él fuera un tonto.

Él era obviamente un tonto, ¿por qué iba a buscarlo si ella hubiera querido ir a la casa de su familia?

Con las cejas fruncidas, Yin Shaojie pausó por un momento. Él aumentó la presión sobre su brazo y le preguntó en tono escéptico: —¿Por qué quieres quedarte en mi condominio? Ya es tan tarde; incluso si quisieras alojamiento, podrías haber ido a la casa de mi madre. ¿Por qué me buscaste?

A pesar de que inconscientemente había deducido que las cosas no estaban del todo bien, no quería que se confirmaran sus sospechas. ¡Quería estar equivocado!

Mu Xiaoxiao le sonrió. Riéndose, ella dijo: —Parece que aún no tienes idea de que te han involucrado en los planes de Mama Yin.

La melancolía nubló los rasgos de Yin Shaojie. —¿Pero qué diablos? ¡Dime qué está pasando!

—Desde hoy en adelante, estamos... —Mu Xiaoxiao quería decirle que estarían comprometidos y que iban a convivir de ahora en adelante.

Sin embargo, justo cuando salían del bar, una persona rebosante de furia corrió hacia ella y la interrumpió.

—¡Dame mi dinero jovencita!

Era de hecho el conductor pervertido.

Al recordar el comportamiento pervertido del chófer, Mu Xiaoxiao se enfureció. Su sonrisa desapareció mientras lo miraba.

—¿Todavía estás pidiendo dinero? ¿Estás tratando de usarlo para comprar un ataúd para tu muerte? —Ella le dio una sonrisa fría.

Yin Shaojie originalmente había querido escuchar su explicación, pero al escuchar estas palabras inesperadas, cambió de opinión. Con los ojos rojos, miró penetrantemente al conductor y le preguntó: —¿Quién diablos eres?

Inmediatamente, el conductor se dio cuenta de que Yin Shaojie era un heredero adinerado: su aura confiada emanaba un poder absoluto de la cabeza a los pies. Este era un hombre con el que no se podía jugar.

Su actitud cambió por completo al instante, y sonrió cálidamente. —Joven Maestro, esta señorita viajó en mi taxi, pero como no pagó, la hice... Bueno, no importa, ¿podría por favor abonarme la tarifa? —le dijo cortésmente a Yin Shaojie.

Mu Xiaoxiao se sujetó los pechos con ambos brazos. —Este tipo quería acariciar mis pechos como garantía de pago —declaró con frialdad.

Rompiendo en sudor frío, el conductor se rio secamente. —Esto es... Solo un malentendido; señorita, ha malinterpretado mis palabras; solo dije que podía entrar y conseguir el dinero para pagarme o que podía dejar algo como garantía.

—Jaja, ¿malentendido? —Los ojos de Mu Xiaoxiao brillaron.

Al escuchar las palabras de Mu Xiaoxiao, bajó su mirada hacia sus pechos por un momento; fue entonces cuando se dio cuenta de que esta desgraciada se había puesto una camisilla sin mangas que mostraba sus pechos enormes y perfectos. De hecho, era un espectáculo para la vista.

Le dio una mirada y dijo: —Mu Xiaoxiao, ¿desde cuándo creciste tanto? ¿Qué comiste en América?

En el pasado, recordaba que solía llamarla "plana", pero ahora, ese ya no era el caso...

Mu Xiaoxiao cruzó los brazos y frunció el ceño.

Estaba tan cansada; ¡lo único que quería era irse a casa y dormir!