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Primer espíritu.

Hikari caminaba algo distraído por la calle, no porque lo siguiesen, no porque tuviese algún problema con algún enemigo… sino por un problema, un problema que nadie podía solucionar por él o ayudarlo siquiera, se dirigía hacia una casa, agarrando el celular en la mano.

-Y giro por esta calle… avanzo dos… -Hikari miraba el mensaje de su celular, que le daba una dirección de la casa de… -Fujiko… por suerte no vives muy lejos de mi casa…

Sí, así era, en los últimos días Fujiko se había apegado a Hikari, no solo porque era el único en clases al que conocía… sino porque no se llevaba muy bien con el resto de compañeros… nada bien, no parecía querer relacionarse con cualquier humano… entonces sonó el celular de Hikari.

-"¿Hola? ¿Fujiko?"

-"H-Hikari… ¿Vas a venir…? Sé que es algo raro que te llame en un fin de semana… pero… pero… quiero verte…" –Hikari sonreía, por alguna razón escucharla decir eso… le recordaba a algo, un recuerdo muy feliz, que le llenaba de calor el corazón, esa chica… le hacía sentir feliz, muy feliz, estar con ella, ayudarla, verla, acompañarla… le hacía feliz, además de su inocencia, Fujiko era la hija de una adinerada familia, que pudo conseguirle un maestro personal por toda su niñez, este era el motivo por el cual no se relacionaba tan bien con extraños, no estaba acostumbrada, de no ser por… el incidente con Hikari, probablemente lo habría tratado como el resto, además, dado que desde niña todo se le daba ya hecho y por lo tanto, durante muchos años, lo único que conoció del mundo fue el camino de su cuarto al baño y al comedor, todo la sorprende, todo… le asusta y no sabe cómo reaccionar a muchas cosas.

-"Sí, sí, voy, aunque te dije que fines de semana… cosas inesperadas pasan, pueden llamarme inesperadamente, no suelen hacerlo, pero la situación aún está en el aire…"

-"Sí… te esperamos… mi hermanita Soruto Amuso también tiene muchas ganas de verte". –Hikari suspira de alegría.

-"Sí… Soruto…" –Soruto era la hermanita mejor de Fujiko, ella tenía unos 14 años, también apuntaba a ir al mismo instituto que ellos, como ya notaron sus apellidos son diferentes, eso se debe a que Soruto fue adoptada por la familia Kuraimizu, dada la muerte de sus padres, a manos de una asesina serial, eso dejo unas trágicas secuelas en la chica, no se sabe el motivo preciso por el cuál ella no recuerda nada de su vida pasada, la familia Kuraimizu la ha cuidado desde entonces, la pequeña Soruto ha crecido pensando siempre que la familia Amuso lo abandonó a los pies de la casa de la familia Kuraimizu, por eso las ve como su verdadera familia, dada esta situación, ella ha sido más sobreprotegida que Fujiko, resultando en no conocer a los hombres, más que a su padre, por lo tanto… tratar con chicos de su edad o cercanos a su edad… es complejo, además de ser… algo tímida, pero directa a la vez, no es tan ajena al mundo como Fujiko, porque tenía la costumbre de escabullirse de casa con su amigo imaginario a la ciudad y mirar las cosas de lejos, tiene el cabello negro, llegándole a pasar el cuello y tapando los hombros, ojos azules como su hermana adoptiva Fujiko, esto ayuda a que muchos no noten que no es de la familia, otro factor que ayuda, es que al igual que Fujiko, ella es un poco más alta que las chicas de su edad, su piel también es blanca. Hikari ya había pasado tiempo con ella en una visita anterior a casa de Fujiko, ambos se llevan muy bien ahora, aunque al inicio ella desconfiaba mucho de él, ahora hasta le llama Onii-chan.

-"Espera… Me llegó un mensaje…" –Hikari miró un mensaje en su celular, entró y lo leyó… -"Fujiko…"

-"Sí… lo sé, noté un silencio incómodo… ¿No podrás venir…?"

-"No… lo siento, pero apenas pueda… iré" –Se escuchó un sonido de alegría del otro lado y un ruidito para afirmar. –"Nos vemos luego, Salúdame a Soru-chan"

-Agh Rose, ¿Por qué me envías a tus estúpidas misiones de reconocimiento? –Hikari llegó volando a un sector alejado de Europa, donde el frío se sentía, el viento helaba, estaba sobrevolando un campo seco. –Además, ¿Qué tiene de importante una leyenda urbana? –Hikari miró a la distancia un edificio en ruinas, entonces por alguna razón sus poderes no funcionaron y dejó de volar, cayó de cara al suelo, le tomó poco recomponerse, sacudió un poco su cabeza… y se llevó las manos a la cabeza…

-¿Q-Qué es esto? –Hikari sintió algo líquido… miró sus manos, estaban cubiertas de sangre, pero no era suya, se levantó y vio que todo lo que seguía de camino hacia el edificio estaba repleto de armas clavadas, sangre y cadáveres.

Hikari corría hacia aquel edificio destruido a la distancia, saltó evitando los cadáveres que estaban en el suelo, la sangre… los restos… llegó a aquel edificio y entró… allí pudo ver que se trataba de una iglesia en ruinas, allí frente al altar…. En medio de cadáveres y sangre… había una niña que rezaba.

-¿N-Niña? –La niña dejó de rezar, Hikari entonces pudo ver que el color rojizo de su pelo no solo era por su color natural…. Estaba manchada de sangre.

-Dijeron… dijeron… que Él… no era real…. Dijeron….. –La niña estaba quieta, con la mirada perdida hacia el altar, no se movía, al parecer había tenido una experiencia traumática, sus vestido celeste estaba destrozado…

-¿Qué dijeron? –Hikari no se atrevía a acercarse más a la niña.

-Dijeron…. Que no volvería….. P-Pero…. Esto no es un sueño… Él… está aquí…. Ha vuelto….. y….. y….. –La niña comenzó a llorar y logró darse vuelta para ver a Hikari, además se sentó de rodillas.

-¿Y? –Hikari se sentó también de rodillas a una distancia que no molestara a la niña.

-Y no hay…. como huir… de Él…. –Hikari intentó acercarse un poco a la niña, sus ojos verdes aún parecían estar si vida.

-¿Quiénes dijeron eso? –La niña señaló a los cadáveres que la rodeaban.

-N-Nos va a matar…. A todos…. Nadie….N-Nadie… puede pararlo…. Ningún poder sobre la tierra…. Se le compara… Él… lo destruirá todo…. Y a todos….. –Entonces un brazo salió desde adentro de la niña y la destruyó para salir del estómago de la niña, partiéndola a la mitad, la horrenda criatura, tenía apariencia humanoide, pero su piel era más oscura, era prácticamente anémico…. No tenía ojos, ni nariz u orejas, era completamente calvo, además sus dientes eran puntiagudos y sus uñas eran prácticamente unas garras, saltó para atacar a Hikari, pero él lo evitó y usó a BB para volarle la cabeza de un disparo.

-¿Q-Qué fue eso, Hikari? ¿Q-Qué era?

-No lo sé… pero sea lo que sea… -Se escucharon sonidos provenientes de los cadáveres. –No es el único por aquí….

Hikari saltó y convirtió a BB en un lanzacohetes, hizo explotar todo aquello que se moviese o que hiciese sonidos, luego se alejó lentamente hacia la puerta por la cual había entrado… cuando su celular comenzó a sonar, aún con la duda, Hikari sacó su celular y contestó…

-¿Hola?

-"¡Hikari Kusakariki! ¿¡Dónde estás!?"

-¿K-Kotori?

-"Sí, ¿Esperabas a alguien más? Cómo sea hermanito, nos tenías muy preocupadas, saliste de tu casa sin decirle nada a nadie y desapareciste, si no era porque Reine puede rastrear tu celular no sabríamos dónde estás…"

-L-Lo siento Kotori, Rose me contactó porque algo extraño sucedía aquí… -Hikari comenzó a sentir algo extraño y salió del edificio.

-"¿Algo extraño? ¿Cómo qué? ¿Encontraste algo?" –Kotori sonaba seria, Rose siempre llamaba a Hikari cuando se trataba de algo que un agente normal no pudiese manejar…

-No… nada de nada… -Hikari entonces sintió una energía enorme y reunió lo más que pudo de energía para tele-transportarse a otra parte... jadeando del cansancio y con dolor en el pecho, porque había forzado sus poderes… entonces lo vio… un terremoto espacial había ocurrido donde estaba. –Hasta ahora Kotori…

-"¡Hikari! ¡Se detectó una alarma de terremoto espacial donde estabas! ¿Pasó algo? ¿Estás bien? ¿No se habrá salido de control tu ángel?"

-No, no, Uriel está bien, nada relacionado conmigo… -Hikari afinó la vista y mientras el humo se fue alejando… una figura apareció…

-"¿Y bien? ¿Qué sucede ahí?" –Kotori sonaba sumamente preocupada por Hikari.

-Bueno… digamos… que encontré a otro espíritu… -Hikari pudo ver que allí, en medio del cráter… estaba una chica parada, la chica lo miraba fijamente…

-Ven chico… te vi, ¿Por qué no estás muerto?

-Lamento arruinar tu plan, pero si quieres matarme necesitas más que un terremoto. –Hikari se acercó lentamente hacia la chica, recién pudo verla bien.

Tenía una apariencia seria, no estaba nada feliz con la presencia de Hikari, ella lo veía con sus brillantes ojos rojos, Hikari quedó paralizado con la apariencia de la chica que tenía enfrente, tenía un vestido de un escote bastante revelador, el vestido se separaba en dos tirantes a la altura de los pechos, lo cual era aún más revelador y volvían a unirse al legar al cuello, esto resaltaba más debido a sus prominentes pechos, su largo pelo oscuro le llegaba casi hasta la cintura, su vestido llegaba hasta la cintura y terminaba como si fuese un traje de baño, allí, tenía una falda transparente y unas telas largas, que aunque transparentes llegaban al suelo tenía unos guantes negros y una rosa en el pelo.

-Qué presumido humano… solo fue suerte, si hubieses estado en la zona del terremoto hubiese sido tu final. –Ella parecía despreciar profundamente al chico.

-Ya veo… te creo, te ves como un espíritu poderoso… -Entonces la chica miró con más ira a Hikari y le agarró del cuello.

-¡Una espíritu! ¡Por favor! ¡Soy una chica! ¡Eres igual que los torpes que vi cuando vine a este lugar años atrás! –Hikari la miró sorprendido y rió un poco. -¿¡Eso te parece gracioso!?

-La verdad… te viste adorable… -La chica miró confusa a Hikari y lo soltó.

-¿Adorable? ¿Yo? ¿Seguro que estás bien de la cabeza, humano? ¡Mira lo que hice! Infecté a humanos con unos bichos, destruí el lugar… ¿Aún piensas que soy adorable o linda? –Hikari la miró sonriendo.

-Eres una chica, las chicas son lindas y adorables, a su manera.

-¿Una… chica? ¡Soy una espíritu peligrosa! ¿¡Qué está mal contigo!? –La chica trató de golpear a Hikari en la cara, pero él detuvo el golpe con una mano.

-No, ¿Qué está mal contigo? Tienes una actitud demasiado rara para una chica de unos… ¿15? ¿16?

-¿¡15!? O ¿¡16!? ¡Soy la primer espíritu! –Hikari se calló súbitamente, no se esperaba esa respuesta, Kotori, que también estaba escuchando, quedó con la boca abierta.

-¿La primer espíritu?

-Sí, ¿Sorprendido? ¿Ahora piensas diferente de mí? –Hikari la miró y negó con la cabeza. –Vaya, en verdad eres un chico extraño, ¿Tu nombre?

-Hikari Kusakariki, ¿El tuyo?

-Yuki, Yuki Shoki, puedes llamarme Yuki si quieres. –Yuki se alejó del cráter hacia una roca y le hizo señales a Hikari para que la siguiese.

-Ya veo, entonces tú puedes llamarme Hikari.

-Está bien, Hikari, ven, siéntate conmigo. –Yuki se sentó en una roca y Hikari se sentó en otra que estaba cerca. -¿Por qué no huiste?

-¿Huir?

-Sí, como todos los humanos lo hacen cuando ven un terremoto espacial o un espíritu… ¿Seguro que no estás loco? –Hikari la miró con algo de pena, sabía que todas las chicas habían pasado por eso.

-Nope, estoy totalmente cuerdo, solo que… bueno, no sé, me llamaste, ¿no? No podía dejarte plantada… -La chica lo miró sorprendida por la respuesta.

-Ya veo.

-"Hikari, estoy usando el canal mental que hiciste conmigo, responde…"

-"¿Kotori?"

-"Al fin, que bueno que contestas, ahora… hemos estado registrando los datos de esta primer espíritu… se ven muy neutrales… bajando a negativos…"

-"¿Y?"

-"Tomaría tiempo hasta que Shidou llegué allí y al parecer la chica es más estable contigo, además por como habla, estoy segura de que no se lleva tan bien que digamos con los humanos… así que… como tienes los poderes de Shidou…"

-"¿No me digas qué…?

-"Síp, tú tendrás que sellarla."

Entonces la espíritu tocó la mejilla de Hikari, se la veía algo enfadada, cuando Hikari la miró, ella giró la cabeza un poco hacia un costado, aunque su expresión no cambió mucho.

-¿Sí, Yuki?

-Nada, pensé que te habías muerto, eso es todo. –Lo decía con tanta tranquilidad que a muchos les perturbaría, pero Hikari conocía a alguien que siempre le hablaba así, aunque técnicamente no era una amiga…

-¿Muerto?

-Bueno, no te movías y te quedaste callado, pensé que te habías muerto del susto o algo así. –La espíritu seguía con esa expresión y Hikari le respondió con una sonrisa.

-No, no, perdona, me quedé sumergido en mis pensamientos y me distraje demasiado de la realidad.

-¿Ah? ¿Querías huir de la realidad? Lo sé, la realidad es mala, la realidad es cruel, siempre estás solo… -Yuki hablaba con un tono muy triste en su voz, pero luego volvió a su expresión molesta. –Pero no deberías ausentarte de la realidad si hablas con alguien.

-Tienes razón Yuki, perdóname.

-Claro, por lo menos eres mejor que los pueblerinos del lugar. –Ella miró hacia lo que antes era una iglesia, ahora un cráter enorme.

-Mencionaste que los conociste antes, ¿Cómo fue?

-Bueno… para empezar, te diré que eres mejor compañía que esos… humanos, cuando yo aparecí aquí por primera vez, causé un gran desastres, una destrucción enorme, cuando salí del humo y la nube de destrucción que creé, vi que todos los sobrevivientes me miraban aterrados, me atacaron, me persiguieron… y cuando me defendí, me temieron, se alejaron, me hicieron altares, no me querían, me temían… era triste, no hablaba con nadie pues nadie me hablaba, cuando me acercaba a alguien, huía… era tan triste, luego me iba… cuando volvía, nuevamente causaba un terremoto espacial y la gente me temía y me odiaba más… entonces aparecieron esas sujetas en trajes metálicos y me atacaron... huí... huí... me alejé de todo... traté de no lastimarlas… logré deshacerme de ellas, esquivándolas… y vi el mundo, el mundo también me dio la espalda… donde sea que vaya, era lo mismo… así que decidí volver aquí, al verme me trataron como dios, sí, dios no diosa, porque la tradición me había señalado como dios, pero esta vez ya no me temían… me odiaban, consiguieron armas y volvieron a llamar a las sujetas de traje… sin saber qué hacer, desaparecí de este mundo, jurando venganza al volver, contra toda la humanidad…

-¿Toda la humanidad? –Hikari trataba de no usar ningún tono molesto en su voz, Yuki parecía que había pasado por lo que todas habían pasado antes.

-Sí, por eso les hice eso a esas personas, venganza, estaba planeando hacerte lo mismo a ti, eliminarte, pero… eres mejor que el resto de los humanos, a todo esto… ¿Desde cuándo los humanos son tan fuertes que detienen golpes de espíritus con una mano?

-Je, je, je… bueno, soy un humano especial se podría decir, ¿Aún piensas tomar venganza? –La chica lo miró con una expresión de duda.

-Mmm… Mmm… no creo, no todas las personas del mundo son malas al parecer, te diré que inicialmente te odie, pero ahora… eres soportable, además… esta es la charla más larga que he tenido jamás.

-¿Enserio? Bueno, me alegra ser partícipe de tal logro. –La chica movió su cabeza.

-En verdad, eres raro, en el mundo vi muchas personas, aunque de lejos, pero tú eres único, además… eres el único que le habla a un espíritu.

-Bueno, se siente bien hablar contigo, no pareciese que fueses novata en esto de charlar. –La chica sonrió un poco.

-Entonces puedo disimular bastante bien, extrañamente eso me hace feliz. –Un mechón de pelo se levantó y comenzó a moverse de izquierda a derecha.

-¿Estás feliz?

-Sí, lo dije, ¿no? Encima de raro, sordo. –La chica volvió a su expresión normal y el mechón regresó a su lugar, como si nunca se hubiese desacomodado.

-Lo siento, es que al moverse tu pelo así recordé la cola de un gato.

-¿Un gato? ¿Mi pelo? ¿Se movió mi pelo? ¿Enserio? –La chica extrañamente no sonaba molesta, sonaba curiosa. -¿Qué es un gato?

-Sí, se movió… espera… ¿No sabes lo que es un gato? Son animalitos muy dulces y adorables, ¿Nunca viste uno? –La chica volvió a ponerse pensativa.

-Bueno… escuché de ellos, pero en mis viajes, no pude acercarme para ver que eran precisamente las cosas…

-Ya veo, eso… eso debió se triste. –La chica asintió, pero entonces su cara se iluminó un poco.

-¿Podrías mostrarme un gato, Hikari?

Hikari la miró con una mezcla de ternura, duda y miedo, pero no miedo a ella, miedo a la misión de mostrarle un gato a la chica, dada su ubicación actual, era imposible que hbiese un gato cerca, así que tendrían que viajar al pueblo más cercano… que está lleno de humanos.

-¿Pasa algo, Hikari?

-Eh… bueno Yuki, verás… no hay ningún gato cerca… -La expresión de la chica volvió a ser de molestia. –P-Pero, podemos ir a buscar uno juntos.

-¿Juntos? ¿Por qué juntos?

-¿Quieres quedarte sola?

-¡NO! –La chica gritó rápidamente, pero luego reaccionó y agachó un poco la cabeza. –No… no quiero, ¿vamos?

-Bien, otra cosa Yuki, para ver a un gato… tendremos que ir a una ciudad. –Yuki lo miraba, parecía que todavía no entendía lo que eso significaba. –Con humanos.

-¡Eso no! ¿No existe una ciudad desierta donde haya gatos? –Hikari sonrió un poco.

-No Yuki, no la hay, pero podemos ir a un pueblito alejado si quieres, muchas personas ahí son… ajenas a las cuestiones de espíritus y esas cosas, pero tendrías que dejar de usar tus poderes por cierto tiempo. –La chica se veía más molesta.

-¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?

-¿Quieres ver al gatito o no?

-Está bien… -La chica aún se veía molesta y había desviado la mirada.

-Ahora, déjame hacer unas llamadas para que las chicas en trajes metálicos no vengan a molestarnos, ¿Sí? –La chica miró sorprendida a Hikari.

-¿Tú puedes hacer eso?

-Sí, tienes suerte de que te hayas encontrado con un humano como yo, ¿verdad? –La chica dudó un poco y luego asintió.

Hikari se alejó un poco de ella, ella se quedó mirándolo sin apartar la vista, él sacó su celular y marcó unos números…

-"¿Hola?"

-¿Hola? ¿Artemisa?

-"¿H-Hikari? ¿Eres tú?"

-Síp, soy yo, te llamaba para preguntarte, ¿sabes si las hechiceras tendrán una ronda de patrullas hoy?

-"Emm… no lo creo, se detectó un terremoto espacial en un sector alejado de las bases, se consideró que no era tan importante, pero para estar más seguros, enviaron a todas las hechiceras a los pueblos más cercanos de la zona, ¿Por qué?"

-Porque yo estoy con esa espíritu que causó el terremoto espacial.

-"¿¡EH!? ¿E-Estás bien? Hikari, ella no es una de tus amigas… ¿Estarás bien? ¿Quieres que vaya?"

-No Artemisa, lo que quiero es que me digas qué posibilidades hay de que las hechicera vayan a París…

-"¿A París? Muy pocas, casi nulas, no es un pueblo cercano al punto de aparición… ¿Por qué? ¿Planeas llevarla allí?"

-Sí.

-"¿¡Estás loco!? ¡Es una ciudad enorme! ¡No está sellada! ¡No sabemos lo que podía hacer!"

-Es por eso que quiero que vaya allí, ¿Confías en mí?

-"Sí…"

-Entonces ayúdame, por favor corre la voz entre las hechiceras que me conocen para que retrasen lo más posible el regreso de las hechiceras o las patrullas sobre París, ¿Sí?

-"Veré que puedo hacer… solo espero que sepas lo que haces".

-¡Hikari! ¿Ya? Me impaciento…

-Lo siento Yuki, sí, ya está todo listo, pero… aún hay algo más. –Hikari guardó su celular y la chica se acercó a él.

-¿Algo más? –Se veía algo decepcionada de que aún faltase algo más para ver al dichoso gatito.

-Sí, pediré ayuda a unos amigos para que nos tele-transporten ahí…

-¡Ah! ¿Quieres que retire el sello de energía? ¿Es eso? –Hikari asintió y Yuki chasqueó, las energías de Hikari poco a poco fueron regresando. –No sé por qué les afectó este sello de energía… solo debería afectar un poco a los espíritus, nada a los sistemas y mucho a los anti-espíritus…

-¿Conoces a los anti-espíritus? –La expresión de la chica se puso seria.

-Sí, combatí con uno en el pasado… los odio…

-¿A-Ah sí? ¿Recuerdas su nombre? –Hikari rezaba para que la respuesta que le diese fuera otra…

-Fenir.

-"Demonios…"

-Suficiente de esas cosas, vamos, vamos, quiero ver ese gatito. –Hikari asintió y disimuladamente chasqueó y ambos aparecieron a las afueras de París.

-¿Eh? ¿Una ciudad? ¡Es enorme! ¡No quiero estar aquí! ¡Demasiados humanos!

-Oh vamos, no porque tengas miedo de la oscuridad nunca saldrás de noche, tendrás que aprender a vivir con eso. –Ella miró algo molesta al chico.

-Hmph, está bien, está bien, pero tú te mantienes cerca de mí siempre, si te alejas te mato. –La mirada de la chica era excesivamente seria, Hikari se puso algo nervioso porque la chica se había apoyado en él y él podía sentir sus prominentes pechos chocar su brazo.

-O-Okey… d-de acuerdo.

-De acuerdo. –La chica cambió su expresión y sonrió un poco. –Okey… vamos, vamos, vamos. –La chica jalaba a Hikari hacia la ciudad.

-Espera, espera… -Hikari chasqueó y ambos aparecieron en un pasaje vacío.

-¿Eh? ¿Tus amigos otra vez?

-Sí, pero no importa, ¿Lista? –La chica asintió de inmediato y jaló a Hikari hacia la calle, saliendo del callejón estaban en medio de una acera algo llena. La chica apretó la mano de Hikari al ver a tantos humanos, Hikari la miró y vio que tenía una mezcla de ira y miedo, él respondió con un apretón suave, ella lo miró, sonrió por unos instantes y luego se tranquilizó, aunque no soltaba la mano de Hikari…

-¿Q-Qué es eso? –La chica señaló a una casa.

-Eso es una casa Yuki.

-¿Casa? ¿Dónde los humanos pasan la noche?

-Sí, eso. –Hikari trataba de dirigirse por un sentido de la calle, pero Yuki lo detuvo.

-¿Y eso?

-¿Eso? Eso es una tienda. –Hikari fue jalado hacia la tienda.

-¿Tienda? ¿Qué es una… tienda? –La chica estaba con la cara chocando al vidrio de la tienda de vestidos, aunque sus pechos también chocaban y los que estaban dentro los miraban extrañados.

-Una tienda es un lugar donde compras cosas.

-¿Comprar? –Hikari suspiró y la alejó un poco del vidrio.

-Sí comprar, es… cuando intercambias cosas por cierta cantidad de dinero. Y antes que preguntes lo que es dinero, es un trozo de papel cuyo único uso es cambiarlo por cosas. –La chica hizo un puchero.

-Hmph, no tenías que asumir que preguntaría lo del dinero.

-Perdón, perdón. –Mientras hablaban un auto pasó cerca y sonó su bocina.

-¡Kyaaa! –Yuki saltó y se abrazó fuertemente de Hikari, temblaba un poquito, todos los miraron extrañados y Hikari estaba algo sonrojado, pues sentía los pechos de la chica. Ella sin embargo seguía fuertemente aferrada a él, tenía los ojos cerrados.

-¿Yuki?

-¿S-Sí? –Ella abrió lentamente los ojos y miró a Hikari, era adorable, su mirada asustadiza hizo sonrojar aún más a Hikari.

-Ya pasó, puedes soltarme.

-P-Pero…

-Está bien, puedes hacerlo. –Ella lo soltó lentamente, pero no dejó de agarrar su mano, de hecho aún temblaba un poquito, no se atrevía a alejarse un poco más de él, cuando lo intentó, volvió al instante cerca de Hikari, más cerca que antes, chocando su hombro con el de Hikari.

-Kii… kii..

-¿Kii? –Ella ocultó su rostro tras el brazo de Hikari.

-H-Hago sonidos cuando me asusto… -Hikari la miró con dulzura.

-Ya veo.

-P-Por cierto… ¿Q-Qué era esa cosa que hizo ruido? –Hikari sabía que esa pregunta tarde o temprano vendría.

-Eso fue una bocina. –Yuki jaló su brazo.

-¿Bocina? ¿Qué es eso?

-Es un aparato que… -Hikari hablaba cuando recibió otra jalada.

-¿Aparato?

-Una cosa. –Yuki se veía muy interesada.

-Ah, okey, continua… -Yuki pensó un poco y luego asintió.

-Okey, un aparato que genera ruido, está en los autos.

-¿Autos? –Yuki lo miró más confundida, los que pasaban miraban a la extraña pareja con algo de duda.

-Una máquina que sirve para…

-¿Máquina? –Yuki había jalado el brazo de Hikari.

-Conjunto de mecanismos…

-¿Mecanismos? –Yuki había jalado el brazo de Hikari, de nuevo.

-Sistemas.

-¿Sistemas? –Nuevamente, Yuki había jalado el brazo de Hikari.

-Grupo de cosas que realizan un trabajo común.

-Ah… -Ella se notaba más contenta cuando conocía nuevas cosas.

-Sí, un auto es una máquina, es decir, un conjunto de partes que realizan un trabajo en común, en este caso llevar a los humanos de un lugar a otro con más facilidad.

-Ah, es un aparato que traslada gente, okey, okey. –Hikari acarició la cabeza de Yuki, ella cerró los ojos y sonrió un poco, entonces su mechón de pelo se levantó de nuevo y se movió de nuevo de un lado a otro.

-¿Estás feliz?

-¡Sí! ¡Vamos, vamos! ¡Sigamos caminando! –Yuki jaló a Hikari, lo tomo por sorpresa al inicio y luego le siguió la corriente, la chica sonreía un poco.

-¿Qué es eso?

-Eso es un farol, sirve para iluminar en la noche.

-¿Eso?

-Semáforo, pare regular el movimiento de autos… -Mientras ambos seguían corriendo de un lado a otro como perros si correa, en un edificio cercano…

-Te encontré Senpai… ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ¿Quién es la chica con la que estás? Bueno, no importa… ella también morirá…

Yuki seguía correteando por las calles, siempre agarrando la mano de Hikari, preguntado sobre todo, sonriendo, contenta de aprender nuevas cosas, entonces… un sonido…

-Guh… guh…

-¿Guh?

-Mi estómago quiere energía. –Hikari le acarició la cabeza, su mechón volvió a moverse.

-¿Tienes hambre?

-¿Así se llama a este estado? Sí, tengo hambre… ¿Vamos a conseguir energía? –Hikari asintió y señaló un pequeño restaurante.

-Se le llama comer por cierto. –Ella asintió sonriendo y se dirigieron hacia el restaurante, ella iba dando saltitos, llegaron y se sentaron en una mesa afuera bajo una sombrilla.

-¿Qué quieres comer?

-Mmm… ¿Qué puedo comer? –Hikari le pasó el menú.

-Puedes elegir comida de ahí y te lo preparan para traértelo. –Yuki miró las imágenes y vio unos números al lado…

-¿Qué es esto?

-Números.

-¿Números? –Ella se veía más interesada por saber más cosas que por la comida en sí.

-Sí, es la forma escrita de expresar cantidad.

-Ahhh… ya veo, ya veo… ¿Cómo funciona? –Hikari le dio una clase rápida de números, Yuki entendía todo rápidamente.

-Ah… así es… okey, okey… ¿Pero no son cosas caras las del menú?

-Sí, es un restaurante después de todo… -Ella miró con preocupación a Hikari.

-¿Está bien gastar tanto? Si el dinero se cambia por cosas… debe ser difícil de conseguir, ¿no?

-Sí, lo es, para eso tienes que trabajar, cuando trabajas en algo, recibes dinero a cambio, pero no te preocupes, puedes pedir lo que quieras. –Ella aún lo miró con duda, pero asintió, pidió el platillo dulce más pequeño del menú, cuando se lo trajeron lo miró con duda.

-¿Qué hago, Hikari?

-¿Eh? Come…

-Pero me trajeron estos instrumentos raros… -Ella le mostró los cubiertos.

-Cubiertos Yuki, cubiertos. –Ella asintió, pero aún tenía duda y los miraba extrañada. –Sirven para cortar trozos pequeños de la comida que vas a comer.

-Ya veo… -Yuki aún dudaba, entonces a Hikari le trajeron un trozo de pastel, él cortó un pedazo y usó el tenedor para comerlo. –Ah… así… -Ella hizo lo mismo que Hikari, pero cortó un pedazo más pequeño y se lo llevó a la boca. –Mmm… Mmm… ¡Delicioso!

-Je, me alegra que te gustase.

-¿P-Puedo… pedir más? –Hikari asintió y la chica pidió otro postre dulce más, comía como toda una señorita, pero también sonreía mientras comía…

Entonces a la distancia una persona se acomodaba tranquilamente en un edificio, se preparaba, apuntaba a Yuki, con un francotirador.

-Senpai… Senpai… esta vez… esta vez no voy a fallar…

-¿Segura? –Un disparo se escuchó, pero fue suave, nadie se percató, el francotirador explotó, Yami se dio vuelta para ver que una hechicera volaba sobre ella.

-Ah, tú debes ser Artemisa… bueno, supongo que tendré que encargarme de ti primero. –Yami creó su cuchillo y se lanzó a atacar a Artemisa, ella se hizo perseguir hasta alejarla de la ciudad.

-¿Hikari?

-¿Sí? ¿Quieres otro pastel? –La chica negó con la cabeza.

-Me siento mal por hacerte pagar tanto… ¡Prometo que te lo regresaré de alguna forma! –Hikari la miró con dulzura. –Y para eso… ahora iremos dónde tú quieras, tú liderarás el viaje.

-¿Segura?

-¡Sí! –Yuki se limpió delicadamente con la servilleta y dejó todo como lo había hecho Hikari, en su lugar y como una dama educada. Luego se volvió a abrazar del brazo de Hikari y empezaron a caminar.

-"Mmm… todo empezó por un gatito, quiero que vea ese gatito…" –Hikari pensaba cuando la vio distraer su mirada en otra tienda de ropa, pero esta vez sus ojitos brillaban.

-¿Yuki?

-¿S-Sí?

-¿Quieres entrar? –La chica lo miró contenta, pero luego se apagó un poco y miró a otro lado.

-N-No, iremos donde tú digas… donde tú quieras.

-Yo quiero ir donde tú quieras ir, ¿Quieres ir a esa tienda? –La chica dio un saltito.

-¡Sí! ¡Quiero! ¡Quiero! –La chica jaló a Hikari hacia la tienda y entraron.

-Buenas tardes señorita, ¿En qué podemos ayudarla? –Yuki se detuvo en seco al ver a la recepcionista y se ocultó detrás de Hikari.

-¿H-Hikari?

-Lo siento señorita, mi amiga es un poco tímida, quiere ver los vestidos. –La recepcionista asintió y se acercó a un par de vestidos.

-Acompáñeme por favor. –Yuki miró asustada a Hikari.

-¿H-Hikari?

-Ve, ve con ella, te probarás los vestidos. –La chica se aferró al brazo de Hikari.

-Quiero que vengas conmigo… -La chica ocultaba su cara en el brazo de Hikari, él le acarició la cabeza, su mechón volvió a moverse y asintió.

-Jum, Jum.

-¿Jum?

-Alegría. –La chica sonreía y ambos fueron con la recepcionista a ver los vestidos.

La recepcionista mostraba los vestido uno a uno, mientras que Yuki los miraba aún cerca de Hikari, sus ojos brillaban al ver cada vestido, pero no se atrevía a decir nada.

-¿Yuki?

-¿S-Sí?

-¿No quieres probarte alguno? –Yuki sonrió mucho, dio saltitos y agarró uno de los vestidos, la recepcionista le indicó dónde eran los vestidores.

-Ven conmigo.

-¿E-Eh? ¡Yuki! No puedo entrar contigo a un vestidor.

-¿Por qué? –La chica no entendía, mientras que la recepcionista se reservaba sus comentarios.

-Porque no es correcto, me quedaré afuera esperándote. –Ella lo miró con ojos de perrito triste, pero asintió y entró a cambiarse, pero dejaba una de sus manos agarrando la cortina.

-¿Qué haces Yuki? –Ella sacó su cabeza del vestidor y miró a Hikari apenas escuchó su nombre. –Ah… ya entendí… Tranquila no me iré.

-Jiñi, Jiñi… -Volvió a entrar al vestidor.

-¿Jiñi?

-Duda…

-Oh vamos, no dudes de mí, me quedaré aquí esperándote. –Yuki sacó la cabeza una vez más y miró a Hikari con seriedad, luego volvió al vestidor.

-¿Sigues aquí?

-Han pasados dos segundos como máximo…

-Y-Ya sé, solo quiero estar segura… Kii… Kii… -Hikari sabía lo que esos sonidos significaban así que decidió acercarse una silla, se sentó en esta silla y esperó.

-¿Sigues ahí?

-Sí.

-¿Sigues?

-Sí.

-¿Todavía sigues?

-Sí.

-¿Aún sigues?

-Sí. –Entonces Yuki salió del vestidor, usando el vestido amarillo con bordes blancos que le había mostrado la recepcionista. Hikari no podía creer lo mucho que un vestido cambiaba la apariencia de la chica, pero su belleza natural también era un factor a tomar en cuenta.

-¿C-Cómo me veo?

-Te ves linda, te queda muy bien. –Yuki se ruborizó un poco y desvió la mirada…

-¿P-Podemos llevarlo?

-¿No quieres probarte otros? –La chica negó de inmediato. -¿Por qué?

-N-No quiero estar más tiempo alejada de ti…

Hikari se sorprendió, acercó su silla al vestidor y la puso de espaldas para que no pudiese ver el interior.

-Ahora, entra, agarra mi mano y sigue probándote vestidos, ¿Sí?

-¡S-Sí! –La recepcionista le pasó otro vestido, ella entró a cambiarse, seguía agarrando la mano que Hikari había metido al vestidor, la soltaba de vez en cuando cuándo necesitaba ambas manos para algo, pero no apartaba la vista de la misma y volvía a agarrarla en pocos instantes.

-Ese vestido blanco te queda espectacular.

-¿E-Enserio? ¡Lo quiero! –Hikari asintió y le compró un vestido blanco muy bonito, con encajes plateados, unas rosas doradas suaves y bordes plateados, esta vez, no era tan revelador, salvo por el escote… le llegaba hasta las rodillas.

-¿Dónde quieres ir ahora, Yuki?

-Mmm… no sé… la verdad… quiero que me enseñes más cosas. –Hikari la acarició y su mechón de pelo se movió.

-Ya veo, Yuki, ¿Quieres que vayamos a jugar un poco?

-¿Jugar? ¿Nani? ¿Nani? –Hikari se la llevó jalando hacia un arcade cercano, le mostró un juego de peleas de las maquinitas, naturalmente de dos jugadores.

-Mira, así se usa este poder… así se usa este otro… etc…

-¡Oh! ¡Juguemos! ¡Juguemos! –Comenzó la partida, Yuki aprendía demasiado rápido, la gente se aproximaba a ver el encuentro de dos jugadores muy hábiles, Hikari era un experto en estos juegos, pero la forma de jugar de Yuki era muy decente, tanto que daba una buena pelea.

-¿Quieres que probemos otro juego?

-¡Sí!

-Awww… es tan adorable esa chica, ¿No le crees, Artemisa? –Yami estaba sobre un edificio, se limpiaba sangre de su ropa y en su mano derecha sujetaba la cabeza decapitada de Artemisa, se quedó viéndola unos instantes, esa mirada fría y pérdida. –Sabía que dirías eso Artemisa, pero no te preocupes, si es un espíritu puedo matarlo, además… ella aún no sabe lo que es mi Senpai, je, je, je, je, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja.

-¿Ahora dónde? –La chica caminaba abrazada del brazo de Hikari, sonreía y estaba muy feliz, su mechón se movía.

-¿Quieres ir a una cafetería por una merienda?

-¿Puedo comer pastel? –Hikari asintió y ella dio un saltito de alegría.

-¿Puedo acompañarlos? –Yami apareció frente a ellos y los saludaba con la mano.

-H-Hikari… -Yuki se ocultó detrás de Hikari y miró a Yami asustada. -¿Q-Quién es?

-Ella… es peligrosa, así como hay humanos buenos… hay seres malignos.

-Oh, gracias Senpai, pero no te preocupes, seré rápida. –Yami sacó un cuchillo, Yuki al verlo parpadeó un poco, recordó como había sido tratada y se aferró con fuerza a Hikari.

-H-Hikari… protégeme…

-No es necesario que lo pidas. –Hikari estaba a punto de mover su brazo, pero entonces Yami desapareció, reapareciendo detrás de Hikari, viendo fijamente a Yuki con una mirada aterradora y una sonrisa desquiciada.

-¡Hikari! –Y se escuchó el sonido horrendo de un cuchillo perforando la carne.

-¡Yuki!

-Ella ya no está con nosotros Senpai.

Hikari y Yami estaban en un edificio en construcción alejado, ella estaba detrás de él, con el cuchillo hundido en su costado.

-¡Hikari! ¡Hikari! ¡Hikari! ¿¡Dónde estás!? –Yuki corría por las calles buscando desesperadamente a Hikari, se ocultó en un callejón. –Remiel. –El Vestido Astral de la chica quemó el vestido que tenía puesto encima, Yuki voló y cerró los ojos, entonces los abrió súbitamente. –Ya sé dónde estás.

Voló a toda velocidad hacia el edificio en construcción, al llegar vio a Hikari chocando su prótesis en forma de espada con el cuchillo, ella tenía la misma sonrisa de maniaca que antes.

-¡Mejor, Senpai! ¡Mejor! Ja, ja, ja, ja, ja.

-¡Cállate! Debo terminar contigo rápido, tengo que volver con Yuki. –Yami movió su cabeza a un costado con su sonrisa típica y la hoja de su cuchillo se tornó roja.

-¿Con la espíritu? ¿Por qué?

-¡Porque no puedo dejarla sola! –Hikari se lanzó a atacar a Yami, ella rió un poco y le disparó un rayo de energía de su cuchillo, Hikari lo desvió con su espada y dando un giro trató de cortarla a la mitad por la cintura, pero Yami saltó, entonces en medio aire, Hikari creó una esfera elemental de viento y logró que impacte con Yami.

-Ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ¿Desde cuándo un anti-espíritu se encariña con un espíritu? –Yami no se levantaba, estaba de espaldas al suelo por el impacto.

-¿De qué hablas...? Yo soy amigo de…

-¿Anti-espíritu? –Yuki bajó volando y miró a Hikari con una mezcla de emociones tan peligrosas para un espíritu. –D-Dime que no es verdad… dime que eres… no sé… un humano especial… n-no… n-no…

-Anda, Senpai, ¡Miéntele! ¡De nuevo!

-¡Cállate, Yami! Escucha Yuki… yo… yo soy un anti-espíritu. –Yuki retrocedió unos pasos, sus piernas le temblaban, sus manos también.

-N-No… N-No… ¡Mentiroso! ¡Traidor! ¡Justo cuando pensé que tenía un amigo! –Yuki creó una guadaña enorme y apuntó a Hikari.

-Yuki, por favor, escúchame.

-¡Cállate! –Yuki se lanzó a atacar a Hikari, él la vio acercarse y no se movió, ella llegó hasta estar frente a él y él se limitó a cerrar los ojos, ella lo golpeó con el lado sin filo de su arma, aun así, lo mando a volar unos centímetros. –¿¡Por qué!?

-Lo siento, es lo único que puedo decirte, este es uno de los pocos mementos en los que estoy avergonzado de lo que soy, de mí mismo.

-¿¡Por qué tuviste que mentirme!? ¿¡Por qué tuviste que acercarte a mí!? ¡Tenía razón! ¡Este mundo solo conoce la maldad! Y si es así… que así sea… -Yuki se rodeó de una energía negra, oscura, Hikari ya sabía lo que era eso.

-No juzgues a un libro por su portada, tú sabes mejor que yo ese significado… -Hikari se levantó y empezó a caminar hacia la chica.

-¡No te acerques! –Ella lo apuntó con su arma, pero Hikari no se detenía, ella disparó un rayo de energía, que Hikari recibió y siguió caminando.

-Lo sabes, porque lo has vivido, lo sabes porque lo has sentido…

-¡Cállate!

-Pero aunque lo has vivido, no aprendiste mucho de ello… -Hikari se agarraba el hombro, los ataques de la chica no cesaban, pero Hikari no se rendía… seguía caminando hacia ella, ella… lo miraba… y seguía atacando, lágrimas le corrían por el rostro.

-N-No hables más…

-Te juzgaron por ser un espíritu sin siquiera conocerte…

-Calla…

-¿Me juzgarás tú por ser un anti-espíritu aun conociéndome? –La mano de Yuki que sostenía su arma comenzó a temblar, sus disparos ya no eran precisos, recordaba todo lo que había pasado con Hikari, recordaba los lugares donde habían ido, las cosas que habían hecho.

-¡No! Y-Yo… yo… yo te quiero… ¡Te quiero mucho! ¡Por eso me afectó! Y-Yo…

-¡Apertura! –Yuki había bajado su arma y miraba a Hikari, cuando Yami se movió y le atravesó el pecho por la espalda con un cuchillo. –Ahora muere….

-¡Yuki!

-H-Hikari… p-perdóname… -La hoja de Yami se tornó blanca y la energía negra de la espíritu se fue metiendo a la hoja, pero también otro tipo de energía, Hikari corrió a toda velocidad hacia ellas, pero chocó con una barrera, le dio golpe tras golpe, pero la barrera lo cedía, no podía acercarse.

-Debo agradecerte Senpai, sin tu ayuda, jamás lo podría haber vencido, pero ahora… es diferente, gracias a su desequilibrio emocional… la espíritu bajó la guardia. Y ahora… no tienes energía. –Yami sacó la hoja de la chica, la cual cayó al suelo de cara, pero aún estaba viva, Yami le dio la vuelta y le mostró la palma de su mano, entonces una energía rodeó la mano de Yami, un humo negro, diferente al de antes, este tornó en una mano espectral negra, de uñas largas que se aferró a la chica y entró a su cuerpo como fantasma, Yuki comenzó a gritar agónicamente.

-¡Yuki! ¡Suéltala! –Hikari se comenzó a rodear de una energía negra también y sus golpes eran tan fuertes que quebraba el suelo, pero no la barrera.

-Ya terminé. –La mano salió del cuerpo, sujetando un cristal, Yuki yacía en el suelo, en un charco de sangre, muerta, Yami desapareció y con ella también la barrera, Hikari corrió hacia Yuki y la tomó en brazos.

-Y-Yuki… n-no… esto… esto es mi culpa… y-yo… y-yo…. Maldición… ¡Uriel! –Hikari llamó su ángel y justo cuando estaba levantando su mano, un cadáver decapitado cayó sobre él y también una cabeza, en la cabeza había una nota: "Para Senpai… de Artemisa" El cadáver era de Artemisa. –Yami… Yami… maldita infeliz, maldita, maldita, maldita… ¡Yo te voy a matar! ¿¡Me oíste!? ¡Yo! ¡Y Nadie más que yo! ¡Uriel! ¡Resucítalas!

Así fue, una luz llenó el lugar, la luz se fue aproximando a ambas chicas, las cuales fueron curadas, pero Hikari comenzó a tambalearse… cayó al suelo, agarrando la mano de Yuki y perdió el conocimiento.

-¿Hikari? ¿Estás mejor?

-¿L-Lil? –Hikari se fue acomodando lentamente en su cama… al parecer estaba en el Fraxinus.

-¡Hikari! ¡Despertaste! Dormilón, pasaron tres días… pensábamos que… bueno, olvídalo… que bueno que estás despierto…

-Sí… gracias Lil… espera… ¿Y Yuki? ¿Y Artemisa? –Hikari miró a todas partes preocupado, allí en otras camillas también estaban las dos chicas.

-Aquí están Hikari… cálmate, cálmate… Artemisa la trajimos porque te ayudó y porque estaba en estado crítico, tranquilo, se recuperará, pero Yuki… -Lilith se veía triste y Hikari la miró preocupado.

-¿Yuki?

-Está en coma… no parece que vaya a despertar… y probablemente muera. -La noticia le cayó como balde de agua fría a Hikari, trató de moverse para acercarse a ella, pero no podía, aún su cuerpo estaba lastimado por todo lo que pasó.

-¿P-Por qué?

-Kotori piensa que se debe a que le arrancaron el ángel… para que vuelva debemos encontrar a Yami y regresar el ángel a su lugar… -A Hikari se le escaparon unas lágrimas y apretó los puños.

-E-Eso haremos… eso haremos… ¿Lo escuchaste, Yuki? Te voy a ayudar… te voy a ayudar… repararé mi error… lo siento… intentaré salvar tu vida…

Fin.

¿Fin?

En una ubicación desconocida, Yami jugueteaba con el cristal.

-¿Crees que te daré una esperanza, Senpai? –Yami agarró el cristal y lo pulverizó en sus manos. –Nope, quiero que las veas morir, lenta y dolorosamente, mientras no puedes hacer nada. Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja.

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