20 Capítulo 20: Club de Pelea

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

«¡Pelear con el compañero de entrenamiento no mejora mi técnica retorcida, en absoluto!» Wang Baole salió del mundo de alucinaciones con furia e impotencia luego de que le torcieran el dedo. Empezó a comer sus bocadillos y a meditar. Al final, rechinó sus dientes y se fue de su morada en la cueva mientras masticaba sus bocadillos. Partió de la Universidad Etérea Dao y se dirigió a la Ciudad Etérea.

Para Wang Baole, él estaba en una necesidad desesperada de combate real. Se había estado volviendo loco por el compañero de combate avanzado, y más importante, se dio cuenta de que aunque la Técnica del Gran Vacío Retorcido era desvergonzada, era muy poderosa en el combate real.

Para realmente comprenderlo sin ser torturado por el compañero de combate avanzado, la única manera era que él peleara con otras personas reales. Al hacer eso, podría acelerar su maestría.

Por lo tanto, pensó en el club de Pelea al instante.

Con este pensamiento en mente, Wang Baole entró a la Ciudad Etérea y fue directo hacia el club de pelea. Cuando pasó por una tienda de juguetes en el camino, paró en seco, mientras se asomaba una idea. Luego de entrar y salir, ya no usaba su vestimenta de la escuela, y además tenía una… máscara de conejo.

«Después de todo, soy un estudiante especialmente reclutado de la Universidad Dao. Es mejor si mantengo un perfil bajo». Wang Baole sintió que había sido apropiadamente prudente. Mientras tocaba la máscara cerca de su pecho, se sintió bastante satisfecho.

La máscara lo hacía sentir cariñoso. Al usarla sobre su cara, de inmediato sintió que un aire dominante podía sentirse gracias a su lindura. Lucía bastante poderoso.

Sintiéndose complacido, Wang Baole caminó hacia el club de pelea con las manos sostenidas detrás de la máscara.

Los clubs de pelea existían en las diecisiete ciudades principales de la Federación. Cada uno de ellos cubría un área enorme, y contenía muchas arenas de batalla. Todas era provistas con plataformas para peleas de estilo libre. Ya sea antes o después de la Era del Comienzo del Espíritu, la pelea se mantenía como un deporte popular.

Las Antiguas Artes Marciales sufrieron un renacimiento particular con el amanecer de la Era del Comienzo del Espíritu. Toda la humanidad comenzó a cultivar, causando que la pelea de estilo libre se convirtiera en un deporte popular a lo largo de la Federación.

Incluso había un gran número de expertos con todo tipo de técnicas de las Antiguas Artes Marciales.

Sin importar la ciudad o el momento del día, el club de pelea siempre era el sitio más ruidoso de la ciudad.

La Ciudad Etérea no era la excepción.

Esto se ejemplificaba en el preciso momento en que Wang Baole llegó. El edificio ovalado en la Ciudad Etérea, el cual lucía como un puño gigante desde lejos, pero como el antiguo Coliseo Romano desde cerca; hacía erupción desde su techo abierto, con los gritos de emoción.

―¡Vamos, peleemos de nuevo!

―¿Alguien está desafiándome? ¡Siempre y cuando ganes, puedes llevarte diez Piedras Espirituales!

Incontables voces llenas de beligerancia y emoción emanaban constantemente fuera del área. Hacía que los peatones que pasaban se detuvieran involuntariamente a echar un vistazo. De vez en cuando había personas deseosas de intentarlo, y entraban en el club.

Wang Baole se sintió animado al escuchar las atronadoras voces que venían desde el club. Un sentimiento de emoción se elevó en él sin ninguna razón, mientras apresuraba sus pasos para entrar al club.

En el momento en que dio un paso dentro, las voces tumultuosas casi lo abruman. En frente de él había un salón enorme.

El salón era tan gigantesco que no se podían ver los límites desde la perspectiva de Wang Baole. Todo lo que veía en la distancia era lo que parecía ser el centro del salón. Una bola de cristal gigante se erigía con casi 300 metros de ancho. Llamaba mucho la atención.

Alrededor de la bola de cristal había incontables hombres y mujeres, vestidos con diferentes atuendos. Charlaban unos con otros mientras los demás buscaban información al lado de la bola de cristal.

Aparte de eso, había multitudes por doquier. Las ovaciones y los sonidos que emergían por las discusiones hacían que cualquiera que entrase el club sintiera que había llegado a un mercado.

Wang Baole también notó las incontables puertas en el salón gigantesco. Algunas estaban abiertas y otras cerradas. Cualquier puerta que estuviera abierta cerraba en cuanto alguien ingresaba por ella. Evidentemente, estas puertas permitían entrar solo a una persona.

«¡Este lugar es enorme!» Wang Baole soltó un grito ahogado. Aunque se había preparado mentalmente desde afuera, aún estaba pasmado por el tamaño enorme del interior. Luego de un rato, se apretó dentro de la multitud. Tras un sondeo, se dio cuenta de que el club se dividía en tres niveles.

El primer nivel era el salón. El segundo nivel era la verdadera área de combate del club de pelea. En cuanto al tercer nivel, raramente era abierto al público. Solo se abría al tratarse de un partido importante.

Había dos métodos para acceder al segundo piso. Uno de ellos era entrar allí a través de una de las cuatro entradas. La otra manera era rentar una arena. De esa forma, se podían aceptar desafíos de otros en el segundo nivel, así como también se podía desafiar. Las puertas en el salón estaban preparadas para la segunda opción.

De los dos métodos, el primero era el más sencillo, pero no proveía privacidad. El segundo era claramente más privado y seguro, pero también más costoso.

Sin importar el método a escoger, era necesario registrarse en la bola de cristal del centro del salón, y pagar las Piedras Espirituales requeridas.

Si hubiese sido cualquier otra persona, tal vez habría elegido el método que requiere menos dinero. Pero para el estudiante de la facultad de Armamento Dhármico Wang Baole, quien podía escribir IOUS como si fuese dinero, eso no era nada. Por consiguiente, caminó hacia la bola de cristal con las manos en su espalda.

«Vine aquí para practicar la torcedura de dedos. Las Piedras Espirituales y cosas como esas solo significaban poner un poco más de carne». Con este pensamiento en mente, Wang Baole estaba cada vez más convencido de cuán extraordinario era. Registró su identidad en la bola de cristal y obtuvo información de ella. Luego de comprender las reglas, pagó un número de Piedras Espirituales para rentar una arena.

Miró a su alrededor y vio la puerta de una arena abierta. Dio un paso dentro sin vacilar, y en el momento en que entró, la verificación de identidad que obtuvo de la bola de cristal fue reconocida. La puerta de la arena cerró, mientras hizo eco una voz femenina y gentil.

―Querido usuario, bienvenido al club de pelea de estilo libre. Por favor, tome nota de su anonimato mientras esté aquí. De ser necesario, por favor proceda a enmascarar su rostro antes de entrar a la batalla. Sin tener en cuenta si empieza una batalla o regresa de ella, todo lo que necesita es especificar su locación y gritar «iniciar combate» o «regresar» ―la voz explicó las reglas del club y planteó algunos asuntos que necesitaban de su atención.

―Bastante antropomórfico. No está mal, no está nada mal ―Wang Baole estaba muy complacido con la implementación, mientras caminaba hacia adelante.

En frente de él estaba un pasadizo con luces a su alrededor, produciendo un brillo tenue. Lucía muy confortable y, al final del pasadizo había una cámara. Dentro había una cama, una mesa simple, una silla y un espejo. El propósito principal de este lugar era el de descansar. Otro propósito era para que el visitante cambie su atuendo o esconda su identidad.

De pie dentro de la cámara, Wang Baole regulaba su respiración. Sentía que era un general a punto de encaminarse a la guerra, mientras sus ojos se llenaban de determinación.

«Este lugar debe ser donde yo, Wang Baole, ¡he de tener mi primera batalla de torcedura de dedos!» Wang Baole palmeó su barriga mientras sacaba la máscara de conejo. Mientras se la ponía con lentitud, el porte que exudaba cambió por completo. La adorable máscara de conejo con su cuerpo rotundo resultaba un poco discordante.

Pero Wang Baole estaba muy complacido con su imagen. Luego de mirarse en el espejo, caminó directo hacia el medio de la cámara y miró hacia arriba antes de decir dos palabras con suavidad.

―¡Iniciar combate!

En el instante en el que dijo esas palabras, el techo se abrió encima de él, y la plataforma bajo sus pies lo elevó a las alturas, ¡haciéndolo aparecer en el segundo piso del club de pelea!

Rugidos escandalosos más fuertes que los del primer nivel lo inundaron de inmediato. ¡Frente a Wang Baole había una arena sobre un vidrio transparente!

La arena tenía unos cien metros de ancho. Allí parado, podían verse incontables multitudes ¡al igual que otras arenas similares a través del vidrio!

Las arenas en el segundo nivel eran probablemente cientos, quizá más de mil. Había constantes batallas tomando lugar en ellas.

Las ovaciones de los espectadores y los rugidos de los peleadores se esparcieron como olas de calor. Las personas allí estaban enmascaradas en su mayoría, claramente indispuestas a exponerse a sí mismos.

Wang Baole tomó un respiro profundo y miró a sus alrededores. Su corazón no podía evitar acelerarse. Este ambiente era tanto estimulante como poco familiar para él. Se había aprendido las reglas en la bola de cristal, así que comprendía que antes de rentar la arena, podía asignar el número de Piedras Espirituales que ofrecía y esperar por los retadores. Si el retador afianzaba una victoria, ganaría las Piedras Espirituales. Más aún, se podía restringir el nivel de cultivo del retador.

Y una vez que el retador fuese derrotado, tendría que pagar un número de Piedras Espirituales equivalente. De manera similar, también se podía dirigir a desafiar a otros. Esto es lo que hacía de este lugar un club de pelea de estilo libre.

Sin embargo, este sitio no permitía la matanza. Ponían incluso más énfasis en la privacidad y libertad de sus clientes. Si alguien rompía las reglas, el club resolvía el asunto de manera expedita.

Mientras reprimía la emoción en él, Wang Baole asignó con rapidez el número de Piedras Espirituales para su arena. Después de pensar un poco, decidió asignar diez Piedras Espirituales para atraer la atención de los otros e incrementar la frecuencia de su entrenamiento. Se sentó a un lado y empezó a esperar, ansioso por un retador.

Pero luego de esperar por bastante rato, nadie lo desafió a pesar de que mucha gente pasaba su mirada por ahí. Muchos sentían sospecha al ver la aparición de Wang Baole y las diez Piedras Espirituales. Lo encontraron extraño.

Después de todo, diez Piedras Espirituales era una numerosa cantidad de dinero.

«¿Cuánto más tendré que esperar?» Wang Baole empezó a perder la paciencia cinco minutos después. Miró a su alrededor y decidió dejar la arena y unirse a la multitud. Ya que no había nadie que lo desafiara, quizá se encargaría de desafiar a otros.

«Debería empezar por algo simple». Wang Baole hizo su camino a través de la muchedumbre y vio plataformas recubiertas de vidrio a su alrededor. Al final, escogió una arena que premiaba con una Piedra Espiritual, y caminó hacia allí.

Sentado de piernas cruzadas en la arena había un hombre corpulento con un centelleo entusiasta en sus ojos. Con un cuerpo fornido y un nivel de cultivo en el estadio del Qi Sangriento, le dio al público una mirada agresiva, y cuando notó los ojos entusiasmados de Wang Baole, hizo una mueca desdeñosa y enroscó sus dedos hacia él.

―Ven, conejito. Pelea contra mí, tu abuelo.

Wang Baole lo miró ampliando sus ojos, mientras directamente saltó y se paró sobre la arena. Aunque había un público a su alrededor, muchos de ellos no estaban interesados en una batalla de tal nivel. Sin embargo, mucha gente se detuvo a echar un vistazo al ver la corpulenta figura del hombre, y la imagen de conejo de Wang Baole.

Tras ver a Wang Baole aceptar su desafío, los ojos del hombre de inmediato se iluminaron. Rugió de risa mientras se incorporaba. Su cultivo ordinario del Qi Sangriento se elevó al instante al del estadio del Sellado Físico. Con una sonrisa siniestra, partió hacia Wang Baole.

La multitud fuera de la arena estaba atónita. Los niveles de cultivo de ese hombre antes y después eran demasiado disparejos.

―Amo bajar mi nivel de cultivo para seducir a los conejitos como tú. ¡Te enseñaré una buena lección el día de hoy! ―la risa del hombre hizo eco mientras emanaba su Qi Sangriento. Se acercó a Wang Baole y levantó su gruesa y carnosa palma, y golpeó encima de la máscara.

De forma instintiva, Wang Baole casi alza su mano derecha mientras la semilla devoradora dentro de él se activaba. Directamente, usó la técnica retorcida que lo había angustiado muchísimo en los días recientes. Al esparcirse la fuerza de succión, el cuerpo del hombre se empujaba hacia él. La dirección de su ataque de palma cambió al tropezarse en algunos pasos.

Wang Baole casi agarra al hombre, pero su reacción fue extremadamente rápida. Con un gruñido por lo bajo, giró su cuerpo con rapidez y dio un paso exitoso para esquivar el agarre de Wang Baole.

«¡Él realmente consiguió esquivarlo!» Esto enfureció a Wang Baole. Se cerró sobre el hombre, y en ese momento, el hombre luchó por respirar. El hombre podía decir que algo estaba fuera de lugar, ya que retrocedió de inmediato. Al mismo tiempo, dio un suave bramido y apretó sus puños antes de desatar una barrera de golpes con los puños en un intento de evadir a Wang Baole.

Pronto, los dos intercambiaban puños en la arena. Para Wang Baole, esta era su primera batalla en todos los sentidos de la palabra, y este hombre hacía un compañero de pelea muy adecuado. Gradualmente, Wang Baole se comenzó a mover más rápido. La manera en la que atacaba también empezó a cambiar de la que era antes. Podía decirse que estaba experimentando un cambio metamórfico. El destello en sus ojos se hizo más brillante al llenarse de emoción.

En contraste, la frente del hombre sudaba a cántaros. Lucía como si hubiera visto a un fantasma, y ya se había dado cuenta de que Wang Baole, quien parecía inexperimentado, mejoraba con rapidez.

Incluso fue forzado a sellar sus poros sudoríparos para evitar que su Qi Sangriento se esparciera, para intercambiarlo por más fuerza y velocidad. Aun así, no era competencia para Wang Baole, que solo emitía un nivel de cultivo del estadio del Qi Sangriento.

―Demonios. ¿De dónde vino este conejito? ―el hombre se puso más y más alarmado. Rechinó sus dientes, y con un ligero gruñido, dio un salto y extendió su palma derecha. Como si usara una sola palma para apoyar todo su cuerpo, se abalanzó hacia Wang Baole. Era la única técnica de combate que conocía.

―¡Mano Cósmica!

De inmediato, los espectadores que los rodeaban se sintieron atraídos por la batalla. Mucha gente exclamó al ver la aparición de la Mano Cósmica. Pero en el instante en que vociferaron, ¡la situación en la arena cambió drásticamente!

Cuando la Mano Cósmica del hombre robusto se acercó, los ojos de Wang Baole destellaron. El compañero de pelea avanzada en el mundo de las alucinaciones emergió en su mente mientras de inmediato tomó un paso hacia adelante. La succión de la semilla devoradora emanó al instante, ¡como si intentara un arrebate!

Este intento hizo que la expresión del hombre robusto cambiara, mientras su palma era una vez más arrastrada a un lado. Y esta vez, falló al esquivar. Al instante, ¡Wang Baole agarraba su dedo y lo torcía hacia atrás sin compasión!

Un llanto trágico emergió de la boca del hombre, mientras su cuerpo se estremecía. Sus piernas se debilitaron y casi cae de rodillas. Por instinto, intentó alejar su dedo, pero la mano de Wang Baole era como una pinza. Debido a la fuerza de succión, su lucha fue inútil. Una serie de maldiciones corrieron a través de su mente, mientras cambió el tono de su voz.

―¡Auch! ¡Duele! Déjame ir…

―¡Ja, ja! ¿Admites la derrota? ―en ese momento, Wang Baole rebosaba de emoción. Miró al hombre corpulento en frente de él y pareció ver una reflexión trágica de su yo reciente. La sensación de torcer dedos era excelente y le hacía sentir invencible. De inmediato, se enamoró de la técnica retorcida.

El público afuera de la arena miraba pasmado y boquiabierto. Momentos después, soltaron gritos ahogados cuando el hombre fornido pidió clemencia, mientras admitía su derrota, ocasionando un alboroto.

―¿Acaso… Acaso él torció los dedos de su oponente?

―Cielos, pensar que eso puede hacerse… Eso es demasiado desvergonzado.

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