260 ¡Un brazo roto!

¡La matanza aún seguía!

¡Aún seguían con la persecución!

Después de todo, la muchedumbre provenía de todos lados, y nadie podía enviar transmisiones de voz en el mundo de Luna Mística. Por lo tanto, no había mucha comunicación entre ellos, y no sabían de quién era la fuente de Espíritu Qi, ni qué tan fuerte era Wang Baole.

Y Wang Baole no podía hacer nada para cambiarlo. Solo tenía una opción: asesinar y seguir asesinado. Después de matar a alguien, dejaba el cadáver, permitiendo que el hedor de la sangre se esparciera a lo ancho del aire, ¡usándolo como elemento disuasorio!

Haría que el siguiente grupo de personas que pasara a través del área se distrajera con los cuerpos, vacilara, y no se atreviera a continuar dándole caza. Eso era porque sentirían miedo al ver los cadáveres y al experimentar la intención asesina del homicida.