1 El primer paso

Era una mañana soleada de verano, me levanté tarde ya que la universidad se había acabado.

Me dispuse a levantarme cuando de repente me acordé.

¡¡¡HOY LLEGA MI HERMANO!!!

Me levanté tan rápido que casi me di con el pico de la mesita de noche, me vestí a toda mecha con unos vaqueros cortos y una camiseta negra de One Piece y me acordé de que llegaba por la noche.

Bueno ahora tengo el día entero para mí, me disponía a desayunar cuando de repente, me di cuenta de que no tenía ni leche, ni cereales; así que cogí las llaves, dinero y me baje a por un paquete de leche, y los cereales; ¡claro!

Cuando llegue al comercio, fui directamente al pasillo de los lácteos, cogí el bote de leche y después me fui a la zona de bollería y cogí los cereales, y cuando me disponía a ir a la caja a pagar, me choque con un chico alto, pelirrojo, con una camiseta azul y unos  pantalones rotos grises, rápidamente me disculpé, pagué mis cosas y me fui a casa.

Cuando llegue a la puerta del portal, me di cuenta de que había un camión de mudanzas y caí en que hoy venía un vecino nuevo, entré en el portal y estaban subiendo las cosas, así que fui por el ascensor hasta mi casa y cuando está a punto de entrar, vi que era la puerta de al lado la que iba a ser la casa de mi nuevo vecino.

Cuando llegué mi hermano me estaba esperando con dos maletas y una mochila.

Ah si, se me olvidaba, mi hermano, su nombre es Tony, es un chico de unos 20 años, mide 1'90, tiene el pelo negro, de ojos verdes, y es un idiota, millonario, pero idiota.

Empezaba a coger su maleta para meterla al coche cuando de repente, me agarra el brazo y me dice— Te dije que llegaras a tiempo, y no lo has hecho.—Me soltó el brazo y metí sus maletas en el coche mientras le decía— Sube, te he preparado una sorpresa.

Subimos al coche y mientras toqueteaba mi radio llegamos a un restaurante bastante lujoso.

Cuando entramos en el restaurante nos denegaron la entrada, en ese momento me di cuenta de que mi hermano iba en chándal ya que había sido un vuelo muy largo.

-Ve a cambiarte al coche, yo te espero aquí-le susurre al oído.

Cuando volvió vestía con un traje negro bastante arreglado y una camisa blanca que le regalé hace dos años.

Nos sentamos y pedimos la carta y un vino tinto que la verdad estaba bastante bueno, a continuación pedimos para comer unas almejas y foie de pato.

Estaba todo exquisito pero casi me atraganto al ver la cuenta

¡¡¡¡238€!!!

Esto es de locos pero si solo hemos tomado una copa de vino tinto, unas almejas y un poco de pato.

Al llegar a casa sentí con rabia el sablazo que nos habían metido en aquel restaurante, ahora si que estoy en banca rota.

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