387 El portal del Santo.

La expresión en el rostro de Inke cambió de repente cuando escuchó la voz del sumo sacerdote. Dio un paso hacia un lado y miró a Aska.

Inke sugería que fue Aska quien causó el problema, y ​​mientras tanto trataba de mantener la distancia entre ellos.

Aska o Lucien, de hecho, causó el enfrentamiento a propósito. Lucien sabía que los guardianes evitarían los círculos mágicos y lo llevarían a un rincón aislado, y allí Lucien tendría el tiempo suficiente para transformarse en uno de los guardianes.

El sumo sacerdote también era una esfinge, pero sus cuatro piernas peludas estaban envueltas con mortajas negras. Él fue a quien Lucien vio junto al Portal del Santo. En ese momento, el sumo sacerdote miraba a Lucien con frialdad en sus ojos negros.

Lucien sintió que la mirada del sumo sacerdote era, de alguna manera, divertida, pero aun así, bajó la cabeza, fingiendo estar nervioso y asustado.