616 Ataúd

El vampiro ancestral se sujetó la garganta, tratando de decir algo pero incapaz de emitir sonido alguno. La sangre negra brotó de su boca sin parar, y su piel clara y suave se secó como si estuviera quemada. Sus ojos carmesí se congelaron poco a poco, con lamentos persistentes, antes de colapsar en el suelo.

—La sangre de una Maestra de la Transformación es lo último que vas a intentar chupar —Klaus chasqueó la lengua, como si lamentara el intelecto de ese vampiro ancestral.

Lucien se rio.

—De hecho, la sangre de la Maestra de la Transformación es la mejor. Si chupas una de ellas, estarás chupando en esencia a una condesa. Pero no debió haber chupado la sangre de Érica cuando se convirtió en un serafín. Debía estar desesperado por su vida.