Ah, si...- Contestó ella, aún pensativa. '' Así que Mei-Jiejie, eh... Supongo que Mei es mi nombre, y Jiejie debe significar algo así como hermana u otra cosa... No sería malo sacarle información a este niño.'' Pensó mientras observaba al pequeño acomodarse en la cama.
Oye, Mei-Jiejie, estás bien? Te veo muy callada.- Dijo el, mirando en dirección a Alice. '' Uhm, perfecto, es mi oportunidad, ¡A robar información! '' Festejó internamente la curiosidad de su hermano menor, y, después de pensar un rato en su respuesta, finalmente le dijo:
-¿Cómo soy, entonces? - Pregunto al muchacho, con intención de sacarle datos, el niño, quien confiaba ciegamente en su hermana, por lo que simplemente la dio a Alice lo que quería, su respuesta.
- Bueno, pues Mei-jiejie es amable, se la pasa todo el rato hablando, es graciosa, es comprensiva, es una buena persona con todos, menos con Qing-Gege, cosa que no entiendo, pero, generalmente, es linda y respetuosa.- La respuesta que Alice recibió fue una mucho mejor de la que esperaba, pues temía que la anterior dueña de ese cuerpo se hubiera comportado de una mala manera, para suerte suya, no era así, se prometió a si misma que nunca mancharía la reputación que la original Mei había construido.
Ah, me alegra que tengas una buena imagen de mí.- Habló Alice, dándole una cálida sonrisa a su hermano, quien solo se limitó a devolver el gesto. Cuando ya habían pasado unos minutos desde que la conversación cesó, a Alice le fue posible escuchar las respiraciones de su hermano, signo de que estaba ya inmerso en el mundo de los sueños, Alice suspiró y se levantó de la cama, y, tratando de hacer la menor cantidad de ruido posible, abrió la puerta de su habitación suavemente, acto seguido, comenzó a caminar de puntitas por el pasillo, estaba oscuro y hacía frío, pero eso no la detendría en su recorrido por la casa, en cambio, la motivaba a apresurarse para volver a la cama, Alice siguió caminando un rato más por aquella casa, había habitaciones y balcones, todos y cada uno de los escenarios dentro eran distintos, pero, había una cosa en común dentro de cada uno. Eran lujosos, limpios, bellos y extravagantes. Al cabo de un rato, se sintió tan cansada que no lo pensó dos veces y quiso regresar, pero, en ese momento, percibió una luz tenue proveniente de uno de los cuartos, era como la luz que producía la flama de un vela, se acerco a la habitación al punto de casi rozar con la puerta, pegó su oído a esta, y dentro escuchó el golpe de una pluma contra algo que se podía denominar como papel, escuchó más a fondo, inclinándose sobre la puerta, y casi pudo percibir respiraciones del otro lado, cosa que, por muy rara que fuera, le relajaba. El sonido que producía la pluma al chocar con el pote de tinta combinado con las respiraciones y el sonido del papel siendo llenado de palabras y letras hicieron que Alice se quedara dormida ahí, recargada contra la puerta en medio de la oscuridad y el frío, mientras la luna brillaba en la noche, acompañada de las estrellas y las constelaciones.