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Capítulo 1: Un erótico y maravilloso sueño

Morgan observó al atractivo hombre sentado en la cama frente a él, sus peculiares ojos esmeralda brillaban debido a un sin número de emociones que no tenía interés en descifrar, su interés estaba en algo más.

El nerviosismo en el hombre joven de cabello castaño oscuro era evidente, lo hacia ver muy lindo, a pesar de que era imponente y de apariencia feroz, justo ahora mostraba una tierna expresión debido a la vergüenza, sus mejillas estaban teñidas de rojo, un rojo oscuro sobre su piel oliva.

Morgan no tenía idea de quien era, pero dado era un sueño, no le importaba mucho. Probablemente era un actor o modelo qué había visto recientemente de pasada en algún lugar, debido a su atractivo era seguro se había quedado en su subconsciente.

Suspiró apreciativo ante lo realmente atractivo que era y sintió sus propias mejillas sonrojarse mientras se deshacía de sus pantalones. Dio algunos pasos con un ligero contoneo hacia la cama, el moreno respiró hondo, ojos muy abiertos debido a la sorpresa, retrocedió sobre la cama, su espalda topando con la cabecera.

—¿Qué es lo que pretendes?

No pudo evitar que una suave risa escapara de su boca al escuchar su forma de hablar distinguida y con acento, un tono aparentemente enojado que en realidad dejaba ver cuan nervioso estaba en realidad.

Morgan tarareó contento, estaba teniendo un erótico y maravilloso sueño. Mordiéndose su labio inferior, procedió a subirse a la cama, sobre sus manos y rodillas comenzó a avanzar hacia el nervioso e incrédulo hombre.

Se sentó para abrir los primeros botones de su camisa. Exponiendo su clavícula e inicio de su pecho.

El hombre miró a todos lados menos al semidesnudo Morgan.

Divertido se posicionó a horcajadas sobre él y se inclino para tomar su fuerte barbilla en un agarre firme.

—¿Qué crees que es lo que pretendo, hermoso? —susurró contra sus labios.

El rostro del moreno se volvió aún más rojo.

Morgan sabía como se veía, piel blanca, cabello negro como la tinta, ojos color violeta, con rasgos bellos que le daban un aire seductor, era lo suficiente atractivo para tentar. No era tan alto ni grande como el otro, pero aún así su cuerpo estaba en excelente forma.

Dejó salir una risa baja por esa dulce reacción, era entrañable, aunque no sabía porque el hombre de sus sueños estaba actuando tan tímido, en sus sueños los hombres tendían a ser un poco más asertivos. No lo atribuyó a su juventud dado parecía estar a mitad de sus veintes, justo como Morgan.

Sin decir nada, besó superficialmente sus labios, los ojos verdes se abrieron ampliamente, divertido volvió a darle otro beso, pero esta vez no se apartó, movió sus labios sobre los del castaño en un beso lento, poco a poco comenzó a profundizar el beso al hacer que el otro separará sus labios y correspondiera.

Momentos después, Morgan dejó ir sus labios sin realmente querer hacerlo, se miraron a los ojos, el moreno parecía demasiado asombrado, divertido soltó su barbilla para acariciar su mejilla con la punta de sus dedos.

—Eres en verdad hermoso. ¿Cómo te llamas?

El hombre tan solo lo miró sin comprender.

—Soy Allen.

—Allen —pronunció con lentitud. Días atrás había leído una novela donde aparecía un personaje llamado Allen, un príncipe—. Mi príncipe —tarareó aún más divertido.

El moreno parpadeó, su ceño profundamente fruncido.

—Tú… ¿estas ebrio?

—Mmm, un poco, si —Morgan soltó una risita borracha y jovial.

Ignoró la gravedad en su rostro por su respuesta y se concentró en el revelador bulto en el regazo del otro. Morgan también estaba en las mismas condiciones, deslizándose un poco hacia atrás sobre los fuertes muslos, llevó sus manos hacia el cierre del pantalón de Allen, quien inmediatamente se apresuró a detenerlo capturando sus muñecas.

—Eso… eso que… —Las pupilas del joven estaban ligeramente dilatadas. El esmeralda de sus iris brillando, volviéndolo todavía más encantador.

Morgan se acercó para a depositar un besito en los labios temblorosos.

—¿No puedo? —preguntó, en un tono suave y decepcionado.

—Es eso, eso no es lo que quise decir… —guardó silencio avergonzado, como si se diera cuenta de lo que había dicho—, ¿por qué haces esto?

—Bueno, eso es obvio. Por que te deseo —dijo, sin entender porque debía decir algo tan obvio en su propio sueño—, y obviamente tu también lo haces.

El hombre joven frunció el ceño una vez más, viéndose confundido.

—Yo…

—¿Acaso tienes miedo? —preguntó, con una sonrisa picara. Liberó su mano derecha para darle un golpecito en la nariz con su dedo.

—No… es que… —Se veía tan lindo nervioso.

Morgan liberó sus manos del agarre y procedió a quitarle la extraña y anticuada camisa blanca.

Allen apretó las manos en puños a los lados, parecía no saber que hacer, pero también parecía muy interesado, la curiosidad y deseo parecían estar en duelo dentro de sus ojos.

—No deberíamos…

Morgan tarareó sin prestarle mucha atención, concentrado en el pecho musculoso y abdomen marcado, fascinado llevó sus manos al pecho de Allen para tocarlo. Allen abrió y cerró la boca mientras se sonrojaba violentamente, miró a Morgan como si aún no pudiera creer lo que sucedía, Morgan no estaba avergonzado, el que fuera un sueño solo aumentaba su carácter atrevido.

Abrió los pantalones de Allen, se movió hacia atrás mientras volvía a apoyarse sobre sus rodillas, curvo su espalda como un gato ante una caricia. Sus pestañas temblaron mientras miraba hacia arriba, encontró pupilas dilatadas junto una respiración trabajosa.

—Mi príncipe… ¿quieres esto?

El moreno separó los labios y exhalo fuertemente.

—Si.

Encantado por la repuesta, Morgan bajó la cabeza hacia su regazo.

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Un somnoliento Morgan despertó debido a la luz de los primeros rayos del sol sobre su rostro, frunciendo el ceño cubrió sus ojos sin moverse de la posición sobre su estómago, tocó después su cabeza, la cual dolía debido a la resaca, había bebido más vino de lo que había creído anoche, antes de irse a la cama, una mueca se formo en sus labios, cuando apoyó su peso en su trasero al girarse y sentarse la mueca solo se hizo más grande.

—¿Mmñ? —refunfuñó, extrañado ante el dolor conocido.

Su ceño se frunció todavía más debido a eso, pero antes de que pudiera pensar en algo relacionado a ese dolor su mirada se vio atraída al otro lado de la cama. Había un gran hombre desnudo durmiendo boca arriba, su cabello chocolate caía sobre su frente y ojos cerrados.

Era el hombre de su sueño.

Desconcertado, Morgan acercó su mano, al hacer contacto con la mejilla jadeo sorprendido y se echó hacia atrás.

«Imposible», pensó incrédulo. Morgan miró su cuerpo, solo una sabana amarillenta y áspera cubría su desnudez, confundido estudió las pequeñas marcas oscuras en su vientre e interior de sus muslos, rápidamente se dio cuenta que ese no era exactamente su cuerpo. Parecía más delgado y blando de lo que había sido el día anterior.

Aturdido, se movió para estudiar su alrededor. Estaba sobre una cama de tamaño medio dura e incomoda, la habitación donde estaba era pequeña y escasamente decorada. Los muebles de madera en la habitación eran burdos, el piso de piedra parecía sucio y rudimentario.

Con manos ligeramente temblorosas, se puso de pie e ignoró el incómodo rastro húmedo que descendía entre sus piernas. Uso la sabana que antes lo cubría para limpiarse, descubrió qué su cartera y celular no estaban por ningún lado. Buscó ropa para vestirse, encontrando ropa de un estilo anticuado esparcida por el suelo junto a zapatos toscos de punta cuadrada, aún más confundido procedió a vestirse solo con la camisa blanca con volantes en el cuello y pantalones negros ajustados. Metiendo sus pies en los zapatos le dio un último vistazo al hombre joven dormido en la cama.

No tenía ni una mínima idea de que estaba ocurriendo. Pensando había tenido una noche de sexo con un desconocido quiso escapar para evitar problemas.

En su camino hacia la puerta mantuvo su expresión tranquila con todas sus fuerzas mientras la confusión daba paso a la alarma, no recordaba haber salido de su departamento anoche. No tenía idea en que parte de la ciudad había terminado, pero dado el estilo de la habitación parecía realmente alejado de los sitios que conocía y frecuentaba.

Morgan sacudió su cabeza, no era el momento para entrar en pánico, necesitaba irse, regresar a su departamento y entonces averiguar que había pasado.

Tocó su sien cuando un dolor de cabeza lo golpeo de repente, completamente diferente al dolor provocado por la resaca, jadeo tropezando con sus propios pies.

Al recuperarse llegó a la puerta de madera, la abrió con cuidado, afuera había un chico joven y anodino vestido de forma formal y anticuada, como si hubiera salido de una fiesta de disfraces. Su mirada topó con la del chico de cabello castaño cenizo, que había estado yendo y viniendo, al ver a Morgan, su rostro de alivio lo hizo sentir desconfiado, obviamente el joven lo conocía, pero Morgan no recordaba haberlo visto nunca en su vida, el chico inmediatamente se acercó para darle una capa negra.

—Joven maestro no es bueno para usted permanecer en la posada… —dijo con un cargado acento que lo tuvo esforzándose para entenderlo. Su rostro estaba pálido, ansioso negó con la cabeza—. Joven maestro lo mejor es irnos ahora.

Aparentando calma, Morgan asintió sin decir nada, salió y dejó el chico le colocará la capa y bajará la capucha sobre su cabeza, después de eso siguió al chico hasta una salida trasera donde un carruaje los esperaba. Mirando los extraños edificios y calles a su alrededor entendió que quizás no le sería tan sencillo regresar a su departamento.

Nueva historia corta, ocho capítulos, diez si soy generosa con la edición. Actualización semanal los sábados si todo continúa yendo bien en mi vida.

Está historia tendrá lo que puede considerarse un final abierto.

Gracias por leer.

Mari_Solezcreators' thoughts
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