After

Me sorprendió mucho que esos dos hayan dejado su hogar y su refugio para dejar las armas que habíamos comprado con Hércules, fingiendo que era nuestra luna de miel.

Un pensamiento fugaz apareció por mi cabeza y supe enseguida que nunca fingí con él. Realmente deseaba que ese viaje realmente haya sido nuestra luna de miel. Común demonios. Ahora se me antojaba casarme cuando no sabía ni quién era. Qué me pasaba.

Lizzy me abraza:

-- Te ayudaré a conseguir tu venganza, si tú me ayudas a conseguir la mía-- propone un trato bastante interesante.

-- De qué trata?-- pregunté, ya que me había picado la curiosidad y me ayudaba que mi mente no vaya por caminos peligrosos.

-- Te lo diré cuando estemos las dos a solas-- y me brinda una cálida sonrisa.

Hércules me lleva al supermercado, ya que era nuestro turno de hacer la compra.

Él me había rodeado la cintura con su brazo derecho y yo le puse la mano en el bolsillo trasero del pantalón, sólo por hacerle la contra.

Con esta forma de caminar como si fuéramos una pareja normal humana, me hacía soñar despierta.

Antes de ingresar al lugar donde íbamos a comprar los víveres, un grupo de personas nos rodean y sólo corrieron un poco sus ropas para mostrar que estaban armados.

-- Detective, debe acompañarnos-- y supe que no se traían nada agradable.

Lo sujeté para evitar que hiciera algo estúpido.

Lo miré y meneé la cabeza, indicándole que no iba a ir solo.

Él eboza una sonrisa siniestra y medio burlona. Me guiña instintivamente el ojo y luego se encarga de esas personas que habían venido a molestarnos en nuestra cita.

Obviamente no me quedé sentada, esperando. También participé en mandarlos a freír espárragos.

La energía excesiva que poseía me llenaba todo mi ser y cuando crucé una sola mirada con la de Hércules, supe que estaba perdida.

Él avanza hacia a mí y yo igual. Le empiezo a arrancar sus ropas y lo dejé como había venido al mundo y yo me desnudé.

-- Hazme el amor ahora-- le exigí.