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ch 18

Summer Isles 297AC

La gran ciudad de Tall Trees Town, la ciudad que era el centro cultural y religioso de todas las Summer Isles era una ciudad portuaria de gran tamaño, pero con la peculiaridad de que no tenía murallas. Entre muchos lugares de la ciudad, se podía ver los llamados «Talking Trees», los cuales eran arboles de gran tamaño, casi pareciendo torres. Dichos arboles permitían que la soleada ciudad tuviese mucha sombra, lo que permitía que la gente pudiese caminar tranquilamente por las calles.

En uno de los tantos callejones de la ciudad, se podía ver a Daenerys caminar mientras era acompañada de Fantasma, el cual servía de disuasión para cualquier inescrupuloso que intentase algo contra la joven Targaryen. La joven Targaryen vestía un atuendo que sería considerado como inapropiado por muchas personas, pues no era un vestido tradicional de mujer, sino que era ropa un tanto más masculino, en cierto sentido de la palabra. La ropa de Daenerys consistía en una túnica blanca holgada de manga larga, junto con un corse de cuero negro, el cual tenía varios cordones para mantenerlo en su lugar. En su cintura había un cinturón de cuero, donde colgaba un par de bolsas. También llevaba un pantalón de cuero ajustado, el cual era de color negro. Finalmente, Daenerys llevaba un par de botas altas, las cuales le llegaban hasta las rodillas. En su espalda, colgada se encontraba «Hermana Oscura», la cual estaba en su funda. Daenerys iba caminando con tranquilidad por las calles debido a que su cabello aún era negro, pese a las varias veces que ella se había bañado durante el viaje desde Gulltwon hasta Lys y desde dicha ciudad hasta Tall Trees Town. Mientras caminaba, la joven iba meditando sobre lo que había aprendido recientemente cuando decidió quedarse con Jon y el resto de la tripulación.

'La magia es real…. Eso nunca me lo espere.' Pensó Daenerys mientras recordaba cada palabra que Jon le había dicho sobre la magia y sobre la historia de Valyria. Ella mentiría si dijese que no estaba sorprendida tras aquellas palabras, pues nunca en su vida esperó que las cuarenta familias del Feudo Franco hubiesen sido entrenadas por un alma de un ser de otro mundo, pero luego de pensarlo un rato tenía mucho sentido, ya que era la única manera de haber obtenido todo ese poder. Si bien la historia sobre el origen de Valyria le causó asombro, el saber que las cuarenta familias, la suya incluida, habían traicionado a su maestro para obtener más poder terminó por causarle asco, pues nunca esperó que alguien pudiese ser tan mezquino. 'Pero eso explica muchas cosas, como el origen de la locura Targaryen y la caída de Valyria.'

Aquellos pensamientos eran debido a que ella también aprendió como es que se originó la «Perdición de Valyria». Además, el saber que Jon había sido entrenado por esa misma alma le causó sorpresa y terror a la vez, pues pensó que Jon querría venganza para su familia y su maestro, pero las palabras que le dijo la hicieron sentir rara.

'No debes preocuparte, Daenerys… por algún motivo, no puedo odiarte, hay algo que me lo impide.'

Moviendo la cabeza de un lado a otro, ella dejó de pensar en eso, ya que sentía que sus mejillas se sonrojaban. Asi que, para evitar seguir pensando en el posible significado de lo último que había dicho Jon, ella decidió seguir caminando por las calles. Mientras caminaba, ella vio algunos braseros apagados y recordó como Jon le confirmó la existencia de la magia.

Flashback

Daenerys miraba con fascinación la pequeña lengua de fuego que Jon había creado. La pequeña llama se encontraba entre las manos de Jon, el cual las había juntado para esa manera tener un mejor control sobre este, pues no hay peor idea que tener fuego en un barco.

"I-increíble… ¡No puedo creer que la magia exista!" gritó Daenerys en éxtasis al ver el hechizo de Jon.

"Si, es increíble. Y créenos, que esto no es lo único que Jon puede hacer." Comentó Pyp, llamando la atención de Daenerys.

"¿En serio? ¿Hay cosas más geniales que esto?"

"Si, pero él no las suele usar, pues forman parte de sus tácticas de lucha. Asi que, la única manera de que lo veas es que sea en una batalla." Añadió el joven de orejas grandes mientras sonreía.

Las palabras de Pyp provocaron que Daenerys mirara a Jon nuevamente. Sin embargo, antes de que ella haga algo, el barco se zarandeó de manera imprevista, provocando que ella terminase por caer. La dirección que siguió el cuerpo de Daenerys al caer fue, para su mala suerte, las manos de Jon.

Los ojos de todos se abrieron de horror cuando vieron que el rostro de Daenerys cayó en el fuego que había en las manos del bastardo de Winterfell.

Daenerys cerró los ojos al momento en que cayó entre el fuego, soltando un grito, el cual fue el resultado del miedo que sintió. Sin embargo, para su sorpresa, y la de todos, ella no se estaba quemando en absoluto. Al percatarse de eso, Jon, el cual ya había extinguido el fuego, rápidamente ayudó a la joven a levantarse.

"N-no estoy herida… ¿C-cómo pasó esto?" preguntó Daenerys con asombro y preocupación.

La pregunta no recibo respuesta inmediata, ya que nadie sabía que pasaba. Afortunadamente, Jon tuvo una conjetura de lo que pasaba, por lo que hizo una pregunta.

"No lo sé con certeza, pero tengo una conjetura… Dime, Daenerys… ¿Has sentido poco calor cuando algo hirviente te toca?"

La pregunta de Jon causó confusión en los presentes, los cuales no sabían que decir sobre las palabras de Jon. Sin embargo, para la sorpresa de todos, Daenerys respondió diciendo que ella solía bañarse con agua hirviendo, pues era la uncia manera en que podía sentir algo de calor del agua, pero que incluso en ese estado, para ella era un poco fría el agua.

"Ummm…. Ya veo… Asi que era por eso." dijo Jon mientras tenía una mano en la barbilla.

Aquellas palabras causaron que Daenerys y los amigos de Jon sintiesen curiosidad por lo que sucedía. Asi que, dando un paso al frente, Grenn hizo la pregunta.

"¿Qué cosa esta sucediendo, Jon?"

Jon miró a su amigo y luego al resto de las personas en la sala. Soltando un suspiro, el hijo bastardo de Ned Stark comenzó a contar lo que sucedía.

"Verán… como ustedes saben, las cuarenta familias que gobernaron Valyria fueron aprendices de Edzard, el cual era alguien que poesía una resistencia muy alta contra la magia. Eso hizo que cuando ellos le robarán sus poderes, cada una de las familias obtuviese un poder en específico. Algunas familias obtuvieron más habilidades mágicas que otras, otras ganaron resistencia mágica, y así podría seguir enumerando que cosas pudieron obtener por varias horas. Aunque, la verdad es que no se sabe con certeza lo que obtuvo cada familia, pero gracias a Daenerys puedo entender o, mejor dicho, suponer que habilidades obtuvieron los Targaryen."

Al escuchar aquello, Daenerys miró a Jon y mirándolo con ojos llenos de determinación y esperanza le preguntó que habilidades eran.

"De lo que acabo de ver y de lo que he logrado leer sobre los Targaryen, lo más probable es que obtuviesen resistencia a la magia. Si bien el nombre es algo específico, la verdad es que esa habilidad puede incluso hacer que obtengas resistencia contra elementos humanos no mágicos. Por ejemplo, la resistencia magia permite que puedas resistir quemarte con una fogata o incluso puede hacer que necesites menos ropas para abrigarte. La segunda habilidad debe ser la «La Visión», una habilidad que permite ver el futuro, ya que es la única manera en que Daenerys «La soñadora» pudo haber sabido que Valyria seria arrasada." Dijo Jon, viendo como Daenerys y el resto se miraban entre sí, obviamente con los ojos llenos de asombro, pero había alguien que tenía una mirada llena de fascinación, y esa persona era la última Targaryen.

"Entonces… ¿Soy inmune a los elementos?" preguntó Daenerys de manera tímida.

"No, no eres inmune a todos los elementos. Lo más probable es que seas más resistente al fuego que a otros elementos. Asi que, lo mejor será probar ahora, para de esa manera saber el alcance de tus habilidades." Dijo Jon mientras ponía una sonrisa que asustó a la joven Targaryen, la cual por un segundo pensó en salir corriendo de allí.

Fin Flashback

El cuerpo de Daenerys se estremeció ligeramente al recordar aquello, pues Jon comenzó a conjurar diversos elementos mágicos para probar su resistencia. El hijo de a quien hace semanas llamaba el «perro del usurpador» le lanzó un poco de escarcha, le dio toques con relámpagos y otras cosas más. Al final, lograron comprender que ella era literalmente casi inmune al fuego, pero no tenía lo mismo con los otros elementos.

Sus pensamientos sobre lo que sucedió ese dia fueron interrumpidos cuando sintió que Fantasma rozaba su pierna. Dejando de pensar en las pruebas de Jon, la joven Targaryen vio al lobo y lo vio que este estaba mirando fijamente hacia una de las calles.

"¿Qué sucede, chico?" preguntó Daenerys, pues era raro que el lobo se porte así con ella.

Fantasma no le respondió, pues no podía hablar, pero si le miró de manera intensa, para luego comenzar a trotar por el callejón.

"¡Fantasma! ¡Espera!" gritó Daenerys mientras comenzaba a correr tras el lobo.

Aquella simple calle, se convirtió en un verdadero laberinto de callejuelas tras unos pocos segundos de persecución. Corriendo por aquellos callejones, Daenerys perdió la noción del tiempo, por lo que no se dio cuenta de que estuvo corriendo tras Fantasma por más de quince minutos. Cuando finalmente vio que el lobo se quedaba quieto, Daenerys logró alcanzarle.

"¡Al fin te atrapo, fantasma!" gritó Daenerys, la cual había planeado regañar al lobo, pero no pudo hacerlo, ya que al frente de ella había una enorme fila de personas. Las personas que estaban haciendo la fila vestían con prendas de colores muy extravagantes.

Los ojos de Daenerys dejaron de ver a las personas y vio el lugar hacia donde hacían fila. El lugar era una enorme estructura, el cual parecía ser un templo, el cual estaba hecho de piedra blanca y media varios metros de altura, con varias ventanas.

"¿Qué es ese lugar?"

"Es un templo del Amor." Respondió una voz a espaldas de Daenerys. Dicha voz hablaba en lengua común, con un marcado acento, pero aun así era comprensible.

La hija del rey loco giró la cabeza rápidamente y vio que la dueña de aquella voz era una atractiva mujer de unos veinte años, con la piel tan oscura como la teca. Sus ojos eran de color avellana y su cabello largo y negro era sedoso, moviéndose de manera grácil al viento. Si bien la mujer era deslumbrante, en cierto sentido, lo que realmente llamó la atención de Daenerys fue la forma en que iba vestida, pues no llevaba vestido alguno, sino que vestía con una simple tela de color amatista, la cual cubría únicamente las partes importantes del cuerpo de la mujer.

"¿T-templo del a-amor?" preguntó Daenerys de manera tímida y avergonzada, pues se sentía un poco incomoda por la vestimenta de la mujer.

"Si, un templo del amor." Respondió la mujer de manera amable, para luego poner una sonrisa al ver que Daenerys se avergonzaba. "Puedo ver que es tu primera visita a las Summer Isles, ¿verdad?"

La respuesta de Daenerys fue un simple asentimiento.

"Ya veo… dime, pequeña. ¿quieres ver cómo es este templo por dentro?"

Al oír la proposición de la mujer, Daenerys estuvo por negarse, pero sintiendo curiosidad por lo que era ese templo y por la razón por la que miles de personas parecían estar haciendo cola, ella decidió que iría. Sin embargo, para su sorpresa, cuando estuvo por dar unos pasos, ella vio como fantasma se levantaba y comenzaba a seguirla de cerca. Fue en ese momento, que ella se percató que el lobo también iría con ella. Asi que, sintiendo que la presencia de Fantasma sería un inconveniente, estuvo por decirle a la mujer que no iría. Aunque, antes de que diga palabra alguna, ella vio como la mujer se giraba y le hablaba.

"No te preocupes por el lobo, él también puede venir." Dijo la mujer mientras volvía a mirar al frente.

Al escuchar aquello, Daenerys sonrió y sin perder tiempo, comenzó a seguir a la mujer, junto con Fantasma.

Los ojos de Daenerys se abrieron de sorpresa cuando vio el interior del templo, pues a diferencia del exterior, este era más colorido. El suelo estaba cubierto por losetas hechas de mármol pulido, las vigas interiores tenían grabados cuya temática eran flores y plantas. Las paredes estaban ricamente decoradas con cientos de tapices de Myr, Lys y Norvos. La joven Targaryen y el lobo huargo habían logrado entrar fácilmente sin la necesidad de hacer fila gracias a la mujer, la cual resultó ser una sacerdotisa del templo.

"Seguro te preguntas que es este templo, ¿verdad?"

"Asi es." Respondió Daenerys mirando las salas por las que pasaba. Sus ojos miraban maravilladas las decoraciones y sus fosas nasales aspiraban con entusiasmo el aroma dulce del incienso, el cual olía a flores y a frutas. Sin embargo, aquella fascinación se convirtió en horror y luego en vergüenza cuando pasaron cerca de una habitación en la cual ella pudo ver a una pareja copulando. Desviando sus ojos, la joven Targaryen intentó ver otra habitación y lo que vio allí la puso más roja, ya que no era solo una pareja, sino que en esa habitación había dos mujeres y un hombre.

'¡¿Q-q-que está pasando aquí?!' gritó Daenerys en su mente al ver como en cada habitación por la que pasaban había parejas copulando como si nada. '¡Esto no parece un templo, parece un burdel!'

Los pensamientos de Daenerys no le permitieron ver que estaba llegando a una sala. Cuando estuvieron todos en la sala, Fantasma le dio un pequeño empujón en la pierna, provocado que ella volviese en sí. Cuando su mente dejó de estar enfocada en lo que había visto, la joven pudo ver que la sacerdotisa se sentaba frente a una mesa.

"Entonces… ¿Qué trae a Daenerys Stormborn a esta isla?" preguntó la sacerdotisa con una sonrisa en su rostro al ver como la piel de la joven Targaryen se volvía más pálida de lo que era.

"Y-y-yo…" intentó responder Daenerys, pues estaba sorprendida por lo que acaba de escuchar. Esto se debía a que ella estaba con el cabello teñido de negro, por lo que nadie debía de reconocerla por eso, además, ella era llamada como «Dany» por todos los miembros de la tripulación cuando estaban fuera del barco, siendo en su interior, cuando estaban en mar abierto, cuando ellos la llamaban Daenerys, bueno, la verdad es que solo Jon la llamaba así, el resto le decían «Princesa».

"Parece que el ratón te ha comida la lengua… o a casó será un lobo el que lo hizo…" dijo la mujer con diversión, ampliando la sonrisa que tenía en su rostro.

La insinuación que contenían las palabras de la mujer hizo que el rostro pálido de Daenerys se enrojeciera de manera intensa en menos de un segundo, provocando que la mujer se riera de Daenerys. Aquella risa hizo que la hija de Aerys comenzase a enojarse, pues sentía que esa mujer solo se burlaba de ella. Sin embargo, antes de que diga algo, un fuerte viento entró a la sala, provocando que las velas que por allí había se apagaran por un segundo, para luego volver a encenderse. Aquello, no era para nada normal, pero fue a un más anormal para Daenerys, pues creyó haber escuchado un susurro en el idioma nativo de esta isla. Un segundo después de aquello, la mujer se levantó y comenzó a mirarla a los ojos.

"Parece que el tiempo para las bromas ha terminado, por lo que te diré la razón por la que te he traído aquí." Dijo la mujer llamando la atención de Daenerys. "Dime algo, Daenerys… ¿Qué sabes de los dioses de este mundo?"

"¿Los dioses?" preguntó Daenerys confundida, ya que no entendía por qué la mujer le hacia esa pregunta.

"Si, los dioses. ¿Qué sabes de ellos?"

"Solo lo que todos saben, que son los seres que están presentes en todas las religiones del mundo, y que nadie sabe si existen o no."

"Ya veo… parece que eres como todos los demás, alguien que no ha podido trascender hasta el punto de saber si los dioses existen." Dijo la mujer mientras se levantaba de su silla y comenzaba a caminar por el lugar casi como si estuviese planeando darle una catedra.

"Hablas como si tu hubieses visto a los dioses." Comentó Daenerys, cuyos ojos estuvieron fijos en la mujer.

"No los he visto, pero sí sé que existen." Dijo la mujer mientras comenzaba a mirar al techo.

"¿Por qué crees que existen si no los has visto?"

"Eso es fácil. No los he visto, pero si he sentido y he visto algunas de sus obras en este mundo." Respondió la mujer mientras dejaba de mirar al techo y miraba al lobo huargo. "El lobo que te acompaña no es solo una mera bestia, no, es un ser enviado por los dioses para acompañar y ayudar a su dueño en sus luchas futura."

Las palabras de la sacerdotisa hicieron que Daenerys mirara a Fantasma con otros ojos. Ella siempre se había preguntado por qué Jon y sus hermanos tenían lobos como compañeros, pero si hacia caso a las palabras de la sacerdotisa, parecía que los Dioses Antiguos querían que la familia Stark estuviese protegida, pero para que, ella no lo sabía.

"Entiendes, ahora. Puede que los dioses no se manifiesten en el mundo, pero su ayuda y su presencia están aún en el mundo."

"Entiendo eso, pero... ¿Qué tienen que ver ellos aquí?"

"Ha habido problemas en esta isla desde hace varios meses, desde que un mercader llegó con algo que encontró en el barco de un pirata de las Basilisk Isles."

"¿Problemas? ¿Qué clase de problemas?" preguntó Daenerys, la cual comenzó a acariciar la cabeza de Fantasma, como una forma de mantenerse tranquila, pues sentía que algo malo estaba pasando en la isla.

"La ciudad puede parecer animada, pero eso solo es porque estamos en las semanas de las festividades de nuestros dioses, los dioses del verano. Sin embargo, a las afueras de la ciudad me temo que se está a punto de crear una guerra civil que sumirá la isla en el caos total. Todos nuestros intentos de comunicarnos con ese mercader han fracasado y todos los emisarios han regresado en pedazos y los que han vuelto en una pieza tienen heridas que no son fáciles de explicar, pues las heridas obviamente son de corte, pero para nuestra horrible sorpresa, están cauterizadas por dentro."

"No entiendo bien, si bien parece que tienes un problema con un posible rebelde, ¿Por qué hablar conmigo? ¿Por qué crees que los dioses tienen algo que ver en esto?"

"Soy una sacerdotisa y uno de los enviados fue mi hermano mayor. Lo… lo devolvieron en pedazos… cuando vi su cadáver, lloré y me dirigí al templo a orar, pidiendo a los dioses que mataran al mercader. Sin embargo, mis oraciones no fueron escuchadas, o al menos eso pensé, pero hace unos días, los dioses me enviaron una señal, un sueño en el que vi un pequeño barco llegar al puerto y de él bajaban varios individuos. No podía ver sus rostros, pero si vi que cuatro de ellos llevaban un estandarte bordado en sus ropas. Si bien algunos no se me hicieron conocidos, dos de ellos si lo fueron. Uno de ellos era el de un lobo blanco corriendo tras una brillante estrella sobre un fonde de sable y el otro fue un blasón muy conocido en el mundo conocido, un dragón tricéfalo de gules sobre campo de sable. Fue allí cando supe quién eras, pues la noticia de la muerte de Viserys Targaryen han recorrido el mundo conocido, al igual que la noticia de la desaparición de la hermana de este." Respondió la mujer, acercándose a Daenerys y tomándola de las manos, prosiguió hablando. "Cuando aquella visión terminó, escuche los susurros de los dioses del verano diciéndome que la persona que podía ayudarnos estaba en ese barco."

Las últimas palabras de la mujer fueron acompañadas por un ligero apretón en el agarre de la mujer. Mirando a la mujer a la cara, Daenerys se dio cuenta de que sus ojos mostraban esperanza, casi suplicando que le diga que podía ayudarla.

'¿Por qué piensa que hay ayuda en el barco? Yo no puedo hacer nada, no tengo ejércitos y aun soy mala con la espada. El único que podría ayudarla seria... Jon… ¡Si, Jon sabrá que hacer!'

Poniendo una sonrisa en el rostro, Daenerys le habló a la mujer. "Yo no puedo ayudarte, pero creo que se quién puede hacerlo."

La respuesta de Daenerys provocó que la mujer sonriera y soltando la mano de la princesa, le pidió que la llevara con esa persona. La respuesta que recibió de Daenerys fue la de un asentimiento.

El viento salado del mar soplaba, enfriando un poco el puerto de la ciudad de Tall Trees Town, lugar donde actualmente se estaba llevando a cabo una transacción entre Jon y un mercader de la zona, el cual era el jefe de uno de los más grandes gremios de esta ciudad.

"Ummm… si, parece que toda la mercadería manufacturada es genuina y los productos perecibles están en muy buen estado." dijo el líder del gremio de comerciantes con el que estaba tratando Jon. El líder del gremio era un hombre ya adulto, casi de unos cuarenta años cuyo nombre era Xhobo. Su vestimenta era colorida, con una capa de plumas, las cuales también tenían colores brillantes. Xhobo dejó de examinar toda la mercadería, la cual estaba en diversos cofres y cajas que se pilaban en el gran almacén de aquel gremio de comerciantes. "Por la calidad y la escasez de estos productos, su precio de venta en el mercado local será alto. Pero como supongo que sabes, es necesario que tenga un buen precio de compra, ya que quiero maximizar mis ganancias lo más que se pueda, joven. Asi que, dado que eres de Westeros te ofrezco la equivalencia de unos treinta mil dragones de oro por todo. ¿Qué te parece?"

Jon escuchó la oferta y mirando al mercader, estuvo tentado a retirar sus mercaderías, pues solo estaría ganando unos diez mil dragones de oro en total para esta venta, pues era la quinta venta que se estaba llevando a cabo en la isla. Esto se debía a que ya ellos habían decidido dividir la mercadería en seis partes, una parte para cada uno de ellos. Sus amigos habían logrado ganar más de diez mil dragones de oro por sus respectivas partes de mercadería, incluida Daenerys, la cual obtuvo sus primeros doce mil dragones de oro. Sintiendo que no podía quedarse atrás, el decidió regatear con el mercader, para obtener un precio mayor.

"La verdad es que es muy poco para esta mercadería. No te estoy vendiendo falsificaciones, sino que te estoy vendiendo productos de buena calidad de las ciudades libres. Por eso, creo que cuarenta mil dragones serian lo justo."

Las palabras de Jon provocaron que el mercader frunciera el ceño, pues entendió que tendría convencer a Jon para obtener un precio menor. Por lo que, llevándose una mano a la barbilla, Xhobo hizo una contraoferta.

"No, eso es excesivo. Puede que sean buenas mercaderías, pero no se venderán de manera rápida en este lugar. Por lo que, considerando mis perdidas te ofrezco treinta y tres mil dragones de oro."

Jon frunció el ceño cuando escuchó ese monto y estuvo tentado a usar magia para sacar más ganancias, pues el hombre estaba siendo duro para regatear. Sin embargo, cuando estuvo por hacer eso, recordó que eso no era honorable. Y si bien él no ponía tanto énfasis sobre el honor como su padre, entendiendo que había momentos en que se debía dejar de lado para un bien mayor, Edzard le había inculcado a tener honor, no solo como soldado, sino también como mercader y como artesano. Por lo que, mirando por el lugar, vio que había algunas cajas con frutas muy raras, algo que no había visto en su vida. Asi que, usando su olfato sobre desarrollado, sintió el aroma de las frutas.

El aroma que sus fosas nasales captaron era dulce, casi tanto como la miel y el aroma que recubría las frutas demostraban que eran frescas. Además, también vio que había cajas con especias que obviamente no eran comunes en Westeros. Al ver esto, Jon recordó una de las clases de comercio que le había dado Edzard hace tiempo.

Flashback

Una antorcha encendida iluminaba la habitación donde Jon estudiaba. El joven bastardo de Winterfell se encontraba sentado leyendo un libro sobre comercio marítimo y terrestre. Sus ojos estaban clavados en las palabras escritas del libro, tratando de absorber todo lo que pudiese, pues la profesión de comerciante podría ser una a la que podía dedicarse en el futuro.

"Los bienes obtienen un mayor precio si estos son vendidos en un lugar más alejado de su zona de producción…. ¿Qué quiere decir esto?" preguntó Jon al aire, pues actualmente estaba solo, o al menos era eso lo que él pensaba.

"Que mientras más lejos vendas el producto de donde lo compraste, es probable que logres obtener una ganancia mayor a la que obtendrías si lo vendes en un lugar cercano, donde el abastecimiento de dicho bien es más común." Respondió Edzard, el cual estaba a espaldas de Jon.

"¡Ahhhh!" gritó Jon, dando un salto mientras soltaba el libro que estaba leyendo. Esto se debió al susto que sintió al escuchar llegar las palabras de Edzard. Tomando varias respiraciones, el joven bastardo, miro a su maestro y le gritó. "¡No vuelvas a hacer eso de nuevo, casi me matas!"

La respuesta de Edzard a las palabras de Jon fue soltar una pequeña risa, divertido del susto que le dio a su aprendiz. Cuando al fin dejó de reír, se recogió el libro que estaba en el suelo y vio lo que estaba leyendo. Cuando terminó de hacerlo, miró a su pupilo y decidió darle un consejo por si se hacía mercader en el futuro.

"Jon, si bien es cierto que obtener el mejor precio es la forma más conocida de obtener ganancias en un intercambio, también existen acuerdos de compra y de venta."

"¿Acuerdos de compra y de venta?"

"Si, acuerdos de compra y de venta. Para ponerlo en palabras simples, si no llegas a obtener el precio que deseas, puedes acordar con tu comprador o la persona que te vende un acuerdo, con el cual puedes hacerte con mercadería a más bajo precio u obtener algún beneficio para transporte, entre otros más. Puede que suene como algo casi inútil, pero créeme, a veces uno de esos acuerdos puede hacer que realices el mejor acuerdo comercial de tu vida; así que, siempre que puedas trata de hacer uso de esa táctica de comercio."

"Ya veo…" dijo Jon con cara pensativa, para luego poner una mueca, pues Edzard le revolvió el cabello de manera juguetona.

Fin Flashback

Al recordar ese tipo de acuerdo, Jon decidió hacer otra oferta, una que esperaba le permitiese obtener una buena cantidad de ingresos.

"Usted me ofreció primero treinta mil dragones de oro, ¿verdad?" preguntó Jon, ganándose un asentimiento del mercader, el cual puso una sonrisa, pues pensó que el aceptaría ese trato. "Le ofrezco una contraoferta más, ¿Qué opina si acepto los treinta mil, pero con la condición de que me venda la mercadería que tiene en la esquina derecha de su almacén a un precio rebajado de un veinte por ciento?"

La oferta de Jon tomó por sorpresa al comerciante, el cual no supo que decir. La verdad era que la mercadería de Jon fácilmente podía venderse por unos cincuenta mil dragones de oro, y el, estaba planeando aprovechar la inexperiencia del joven para obtener una gran cantidad de mercadería por bajo precio. Sin embargo, parecía que el joven no era tan inexperto como parecía. Asi que, tras pensar unos momentos, su mente calculó las posibles pérdidas que obtendría por vender su mercadería de especias a menos precio, pero cuando más lo pensaba, más cuenta se daba de que no perdería, pues la venta de la mercadería que le compraría a Jon fácilmente podría subsanar esas pérdidas, quedándole un buen margen de beneficios. Asi que, viendo esto, Xhobo decidió aceptar a oferta.

"Me parece bien." Respondió Xhobo extendiendo la mano hacia Jon, el cual también la extendió. El trató se hizo de manera simbólica con un apretón de manos, tras el cual, ambos se dirigieron hacia el solar del comerciante para sellar el trato con un documento.

Jon se encontraba caminando por las calles de la ciudad, sus pasos eran lentos, ya que no tenía prisa por volver al barco. Esto se debió a que ya había logrado vender lo que quedaba de la mercadería que habían subido al barco en las ciudades libres, a la par que había logrado obtener un buen acuerdo para vender especias originarias en estas islas. La nueva mercadería se componía por canela, clavo, jengibre, entre otras más. Al final, la cantidad de dinero que jon estaba invirtiendo en estas especias era todo el dinero recaudado en la venta de su mercadería, junto con un poco de dinero de sus ahorros propios.

'Si la venta sale bien, al final de todo obtendremos una obscena cantidad de oro por todo el cargamento de especias. Lo mejor sería venderlo en Westeros, pues allí hay un buen mercado para ello. Ahora, sobre las frutas frescas que se han comprado, lo mejor sería venderlas en algún lugar donde esta escasee. Asi que, le preguntare a Sam si conoce algún lugar así para venderlas frescas, de lo contrario lo mejor será deshidratarlas para venderlas como provisiones para los soldados de las compañías mercenarias.' Pensó Jon mientras doblaba por una esquina. Cuando giró por la calzada, se sorprendió cuando observó como Daenerys aparecía por el otro extremo de la calle a la que había ingresado. Al verla, Jon sintió preocupación, pues ella no estaba sola, ya que aparte de Fantasma, también había alguien más.

'¿Quién es esa mujer?' pensó Jon al ver a la mujer que iba junto a Daenerys. La mujer obviamente era una mujer local, pero con una forma peculiar de vestirse. Lamentablemente, no pudo pensar más, pues Daenerys se dio cuenta de su presencia, por lo que, girando su rostro vio a la mujer y tomándola de la mano, comenzó a caminar con pasos rápidos hacia donde estaba el.

"¡Jon! ¡Al fin doy contigo!" gritó Daenerys cuando llegó al lado de Jon.

"Dany, ¿Qué sucede? ¿Por qué estas tan alterada y por qué esta mujer te acompaña?" preguntó Jon, entrecerrando los ojos al ver a la mujer.

"Hay algo que debo decirte, pero no podemos hablar aquí. Asi que, vamos a un lugar más discreto."

Jon vio a Daenerys y si bien no se sentía cómodo con la mujer que estaba con ella, decidió no hacer o decir algo. Por lo que, haciéndoles señas para que lo sigan, comenzó a caminar hacia un callejón, el cual vio cuando caminaba hacia esta calle.

El pequeño grupo de tres humanos y un lobo caminó por las calles, llamando algo la atención de la población, pero nadie los molestó. Tras caminar unos pocos minutos, al fin llegaron al callejón que Jon había visto antes.

Entrando al callejón, se sentaron en unas cajas que había allí.

"Entonces, ¿Qué sucede?" preguntó Jon mirando a Daenerys y luego a la mujer, mientras el extendía su mano y le acariciaba la cabeza a su huargo, el cual se había sentado a su lado.

"Jon, parece que hay cosas raras que están sucediendo en esta isla." Respondió Daenerys de manera franca.

"¿Cosas raras? ¿Qué quieres decir?" preguntó Jon con escepticismo, pues no había sentido, ni oído nada sobre algo raro en las calles.

"Me temo que esta ciudad está siendo acechada por un gran mal, buen Ser." Respondió la mujer, la cual sabía que Jon era un caballero gracias a que Daenerys le mencionó sus títulos.

Jon levantó una ceja con confusión, pues no esperaba que alguien supiese que él era un caballero. Aunque, también tenía curiosidad por saber que gran al asechaba estas tierras.

"Hablas de un gran mal, pero no mencionas cual es… disculpe, pero... ¿Cuál es su nombre?"

"Me llamo Jasalla Doro y soy una sacerdotisa de los dioses del verano." Se presentó Jasalla de manera cortes.

"Ya veo, es un gusto conocerla." Saludó Jon de manera amable, para luego volver al tema que le ocupaba. "Lady Jasalla, mencionas un gran mal, pero no me explicas que tipo de mal es."

"Ese es el problema, Ser Jon." dijo Jasalla de manera franca mientras juntaba sus manos y las apretada suavemente. "No sabemos qué tipo de mal es en específico, pero si sabemos que nuestros dioses lo consideran extraño y muy peligroso para nuestra tierra."

La respuesta que le dio Jasalla provocó que Jon se sintiera confundido, no por la parte de los dioses, sino porque se mencionaba un mal que era peligroso para esta tierra. Aquello comenzó a provocar que Jon comenzase a pensar en que tipo de mal se tratase.

"Para que los dioses, los cuales suelen no entrometerse mucho en los asuntos mortales estén siendo un poco más activos de lo normal, solo indica que lo que sea que este pasando por aquí sea algo muy, pero muy malo."

La forma en como Jon hablaba causó sorpresa en Daenerys y Jasalla, quienes no entendía por qué él hablaba como si los dioses fueran seres tangibles y reales.

"J-J-Jon… ¿Por qué hablas como si lo dioses fuesen reales?" preguntó Daenerys con curiosidad.

"¿Eh?" respondió Jon, dejando de estar sumidos en sus pensamientos. Colocando su mirada en ambas mujeres, vio que estaban sorprendidos de que el supiese sobre la existencia de los dioses. Sintiendo que debía de responderles correctamente, comenzó a hablar. "Por supuesto que los dioses son reales. Puede que algunos sean idiotas crueles que quieren a sus enemigos ahogados o quemados, pero la verdad es que todos son grises y no son ni buenos ni malos. Puede que no hagan mucha presencia en las eras actuales, pero algunos de sus regalos siguen en el mundo. Lamentablemente, la escasez de magia que hay actualmente en el mundo es la principal razón por la que estos dones son tan escasos en número de usuarios y tan débiles en relación con cómo eran en antaño. Aprendí de su existencia en mi entrenamiento, pues mi maestro logró sentirlos y creo que hasta los vio."

"¿T-tu maestro vio a los dioses?" preguntó Jasalla con sorpresa, pero afortunadamente no gritó, pues se dio cuenta que de hacerlo llamaría la atención de las personas que caminaban por la calle aledaña al callejón donde estaban.

"Si, o al menos eso creo. La verdad es que el siempre parecía saber más de lo que aparentaba, pero como murió hace tiempo, no pude saber todo lo que él sabía."

"Ya veo…" dijo Jasalla con un toque de decepción, pues esperaba saber más.

"Bueno, dejemos de hablar de los dioses y díganme que sucede."

Daenerys miró a Jasalla y tras un par de segundos, la nativa de la isla comenzó a contarle a Jon sobre lo que ocurría.

Con cada palabra que Jon escuchaba salir de la boca de la mujer, comenzaba a comprender mejor que sucedía. Parecía que pronto habría una especie de guerra civil, pues aquel mercader estaba reuniendo soldados en algún lugar de las montañas cercanas, o al menos eso era lo que indicaban los informes de los pocos espías que lograban ver lo que hacia ese mercader. Si bien eso no era algo impresionante, la mención de que este mercader se había vuelto así gracias a un objeto que obtuvo de un barco pirata de las Basilisk Isles causó curiosidad y confusión en Jon.

"¿Cómo era ese objeto?" preguntó Jon con preocupación, pues presentía que ese objeto era un artefacto poderoso.

"Ummm…. No la vi mucho, pero de lo que recuerdo, era una especie de esfera hecha de una especie de cristal rojo, el cual estaba pulido y permitía ver que debajo de la primera capa había unos inscritos raros."

La respuesta de la sacerdotisa provocó que los rostros de Daenerys y de Jon se pongan pálidos, pues ambos sabían de qué objeto hablaba.

"Jon, ese objeto no será…" dijo Daenerys de manera criptica, usando alto valyrio para comunicar su suposición a Jon.

"Si, creo que es una de las piedras sello." Dijo Jon, también en alto valyrio. Tras aquellas palabras, el hijo bastardo de Eddard Stark se levantó de la caja en la que estaba sentado y mirando al cielo, tomó un suspiro. Tras aquello, miró a la sacerdotisa y volvió a hablar, esta vez en lengua común. "Te ayudare a terminar con este problema, pero tendrás que darme toda la información que necesitare para esto."

La respuesta de Jon hizo que la mujer sonriera, con una sonrisa llena de esperanza. Por lo que, poniéndose de pie, Jasalla le hizo una pregunta firme y clara. "¿Qué necesitas?"Summer Isles 297AC

La gran ciudad de Tall Trees Town, la ciudad que era el centro cultural y religioso de todas las Summer Isles era una ciudad portuaria de gran tamaño, pero con la peculiaridad de que no tenía murallas. Entre muchos lugares de la ciudad, se podía ver los llamados «Talking Trees», los cuales eran arboles de gran tamaño, casi pareciendo torres. Dichos arboles permitían que la soleada ciudad tuviese mucha sombra, lo que permitía que la gente pudiese caminar tranquilamente por las calles.

En uno de los tantos callejones de la ciudad, se podía ver a Daenerys caminar mientras era acompañada de Fantasma, el cual servía de disuasión para cualquier inescrupuloso que intentase algo contra la joven Targaryen. La joven Targaryen vestía un atuendo que sería considerado como inapropiado por muchas personas, pues no era un vestido tradicional de mujer, sino que era ropa un tanto más masculino, en cierto sentido de la palabra. La ropa de Daenerys consistía en una túnica blanca holgada de manga larga, junto con un corse de cuero negro, el cual tenía varios cordones para mantenerlo en su lugar. En su cintura había un cinturón de cuero, donde colgaba un par de bolsas. También llevaba un pantalón de cuero ajustado, el cual era de color negro. Finalmente, Daenerys llevaba un par de botas altas, las cuales le llegaban hasta las rodillas. En su espalda, colgada se encontraba «Hermana Oscura», la cual estaba en su funda. Daenerys iba caminando con tranquilidad por las calles debido a que su cabello aún era negro, pese a las varias veces que ella se había bañado durante el viaje desde Gulltwon hasta Lys y desde dicha ciudad hasta Tall Trees Town. Mientras caminaba, la joven iba meditando sobre lo que había aprendido recientemente cuando decidió quedarse con Jon y el resto de la tripulación.

'La magia es real…. Eso nunca me lo espere.' Pensó Daenerys mientras recordaba cada palabra que Jon le había dicho sobre la magia y sobre la historia de Valyria. Ella mentiría si dijese que no estaba sorprendida tras aquellas palabras, pues nunca en su vida esperó que las cuarenta familias del Feudo Franco hubiesen sido entrenadas por un alma de un ser de otro mundo, pero luego de pensarlo un rato tenía mucho sentido, ya que era la única manera de haber obtenido todo ese poder. Si bien la historia sobre el origen de Valyria le causó asombro, el saber que las cuarenta familias, la suya incluida, habían traicionado a su maestro para obtener más poder terminó por causarle asco, pues nunca esperó que alguien pudiese ser tan mezquino. 'Pero eso explica muchas cosas, como el origen de la locura Targaryen y la caída de Valyria.'

Aquellos pensamientos eran debido a que ella también aprendió como es que se originó la «Perdición de Valyria». Además, el saber que Jon había sido entrenado por esa misma alma le causó sorpresa y terror a la vez, pues pensó que Jon querría venganza para su familia y su maestro, pero las palabras que le dijo la hicieron sentir rara.

'No debes preocuparte, Daenerys… por algún motivo, no puedo odiarte, hay algo que me lo impide.'

Moviendo la cabeza de un lado a otro, ella dejó de pensar en eso, ya que sentía que sus mejillas se sonrojaban. Asi que, para evitar seguir pensando en el posible significado de lo último que había dicho Jon, ella decidió seguir caminando por las calles. Mientras caminaba, ella vio algunos braseros apagados y recordó como Jon le confirmó la existencia de la magia.

Flashback

Daenerys miraba con fascinación la pequeña lengua de fuego que Jon había creado. La pequeña llama se encontraba entre las manos de Jon, el cual las había juntado para esa manera tener un mejor control sobre este, pues no hay peor idea que tener fuego en un barco.

"I-increíble… ¡No puedo creer que la magia exista!" gritó Daenerys en éxtasis al ver el hechizo de Jon.

"Si, es increíble. Y créenos, que esto no es lo único que Jon puede hacer." Comentó Pyp, llamando la atención de Daenerys.

"¿En serio? ¿Hay cosas más geniales que esto?"

"Si, pero él no las suele usar, pues forman parte de sus tácticas de lucha. Asi que, la única manera de que lo veas es que sea en una batalla." Añadió el joven de orejas grandes mientras sonreía.

Las palabras de Pyp provocaron que Daenerys mirara a Jon nuevamente. Sin embargo, antes de que ella haga algo, el barco se zarandeó de manera imprevista, provocando que ella terminase por caer. La dirección que siguió el cuerpo de Daenerys al caer fue, para su mala suerte, las manos de Jon.

Los ojos de todos se abrieron de horror cuando vieron que el rostro de Daenerys cayó en el fuego que había en las manos del bastardo de Winterfell.

Daenerys cerró los ojos al momento en que cayó entre el fuego, soltando un grito, el cual fue el resultado del miedo que sintió. Sin embargo, para su sorpresa, y la de todos, ella no se estaba quemando en absoluto. Al percatarse de eso, Jon, el cual ya había extinguido el fuego, rápidamente ayudó a la joven a levantarse.

"N-no estoy herida… ¿C-cómo pasó esto?" preguntó Daenerys con asombro y preocupación.

La pregunta no recibo respuesta inmediata, ya que nadie sabía que pasaba. Afortunadamente, Jon tuvo una conjetura de lo que pasaba, por lo que hizo una pregunta.

"No lo sé con certeza, pero tengo una conjetura… Dime, Daenerys… ¿Has sentido poco calor cuando algo hirviente te toca?"

La pregunta de Jon causó confusión en los presentes, los cuales no sabían que decir sobre las palabras de Jon. Sin embargo, para la sorpresa de todos, Daenerys respondió diciendo que ella solía bañarse con agua hirviendo, pues era la uncia manera en que podía sentir algo de calor del agua, pero que incluso en ese estado, para ella era un poco fría el agua.

"Ummm…. Ya veo… Asi que era por eso." dijo Jon mientras tenía una mano en la barbilla.

Aquellas palabras causaron que Daenerys y los amigos de Jon sintiesen curiosidad por lo que sucedía. Asi que, dando un paso al frente, Grenn hizo la pregunta.

"¿Qué cosa esta sucediendo, Jon?"

Jon miró a su amigo y luego al resto de las personas en la sala. Soltando un suspiro, el hijo bastardo de Ned Stark comenzó a contar lo que sucedía.

"Verán… como ustedes saben, las cuarenta familias que gobernaron Valyria fueron aprendices de Edzard, el cual era alguien que poesía una resistencia muy alta contra la magia. Eso hizo que cuando ellos le robarán sus poderes, cada una de las familias obtuviese un poder en específico. Algunas familias obtuvieron más habilidades mágicas que otras, otras ganaron resistencia mágica, y así podría seguir enumerando que cosas pudieron obtener por varias horas. Aunque, la verdad es que no se sabe con certeza lo que obtuvo cada familia, pero gracias a Daenerys puedo entender o, mejor dicho, suponer que habilidades obtuvieron los Targaryen."

Al escuchar aquello, Daenerys miró a Jon y mirándolo con ojos llenos de determinación y esperanza le preguntó que habilidades eran.

"De lo que acabo de ver y de lo que he logrado leer sobre los Targaryen, lo más probable es que obtuviesen resistencia a la magia. Si bien el nombre es algo específico, la verdad es que esa habilidad puede incluso hacer que obtengas resistencia contra elementos humanos no mágicos. Por ejemplo, la resistencia magia permite que puedas resistir quemarte con una fogata o incluso puede hacer que necesites menos ropas para abrigarte. La segunda habilidad debe ser la «La Visión», una habilidad que permite ver el futuro, ya que es la única manera en que Daenerys «La soñadora» pudo haber sabido que Valyria seria arrasada." Dijo Jon, viendo como Daenerys y el resto se miraban entre sí, obviamente con los ojos llenos de asombro, pero había alguien que tenía una mirada llena de fascinación, y esa persona era la última Targaryen.

"Entonces… ¿Soy inmune a los elementos?" preguntó Daenerys de manera tímida.

"No, no eres inmune a todos los elementos. Lo más probable es que seas más resistente al fuego que a otros elementos. Asi que, lo mejor será probar ahora, para de esa manera saber el alcance de tus habilidades." Dijo Jon mientras ponía una sonrisa que asustó a la joven Targaryen, la cual por un segundo pensó en salir corriendo de allí.

Fin Flashback

El cuerpo de Daenerys se estremeció ligeramente al recordar aquello, pues Jon comenzó a conjurar diversos elementos mágicos para probar su resistencia. El hijo de a quien hace semanas llamaba el «perro del usurpador» le lanzó un poco de escarcha, le dio toques con relámpagos y otras cosas más. Al final, lograron comprender que ella era literalmente casi inmune al fuego, pero no tenía lo mismo con los otros elementos.

Sus pensamientos sobre lo que sucedió ese dia fueron interrumpidos cuando sintió que Fantasma rozaba su pierna. Dejando de pensar en las pruebas de Jon, la joven Targaryen vio al lobo y lo vio que este estaba mirando fijamente hacia una de las calles.

"¿Qué sucede, chico?" preguntó Daenerys, pues era raro que el lobo se porte así con ella.

Fantasma no le respondió, pues no podía hablar, pero si le miró de manera intensa, para luego comenzar a trotar por el callejón.

"¡Fantasma! ¡Espera!" gritó Daenerys mientras comenzaba a correr tras el lobo.

Aquella simple calle, se convirtió en un verdadero laberinto de callejuelas tras unos pocos segundos de persecución. Corriendo por aquellos callejones, Daenerys perdió la noción del tiempo, por lo que no se dio cuenta de que estuvo corriendo tras Fantasma por más de quince minutos. Cuando finalmente vio que el lobo se quedaba quieto, Daenerys logró alcanzarle.

"¡Al fin te atrapo, fantasma!" gritó Daenerys, la cual había planeado regañar al lobo, pero no pudo hacerlo, ya que al frente de ella había una enorme fila de personas. Las personas que estaban haciendo la fila vestían con prendas de colores muy extravagantes.

Los ojos de Daenerys dejaron de ver a las personas y vio el lugar hacia donde hacían fila. El lugar era una enorme estructura, el cual parecía ser un templo, el cual estaba hecho de piedra blanca y media varios metros de altura, con varias ventanas.

"¿Qué es ese lugar?"

"Es un templo del Amor." Respondió una voz a espaldas de Daenerys. Dicha voz hablaba en lengua común, con un marcado acento, pero aun así era comprensible.

La hija del rey loco giró la cabeza rápidamente y vio que la dueña de aquella voz era una atractiva mujer de unos veinte años, con la piel tan oscura como la teca. Sus ojos eran de color avellana y su cabello largo y negro era sedoso, moviéndose de manera grácil al viento. Si bien la mujer era deslumbrante, en cierto sentido, lo que realmente llamó la atención de Daenerys fue la forma en que iba vestida, pues no llevaba vestido alguno, sino que vestía con una simple tela de color amatista, la cual cubría únicamente las partes importantes del cuerpo de la mujer.

"¿T-templo del a-amor?" preguntó Daenerys de manera tímida y avergonzada, pues se sentía un poco incomoda por la vestimenta de la mujer.

"Si, un templo del amor." Respondió la mujer de manera amable, para luego poner una sonrisa al ver que Daenerys se avergonzaba. "Puedo ver que es tu primera visita a las Summer Isles, ¿verdad?"

La respuesta de Daenerys fue un simple asentimiento.

"Ya veo… dime, pequeña. ¿quieres ver cómo es este templo por dentro?"

Al oír la proposición de la mujer, Daenerys estuvo por negarse, pero sintiendo curiosidad por lo que era ese templo y por la razón por la que miles de personas parecían estar haciendo cola, ella decidió que iría. Sin embargo, para su sorpresa, cuando estuvo por dar unos pasos, ella vio como fantasma se levantaba y comenzaba a seguirla de cerca. Fue en ese momento, que ella se percató que el lobo también iría con ella. Asi que, sintiendo que la presencia de Fantasma sería un inconveniente, estuvo por decirle a la mujer que no iría. Aunque, antes de que diga palabra alguna, ella vio como la mujer se giraba y le hablaba.

"No te preocupes por el lobo, él también puede venir." Dijo la mujer mientras volvía a mirar al frente.

Al escuchar aquello, Daenerys sonrió y sin perder tiempo, comenzó a seguir a la mujer, junto con Fantasma.

Los ojos de Daenerys se abrieron de sorpresa cuando vio el interior del templo, pues a diferencia del exterior, este era más colorido. El suelo estaba cubierto por losetas hechas de mármol pulido, las vigas interiores tenían grabados cuya temática eran flores y plantas. Las paredes estaban ricamente decoradas con cientos de tapices de Myr, Lys y Norvos. La joven Targaryen y el lobo huargo habían logrado entrar fácilmente sin la necesidad de hacer fila gracias a la mujer, la cual resultó ser una sacerdotisa del templo.

"Seguro te preguntas que es este templo, ¿verdad?"

"Asi es." Respondió Daenerys mirando las salas por las que pasaba. Sus ojos miraban maravilladas las decoraciones y sus fosas nasales aspiraban con entusiasmo el aroma dulce del incienso, el cual olía a flores y a frutas. Sin embargo, aquella fascinación se convirtió en horror y luego en vergüenza cuando pasaron cerca de una habitación en la cual ella pudo ver a una pareja copulando. Desviando sus ojos, la joven Targaryen intentó ver otra habitación y lo que vio allí la puso más roja, ya que no era solo una pareja, sino que en esa habitación había dos mujeres y un hombre.

'¡¿Q-q-que está pasando aquí?!' gritó Daenerys en su mente al ver como en cada habitación por la que pasaban había parejas copulando como si nada. '¡Esto no parece un templo, parece un burdel!'

Los pensamientos de Daenerys no le permitieron ver que estaba llegando a una sala. Cuando estuvieron todos en la sala, Fantasma le dio un pequeño empujón en la pierna, provocado que ella volviese en sí. Cuando su mente dejó de estar enfocada en lo que había visto, la joven pudo ver que la sacerdotisa se sentaba frente a una mesa.

"Entonces… ¿Qué trae a Daenerys Stormborn a esta isla?" preguntó la sacerdotisa con una sonrisa en su rostro al ver como la piel de la joven Targaryen se volvía más pálida de lo que era.

"Y-y-yo…" intentó responder Daenerys, pues estaba sorprendida por lo que acaba de escuchar. Esto se debía a que ella estaba con el cabello teñido de negro, por lo que nadie debía de reconocerla por eso, además, ella era llamada como «Dany» por todos los miembros de la tripulación cuando estaban fuera del barco, siendo en su interior, cuando estaban en mar abierto, cuando ellos la llamaban Daenerys, bueno, la verdad es que solo Jon la llamaba así, el resto le decían «Princesa».

"Parece que el ratón te ha comida la lengua… o a casó será un lobo el que lo hizo…" dijo la mujer con diversión, ampliando la sonrisa que tenía en su rostro.

La insinuación que contenían las palabras de la mujer hizo que el rostro pálido de Daenerys se enrojeciera de manera intensa en menos de un segundo, provocando que la mujer se riera de Daenerys. Aquella risa hizo que la hija de Aerys comenzase a enojarse, pues sentía que esa mujer solo se burlaba de ella. Sin embargo, antes de que diga algo, un fuerte viento entró a la sala, provocando que las velas que por allí había se apagaran por un segundo, para luego volver a encenderse. Aquello, no era para nada normal, pero fue a un más anormal para Daenerys, pues creyó haber escuchado un susurro en el idioma nativo de esta isla. Un segundo después de aquello, la mujer se levantó y comenzó a mirarla a los ojos.

"Parece que el tiempo para las bromas ha terminado, por lo que te diré la razón por la que te he traído aquí." Dijo la mujer llamando la atención de Daenerys. "Dime algo, Daenerys… ¿Qué sabes de los dioses de este mundo?"

"¿Los dioses?" preguntó Daenerys confundida, ya que no entendía por qué la mujer le hacia esa pregunta.

"Si, los dioses. ¿Qué sabes de ellos?"

"Solo lo que todos saben, que son los seres que están presentes en todas las religiones del mundo, y que nadie sabe si existen o no."

"Ya veo… parece que eres como todos los demás, alguien que no ha podido trascender hasta el punto de saber si los dioses existen." Dijo la mujer mientras se levantaba de su silla y comenzaba a caminar por el lugar casi como si estuviese planeando darle una catedra.

"Hablas como si tu hubieses visto a los dioses." Comentó Daenerys, cuyos ojos estuvieron fijos en la mujer.

"No los he visto, pero sí sé que existen." Dijo la mujer mientras comenzaba a mirar al techo.

"¿Por qué crees que existen si no los has visto?"

"Eso es fácil. No los he visto, pero si he sentido y he visto algunas de sus obras en este mundo." Respondió la mujer mientras dejaba de mirar al techo y miraba al lobo huargo. "El lobo que te acompaña no es solo una mera bestia, no, es un ser enviado por los dioses para acompañar y ayudar a su dueño en sus luchas futura."

Las palabras de la sacerdotisa hicieron que Daenerys mirara a Fantasma con otros ojos. Ella siempre se había preguntado por qué Jon y sus hermanos tenían lobos como compañeros, pero si hacia caso a las palabras de la sacerdotisa, parecía que los Dioses Antiguos querían que la familia Stark estuviese protegida, pero para que, ella no lo sabía.

"Entiendes, ahora. Puede que los dioses no se manifiesten en el mundo, pero su ayuda y su presencia están aún en el mundo."

"Entiendo eso, pero... ¿Qué tienen que ver ellos aquí?"

"Ha habido problemas en esta isla desde hace varios meses, desde que un mercader llegó con algo que encontró en el barco de un pirata de las Basilisk Isles."

"¿Problemas? ¿Qué clase de problemas?" preguntó Daenerys, la cual comenzó a acariciar la cabeza de Fantasma, como una forma de mantenerse tranquila, pues sentía que algo malo estaba pasando en la isla.

"La ciudad puede parecer animada, pero eso solo es porque estamos en las semanas de las festividades de nuestros dioses, los dioses del verano. Sin embargo, a las afueras de la ciudad me temo que se está a punto de crear una guerra civil que sumirá la isla en el caos total. Todos nuestros intentos de comunicarnos con ese mercader han fracasado y todos los emisarios han regresado en pedazos y los que han vuelto en una pieza tienen heridas que no son fáciles de explicar, pues las heridas obviamente son de corte, pero para nuestra horrible sorpresa, están cauterizadas por dentro."

"No entiendo bien, si bien parece que tienes un problema con un posible rebelde, ¿Por qué hablar conmigo? ¿Por qué crees que los dioses tienen algo que ver en esto?"

"Soy una sacerdotisa y uno de los enviados fue mi hermano mayor. Lo… lo devolvieron en pedazos… cuando vi su cadáver, lloré y me dirigí al templo a orar, pidiendo a los dioses que mataran al mercader. Sin embargo, mis oraciones no fueron escuchadas, o al menos eso pensé, pero hace unos días, los dioses me enviaron una señal, un sueño en el que vi un pequeño barco llegar al puerto y de él bajaban varios individuos. No podía ver sus rostros, pero si vi que cuatro de ellos llevaban un estandarte bordado en sus ropas. Si bien algunos no se me hicieron conocidos, dos de ellos si lo fueron. Uno de ellos era el de un lobo blanco corriendo tras una brillante estrella sobre un fonde de sable y el otro fue un blasón muy conocido en el mundo conocido, un dragón tricéfalo de gules sobre campo de sable. Fue allí cando supe quién eras, pues la noticia de la muerte de Viserys Targaryen han recorrido el mundo conocido, al igual que la noticia de la desaparición de la hermana de este." Respondió la mujer, acercándose a Daenerys y tomándola de las manos, prosiguió hablando. "Cuando aquella visión terminó, escuche los susurros de los dioses del verano diciéndome que la persona que podía ayudarnos estaba en ese barco."

Las últimas palabras de la mujer fueron acompañadas por un ligero apretón en el agarre de la mujer. Mirando a la mujer a la cara, Daenerys se dio cuenta de que sus ojos mostraban esperanza, casi suplicando que le diga que podía ayudarla.

'¿Por qué piensa que hay ayuda en el barco? Yo no puedo hacer nada, no tengo ejércitos y aun soy mala con la espada. El único que podría ayudarla seria... Jon… ¡Si, Jon sabrá que hacer!'

Poniendo una sonrisa en el rostro, Daenerys le habló a la mujer. "Yo no puedo ayudarte, pero creo que se quién puede hacerlo."

La respuesta de Daenerys provocó que la mujer sonriera y soltando la mano de la princesa, le pidió que la llevara con esa persona. La respuesta que recibió de Daenerys fue la de un asentimiento.

El viento salado del mar soplaba, enfriando un poco el puerto de la ciudad de Tall Trees Town, lugar donde actualmente se estaba llevando a cabo una transacción entre Jon y un mercader de la zona, el cual era el jefe de uno de los más grandes gremios de esta ciudad.

"Ummm… si, parece que toda la mercadería manufacturada es genuina y los productos perecibles están en muy buen estado." dijo el líder del gremio de comerciantes con el que estaba tratando Jon. El líder del gremio era un hombre ya adulto, casi de unos cuarenta años cuyo nombre era Xhobo. Su vestimenta era colorida, con una capa de plumas, las cuales también tenían colores brillantes. Xhobo dejó de examinar toda la mercadería, la cual estaba en diversos cofres y cajas que se pilaban en el gran almacén de aquel gremio de comerciantes. "Por la calidad y la escasez de estos productos, su precio de venta en el mercado local será alto. Pero como supongo que sabes, es necesario que tenga un buen precio de compra, ya que quiero maximizar mis ganancias lo más que se pueda, joven. Asi que, dado que eres de Westeros te ofrezco la equivalencia de unos treinta mil dragones de oro por todo. ¿Qué te parece?"

Jon escuchó la oferta y mirando al mercader, estuvo tentado a retirar sus mercaderías, pues solo estaría ganando unos diez mil dragones de oro en total para esta venta, pues era la quinta venta que se estaba llevando a cabo en la isla. Esto se debía a que ya ellos habían decidido dividir la mercadería en seis partes, una parte para cada uno de ellos. Sus amigos habían logrado ganar más de diez mil dragones de oro por sus respectivas partes de mercadería, incluida Daenerys, la cual obtuvo sus primeros doce mil dragones de oro. Sintiendo que no podía quedarse atrás, el decidió regatear con el mercader, para obtener un precio mayor.

"La verdad es que es muy poco para esta mercadería. No te estoy vendiendo falsificaciones, sino que te estoy vendiendo productos de buena calidad de las ciudades libres. Por eso, creo que cuarenta mil dragones serian lo justo."

Las palabras de Jon provocaron que el mercader frunciera el ceño, pues entendió que tendría convencer a Jon para obtener un precio menor. Por lo que, llevándose una mano a la barbilla, Xhobo hizo una contraoferta.

"No, eso es excesivo. Puede que sean buenas mercaderías, pero no se venderán de manera rápida en este lugar. Por lo que, considerando mis perdidas te ofrezco treinta y tres mil dragones de oro."

Jon frunció el ceño cuando escuchó ese monto y estuvo tentado a usar magia para sacar más ganancias, pues el hombre estaba siendo duro para regatear. Sin embargo, cuando estuvo por hacer eso, recordó que eso no era honorable. Y si bien él no ponía tanto énfasis sobre el honor como su padre, entendiendo que había momentos en que se debía dejar de lado para un bien mayor, Edzard le había inculcado a tener honor, no solo como soldado, sino también como mercader y como artesano. Por lo que, mirando por el lugar, vio que había algunas cajas con frutas muy raras, algo que no había visto en su vida. Asi que, usando su olfato sobre desarrollado, sintió el aroma de las frutas.

El aroma que sus fosas nasales captaron era dulce, casi tanto como la miel y el aroma que recubría las frutas demostraban que eran frescas. Además, también vio que había cajas con especias que obviamente no eran comunes en Westeros. Al ver esto, Jon recordó una de las clases de comercio que le había dado Edzard hace tiempo.

Flashback

Una antorcha encendida iluminaba la habitación donde Jon estudiaba. El joven bastardo de Winterfell se encontraba sentado leyendo un libro sobre comercio marítimo y terrestre. Sus ojos estaban clavados en las palabras escritas del libro, tratando de absorber todo lo que pudiese, pues la profesión de comerciante podría ser una a la que podía dedicarse en el futuro.

"Los bienes obtienen un mayor precio si estos son vendidos en un lugar más alejado de su zona de producción…. ¿Qué quiere decir esto?" preguntó Jon al aire, pues actualmente estaba solo, o al menos era eso lo que él pensaba.

"Que mientras más lejos vendas el producto de donde lo compraste, es probable que logres obtener una ganancia mayor a la que obtendrías si lo vendes en un lugar cercano, donde el abastecimiento de dicho bien es más común." Respondió Edzard, el cual estaba a espaldas de Jon.

"¡Ahhhh!" gritó Jon, dando un salto mientras soltaba el libro que estaba leyendo. Esto se debió al susto que sintió al escuchar llegar las palabras de Edzard. Tomando varias respiraciones, el joven bastardo, miro a su maestro y le gritó. "¡No vuelvas a hacer eso de nuevo, casi me matas!"

La respuesta de Edzard a las palabras de Jon fue soltar una pequeña risa, divertido del susto que le dio a su aprendiz. Cuando al fin dejó de reír, se recogió el libro que estaba en el suelo y vio lo que estaba leyendo. Cuando terminó de hacerlo, miró a su pupilo y decidió darle un consejo por si se hacía mercader en el futuro.

"Jon, si bien es cierto que obtener el mejor precio es la forma más conocida de obtener ganancias en un intercambio, también existen acuerdos de compra y de venta."

"¿Acuerdos de compra y de venta?"

"Si, acuerdos de compra y de venta. Para ponerlo en palabras simples, si no llegas a obtener el precio que deseas, puedes acordar con tu comprador o la persona que te vende un acuerdo, con el cual puedes hacerte con mercadería a más bajo precio u obtener algún beneficio para transporte, entre otros más. Puede que suene como algo casi inútil, pero créeme, a veces uno de esos acuerdos puede hacer que realices el mejor acuerdo comercial de tu vida; así que, siempre que puedas trata de hacer uso de esa táctica de comercio."

"Ya veo…" dijo Jon con cara pensativa, para luego poner una mueca, pues Edzard le revolvió el cabello de manera juguetona.

Fin Flashback

Al recordar ese tipo de acuerdo, Jon decidió hacer otra oferta, una que esperaba le permitiese obtener una buena cantidad de ingresos.

"Usted me ofreció primero treinta mil dragones de oro, ¿verdad?" preguntó Jon, ganándose un asentimiento del mercader, el cual puso una sonrisa, pues pensó que el aceptaría ese trato. "Le ofrezco una contraoferta más, ¿Qué opina si acepto los treinta mil, pero con la condición de que me venda la mercadería que tiene en la esquina derecha de su almacén a un precio rebajado de un veinte por ciento?"

La oferta de Jon tomó por sorpresa al comerciante, el cual no supo que decir. La verdad era que la mercadería de Jon fácilmente podía venderse por unos cincuenta mil dragones de oro, y el, estaba planeando aprovechar la inexperiencia del joven para obtener una gran cantidad de mercadería por bajo precio. Sin embargo, parecía que el joven no era tan inexperto como parecía. Asi que, tras pensar unos momentos, su mente calculó las posibles pérdidas que obtendría por vender su mercadería de especias a menos precio, pero cuando más lo pensaba, más cuenta se daba de que no perdería, pues la venta de la mercadería que le compraría a Jon fácilmente podría subsanar esas pérdidas, quedándole un buen margen de beneficios. Asi que, viendo esto, Xhobo decidió aceptar a oferta.

"Me parece bien." Respondió Xhobo extendiendo la mano hacia Jon, el cual también la extendió. El trató se hizo de manera simbólica con un apretón de manos, tras el cual, ambos se dirigieron hacia el solar del comerciante para sellar el trato con un documento.

Jon se encontraba caminando por las calles de la ciudad, sus pasos eran lentos, ya que no tenía prisa por volver al barco. Esto se debió a que ya había logrado vender lo que quedaba de la mercadería que habían subido al barco en las ciudades libres, a la par que había logrado obtener un buen acuerdo para vender especias originarias en estas islas. La nueva mercadería se componía por canela, clavo, jengibre, entre otras más. Al final, la cantidad de dinero que jon estaba invirtiendo en estas especias era todo el dinero recaudado en la venta de su mercadería, junto con un poco de dinero de sus ahorros propios.

'Si la venta sale bien, al final de todo obtendremos una obscena cantidad de oro por todo el cargamento de especias. Lo mejor sería venderlo en Westeros, pues allí hay un buen mercado para ello. Ahora, sobre las frutas frescas que se han comprado, lo mejor sería venderlas en algún lugar donde esta escasee. Asi que, le preguntare a Sam si conoce algún lugar así para venderlas frescas, de lo contrario lo mejor será deshidratarlas para venderlas como provisiones para los soldados de las compañías mercenarias.' Pensó Jon mientras doblaba por una esquina. Cuando giró por la calzada, se sorprendió cuando observó como Daenerys aparecía por el otro extremo de la calle a la que había ingresado. Al verla, Jon sintió preocupación, pues ella no estaba sola, ya que aparte de Fantasma, también había alguien más.

'¿Quién es esa mujer?' pensó Jon al ver a la mujer que iba junto a Daenerys. La mujer obviamente era una mujer local, pero con una forma peculiar de vestirse. Lamentablemente, no pudo pensar más, pues Daenerys se dio cuenta de su presencia, por lo que, girando su rostro vio a la mujer y tomándola de la mano, comenzó a caminar con pasos rápidos hacia donde estaba el.

"¡Jon! ¡Al fin doy contigo!" gritó Daenerys cuando llegó al lado de Jon.

"Dany, ¿Qué sucede? ¿Por qué estas tan alterada y por qué esta mujer te acompaña?" preguntó Jon, entrecerrando los ojos al ver a la mujer.

"Hay algo que debo decirte, pero no podemos hablar aquí. Asi que, vamos a un lugar más discreto."

Jon vio a Daenerys y si bien no se sentía cómodo con la mujer que estaba con ella, decidió no hacer o decir algo. Por lo que, haciéndoles señas para que lo sigan, comenzó a caminar hacia un callejón, el cual vio cuando caminaba hacia esta calle.

El pequeño grupo de tres humanos y un lobo caminó por las calles, llamando algo la atención de la población, pero nadie los molestó. Tras caminar unos pocos minutos, al fin llegaron al callejón que Jon había visto antes.

Entrando al callejón, se sentaron en unas cajas que había allí.

"Entonces, ¿Qué sucede?" preguntó Jon mirando a Daenerys y luego a la mujer, mientras el extendía su mano y le acariciaba la cabeza a su huargo, el cual se había sentado a su lado.

"Jon, parece que hay cosas raras que están sucediendo en esta isla." Respondió Daenerys de manera franca.

"¿Cosas raras? ¿Qué quieres decir?" preguntó Jon con escepticismo, pues no había sentido, ni oído nada sobre algo raro en las calles.

"Me temo que esta ciudad está siendo acechada por un gran mal, buen Ser." Respondió la mujer, la cual sabía que Jon era un caballero gracias a que Daenerys le mencionó sus títulos.

Jon levantó una ceja con confusión, pues no esperaba que alguien supiese que él era un caballero. Aunque, también tenía curiosidad por saber que gran al asechaba estas tierras.

"Hablas de un gran mal, pero no mencionas cual es… disculpe, pero... ¿Cuál es su nombre?"

"Me llamo Jasalla Doro y soy una sacerdotisa de los dioses del verano." Se presentó Jasalla de manera cortes.

"Ya veo, es un gusto conocerla." Saludó Jon de manera amable, para luego volver al tema que le ocupaba. "Lady Jasalla, mencionas un gran mal, pero no me explicas que tipo de mal es."

"Ese es el problema, Ser Jon." dijo Jasalla de manera franca mientras juntaba sus manos y las apretada suavemente. "No sabemos qué tipo de mal es en específico, pero si sabemos que nuestros dioses lo consideran extraño y muy peligroso para nuestra tierra."

La respuesta que le dio Jasalla provocó que Jon se sintiera confundido, no por la parte de los dioses, sino porque se mencionaba un mal que era peligroso para esta tierra. Aquello comenzó a provocar que Jon comenzase a pensar en que tipo de mal se tratase.

"Para que los dioses, los cuales suelen no entrometerse mucho en los asuntos mortales estén siendo un poco más activos de lo normal, solo indica que lo que sea que este pasando por aquí sea algo muy, pero muy malo."

La forma en como Jon hablaba causó sorpresa en Daenerys y Jasalla, quienes no entendía por qué él hablaba como si los dioses fueran seres tangibles y reales.

"J-J-Jon… ¿Por qué hablas como si lo dioses fuesen reales?" preguntó Daenerys con curiosidad.

"¿Eh?" respondió Jon, dejando de estar sumidos en sus pensamientos. Colocando su mirada en ambas mujeres, vio que estaban sorprendidos de que el supiese sobre la existencia de los dioses. Sintiendo que debía de responderles correctamente, comenzó a hablar. "Por supuesto que los dioses son reales. Puede que algunos sean idiotas crueles que quieren a sus enemigos ahogados o quemados, pero la verdad es que todos son grises y no son ni buenos ni malos. Puede que no hagan mucha presencia en las eras actuales, pero algunos de sus regalos siguen en el mundo. Lamentablemente, la escasez de magia que hay actualmente en el mundo es la principal razón por la que estos dones son tan escasos en número de usuarios y tan débiles en relación con cómo eran en antaño. Aprendí de su existencia en mi entrenamiento, pues mi maestro logró sentirlos y creo que hasta los vio."

"¿T-tu maestro vio a los dioses?" preguntó Jasalla con sorpresa, pero afortunadamente no gritó, pues se dio cuenta que de hacerlo llamaría la atención de las personas que caminaban por la calle aledaña al callejón donde estaban.

"Si, o al menos eso creo. La verdad es que el siempre parecía saber más de lo que aparentaba, pero como murió hace tiempo, no pude saber todo lo que él sabía."

"Ya veo…" dijo Jasalla con un toque de decepción, pues esperaba saber más.

"Bueno, dejemos de hablar de los dioses y díganme que sucede."

Daenerys miró a Jasalla y tras un par de segundos, la nativa de la isla comenzó a contarle a Jon sobre lo que ocurría.

Con cada palabra que Jon escuchaba salir de la boca de la mujer, comenzaba a comprender mejor que sucedía. Parecía que pronto habría una especie de guerra civil, pues aquel mercader estaba reuniendo soldados en algún lugar de las montañas cercanas, o al menos eso era lo que indicaban los informes de los pocos espías que lograban ver lo que hacia ese mercader. Si bien eso no era algo impresionante, la mención de que este mercader se había vuelto así gracias a un objeto que obtuvo de un barco pirata de las Basilisk Isles causó curiosidad y confusión en Jon.

"¿Cómo era ese objeto?" preguntó Jon con preocupación, pues presentía que ese objeto era un artefacto poderoso.

"Ummm…. No la vi mucho, pero de lo que recuerdo, era una especie de esfera hecha de una especie de cristal rojo, el cual estaba pulido y permitía ver que debajo de la primera capa había unos inscritos raros."

La respuesta de la sacerdotisa provocó que los rostros de Daenerys y de Jon se pongan pálidos, pues ambos sabían de qué objeto hablaba.

"Jon, ese objeto no será…" dijo Daenerys de manera criptica, usando alto valyrio para comunicar su suposición a Jon.

"Si, creo que es una de las piedras sello." Dijo Jon, también en alto valyrio. Tras aquellas palabras, el hijo bastardo de Eddard Stark se levantó de la caja en la que estaba sentado y mirando al cielo, tomó un suspiro. Tras aquello, miró a la sacerdotisa y volvió a hablar, esta vez en lengua común. "Te ayudare a terminar con este problema, pero tendrás que darme toda la información que necesitare para esto."

La respuesta de Jon hizo que la mujer sonriera, con una sonrisa llena de esperanza. Por lo que, poniéndose de pie, Jasalla le hizo una pregunta firme y clara. "¿Qué necesitas?"