36 Explicaciones

"Mientras que tu..." Susurro Adán, volteando su mirada otra vez hacia Lilith "No puedo castigarte... en algún momento te ame... y ese sentimiento que ahora solo existe en mis recuerdos, es lo que te mantiene intacta... por ahora"

"Supongo que en la vida siempre llegara el momento en que debes soltar algo que amas, pero lo que siempre duele más que dejar ir tu amor, es el no tener la oportunidad de despedirse" Hablo Adán con dolor en su voz, volteando su mirada hacia el cielo carmesí "Pero eso me dejo otra reflexión y lección de vida... si las personas que amamos nos son arrebatadas, la única forma de mantenerlas con vida es no dejar de amarlas... los mundos son destruidos y los seres mueren, pero el amor verdadero es para siempre... por eso, aunque la Lilith del que me enamore ya no exista, seguiré amándola hasta el final de mi existencia... en mis recuerdos ella será eterna..."

Terminando sus palabras, Adán se giró para irse, dejando solo una última lagrima en su rostro para que Lilith apreciara, mientras que el caminaba lentamente hacia el balcón del coliseo, donde puede observar a una gran multitud de demonios que lo miraban con temor.

"¡Sal!"

Grito Adán, mirando hacia una esquina del coliseo.

"Hahaha, nunca puedo esconderme de ti"

Se escucho una carcajada del lugar que observo Adán, apareciendo al instante un hombre con alas negras.

"Azazel..."

Susurro con tristeza Adán, mirando al hombre con ira y tristeza a la vez.

Azazel es un hombre alto que parece estar en la veintena con una constitución promedio, cabello negro, flequillo dorado y perilla negra. También posee doce alas emplumadas de color negro azabache que crecen desde su espalda; llevaba un abrigo largo granate con cuello en V con un cuello alto ancho y abierto que se abre en el dobladillo; El abrigo largo también presentaba dos cinturones negros alrededor de la cintura y cuatro bandas negras en cada brazo, dos de las bandas en la muñeca y las otras dos cerca del codo, mientras que en la parte inferior vestía pantalones grises y zapatos marrones.

"¡Tanto tiempo, viejo amigo!"

Sonrió Azazel con alegría, acercándose lentamente hacia la arena.

"Viejo amigo, eh..." Susurro Adán con aun más furia, para luego voltearse a Eva y hablar "Eva, llama al último-"

Pero la voz de Adán se cortó, mientras su mirada se volvió aburrida y vacía, para que un segundo despues, aparezca otra vez en la arena, donde puede ver a dos hombres tirados en el suelo, completamente ensangrentados y una Eva que abrazaba a un grupo de mujeres con lágrimas en sus ojos.

"Eva..." Susurro Adán, mirando detenidamente a cada mujer en el abrazo de Eva, percatándose al instante que muchas de ellas llevaban sus atuendos de la iglesia, mientras que algunas inclusos eran niñas, pero los ojos de las mujeres lo atrajeron aún más, causando que una fuerte aura volviera a expandirse a su alrededor, causando que todo el coliseo se agriete, mientras que todos los demonios, incluso Akiko, quien estaba golpeando sin piedad a uno de los hombres con cabello verde, se quedara momentáneamente sin aire.

"Bien... Bien..." Susurro Adán tranquilamente "Supongo que esto reconfirma mi decisión..."

"Akiko... ese niño era el que mato a tu familia ¿No?" Hablo Adán, volteando su mirada hacia la mujer temblorosa, causando que elimine al instante la presión "Lo siento..."

"E-está bien..." Susurro Akiko, pero aun temblaba su cuerpo "Si, este bastardo fue..."

"Veo..." Respondio Adán, acercándose lentamente hacia el hombre, mientras Azazel miraba todo con el ceño fruncido "Eva, llámalo, no perdamos más tiempo..."

"*Sniff* ¡Mn!"

Asintió Eva entre lágrimas, juntando al instante sus manos mientras cerraba sus ojos en signo de rezar.

"Si no me equivoco su nombre era Diodora..." Susurro Adán, acercándose lentamente hacia los hombres, que estaban tirados uno al lado del otro "Y el otro es Raiser..."

"Hijas mías... hoy tendrán su venganza ..."

Susurro Adán, llegando al lado de los hombres, para luego tomarlos por el cuello y arrastrarlos lentamente hacia Eva, mientras Akiko lo seguía con cautela.

*Swoosh*

Pero mientras Adán volvía hacia Eva, una gran bola de fuego llego hacia él, causando que este lo esquive rápidamente sin molestarse en contraatacar.

"¡Suelta a mi hijo!"

Se escucho un grito enojado desde el cielo, causando que Adán suba su mirada hacia él.

Al observar al cielo, pudo ver algo que lo hizo sonreír, miles de soldados demoniacos se hallaban sobre él, rodeando completamente el coliseo, mientras que gente que parecía ser nobles y generales se hallaban al frente del ejército, con un hombre envuelto en fuego resaltando entre todos por su evidente furia.

"Furia por el amor a sus hijos..." Susurro Adán, observando atentamente los ojos del hombre "Veo que tu amor es genuino y no solo una obra... lástima que no pueda perdonar a tu hijo... estoy seguro de que en otras circunstancias podríamos haber sido amigos... una lástima"

Susurro Adán mientras negaba con la cabeza, sin detener su camino hacia Eva, para que, de un momento a otro, levante el cuerpo de Raiser, usándolo como escudo de la bola de fuego que se le acaba de lanzar.

*Boom*

"¡¡¡AAAARGGG!!!"

Grito Raiser, despertándose al instante por el abrumador dolor que rodeaba su cuerpo, para que un segundo despues, su cuerpo se regenerara rápidamente.

"Oh... bonita habilidad... la tomare por si no te molesta"

Sonrió Adán, observando la regeneración con sus ojos ya despiertos.

"¡¡¡COBARDE!!!" Grito el hombre del cielo con furia "¡¡¡COMO TE ATREVES A USAR A MI HIJO COMO ESCUDO!!!"

"¡¡¡ME ATREVO A ESO Y A MAS"

Grito Adán con furia, causando que todo el coliseo tiemble por la onda expansiva de su grito.

*Swoosh*

De la nada, un rayo de luz ilumino el cielo carmesí, mientras que el cielo se abrió y un pequeño ejército de Ángeles salió de él, todos guiados por un hombre alto de cabello rubio.

"Llego el ultimo..." Murmuro Adán, llegando al lado de Eva, mientras estiraba su mano para que este se levanta "Akiko, por favor cuida de esas mujeres... déjanos el resto a nosotros"

"..."

Akiko no respondió, pero se acercó silenciosamente detrás de Eva y se posiciono donde Eva estaba, tomando todos los cuerpos de las mujeres en sus brazos y muslos.

"Adán y Eva..."

Hablo Michael con asombro y felicidad, acercándose con sus 12 alas de plumaje blanco a su espalda, mientras un halo sagrado flota sobre su cabeza.

"Michael..."

Susurro oscuramente Adán, causando que el vuelo de Michael se detenga al instante, mirando con el ceño fruncido al hombre en la arena, mientras mira de reojo el desastre que lo rodea.

"Ya que todos están aquí, tengo cosas que decir"

Hablo en voz alta de Adán mientras caminaba hacia el centro de la arena tomado de la mano con Eva.

"Lilith, Kokabiel, Azazel, Michael..."

"Nombres de personas que considere cercanos... amigos..."

"Personas por la cual yo daría la vida en algún momento..."

Susurro Adán, mientras su eterna sonrisa desaparecía lentamente de la vista de todos, causando que por alguna razón todos se tensen.

"Personas de las cuales me preocupe..."

"Personas a las que les di mi confianza..."

"Personas que les hable de mis deseos y sueños..."

"Personas que invite a mi hogar en algún momento..."

"¿Pero con que me devolvieron mi confianza?"

"Con una puñalada a mi espalda..."

Susurro continuamente Adán, mientras su sonrisa desapareció por completo, quedando solo una expresión indiferente en él.

"¿Sucedió algo?"

Pregunto Michael con confusión, girando su cabeza Azazel que llego a su lado.

"No lo sé... pero nunca lo vi de esa forma"

Susurro Azazel con una expresión grave.

"¿Aun no lo comprenden?"

Hablo fríamente Adán, mirando fijamente al dúo con alas.

"¿...?"

El dúo se miró con confusión, intentando encontrar en el otro la causa de la furia de Adán.

"Hahahaha" Soltó una carcajada Adán, mientras dos lágrimas de sangre salían por sus ojos "Que ingenuo fui al considerarlos amigos... años de conocernos y no saben cuál es mi taboo..."

Al escuchar las palabras de Adán, el dúo en el aire abrió ampliamente los ojos en horror, recordando al instante unas antiguas palabras de Adán.

"Soy un hombre sencillo... no tengo muchas metas ni muchos deseos... solo quiero que mi familia e hijos estén bien... por eso me prometí a mí mismo, hacer todo lo posible para eliminar a quienes intenten frustrar este deseo mío... se podría decir que es mi gran taboo..."

Esas palabras resonaron en la mente del par, mientras dirigían su mirada hacia la pila de cuerpos de humanos en la arena.

"Veo que se acordaron..." Susurro Adán "Llegue a este mundo hace unos cuantos años... me dedique a observar todo... pero lo que vi no me gusto..."

"Mis hijos fueron usados como peones en guerras externas... masacrados, violados, desmembrados, utilizados como esclavos... incluso inventan algo para revivirlos contra su voluntad y afectar sus deseos..."

"Fueron tratados como ganado para los vampiros, vendidos como animales por los demonios... usados y desechados por los ángeles... y cazados por los ángeles caídos... todo por temer a su poder"

"¡Espera Adán, te equivocas!"

Grito Michael rápidamente.

"Oh... ¿En qué me equivoco?"

"¡Nunca desechamos a nuestros creyentes, siempre los ayudamos lo más posible!"

Exclamo Michael con el ceño fruncido.

"Oh... que curioso..." susurro Adán "Michael... dime... ¿es cierto lo que dice la biblia? Sobre las veces que dios mando plagas y diluvios para 'castigar' a mis hijos..."

"Eso..."

"Veo... es cierto..." Susurro Adán con ira, para luego apuntar hacia el grupo de mujeres en el suelo

"Ahora dime Michael... ¿Por qué no ayudaste a mis hijas cuando lo necesitaban?"

"¿No eran tus creyentes?"

"¿¡Me puedes explicar porque tuvieron que pasar 10 años en este basurero!?"

"¡Intentamos ayudarlas!" Exclamo Michael "¡Pero Lucifer nunca nos dejó, solo pudimos callarnos nuestra furia para no iniciar otra guerra!"

"Veo... ¿entonces mis hijos si pueden sufrir por una guerra que no es de ellos para que ustedes no sufran sus propias guerras? ¿esas son tus palabras ¿no?"

Susurro Adán, apretando un poco más la mano de Eva por la pura furia que recorre su sangre.

"N-no-"

"Está bien, no intentes explicarte más, ya entendí todo..."

Hablo Adán, cortando al instante la explicación de Michael, para luego dirigir su mirada hacia Azazel.

"Azazel... sin duda eres uno de los que más me duelen..."

"De Michael lo entiendo... siempre pensó en su gente primero... por eso lo respetaba... pero tu..."

"Tú te veías como alguien que si valoraba ciertas cosas..."

"Entonces... ¿Me puedes explicar por qué tu gente está cazando sin parar a la mía?"

"¿Me puedes explicar porque tu gente sale a violar a mis hijas por las noches?"

"¿Me puedes explicar porque tu gente cazaba a cualquier humano que mostrara una pisca de poder?"

"¿Me puedes explicar porque los usaste como soldados?"

"Porque según se, ustedes fueron los primeros en involucrar a mis hijos..."

"Así que dime... ¿Por qué?"

Pregunto una y otra vez Adán, sin quitar su mirada del hombre emplumado.

"Yo... *Suspiro* no tengo que decirte" Sonrió Azazel con amargura "La guerra nos abrumo... necesitábamos gente para poder mantenernos a salvo... tus hijos querían poder y nosotros se lo dimos a cambio de que luchen por nosotros... y referente a las violaciones y asesinatos... sabía que pasaban, intente pararlos... pero no tengo el control completo de los ángeles caídos, ellos piensan y tienen sus deseos... espero que me comprendas ya que tus hijos son iguales..."

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