28 Segundo encuentro.

Aurora caminó por los pasillos del 'Templo del Conocimiento'.

Desde lejos se veía pequeño, pero desde cerca… Era increíblemente grande.

Varios pequeños templos de diferentes dioses, en pasillos con jardines y estatuas a sus lados.

Dioses Elementales, Dios del Comercio, Dios de los Ángeles, Dios de Espada, Dios de la Tecnología.

Había muchos dioses, pero la razón de ello, era que Terra nova estaba conectada con muchos mundos diferentes.

Era común rezar a un 'dios del fuego' de un mundo diferente y recibir su bendición.

En el tiempo de Terra nova el 'Enemigo de la Humanidad' asesinó a varios dioses.

Un antiguo Dios Celestial, la Diosa de la Guerra, un Dios Vampiro, el Dios Demonio, y el Dios de los Hombres Lobos.

Cada dios era poderoso y tenía imperios que lo alababan, pero aun así murieron permitiendo que otros dioses extendieran su fe en Terra nova ocupando las vacantes vacías.

Para Aurora era difícil imaginar que algo así sucedió tan solo hace más de veinte años atrás.

"Me sorprende que hayan arreglado todo el hotel en una sola noche." Comentó Andrés recordando lo que sucedió anoche.

En la noche el comedor y algunas ventanas estaban rotas, pero cuando llegó la mañana, el hotel estaba arreglado sin rastros de que una batalla había sucedido.

Si no fuera por el mensaje del Director Vincent algunos estudiantes hubieran pensado que todo fue un sueño.

"Supongo que fue consideración para que nosotros no dejáramos nuestro viaje." Comentó Alice comiendo sus papitas.

Andrés asintió a medias.

Hoy tenían que irse, pero si se movían de hotel en la mañana desperdiciarían parte de su tiempo.

"¿A dónde van ustedes?" Preguntó Andrés con curiosidad, y mirando los diferentes templos, murmuró. "Me gustaría ir a la Diosa del Conocimiento o al Dios de la Tecnología de otro mundo…"

La Diosa del Conocimiento era conocida por su conocimiento mágico y pertenecía a Terra nova, el Dios de la Tecnología era su contraparte y era de un mundo lejano, pero ambos eran dioses que apoyaron a la humanidad de la tierra bendiciendo a personas para crear 'Sabios' que compartieron su conocimiento con el mundo.

Ciertamente su fe se había extendido a la Tierra, aunque las personas adoraban el 'conocimiento' que ambos Dioses representaban más que a los mismos dioses.

"Yo quiero ir al Dios Celestial Zabathza para ver si le rezo puede darme algo de comida deliciosa." Dijo Alice con un tono serio.

Los labios de Aurora temblaron por su excéntrica amiga, pero fue Andrés quien pregunto. "¿Por qué no vas al Dios de la Cocina?"

Como su nombre decía ese dios tenía una jurisdicción en la cocina y era él quien creaba 'Sabios' del conocimiento artesanal.

Era normal que cualquier gourmet lo alabara, pero…

"No me agrada. Siempre habla de que hay que disfrutar y comer con prudencia, saboreando la comida… ¿Crees que no la disfruto?" Preguntó Alice en desacuerdo, comió unas papitas y declaró "Las disfruto por eso terminó comiendo varios platos."

Andrés no supo que decir.

Los creyentes de ese Dios, cocinaban como una forma de arte e instaban a que las personas se tomaran su tiempo para comer y al igual que recomendaban la prudencia.

Comer en exceso era un problema con consecuencias en la salud, ese problema se hacía más grave cuando la comida tenía una gran cantidad de energía mágica que podría dañar el cuerpo humano promedio, así que los creyentes extendían esa información.

Alice se fue mientras comía sus papitas.

"No le des importancia." Dijo Aurora al ver que Andrés seguía mirando incrédulo, y con una media sonrisa, murmuró "Le gusta demasiado la comida."

"Creo que al dios que debería adorar es Gula…" Bromeó Andrés antes de irse.

Aurora contuvo su risa.

Como alguien que asistía a clases de teología le pareció gracioso que al dios que recomendaba Andrés para adorar fuera un Dios del Infierno reconocido por su infinita hambre…

Aurora miró los alrededores.

Sacerdotes de toda clase, guiando a las personas como guías turísticos y otros realizando sus propias tareas de mantenimiento o cuidado de sus templos.

Como estaba aburrida Aurora decidió ir al Templo de la Diosa del Conocimiento.

Era un templo antiguo con grandes columnas jónicas en la entrada, parecía replicar al 'Templo de Atenea Niké' de la 'Acrópolis de Atenas'.

Ver el templo blanco y subir las escaleras mirando el techo, era una escena maravillosa.

Para Aurora era interesante que se replicara el mismo templo de Atenea la 'Diosa de la Sabiduría' para la Diosa del Conocimiento de otro mundo.

Seguramente sus creyentes pensaron que era una forma de aprecio por la cultura griega.

Cuando entró al templo pudo sentir un aura relajante que tranquilizaba su mente permitiéndole pensar con eficacia.

El problema de los exámenes que vendrían luego de que terminara las etapas de práctica parecían ser fáciles de resolver.

Aurora notó que ella no era la única que pensaba de esa forma.

Alrededor de una estatua de un libro abierto, se encontraban cientos de personas sentadas con sus piernas cruzadas leyendo libros o estudiando en sus relojes holográficos

Aurora notó a algunos estudiantes entre el grupo que estaban leyendo seriamente aprovechando este efecto.

Ese efecto natural de relajación que abría su mente hacia el conocimiento era un efecto principal de este templo.

El Templo era para la Diosa del Conocimiento, conocimiento que mayormente estaba centrada en la magia, pero en Terra nova era la diosa de todo tipo de conocimiento destacando la magia como su fuente principal de conocimiento, así que este efecto de relajación era normal.

Esta era la Diosa Principal que el Imperio Falion conocido como un Imperio Mágico adoraba.

Aurora tras mirar algunos murales en los alrededores se alejó del lugar.

Saliendo del templo, Aurora estaba pensando que hacer cuando notó una figura que reconoció dirigiéndose al Templo del Dios del Tiempo y el Espacio.

Aurora lo siguió de forma inconsciente.

Podía ver su espalda y también notó que cuando entró al Templo pareció atravesar una barrera casi imperceptible y desapareció en ella.

Sin asustarse por ese efecto que era algo normal en los templos oficiales de ese Dios, Aurora dudó un momento, pero al final decidió entrar.

Atravesando la fina barrera que parecía separar ambos espacios, los ojos de Aurora se estabilizaron y luego…

"¡!"

Se asustó al ver que un joven de delicados y finos rasgos mirándola con una gran sonrisa en su rostro.

Sus dos ojos como zafiros la observaban mientras brillaban.

"Eres hermosa…" Dijo el joven con una sonrisa coqueta.

Aurora no pudo evitar toser al escuchar esas palabras… Que ella misma había dicho la primera vez que se conocieron.

Ella ocultó su vergüenza y tosió algunas veces para calmarse, pero luego comentó. "Perdón por abandonarte ese día."

No importa cuánto se excusará en su mente de que otras personas podrían llegar… Aurora básicamente abandonó a un inocente que acababa de salvar con un monstruo que acababa de golpear.

Eso era algo que nunca hubiera hecho… Si actuara normal.

El joven se tocó la barbilla y murmuró. "Es difícil perdonarte… Pase por un momento difícil."

Aurora se sintió ligeramente mal, pero…

"Ser salvado por una hermosa heroína… Ha marcado mi vida." Dijo el joven con una sonrisa divertida, pero honesta.

Era difícil saber si estaba bromeando o era una verdad oculta como broma.

Esa honestidad hizo que las mejillas de Aurora se empezaran a calentar, pero tosió y miró al joven.

¿Estaba molestándola por lo que le dijo la primera vez?

Aurora ahora podía estar seguro de que era de esa forma.

Mirando al joven que le sonreía entretenido por verla avergonzada, algo empezó a elevarse dentro de ella.

Aurora era alguien que se había enfrentado a muchos monstruos y aunque perdía su compostura por unos halagos de un joven cuyos ojos le fascinaban, ¡no dejaría que bromearan tan fácilmente con ella!

Caminando lentamente mientras observaba el interior del templo de Aión que parecía desconectado del mundo y en donde confluía el tiempo, Aurora miró los alrededores con una expresión distante.

"No soy una heroína." Dijo Aurora con una expresión humilde, y al ver que el joven estaba siguiéndola como un cachorrito se dio la vuelta y declaró. "Solo estaba salvando a un joven delicado cuya perdida haría sangrar al mundo debido a su falta de belleza."

Unas palabras descaradas y dichas con un tono lleno de lástima como si fuera doloroso imaginar esa situación.

"Es una exageración…" Dijo el joven indiferente ante ese exagerado alago, pero Aurora notó que desvió su mirada con vergüenza.

Su sonrisa creció como si hubiera encontrado su debilidad, y esta vez puso una expresión indiferente.

"No es una exageración." Interrumpió Aurora con un tono serio, dudó un momento, pero sin poder resistir la tentación, declaró solemnemente. "Sería una lástima no poder ver tus hermosos ojos otra vez."

Su declaración fue sincera e hizo que ella se avergonzara por decirlo, pero el efecto…

"…" El joven se sonrojó ante las palabras de Aurora.

Fue devastador.

Aurora dio una sonrisa victoriosa al verlo sonrojarse.

Había estado alagándola desde el principio con la intención de que ella se avergonzara como lo hizo él cuando lo conoció, pero ahora se vengó…

¡La venganza era dulce!

Aurora sin duda disfrutó al ver como el joven se sonrojaba.

Era una vista agradable y atrayente, cuyo atractivo aumentaba al darse cuenta de que ella fue la causa de esto.

Una sensación extraña, pero…

"Creo que me volveré adicta…" Murmuró Aurora en su mente.

—…

La respuesta de su sistema fueron tres puntos seguidos y el joven como si hubiera visto su expresión de deleite, desvió la mirada para otra dirección como si observara el templo, intentando recuperar su compostura.

El joven le había dicho algunos cumplidos coquetos desde el principio, quizás sintiéndose avergonzado, debido a que la primera vez que se encontraron se sonrojó, podía ser algo de orgullo masculino, pero… Aurora también tenía su propio orgullo y no estaba dispuesta a perder en este juego.

Ella estaba por seguir su ataque probando hasta qu�� punto podría llegar cuando notó que desde la entrada estaba alguien hablando en el límite de la barrera.

"Aurora… Ya es hora de irnos." Dijo Andrés con un toque de vergüenza por lo que estaba haciendo.

Algunas personas lo miraban extraño, y entraban al templo, pero no aparecían de este lado en el que se encontraban ambos.

"No sé si esto funciona, pero Alice me dijo que no entrara al templo y solo llamara desde afuera… Si me escuchas estaremos esperando afuera." Informó Andrés antes de correr.

El templo tenía diferentes espacios en el que sus visitantes eran dirigidos, así que entrar no significaba que llegaría con la persona que uno buscaba.

Es por eso que los sacerdotes recomendaban hablar desde la entrada y las palabras serian escuchadas del otro lado.

Era un rasgo del templo que le gustó a muchas personas y en su momento a Aurora, pero ahora ya no…

"Me debo ir." Dijo Aurora con un suspiro y con una expresión lamentable, preguntó. "¿Cuál es tu nombre?"

El joven dudó un momento, pero al final respondió. "Kairos…"

Aurora asintió y se dirigió a la barrera, pero se detuvo antes de salir completamente.

"Mi nombre es Aurora." Se presentó con una sonrisa y tras una pequeña duda, comentó. "Me gusta tu nombre es tan lindo como tus ojos."

Luego al ver al joven sonrojarse ante su coqueteo descarado, Aurora atravesó la barrera con una sonrisa triunfante.

Sintiendo el otro lado diferente, ella primero se rio por esa nueva adicción que había desbloqueado y luego quedo aturdida debido a lo que hizo.

Los templos tenían diferentes efectos según al dios con el cual fueron creados, este templo en particular estaba relacionado con el Dios del Tiempo.

Esa actitud descarada para alagar y coquetear de forma atrevida y desvergonzada, no era algo común en su actitud… Del otro lado parecía más madura y llena de confianza.

¿Podría ser un atisbo de su confianza futura?

Aurora dudó ante su propia pregunta y empezó a acelerar sus pasos.

Había escuchado que las personas fueron afectadas de diferente forma por los efectos del templo.

Ancianos que recuperaban sus memorias perdidas en el tiempo, mujeres que recuperaron su confianza de la juventud, aventureros precavidos que actuaron con imprudencia como lo hacían en el pesado, jóvenes que adquirieron una confianza única y se habían comprometido con sus parejas cuando visitaban el templo… Ahora ella lo había probado de primera mano.

Lo que sea que había sucedido en el interior, la hizo descubrir una nueva 'afición' que no podía negar que le gustaba, solo… Que parecía demasiado vergonzoso realizarla en otro lugar.

Al darse cuenta de que sus pensamientos estaban saliendo a la luz, Aurora los ocultó en el fondo de su mente.

Sería demasiado vergonzoso coquetear con el joven de esa forma, pero su personalidad no permitiría que se avergonzara como una damisela sin contraatacar… Era una situación compleja.

"¿Estás bien?" Preguntó Andr��s cuando Aurora se reunió con el grupo.

"Si, ¿por qué preguntas?" Preguntó Aurora manteniendo la calma como si nada hubiera sucedido antes.

"Tienes las mejillas sonrojadas, como una damisela que hizo algo incorrecto." Dijo Alice y entrecerró sus ojos con una curiosidad que parecía desbordarse.

Aurora tosió y esquivo la mirada, pero al darse cuenta de que Alice tenía una dona en sus manos, señaló. "¿Al parecer el Dios Celestial respondió tus plegarias?"

El cambio de tema fue evidente, pero como un amante de la comida Alice cayó fácilmente.

"Sí." Respondió Alice para sorpresa de todos, miro hacia el Templo del Dios Celestial Zabathza y declaró. "Envió un sacerdote para responder mi plegaria."

Todos miraron al templo y entonces sus expresiones se volvieron extrañas.

En la entrada del templo había un sacerdote con una caja de donas, desayunando junto a un pequeño grupo de otros sacerdotes…

Era evidente que Alice había dicho su plegaria en voz alta y había recibido 'respuesta'… De unos sacerdotes que estaban desayunando.

Aurora se sintió mejor… A ella le gustaba molestar a un joven disfrutando que se sonrojara, pero a Alice parecía gustarle robar la comida a sacerdotes.

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