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Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 38: No dejare…

Aurora abrió sus ojos mirando el techo tan familiar de su casa en Zerzura.

Su mente estaba somnolienta, pero su cuerpo se sentía excelente y tenía bastante energía.

Mirando sus alrededores percibió que estaba en pijama en su cama y su expresión tembló sutilmente al ver que el pijama que usaba era cómodo.

Algunos podrían decir que era infantil, ya que parecía un traje de un conejo, todo esponjoso, pero nadie podía juzgar la comodidad.

Parpadeando recordando lo que había ocurrido, su mente organizo esos recuerdos y se levantó utilizando la habilidad 'cambio rápido' para ponerse ropa más formal.

—Todo ha terminado bien.

Antes de que pudiera revisar su reloj holográfico para ver su trabajo, el texto en su mente apareció de repente.

Su sistema muy posiblemente había vuelto cuando ella despertó.

—Se entregaron todas las crías de bestias mágicas y se utilizó el cristal que activaba los encantos para buscar otros lugares, utilizando un medio reverso de b���squeda. Existían otros lugares, pero ya fueron rescatados y entregados. Puedes acostarte, yo te informaré.

El texto era simple en su mente, pero ella podía sentir algo de cuidado y a la vez un toque de regaño de la otra parte.

Por supuesto, también pudo notar ese sentido de autoconsciencia y del 'yo', que muy claramente un 'sistema' no debería tener.

—¿Quieres el informe?

El sistema dio su pregunta y Aurora se rio al sentir que la empujaba a que dejara de pensar en esos temas o no le informaría.

Ella lo estaba por molestar con ese sentido autoconsciente, pero se abstuvo y utilizando las almohadas de respaldar, se sentó en la cama escuchando el informe.

Primero empezó contando sobre lo que ocurrió luego de que ella cayera inconsciente.

Alice ordenó que la Cardenal Brousseau viniera y la curara completamente, luego la enviaron de vuelta a Zerzura para que descansara.

Un día y medio había pasado desde ese punto.

Sin embargo, su sistema no se detuvo en la información relacionada con su alrededor, sino que explicó sobre lo demás.

Se entregaron todas las crías de bestias mágicas tras ser curadas y Abdellah se encargó de localizar a otras.

Bastantes bestias mágicas fueron capturadas por esos hombres y tenían bastantes rehenes, siendo un área oculta un lugar en donde se encontraban bestias mágicas más grandes esclavizadas.

Tal realización hizo que otras bestias mágicas llegaran y la frontera del área se volviera caótica, lo que provocó que James tuviera que ir para tratar de mantener la calma.

Entregar a las crías de bestias mágicas era uno de los temas, pero no el único y el otro era informar sobre la culpable.

Como un acto de buena voluntad se entregó bastante información, incluyendo los historiales de esos cinco cazadores y a quienes estaba conectado.

Que Aurora recuperara el anillo espacial no solo ayudó para encontrar otros lugares, sino que también se encontró todo tipo de información que fue entregada luego de ser copiada.

��Esa información puede llevar a que las bestias mágicas se vuelvan muy agresivas en contra de los humanos, pero no de Zerzura.

Ante tales palabras Aurora suspiró.

Ella misma se recordó haciéndole cariño a esa gran bestia y a pesar de que una parte de ella, le encantaría abrazarla otra vez tratando de usarla como un peluche gigante, la parte más responsable le decía que jamás tenía que volver a hacer eso.

Esa bestia era importante… Después de todo, las crías de bestias mágicas eran valiosas, pero más valioso era que lograron capturar a esa gran bestia con los 'rehenes'.

Esa gran bestia que tenía a una poderosa Homotherium de rango SS buscándola.

Aurora se quedó parpadeando a la nada al pensar que había dejado salir su lado de 'amante de las cosas felpudas' y por tal razón decidió suprimir todo lo relacionado con el tema.

"Por cierto, ¿cómo lo sabes todo?" Preguntó Aurora con cierta sonrisa.

Estaba tratando de bromear con su sistema.

—Los informes de las autoridades fueron enviados a tu reloj holográfico. Como siempre.

Su sistema respondió de una forma que ella podía definir como fría.

Era un simple texto en su mente, pero ella estaba segura de que podía sentir las emociones de la otra parte a pesar de que todo era un texto.

No era como si las letras cambiaran o algo de ese estilo, así que la única forma que podría llamarlo era que lo sabía por instinto.

—Fuiste imprudente. Te arriesgaste demasiado y las heridas fueron demasiado graves.

La crítica vino y Aurora se quedó en silencio sin responderle, pero tampoco ocultó sus pensamientos superficiales… Y en ellos no había arrepentimiento.

—Tu maestro desea hablar contigo cuando tengas tiempo. Está muy enfadado.

Utilizando esa carta, la expresión de Aurora tembló.

¿Qué era para ella su sistema?

Definitivamente era un compañero, pero con el tiempo y cuanto más aprendía la rareza de tener uno, lentamente cambiaba y se distanciaba.

Sin embargo, eso no pasaba con su anciano maestro.

Para ella su maestro era su 'maestro', independientemente de que le mintiera, o que prácticamente nunca pudiera marcar el continente africano en un mapa a pesar de que ese lugar era en donde supuestamente habitaba.

Las rarezas eran múltiples y al final podía dudar de muchas cosas y cuestionar todo lo referido a esos asuntos.

Aun así, que su anciano maestro se enojara la hizo suspirar.

"Tendré que hablar con él, y ver si le llevo un regalo para reducir su enfado." Dijo Aurora y al no obtener respuesta durante un tiempo, dudó. "¿Estás enojado? Sé que necesitas viva a tu anfitriona, así que no te enojes."

Estaba bromeando al sentir que la otra parte no respondía y esa broma solo era una mentira.

El 'sistema' no la necesitaba a ella, Aurora desconocía muchas cosas, pero estaba seguro de que su 'existencia' era independiente.

—Solo no te vuelvas a arriesgar…

Esas fueron sus últimas palabras antes de que quedara en silencio.

Aurora estaba segura de que su sistema se había desconectado al igual que esas veces que la dejaba en privado cuando ella necesitaba su privacidad.

En ese silencio ella se recostó hasta que luego pudo escuchar pasos desde afuera.

La otra persona se detuvo un momento y luego entro con cuidado, dejándose ver.

Su glotona amiga entró y esta vez sin llevar ninguna bolsa de papitas como se la veía normalmente.

"Hola…" Murmuró Aurora como saludo, pero antes de que pudiera decir algo más se quedó tiesa en ese lugar.

Su amiga llevaba una mirada fría, seria y que frunciera sus cejas con una molestia evidente, la hizo darse cuenta de que estaba enfadada.

¿Estuvo tan mal lo que hizo?

Esa pregunta llegó a su mente y su amiga como si entendiera lo que pensaba, frunció el ceño con mayor enfado.

"Fuiste imprudente. Podrías haber hecho muchas cosas, pero decidiste actuar por ti misma." Dijo Alice con una voz fría.

Ya no era la perezosa que le gustaba la comida, esa mirada tan gélida que daba hizo que incluso Aurora pusiera una expresión seria de forma inconsciente.

No tuvo que explicar cuál fue su falla.

Si hubiera ordenado que los refuerzos vinieran a apoyarla, la situación hubiera sido diferente y ella no se hubiera puesto en riesgo.

En vez de eso priorizó que se encargaran de las bestias mágicas mientras que era ella quien tomaba rodó el riesgo.

"Lo siento." Dijo Aurora y tratando de darle una sonrisa, Alice la miró directamente.

Esa mirada era muy diferente a la que daba comúnmente y a pesar de que no revelaba ninguna emoción, Aurora entendía los sentimientos de su hermana… Al igual que su hermana la entendía a ella.

"Pensé que podría encargarme por mi cuenta y funciono." Agregó Aurora sin querer perder el ímpetu.

"…"

No hubo respuesta y le estaba aplicando la ley del silencio, pero lo peor era que la mirada de Alice empeoraba cada vez más.

No le daba la respuesta que su hermana deseaba y la razón, era porque si la daba, mentiría y Aurora no deseaba mentirle.

Era por esa razón que al verla enfadarse y al sentir que el aura de su hermana era inestable, suspiró.

"No me arrepiento. Hice lo que tuve que hacer y lo volvería a hacer." Declaró Aurora con seriedad.

Su respuesta era algo que esperaba, pero Alice igualmente se molestó lo suficiente como para que su aura se extendiera sutilmente.

No la amenazó a ella, pero era posible que otros sintieran la ira y molestia de su dueña.

Su hermana respiró hondo tratando de calmarse.

"Siempre has sido una hermana problemática." Murmuró Alice y dándole una mirada, dudó. "¿Sabes que te acompañaré en lo que desees hacer, cierto? ¿Quieres tratar de conquistar al mundo? Te ayudaré. ¿Vengarte? Lo haré por ti. ¿Torturar o asesinar? Está bien para mí. ¿Salvar desconocidos? Lo aceptaré, aunque no es lo mío."

Su voz no fue indiferente, llevaba demasiada gravedad y su mirada llevaba una solemnidad que consiguió que Aurora no pudiera desviar su mirada.

Su hermana la siguió a todo lo que hizo como si fuera un cachorrito, pero tenía sus propios gustos y salvar a la gente, nunca tuvo importancia para ella.

Aun así, lo hacía y su trabajo la había llevado a salvar muchas vidas, que era muy posible que a su hermana ni le importaran.

Ahora esa joven le dio una mirada seria y continuo.

"Pero no te acompañaré a tu muerte… No, no dejaré que mueras. Yo…" Dijo Alice y se detuvo cuando su voz se estaba quebrando.

Esos ojos se estaban volviendo completamente negros y se tragó sus palabras, junto a las emociones de preocupación.

No era que le molestara sus emociones, pero hablar del tema no era de su agrado y ni siquiera pensarlo le agradaba, era por eso que guardó silencio en vez de continuar con sus palabras.

Aurora se quedó en silencio y esperó.

"Así que no vuelvas a hacerlo. En este continente solo me importa una persona y no me importaría dejar a morir a todos los demás para mantenerte protegida." Dijo Alice y recuperando su seriedad, amenazó. "Si te vuelvas a arriesgar de esa manera, ordenaré a James que deje la ciudad y a la gente, llevándose todo lo material sin dejar nada para que esas personas sobrevivan."

James lo haría.

No había duda de que ese hombre, aunque estuviera empezando su trabajo aceptaría esa orden y se retiraría sin importarle las pérdidas o quejarse.

Algunas personas se enojarían con esa amenaza, pero para Aurora que su hermana llegara hasta tal extremo era la prueba de que, para protegerla, no le importaría ir en su contra.

Tal vez eran emociones distorsionadas de alguna manera, aun así, Aurora suspiró al ver la mirada de su hermana.

Ella se acercó a su hermana y acariciando sus mejillas suavemente, la abrazó con fuerza.

El cuerpo de su hermana estaba tenso dejando ver que temía lo que podría suceder y Aurora pudo sentir la seriedad mezclada.

Su glotona hermana no estaba mintiendo en su amenaza y la cumpliría.

Entre la amistad o la vida… Su hermana prefería tomar la segunda, aunque eso alejara la primera.

Y para Aurora esa era la mayor prueba de que su hermana la quería con profundidad.

Era por esa razón que solo podía responder de una sola manera.

"Trataré de no hacerlo otra vez." Dijo Aurora con sinceridad.

No era la respuesta preferencial, pero era la respuesta más sincera que podía dar.

Una vez que veía su objetivo, ella no podía detenerse… Era como una flecha en el aire y llegado un punto, solo tenía que dar a su objetivo, aunque se hiciera pedazos en el proceso.

Ante ese objetivo su vida a veces era un algo secundario y su objetivo era lo más importante.

Ese objetivo podía ser ayudar o vengarse, al final era lo mismo, ella debía cumplirlo y no se detendría hasta lograrlo.

Era por tal razón que trataría de no hacerlo otra vez.

Era cierto que ella misma se sentía en lo profundo de un abismo de desesperación, pero incluso en este lugar, su hermana estaba presente apoyándola desde la oscuridad.

Ya sea que estuviera en el lugar más brillante o en el punto más desesperado, su hermana estaba ahí para apoyarla.

Ser menos imprudente en este punto de su vida que se movía antes de pensar iba a ser complicado, pero Aurora se estaba tomando seriamente su deseo de no repetirlo o al menos reducir las consecuencias cuando cayera en el mismo error.

"Entiendo." Respondió Alice abrazándola suavemente y acercándose su oído, susurró. "Lo siento. Eres mi hermana y me preocupas demasiado."

Su hermana no era aquellas que mostraban sus emociones con frecuencia, por esa razón era que cada palabra que daba era importante para Aurora.

Se estaba disculpando por su amenaza que algunos le parecerían excesiva, y esas palabras hicieron que Aurora se riera.

"Soy yo la que debe disculparse." Respondió Aurora y dándole una sonrisa al separarse, preguntó. "¿Qué tal si preparo una deliciosa cena? Tengo que disculparme por preocupar a mi hermana."

La mirada de su hermana mejoró suavemente y si bien no fue un cambio extremo como a veces mostraba por la comida, su sonrisa dejaba ver que estaba de un mejor humor.

Aurora también sonrió.

Era difícil dar el siguiente paso para cambiar, pero lo trataría de hacer y aunque su empuje no era ella misma, era un buen comienzo.

Aunque el camino fuera largo.

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